viernes, 14 de diciembre de 2012

58. No me gustan las navidades

No me gusta nada este período que viene. Tiempo en el que vamos a darnos cuenta de lo que hemos perdido en calidad de vida en este año nefasto que ahora se cierra. Tiempos en que, hasta el año pasado, la gente se volvía loca comprando regalos y comiendo langostinos, como para negar el hecho irrebatible de que somos un año más viejos y estamos más jodidos.

Me han suprimido la paga extra y voy a responder no comprando lotería de Navidad, aunque comprendo que es una tontería. Tampoco me va a costar especialmente: total, nunca me tocaba. Por lo demás, ya ha empezado el bombardeo de christmas  que me manda gente a la que en muchos casos ni le pongo cara. Personas que pasaron brevemente por mi vida hace años y tuvieron a bien incluirme en su mailing, tal vez por algún informe que hice en mi trabajo y que resultó favorable para sus intereses. Ahora, como es gratis, cambian la imagen del año pasado por otra igual de hortera y le dan a un botón. Y el sistema anti-spam de mi equipo se los traga con patatas.

Los días son cortísimos, las noches interminables, hace frío y llueve, detrás de los cristales llueve y llueve. El ánimo se encoge y la melancolía pasa a primer plano. Supongo que esto no le pasa a todo el mundo, pero a mí me asalta esta especie de desazón cada año con puntualidad fiel. Y en este estado de ánimo tengo que asistir a las fiestas celebrando no sé qué, y simular que me estoy divirtiendo como un enano. No veo por qué hemos de estar todos contentos por obligación. ¿Porque lo dice la Iglesia? ¿O el Corte Inglés? Tal vez haya que celebrar simplemente que no nos hemos muerto. Pocos motivos más de alegría hay en el ambiente.

Entre la lluvia y la manía que tiene la gente de venir al centro en coche a hacer compras absurdas, las calles se espesan y se llenan de humos tóxicos. Y dentro de unos días la policía municipal corta el acceso a la calle Atocha desde la Glorieta, y a mí me toca explicarle al guardia de turno que tengo que pasar y circular cien metros para doblar a la izquierda y tomar la entrada de mi parking de residentes. Y los sempiternos villancicos que te asaltan por todas partes. Y los vándalos que tiran cohetes. Lo único que no me molesta son las luces de colores de las calles, sobre todo desde que Gallardón las modernizó. Las de antes eran propias de un alcalde amante del chotis y casado con una soprano de zarzuela.

Dice Intermon-Oxfam que España no recuperará su nivel de bienestar social anterior a la crisis, hasta dentro de 20 años. Yo seré un anciano, si es que vivo, y mis hijos unos cuarentones. Menos mal que han tenido la suerte de vivir medianamente bien veinte años. Yo no me puedo quejar, he conocido sesenta años de mejora continua y uno de deterioro, que me pilla ya curado de espanto. De todas maneras ¡qué desfachatez la forma en que se están repartiendo los recortes! ¡Qué forma de vendernos mentiras y seguir adelante negando la evidencia, cuando está claro que no nos lo creemos! ¡Y qué perspectiva más corta la de los políticos! ¿Es posible que no se den cuenta del daño que hace recortar en educación o en investigación? ¡Lo que hay que Wert!

En fin, hoy no tengo el día. Espero que se me pase, si no, adiós Blog. Teniendo en cuenta que los fines de semana el número de visitantes se reduce drásticamente, me temo que durante las navidades la audiencia se desplomará. Como se está desplomando la de Radio Nacional y Televisión Española, desde que han dejado de ser plurales. Esto a nuestros gestores del PP se la bufa. Cuando esté por los suelos la privatizan y punto. Es lo que están haciendo con los servicios públicos, incluyendo los municipales en los que todavía trabajo. En Telemadrid, en donde amenazan con un ERE que mandará a la calle al 80% de los trabajadores, pero a ni un solo directivo o consejero, los amenazados han producido un corto de animación que explica muy bien el proceso. Es un poco largo y la voz del locutor principal no me gusta demasiado, pero aquí les dejo el link, que hoy no tengo demasiadas ganas de escribir. Mañana será otro día.

4 comentarios:

  1. joder emilio no te vengas abajo!
    que estamos en manos de imbéciles es una verdad que se está desvelando de manera bastante cruda pero al fin y al cabo es una verdad, y tendrá sus consecuencias (ya veremos cuales).
    el otro día leí que al griego clásico lo que más le aterraba era comportarse como un imbécil. ya ves si ha cambiado la cosa.
    a mí tampoco me gustan las navidades pero sí me gusta el invierno. míralo por ahí, lo mismo te animas.
    por cierto soy julian, ya comenté algo el otro día. un abrazo

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    1. Hola, Julián, no sabes la ilusión que me hace que me sigan fielmente personas como tú, que no me conocen. No te alarmes por mis repentinas tristezas. Como cualquier mortal, tengo una vida privada en la que, a veces, me llevo disgustos grandes por cosas que no cuento en el Blog, porque son privadas. Ese día estaba bajo de moral, las navidades siempre me acongojan un poco y decidí expresar toda mi tristeza con la idea de empatizar con otros melancólicos estacionales. Pero soy un optimista crónico. No sé si conoces la película "El Gran Lebowsky". Al protagonista, a quien llaman El Nota, le suceden una serie de peripecias, algunas bastante tristes. Al final lo aborda el personaje que hace de narrador y le pregunta qué tal está. Su respuesta (que es su última frase en la película): "No te preocupes, El Nota aguanta". Pues eso mismo te digo yo: hay que aguantar. Y el invierno es, en efecto, una estación muy bonita. Gracias por tu apoyo.

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  2. Me parece, Julián, que lo que aterrorizaba a los superferolíticos griegos del siglo de Pericles era convertirse en "idiotas", no en "imbéciles". Imbécil es de origen latino, significa "sin báculo", es decir, débil. "Idiota" es palabra de origen griego, quiere decir "particular", es decir, un ciudadano ateniense que no participa de la vida pública, de la democracia, y se convertía así en un idiota. No estaba bien visto. ¿Podríamos sacar la conclusión de que los que no votan son idiotas? ¿O, seguimos a Pedro Castro y hacemos sangre con los "tontos de los co..." que votan exactamente a los que los van a masacrar? ¡Hala! Imitemos a los gladiadores y: Ave, Mariane, morituri te salutant!

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  3. Ya ves, Julian, que algunos de mis lectores saben latín, nunca mejor dicho. Me encanta estos de que los lectores se dirijan unos a otros. Gracias a los dos.

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