domingo, 24 de marzo de 2024

1.275. Voy a cerrar el blog

¡¡¡HALAAA!!! No lo hagas, piénsatelo, con lo bien que nos lo pasamos todos leyéndote. Tranquilos. Tengo una solución que va a compensar de sobra su pérdida. En realidad, lo que voy a hacer es suspenderlo por un tiempo, mientras afronto otro proyecto, del que les voy a ir dando cuenta. Hace tiempo que vengo observando una cierta tendencia decadente en esta tribuna, en la que cada vez escribo menos, cada vez me parece más aburrido, monótono y repetitivo lo que publico y, de una manera natural e inevitable, cada vez tengo menos visitas. De verdad, ¿creen ustedes que tiene algún interés que les siga contando mi vida de jubilado, del inglés al yoga, del yoga a la guitarra, del Ricla al bacalao de la Revuelta, todo ello salpicado con algunos viajes no demasiado espectaculares últimamente? Yo creo que no.

Este blog cumplió su cometido; durante casi doce años me ha permitido expresarme y que ustedes me conozcan mejor y a la vez tengo la sensación de haber creado en torno a mí un pequeño club de seguidores muy fieles, que el año pasado sufrió la pérdida de dos de los más queridos, y algunos otros que no les he contado para no agobiarles en exceso. La situación política nacional e internacional es penosa y está llena de negros augurios, lo que deja más fuera de lugar una tribuna optimista como esta. Muy bien, yo podría mantener esta línea indefinidamente, aburriéndoles con confidencias del tipo: me empezó a picar el culo y me tuve que parar a rascármelo (con perdón). Pero las cosas cambian, el tiempo es un tren que no se detiene y yo creo llegada la hora de dar un volantazo.

Es lo mismo que ha pensado mi admirada Samantha Fish que, tras más de un año de compartir escenarios, discos, composiciones y proyecto vital con Jess Dayton, ha decidido que sus carreras se separen. Ya les he contado que a mí me gustaba más la música que hacía con su formación anterior, con Sarah Tomek a la batería y Matt Wade a los teclados. Con ese grupo yo la he visto en tres conciertos: Cazorla, Jerez de la Frontera y Bruselas. Y les juro que fueron extraordinarios, especialmente el de Jerez. Después, la he visto con Jess en París y en Bexhill (Gran Bretaña). Buenos shows, pero no comparables con los otros tres. Jess Dayton tiene 58 años y está de vuelta en una carrera en la que ha acompañado a Willy Nelson, Kris Kristofferson, Lucinda Williams y otras celebridades del country, además de acercarse al mundo del punk con un grupo bastante canalla.

Durante su carrera, tocó una vez en el Knuckleheads Saloon de Kansas City y una por entonces adolescente Samantha, que servía pizzas en el lugar, se llevó su guitarra ese día y estuvieron un rato improvisando temas juntos después del concierto. Siglos después, Sam descubrió que pertenecía a su misma compañía discográfica, lo fue a buscar y le propuso unir sus grupos. O sea, que al tipo, que estaba en plena decadencia musical y vital, se le abrieron los cielos. Desde entonces han grabado un disco y lo han promocionado por todo el mundo. Tanto en París como en Bexhill estuve charlando con ellos y me pareció que Jess era un tipo estupendo, además de un gran guitarrista. No sé lo que va a hacer ahora Sam, esta chica es imprevisible, pero Jess ya ha anunciado que comienza una gira en solitario por los USA, que interrumpirá brevemente para acompañar a Sam a Australia, para una serie de bolos que tenían contratados de antes.

De este tiempo que ahora termina, se lleva muchas cosas, desde un número uno en el Billboard hasta una nominación a los Grammys con la que nunca había soñado, más el trato cotidiano con Samantha, que debe de ser una gozada. En el anuncio de su gira en solitario, incluye un mensaje que aclara mucho la relación de respeto entre ambos. El último concierto que dieron juntos tuvo lugar en Nueva York. Con ese motivo, fueron a hacerse una foto ante el mural de homenaje a Joe Strummer, un lugar de peregrinación de los rockeros que visitan la ciudad, cuya historia se contó en el blog. Es la foto que ven abajo, seguida del mensaje de marras, que me he entretenido en traducir para ustedes.


Presentando nuestros respetos en el mural Joe Strummer en Nueva York. Después de 14 meses de escribir, grabar, filmar y viajar por el mundo, todo ha llegado a un pseudo-final en el Beacon Theatre (aunque todavía tenemos una gira por Australia en mayo). Después de tocar y trabajar con leyendas de todos los géneros, desde rock hasta country, folk y blues, es esta guitarrista Samantha Fish quien ha tenido un efecto más profundo en mi vida. Su mayor activo no es su talento, su belleza o su sentido del humor, sino lo mucho que se preocupa por la gente. Innumerables veces la he visto exhausta y con un jet-lag brutal, esperando en el calor, en el frío o en la lluvia para dedicarle un buen rato al último fan en la fila después del espectáculo. El único músico al que he visto hacer eso de forma constante fue Willie Nelson, cuando hice de telonero de sus shows. Así que la moraleja, al menos para mí, es que la vida es corta. Arriésgate y trabaja con tus amigos, incluso cuando los detractores van a lo seguro y te advierten que no lo hagas. Oye, quién sabe, ¿podrías conseguir un disco número uno en Billboard y una nominación al Grammy? Pero lo más importante es trabajar con alguien que me ha inspirado a ser mejor y a quien extrañaré cuando no esté trabajando con ella. Vale, lanzaré un nuevo disco en solitario a finales de mayo, así que es hora de empezar los ensayos para mi gira con la banda en solitario en abril. Saludos.

Muy emotivo, como ven. Esa emotividad se desbordaba en sus actuaciones en directo. Yo les vi en Bexhill acompañado de mi hijo Lucas y su chica, que se quedaron bastante impresionados. El disco que grabaron hace ya un año es muy particular, Jess Dayton impone mucho su rollo rockero y punk, pero hay algunas baladas de Sam realmente preciosas, como la que les voy a pedir que oigan. Habla de una ruptura amorosa y ella le dice al chico No apologies, es decir, nada de disculpas. Por favor, cero disculpas, no quiero ser tu enemigo ni nada parecido. Sam deja el peso de la guitarra a Jess y se lanza a una interpretación vocal llena de matices, en la que se vacía y acaba tan emocionada, que su compañero le agarra el brazo como para darle ánimos. Pongan la pantalla grande y el volumen al máximo. Merece la pena.

Menuda explosión de emociones. Así que ya lo saben. Las cosas empiezan y se terminan y en el momento de la ruptura es importante intentar no hacerse daño ni convertirse en enemigos, como pide Sam. Pero volvamos a las explicaciones pertinentes. Habrán notado que en estos últimos tiempos cada vez escribía menos y estaba como un poco desganado. Esto de los blogs es como el amor: no le ponía atención a Reflexiones a la carrera, porque ya tenía en mente un nuevo blog. Un blog que se va a llamar The Road Runner Trip, es decir, el viaje del Correcaminos. Porque eso es lo que me dispongo a emprender: un viaje de vuelta al mundo. Es una vieja idea que tenía cuando todavía trabajaba: en cuanto me jubile, me voy a visitar a todos mis contactos internacionales. Pero ese momento llegó en plena pandemia y hube de suspenderlo.

Además, mi plan pasaba por visitar a algunas personas en Francia, Holanda y Alemania, antes de acudir a San Petersburgo a ver a mi amiga Svetlana, y saltar luego a Pekín, en donde tenía el contacto de la guía que nos atendió cuando paramos allí en 2017, camino de Birmania. Comenzada la guerra de Ucrania, a Svetlana le han cortado todas las redes y contactos con occidente, yo ya no me puedo comunicar con ella y además, en este momento me da miedo ir a Rusia, porque, como me comentaron los estonios que recibí el año pasado, puede que te dejen entrar, pero lo difícil es salir. Y en cuanto a la chica de Pekín, resulta que ha conseguido salir a USA con una visa de estudios y ya se ha quedado. Así que el camino para llegar a Seúl y Tokio donde tengo buenos amigos, estaba cerrado.

Realmente, casi había descartado el plan, hasta mi penúltimo viaje a París, en mayo, para ver a Samantha en el Bataclan. Mi hijo Kike me volvió a despertar el gusanillo. Kike, ya saben que no es de mucho hablar, pero lo que dice es de una precisión milimétrica. Y esto es lo que me dijo. Papá, lo primero que tienes que hacer es decidir si lo quieres hacer o no. Si es que sí, hazlo cuanto antes; si lo vas dejando, se te quitarán las ganas o las energías. Pensé que sí lo quería hacer, pero empecé a poner excusas (o apologies). 1.- Es que el camino que tenía previsto está cortado. Respuesta: no pasa nada, puedes ir por Italia, saltar a Estambul y la India y llegar a Seúl/Tokio por ahí. 2.- Es que hay muchas ciudades por esa ruta en las que no conozco a nadie. Respuesta: no hace falta que conozcas a alguien en TODAS las ciudades que visites; tal como te mueves tú por el medio urbano puedes parar en cualquier ciudad que te interese ver. 3.- Es que me voy a gastar un pastal. Respuesta: ¿Y qué quieres, ser el más rico del cementerio?

Como ven, no me quedaban muchas más excusas. Pero este plan es algo de un tamaño descomunal y lo primero que hay que hacer es prepararse mentalmente. Esto es como un maratón. Cuando yo corría maratones, en especial el de Madrid que es a finales de abril, yo tomaba la decisión al final del verano anterior y me pasaba cuatro meses preparándome psicológicamente. Únicamente después de navidad es cuando empezaba a intensificar el entrenamiento. Pues esto ha sido así. En Navidad, tomada la decisión, empecé a preparar cosas para este viaje. Por eso se me notaba un cierto desinterés por el blog, como se le nota al marido infiel, que no sabe cómo salir de la situación en la que se ha metido.

Porque el primer plan era haber salido en febrero, después de mi cumpleaños, pero aquí surgió Alain Sinou con su invitación a dar mi última clase en su máster de la París-8 (ya les he dicho que se jubila en junio) y la visita a Madrid con sus alumnos en la primera semana de abril. Así que no puedo emprender viaje hasta después de eso. Y una segunda interferencia: mis problemas con la Brigada Precrimen Dermatológica que, por cierto, todavía no me ha hecho llegar los resultados de la anatomía patológica, casi dos meses después de mi intervención. Mientras no tuviera ese resultado, no quería comprar ningún billete de avión ni reservar ningún hotel. Ni, por supuesto, decir nada en el blog, que ya saben que trae mala suerte. Pero el tiempo se me iba echando encima, porque no me quiero meter mucho en el verano, tiempo en el que la gente se va de vacaciones y no es momento de visitarlos.

Ante una situación que se iba estrangulando, recurrí a mi gurú Kike que, como siempre, me ofreció una solución prudente. Siguiendo su consejo y dado que pretendo iniciar mi gira visitando tres ciudades italianas, me he sacado un primer billete de avión y he reservado hoteles en las tres, con cancelación gratuita. Yo creo que la parte italiana del viaje la haré en todo caso. Si para entonces me llegan malas noticias y me tengo que volver, pues nada, mala suerte. Pero los augurios son en general positivos. Me dicen los médicos que los cirujanos mandan a analizar lo extraído por tres posibles vías: la de urgencia, la preferente (de pronóstico intermedio) y la ordinaria. No tengo dudas de que en mi caso han optado por la ordinaria. Así que paciencia. Pero, una vez que ya tengo un vuelo y tres hoteles (en Italia me moveré en trenes, que hay cada media hora), ya lo puedo contar en el blog y eso es lo que estoy haciendo.

Pero este plan mío no es sólo un proyecto vital, filosófico o existencial, que también, sino una iniciativa esencialmente literaria. Así pues, saldré de Madrid el 14 de abril, domingo, y ya estoy preparando el nuevo blog, que inauguraré seguramente el 6 de dicho mes. Porque es cierto que esto de Reflexiones a la carrera había entrado un poco en bucle y cada vez me visitaba menos gente. Es momento también de refrescar el mailing con el que les aviso de cada nueva publicación o post. En ese mailing había últimamente 32 direcciones de correo. Pues voy a suprimir 10, de gente que me consta que no me leen nunca. Con los otros 22 y más de 30 nuevos iniciaré esta tribuna diferente, que tiene fecha de caducidad: cuando se acabe el viaje, la cierro. Tal vez regrese luego a mis reflexiones a la carrera, aunque no se lo aseguro al 100%. Con 50 o 60 visitas a cada nuevo post, este será también un blog zombie, pero mantengo mi veto a asociarlo a una cuenta de Twitter, para tener miles de visitas. Cuanto más amplías la audiencia, más posibilidades hay de que te entren energúmenos, haters, trolls y similares. Quita, quita.

En estos casi doce años de blogger he aprendido muchas cosas y voy a tratar de aplicarlas en el nuevo producto. Por ejemplo, no voy a incluir etiquetas por temas, que creo que casi ninguno de mis lectores habituales utiliza. Esto, hace doce años era una modernidad, pero lo cierto es que no es de mucha utilidad. Tampoco voy a informar anticipadamente de mis planes y propósitos, para que los lectores se vayan llevando sorpresas. Por ejemplo, yo les explique lo que iba a hacer con los coreanos en Jaén y luego, a toro pasado, se lo conté otra vez. Esto es un rollo. Mi plan es visitar muchas ciudades, pero no pasar en cada lugar más de cinco días, por aquello de que el huésped y la pesca al tercer día apestan. No quiero dar el coñazo a mis amigos y contactos. Y me gustaría dedicar un post a cada ciudad visitada, lo que es un reto para mí, que no me caracterizo por mi capacidad de síntesis. Veremos. Y, ya que les he citado a los coreanos, aquí tienen unas fotos que me han mandado desde su tierra.



En la última, de izquierda a derecha pueden ver a la encantadora Mía Li, los dos becarios, el ex-alcalde de Jaén con jersey azul, el bueno de Woo Chung, mi amigo Santi y el Menda flanqueado por dos pesos pesados del grupo socialista jienense. Abajo una foto más, de nuestra comida en el restaurante. Falta uno de los becarios que fue el que tomó la foto.

Por cierto, mi amigo Woo me envió estas fotos por Whatsapp y después añadió un mensaje que no entendí: Olvidé comentarle que la señorita Sa me dio recuerdos muy cariñosos para usted. Le contesté diciendo que si no se habría equivocado en el destinatario. Me dijo que no, que la señorita Sa trabaja con él, le había acompañado en el viaje a Madrid de 2017 y guardaba un recuerdo imborrable de mí. Entonces me acordé y le pedí disculpas. Y recurrí a mis entradas de blog de 2017. Allí estaba yo con la señorita Sa Ji-won, una mujer guapísmia con la que conecté muy bien. No la había olvidado a ella, sólo su nombre. Y me dijo Woo que acaba de tener un niño. Aquí tienen la foto que nos hicimos en 2017, en un puente de Madrid Río.

Ese gesto que hacen las mujeres coreanas representa un corazón, un mensaje difícil de olvidar. Por lo demás yo estaba mucho más joven que ahora, aunque llevaba gafas porque aún no me había operado de cataratas. El tiempo pasa inexorablemente. Pero, volviendo al presente, esto de los coreanos lo he contado en tres posts. Con el criterio adoptado para el nuevo blog, lo habría contado una sola vez, a toro pasado. Dijo Voltaire que el secreto para ser un pesado consiste en contarlo todo. Pues imaginen si se lo cuentan tres veces. La escapada a Jaén, con todo, es de las peripecias más interesantes del blog en este año, junto con el viaje a París. El resto, un plomo.

Lo que pasa es que la preparación del viaje ocupaba todo mi tiempo y eso no se lo podía contar en el blog. Como les digo, en resumidas cuentas, voy a suspender cautelarmente este blog (como hacen ciertos jueces) y mi plan es presentar el nuevo el 6 de abril, después de que se vayan los franceses. Mientras tanto, les iré detallando los diferentes matices que tiene la preparación de un viaje como el que voy a emprender, además de mis andanzas cotidianas, como hasta ahora. Así que, como de costumbre, sean buenos.

domingo, 17 de marzo de 2024

1.274. E la nave va

Tal vez ustedes no la conozcan, pero así se llamaba una deliciosa película de Federico Fellini, de 1983, que trataba de un barco que zarpa de Italia en plena Gran Guerra, en el que viajan los amigos de una gran soprano recientemente fallecida, para cumplir su último deseo de que su cuerpo sea arrojado al Mar Egeo desde el muelle del pueblo donde nació y pasó su infancia. Son todos personajes estrambóticos, auténticos frikis de los que tanto gustaba el director, y el viaje se complica por los azares derivados de la situación de guerra mundial. Si la conocen, les voy a pedir que rememoren una de las escenas más inolvidables de la travesía, cuando los viajeros improvisan una verdadera orquesta de cristal, con la vajilla que tienen en la cocina. Véanla.

Fellini en estado puro. Igualmente mi nave sigue su singladura, no me dan los malditos resultados solicitados por la Brigada Precrimen Dermatológica y estoy a un tris de mandarles a la mierda y empezar con mi plan soñado para los próximos meses, que me están retrasando más de lo que yo esperaba. Mientras tanto, mi nave va y yo les sigo poniendo al día de mis andanzas en esta tribuna que los expertos en el tema han catalogado de blog zombie, a la vista de su escuálido seguimiento en comparación con la actividad de los llamados influencers, que tienen miles de seguidores. Ya saben que a mí eso me da bastante miedo y por eso nunca he querido asociar este blog con una cuenta de Twitter, y menos lo voy a hacer ahora que esa aplicación ha caído en manos del inicuo Elon Musk, a quien Dios o Alá confunda.

Seguiremos pues con el relato de mi día a día. El martes pasado acabé de escribir mi post ya muy tarde, cerca de las doce de la noche, como pudieron ver. El miércoles tuve diversas ocupaciones mañaneras, comí pronto, descansé y a continuación bajé a coger mi coche para hacer los 330 kms que me separaban del centro de Jaén. Llegué sin mayores contratiempos, conseguí encontrar el hotel Xauen, en pleno centro peatonal de la ciudad y, tras descargar, me fui a dejar el coche en alguna plaza de uno de los parkings públicos que rodean dicho centro peatonal. Tras colocar mis cosas en la habitación, llamé a mi amigo Santi D. que en quince minutos estaba a la puerta del hotel. Como me gusta hacer, le dije que me llevara él a donde quisiera, que yo adoro eso de llegar a un lugar y encontrarme a alguien que vive allí, para que me haga de anfitrión y cicerone.

Santi decidió que íbamos a dar una vuelta por el casco antiguo y echamos a caminar. Rodeamos la catedral, agregado de diferentes estilos (renacentista, barroco, neoclásico). Al parecer, la primera catedral se construyó sobre los restos de la anterior mezquita, como en todas las ciudades andaluzas. Seguimos por el callejero enrevesado, básicamente por calles que mantenían la cota, con cuestas abajo a la derecha y cuestas arriba a la izquierda, a cual más empinadas. En estas calles horizontales de trazado serpenteante vivía antiguamente la clase más acomodada, mientras en las cuestas vivían los pobres.

Vimos una serie de iglesias y palacios antiguos de granito y caliza, como el Palacio de Villardompardo, que actualmente alberga un centro cultural muy potente, bajo el cual hay unos baños árabes bastante interesantes. Santi me dijo que la visita era gratuita y muy recomendable para que la hiciera yo al día siguiente. En cambio, ver la catedral cuesta 8€, 7€ para los mayores, y a mí no me gusta que la iglesia cobre por este tipo de visitas. No obstante, Santi me dijo que la visita era interesante y que yo mismo. Dando la vuelta al palacio, encontramos la llamada Calle de la Cuna.

El nombre de esta calle se debe a que el palacio fue durante muchos años el hospicio público de Jaén y allí, en un lateral del edificio, había un ventanuco con torno en el que las recién paridas que no se sentían con ánimo de criar a sus hijos, o la situación económica se lo impedía, dejaban el cestito con el crío y avisaban dando unos toques en la madera. Parece que existen estadísticas que verifican que una gran mayoría de estos niños abandonados se morían por infecciones o enfermedades diversas. Cuando yo les cuento cosas como esta a mis hijos, les cuesta mucho imaginar ese mundo que tenemos ahí a unos pocos centenares de años. Los pocos niños que llegaban a mayores, eran bautizados y se les ponía el apellido de Expósito (algo que yo ya sabía) o también el de Tirado (esto sí que no lo sabía y me alucina). En Jaén son muy frecuentes los apellidos Expósito y Tirado.

No se acuesta uno sin saber una cosa nueva. También me enseñó Santi una capilla que está documentado que es el punto en el que se fundó la ciudad. Existía allí un manantial de agua de muy buena calidad y situado en posición alta a media ladera. Por eso se establecieron allí los árabes, igual que en Madrid, porque ya les he contado que los moros habían desarrollado un sistema de riego formado por los llamados viajes de agua, canalizaciones abiertas de barro sin cocer por las que circulaba el agua por la simple pendiente. El sistema incluía arquetas y codos, que podían derivar el flujo incluso a noventa grados, lo que permitía suministrar agua a los pequeños asentamientos que se iban edificando. El manantial de Jaén está ahora seco pero quedan restos de su antiguo esplendor.

Tras nuestro largo paseo por el centro, que por cierto está bastante deteriorado y lleno de inmigrantes, bajamos a la zona más elegante, como si dijéramos de ensanche, al pie de la montaña del casco antiguo. Allí, Santi me llevó a un bar con terraza, que se llama el Panaceite. Nos sentamos afuera, porque la temperatura era lo suficientemente suave. Y nos tomamos allí unas alcachofas y otras cosas de picar, seguidas de sendas raciones de carrillada, cocinada con una especie de ras el hanut, que estaba deliciosa. Cayeron también unas cuantas jarras de cerveza de presión, tras de lo cual, Santi me acompañó hasta el hotel y se fue a dormir. Durante la velada hablamos de lo divino y lo humano, se trata de un personaje muy interesante, culto, amable y buen conversador.

El jueves habíamos quedado a las doce menos cuarto delante del Ayuntamiento, a espaldas de la catedral, con mi amigo coreano Woo Chung, sus dos colegas del KDI y Mía Li, su traductora. Hace un par de posts les expliqué cómo es que vienen por aquí unos coreanos y mi papel de ponerles en contacto con los ex-alcaldes de Granada y Jaén. Los coreanos llevaban ya unos días en Granada y el jueves venían a Jaén en un coche alquilado, para nuestra cita en el Ayuntamiento, en donde nos esperaban a las doce. Así que por la mañana, me duché en el hotel, me vestí, recogí todas mis cosas para llevarlas al coche y pagué el hotel. Decidí volver al Panaceite, donde me había enterado de que también se desayuna bien, y me senté, esta vez dentro, para tomarme un café con leche y media tostada con aceite, tomate y jamón (ya saben que en esta región ha de pedirse media tostada, porque la entera es doble).

Eché a andar por el camino de la noche anterior, rodeé la catedral y me acerqué a ver el centro cultural del Palacio de Villardompardo y antiguo hospicio. Depende de la consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, es enorme y muy interesante. Además de los baños del sótano, que se extienden bajo la plaza a la que da el palacio, visité varias exposiciones, como una dedicada a Miguel Hernández muy interesante y otra de arte naif, que ocupaba varias salas. No es este un tipo de arte que me interese demasiado, pero la exposición era extensísima. Hice unas cuantas fotos de la catedral (en el centro cultural están prohibidas) y les muestro un par de ellas: la gran fachada barroca y la Capilla del Sagrario, reconstruida por Ventura Rodríguez, después de que la original se derrumbara parcialmente como resultado del terremoto de Lisboa, cuyos efectos llegaron hasta aquí. Por cierto, la catedral fue diseñada por Andrés de Vandelvira, el autor de los magníficos edificios de Úbeda y Baeza.

Me encontré con Santi a la puerta del Ayuntamiento y enseguida llegaron los coreanos. El abrazo que me di con Woo es de los que identifican a los amigos de verdad. Venía con dos ayudantes muy jóvenes, con aire de becarios, aunque luego me precisó que ambos tenían contratos fijos del KDI, uno llevaba cuatro años en la empresa y el otro dos. En cuanto a Mía, sigue tan cariñosa como siempre. Subimos al despacho que el Grupo Socialista tiene en el edificio y allí nos recibió el ex-alcalde y actual jefe de la oposición, que se llama Julio, con tres o cuatro de sus compañeros de grupo. Fueron muy amables; a pesar del horario apretado que suelen tener los políticos, nos dedicaron más de una hora.

Woo hizo muchas preguntas técnicas, sobre la financiación, la participación ciudadana, la gestión de las diferentes fases, la concertación entre administraciones. Mía es una traductora magnífica y permitía una conversación fluida. Los dos jóvenes no decían nada, pero tomaban notas como locos. Y hasta Santi y yo nos animamos a intervenir con acotaciones técnicas o históricas. Como saben, el PP paralizó la inauguración del tranvía de Jaén cuando ganó las elecciones locales de 2011, contienda en la que venció con un programa en el que prometió justo lo que hizo: no utilizar el tranvía.

Yo, por ejemplo, apostillé que la derecha es reacia en todo el mundo a cualquier medida que limite la libertad del automovilista, pero Santi dijo que la derecha en España es particularmente casposa y retrógrada en estas cuestiones que, en realidad, deberían estar fuera del debate político: nos estamos cargando el planeta y hay que hacer algo al respecto. Tal vez tenga razón, pero en París las medidas de la señora Hidalgo fueron recibidas por la derecha con anuncios del apocalipsis inmediato, lo que pasa es que allí fue reelegida, no como la señora Carmena o el alcalde de Jaén que promovió el tranvía. Y yo tengo claro que, cuando una de estas medidas se implanta y la gente ve que no pasa nada, luego ya no hay quien la revierta. Pasó lo mismo con la prohibición de fumar en los bares y locales.

Bien, nos despedimos de los políticos locales y caminamos hasta un restaurante que había reservado Santi y cuyo nombre no recuerdo. Fue una comida magnífica, que empezamos con unas coquinas fresquísimas y sin una sola arena. Continuamos con unas tostas alargadas con anguila ahumada, guacamole y carpaccio de presa. Después, alcachofas y daditos de merluza rebozados con ensalada de tomate. Los coreanos disfrutaron como auténticos enanos. Nos sacaron un aceite con el que nos echamos unos chorritos en el plato para mojar el pan mientras esperábamos la comida, que les pareció ya extraordinario; después se llevaron tres o cuatro botellas cada uno de las distintas marcas que tenían en la tienda.

Y estuvimos súper a gusto. Como ya les he dicho, los coreanos son tan educados y exquisitos como los japoneses, pero con un punto informal, gamberro, disfrutón. Pedimos una ronda de cervezas, en la que el más joven se excusó: era el chofer y habían acordado que no bebiera para llevarles de vuelta a Granada sin problemas. También era el encargado de las finanzas del grupo, que debía de guardar todos los tickets y pagar con la tarjeta de la empresa. Los coreanos son muy jerárquicos, si bien Woo trataba a sus dos colegas con mucho cariño y muchas risas. Santi le preguntó a Mía que cómo es que había acabado viviendo en España. Y ella nos contó su historia: había venido a hacer un equivalente al Erasmus a Salamanca, allí se había enamorado de un español y ahora era su esposa y madre de dos niños muy guapos con los que vive en Alicante. Yo hablé de muchas cosas con Woo, que es un gran tipo. Vean aquí alguno de los selfies que nos hicimos.



Woo me contó que tiene previsto hacer un próximo viaje a La Coruña, para estudiar el caso del tranvía y a Pontevedra para el modelo de peatonalización del centro, famoso en todo el mundo. Quedamos en que vendrá a Madrid y desde allí vamos en mi coche a ver ambas ciudades, además de Santiago de Compostela. Llegada la segunda ronda de copas de cerveza, yo me excusé, porque debía de conducir de vuelta a Madrid. Woo, Santi y el segundo coreano no perdonaron ronda. Mía bebía coca cola y el tercer coreano agua. Terminada la comida nos hicieron entrega de unas bolsas de regalo de la empresa con cajas de té de ginseng rojo coreano. A mí me tocaron dos, porque Woo me traía una como regalo personal suyo. Desde el restaurante caminamos hasta una parada de taxis, donde ellos tomaron uno que les llevara hasta su coche, en la otra punta de la ciudad. Santi y yo caminamos hasta el centro, donde tenía yo mi coche, y nos despedimos.

Llegué a Madrid sin incidencias reseñables, había anulado mi sesión de yoga, pero llegué a tiempo de subir al Ricla a comerme un pote asturiano de puta madre, con unas copitas de un Ribeiro muy bueno que tienen. El viernes estuve en casa tranquilito por la mañana con el gato y por la tarde acompañé a una amiga a una consulta en el Doce de Octubre y, al salir, nos tomamos unas cervezas con algo de picar en el Café del Gallo, un lugar con una amplia terraza enfrente del hospital, donde sirven unas cosas muy ricas. El sábado tuve sesión de yoga y, de vuelta, me pasé por el mercado a reponer existencias. Comí y me dispuse a ver el partido del Dépor, que ya ha cortado su racha de victorias por goleada: ahora empata, pero de momento sigue de líder. Nadie dijo que fuera fácil. Y hoy tampoco hay gran cosa que contar, salvo la propia escritura de este post a la que me he puesto por la tarde.

Pero me gustaría comentar más en profundidad un tema sobre el que hablé largamente con mi querido amigo Woo. ¿El tranvía de Jaén fracasó por una cabezonería del PP, que prometió revertir el proyecto estrella del PSOE? Bueno, en parte sí, pero es una interpretación un poco simplista. El tranvía ha fracasado también en La Coruña, en Vélez Málaga o en Parla. Sin embargo es un éxito en Granada o en Zaragoza. Este tipo de casos son los que les interesa comparar al equipo de ingenieros del KDI, que está preparando un informe muy elaborado, que le sirva a las ciudades coreanas para no meterse en proyectos fallidos y resolver correctamente el problema de la movilidad en sus ciudades. Qué se puede concluir al respecto.

En realidad, en los primeros años de este siglo, el tranvía fue patrocinado por los partidos más a la izquierda como un signo de modernidad, como algo que molaba mucho y era muy sostenible medioambientalmente. Por eso muchos ayuntamientos de izquierdas se lanzaron a promover tranvías sin un estudio de movilidad riguroso. Y esta infraestructura es bastante cara. El tranvía de Vélez Málaga costó 40 millones de euros. Y el de Jaén 120. El de Jaén se va a rehabilitar porque hay un consenso para ello, ya está construido y se ha conseguido para su puesta en marcha una ayuda europea de los fondos Next Generation. Pero no olvidemos que el PSOE perdió unas elecciones locales en Jaén, las de 2011, frente a un grupo que promovía la desaparición del tranvía. Es decir, que había una mayoría de la población que no lo quería. En La Coruña funcionó varios años y luego se cerró, porque nadie lo usaba, era deficitario.

En conclusión, para implantar un tranvía en una ciudad hacen falta varias cosas: voluntad y liderazgo político, un estudio de movilidad serio que determine si es viable como alternativa al automóvil, un enfoque participativo riguroso, para determinar si la gente lo quiere o no y un estudio financiero minucioso, para que no sea ruinoso o se le crucen corruptelas. ¿Hubo todo eso en Parla? Es obvio que no. Y, si las razones para implantar un tranvía son sólo de ecopostureo y hacerse los modernos, el fracaso está asegurado.

Y eso es independiente de izquierda o derecha: en la Comunidad de Madrid hay un Metro ligero que viene de Pozuelo-Majadahonda a Madrid y que nadie usa, porque te lleva a una estación de Metro al lado de la Casa de Campo con muy mala conectividad, cuando hay un magnífico sistema de autobuses que te llevan a Moncloa en menos tiempo. Ese fue un medio de transporte que implantó Esperanza Aguirre por ecopostureo y por emular a Gallardón, que era muy popular tras la construcción del Metrosur. Y ahora es una especie de tren de juguete que casi no tiene uso y es un fiasco. La compañía de Metro es consciente de que es ruinoso, pero no se atreven a cortarlo, porque es una obra promovida por los suyos. Si fuera de una administración PSOE dirían que es comunista y lo cerrarían ipso facto. Vale, lo de siempre, que sean felices.

martes, 12 de marzo de 2024

1.273. Una mirada alrededor

Un día antes de que se cumplan seis semanas de mis intervenciones quirúrgicas a cargo de la Brigada Precrimen Dermatológica, sigo sin tener los resultados de los análisis de anatomía patológica de los laboratorios al servicio de dicha Unidad de Precrimen y, créanme, estoy hasta los huevos, porque esa indefinición me impide lanzarme a organizar mi plan fastuoso para los próximos meses, que tampoco quiero anunciar en el blog hasta que se pueda confirmar, que ya saben que trae mala suerte revelar los planes antes de que sean seguros. Pero las cosas son así, me dijeron que de cuatro a seis semanas y no puedo hacer otra cosa que esperar. Hasta que un día me llamen por teléfono para darme esos resultados, o mi amigo médico en activo, que puede entrar en mi historial médico (yo no puedo), me anuncie que ya los han colgado.

Esto es un ejercicio de paciencia y contención frente a la ansiedad proverbial que te producen estas cosas, y más con una obra empezada en el piso justo debajo del mío, en la que están picando minuciosamente techo, paredes y suelo, con el estruendo previsible. Para estos momentos ayuda mucho el yoga, y los amigos, siempre tranquilizadores, aunque yo creo que confunden sus buenos deseos con mis posibilidades estadísticas reales. Alguien me ha dicho: si tardan tanto, es porque no tienes nada grave; si fuera al contrario te habrían llamado ya. Le consulto esto a mi amigo médico y me dice que es una solemne memez, derivada de la ignorancia del personal. Peeeeero… Peeeeeero… Un rayito de buenos augurios: si tardan tanto es porque los de la Unidad de Precrimen lo han mandado por el procedimiento ordinario y no por el de urgencia, lo que, en sí mismo, es una buena señal.

Así que a esperar. Por cierto, mañana cogeré el coche a mediodía para bajar a Jaén, tomarme unas cañas con mi amigo Santi, dormir en el hotel Xauen y estar listos ambos el jueves para recibir a mi amigo coreano Woo Chung y sus colegas, acompañados por mi también amiga la traductora Mía Li, con quienes visitaremos las instalaciones del tranvía y nos reuniremos con el ex-alcalde que promovió el proyecto y supongo que parte de su equipo técnico de entonces. En estos días de tediosa espera he cumplido puntualmente con mis clases de inglés, guitarra y yoga y he tenido alguna actividad menos reglada, que les paso a contar. El viernes 8 por la tarde, tuve finalmente mi encuentro virtual en inglés con el estudiante de máster de París Will McCurdy, que resultó no ser escocés, sino norteamericano de San Diego. Teníamos previsto un encuentro de una hora, pero nos estiramos hasta tres horas y media.

Un inciso. Le pregunté quién le había dado mi contacto y me habló de un tal Antonio Ramos, o algo así, ni siquiera estoy seguro del nombre. Créanme de nuevo: no tengo ni puta idea de quién es este señor. Esto ya me ha pasado más veces, recuerden por ejemplo a Inés Ramirez, profesora de urbanismo en Le Havre, a quien le dio mi contacto otro profesor, en este caso de Grenoble, que me había escuchado en una de tantas visitas de extranjeros que he atendido a lo largo de mis años de funcionario en activo del Ayuntamiento de Madrid. Estas cosas me gustan mucho, porque me confirman que todo ese enorme esfuerzo ha producido sus frutos y me mantiene en contacto con una red internacional de personas que valoran mi forma de entender la planificación urbana. Y la vida, en general.

Por lo demás, el bueno de Will no sabía nada de urbanismo. Vamos, ni el ABC. Su ignorancia era tan llamativa, que le pregunté por su formación y me dijo que no era arquitecto ni nada por el estilo, sino licenciado en Historia Contemporánea, profesor de inglés a tiempo parcial y que se había apuntado al máster de Desarrollo Urbano de París porque le interesa mucho el tema. Me había llamado la atención que no hubiera oído hablar de las Súper Islas de Barcelona, o de conceptos como el urbanismo táctico. Siendo un tipo con un componente transversal y humanista como el mío y una curiosidad infinita, su entrevista conmigo fue para él un auténtico tesoro, tomaba notas continuamente y no quería terminar el encuentro nunca, tuve que ser yo el que le dijera que cortábamos porque ya estaba cansado. Y quedamos en que, una vez que digiriera toda la información que le había dado, tendríamos nuevos encuentros a su antojo; que me podía contactar de nuevo sin problemas.

Y el sábado, invité a comer en mi casa a Henry Guitar, Crispulo y dos señoras que se apuntaron. Les cociné un pollito con ras el hanut, que me salió muy rico, pero que tengo que perfeccionar. En realidad, en un momento de la elaboración, me pareció que estaba muy espeso, le añadí agua y la cagué, porque supongo que me pasé de agua. Salió un poco líquido, aunque riquísimo y, con el arroz basmati que les hice de acompañamiento, el exceso de líquido quedó equilibrado en los platos. La próxima vez que lo haga, le añadiré menos agua y tal vez no le venga mal una pastilla de Avecrem. Ellos aportaron el vino tinto (nos soplamos dos botellas, más los vermús y cervezas iniciales), el pan, los aperitivos y el postre. Y salimos de la mesa directos a las siestas por la casa, que le permitieron a Tarik Marcelino señalar al que le ofrecía un asiento más mullido, premio que recayó de nuevo en Henry, como pueden ver abajo.

Como ven, nada extraordinario. Y quizá sea este el momento de echar una mirada alrededor, como me vienen reclamando algunos de mis seguidores más fieles, que dicen que no hablo nada de Gaza y Ucrania y que por qué no me pronuncio. Tienen razón, lo que pasa es que el contexto general es tan deprimente que hablar de ello es radicalmente incompatible con el talante positivo del que yo siempre he querido dotar a este blog, que bastantes cosas tristes tienen ustedes que aguantar a su alrededor, queridos lectores, como para que encima les machaque yo aún más con mis reflexiones al respecto. Ese matiz me ha llevado a la táctica del avestruz: yo meto la cabeza debajo de la tierra, dedico mis posts a hablar de las peripecias minúsculas que me van sucediendo y allí me las den todas. Pero ya mis lectores me reclaman algo más y también me ha llegado a lo más hondo el discurso del otro día de mi admirada y querida Susan Sarandon, ante una manifestación a favor de Palestina, en Nueva York y bajo un persistente diluvio. Ha circulado mucho por los Whatsapps estos días, pero, por si no lo han visto, aquí lo tienen.

Impresionante. Tiene razón esta señora. No podemos ponernos de perfil. Así que, vayamos a ello. Les recuerdo que yo no soy un analista político, tarea para la que no estoy en absoluto cualificado y, por el contrario, este foro es un lugar donde se consignan sentimientos, los míos. Así que, si no están de acuerdo con algo de lo que yo diga, no se sulfuren ni me pongan comentarios chungos, por favor: yo no estoy en posesión de la verdad, sólo doy mis opiniones, ustedes pueden aportar las suyas, pero sin acritú. Tal vez deberíamos empezar por el panorama nacional. En primer lugar, toda esta mierda de las tramas corruptas que aprovecharon la pandemia para forrarse a dos manos comprando mascarillas medio rotas y cobrando comisiones de escándalo. Ya sean los diferentes allegados de Ayuso, los Medina y Luceño o el inefable Koldo y sus chanchullos con Ábalos y otros. Una vergüenza. Qué se puede esperar de un país como este. Por cierto, no sé cómo nadie se ha dado cuenta de una coincidencia de rostros muy llamativa. Vean primero a Koldo, en segundo término detrás de Ábalos.

Díganme. ¿No les recuerda a nadie ese siniestro caballero? A mí sí. Es clavadito al señor de abajo. 

Sí señor, el ínclito señor Roldán. Como decimos en mi tierra, es que el Koldo es cuspidiño a Roldán, solamente que se recorta la barba según la moda actual y se ha puesto unas gafas para disimular. ¿Habrá una especie de fenotipo del mamporrero? ¿Es posible que nadie en el PSOE se hubiera dado cuenta de la calaña o catadura de este sujeto? Confiemos en que los tribunales den cuenta de él y de todos los demás implicados en la mandanga mascarillera. Este es un tema lamentable, pero, como dice Susan Sarandon, la Historia los pondrá en su sitio. Y la Historia ya va poniendo en su sitio al señor Aznar y su empeño en decir que lo del 11-M era obra de ETA. Este señor, está en camino de quedar para la Historia como un auténtico cazurro. Veinte años después de los atentados de Atocha, se han publicado algunos artículos que demuestran la falacia de este caballero que nos quiso hacer comulgar con una rueda de molino, por intereses puramente electorales y que nunca se ha disculpado por ello.

Tampoco se ha disculpado por vendernos el bulo de las armas de destrucción +IVA que sólo existían en la fantasía de algún analista yanqui equivocado o interesado en que se armara una guerra. Tanto Bush como Blair se han disculpado por esta metedura de pata descomunal, que ha dejado a Irak jodido de por vida; es Aznar el único que no se ha disculpado por ello, a pesar de que su papel en la foto de las Azores era el de simple palmero, puesto que nosotros no enviamos tropas de combate, sino hombres de apoyo en retaguardia y tareas humanitarias. Aznar tenía que salir en esa foto como fuera, igual que ponía las patas sobre el escritorio de Bush o montaba una boda para su hija en El Escorial, como si de una reina se tratara. Desde la izquierda se da por hecho que nos hicieron el atentado del 11-M en respuesta a la presencia de Aznar en esa foto. Sin embargo, yo no comparto esa teoría, lo siento. Ya lo dije en el blog.

Según lo que yo sé, el terrorismo ataca donde puede, de manera bastante indiscriminada. Y yo creo que atacaron en Madrid porque en ese momento era un flanco mal atendido, porque, mientras en toda Europa estaban en alerta, el gobierno de Aznar, en su soberbia y ensimismamiento, no tenía el territorio nacional bien protegido y no hizo caso de los avisos de la inteligencia y eso hizo que nos pillaran en bragas, como suele decirse. O sea, un caso similar al de Netanyahu, que ni se olió el ataque de Hamas que ha desencadenado el horror actual. Por supuesto, que cada uno piense lo que quiera. Lo que está demostrado es que Aznar hizo todo lo humano y lo divino para prolongar la duda de si había sido ETA, porque pensaban que eso les favorecería en las inminentes elecciones generales. Y que perdieron esas elecciones precisamente por la mala gestión de la información sobre el atentado. La gente no es tonta, se olió el gran engaño y castigaron electoralmente a un PP que era favorito para ganar.

Y aquí entra el mecanismo de intoxicación que pusieron en marcha Pedrojota y Losantos. Al respecto les recomiendo que lean un par de artículos de estos días que explican al detalle esa conspiración. El primero, de Jesús Ceberio, por entonces director de El País y ahora anciano de cerca de 80 años. Para leerlo han de pinchar AQUÍ. ¿Cómo dicen? ¿Que no lo pueden abrir por no ser suscriptores de El País? Ese no es mi problema, vayan a una hemeroteca, pídanselo a un amigo o, en último caso, mándenme un Whatsapp pidiendo que se lo imprima en un pdf y se lo envíe. Lo haré con mucho gusto. Otro artículo que es muy aclaratorio, lo encuentran pinchando AQUÍ.

De estos artículos se deduce que, durante años, los muñidores de esa teoría conspiranoica se dedicaron a insistir en que la autoría de los islamistas no estaba clara y que no se podía descartar que les hubiera ayudado ETA. Los medios de la derecha que no se sumaron a esta línea, como el ABC y la edición digital del Mundo, se vieron presionados hasta el extremo de que su directores fueron cesados. Ahora me explico yo algo que observé. Por entonces yo seguía las ediciones digitales de El País y El Mundo, por tener todas las opiniones, y me llamaba mucho la atención ver en los kioscos las portadas de la edición de papel de El Mundo con grandes titulares hablando de LA MOCHILA. Iba uno tan tranquilo por la calle y las letras gigantes de los titulares sobre LA MOCHILA te saltaban a los ojos, cuando en el digital apenas aparecía.

También se puede ver que esa historia inauguró una línea, en la que todavía estamos. La de que los gobiernos que no son de la derecha, son ilegítimos, aunque hayan surgido de unas elecciones o de una moción de censura. Da igual. Zapatero era tonto (sí que lo era en parte) y Sánchez tiene halitosis física, mental y política. Y uno bastante más tonto que Zapatero, el ínclito Albert Rivera, contribuyó al mayor hallazgo lingüístico de ese movimiento: el sanchismo. Ya hemos hablado de este tema en el blog, pero ahora quiero dar un paso más adelante. Porque esa insistencia en la descalificación del gobierno de la nación, está generando en muchos una reacción contraria. Yo no he votado nunca PSOE, pero cada vez me siento más sanchista. Estoy agradecidísimo a este señor, que está ayudando a que tengamos fuera del gobierno a Vox, igual que Macron en Francia con la señora Le Pene.

En cualquier caso, vergüenza eterna para Aznar, Pedrojota y Losantos. Harían bien en hacer alguna declaración de disculpa, pero no son capaces. Cierto que tampoco lo es Pablo Iglesias, responsable de haberse cargado Podemos y con él el espíritu del 15-M, además de haber impedido que ganara la señora Carmena en Madrid por segunda vez y a quien no se ha escuchado una sola frase de autocrítica. O Irene Montero, que con su ley de sólo sí es sí propició por torpe la salida de la cárcel de más de mil condenados por delitos sexuales y tampoco se le ha oído disculparse o desviarse de su posición ni un milímetro. Con cosas como estas, comprenderán que no quiera escribir de política en el blog. Me estoy alargando ya mucho y creo que dejaremos Ucrania y Gaza para otra entrada posterior.

Porque quiero cerrar con una idea más sobre lo expuesto más arriba. Seríamos muy simplistas si pensásemos que esos tres personajes siniestros, con el del bigote a la cabeza, fueron una especie de demonios que engañaron a medio país para llevarlos por donde ellos querían. Es lo mismo que si creemos que Hitler era un loco aislado que convenció a todos los alemanes de que se volvieran cómplices del horror absoluto. Y no fue así. En Alemania había antes de Hitler mucho antisemitismo y mucho clasismo y fascismo camuflado. Hitler se limitó a canalizar ese odio, esos enemigos de los que habla Susan Sarandon: el odio, el racismo, la codicia, etc. También en España había mucho fascista y mucho franquista antes de Aznar. Este señor lo que hizo fue encenderlos, activarlos y crisparlos. Y quiero recordarles una anécdota mía personal que ya he contado dos veces, pero que muestra esto que quiero decirles y viene como anillo al dedo a este momento de veinte aniversario del 11-M.

Día siguiente a la matanza. Manifestación de repulsa a la que me sumo. Mucha gente bajando por la calle Génova hacia Colón. A mi derecha caminan dos pijos de libro, con pantaloncitos de color claro, camisas bien planchadas y jersey sobre los hombros con un nudo en la pechera. Van hablando de sus cosas tranquilamente. En un momento dado, el más bajo, con cara de mamón (quiero decir, boca abierta, labio superior deformado hacía arriba desde pequeño), un tipo graciosillo, canchero, colega, se viene arriba, empieza dar palmadas e inicia un grito para ser coreado: VAJCOS SÍ, ETA NO. El más alto le frena: qué dices, si no ha sido ETA. El mamón se para, frunce el ceño y pregunta: ¿Quién lo ha dicho? Su compañero le responde: joder, lo están diciendo ya todos los medios. Entonces el mamón abre los brazos estupefacto y concluye: ¿Entonces qué cojones hacemos aquí tú y yo?, Vámonos a tomarnos unas birras.

Eso no me lo ha contado nadie, lo vi con mis propios ojos. Aquellos dos pájaros querían oír lo que Aznar y sus secuaces estaban diciendo y no otra cosa. No querían que la verdad les estropeara su historia. Seguro que se pasaron luego dos años muy interesados en el tema de LA MOCHILA. Y no me cabe duda de que ahora son padres de unos chavales de los que se dedicaron durante meses a ir a la sede de Ferraz a montar el pollo. Por cierto, otra cosa que les repito: el muñeco que apalearon entre rezo y rezo del rosario, diciendo que representaba a Sánchez, a mí se me parecía más a Feijoo, lo que son las cosas. Esta gente, herederos de franquistas que se enriquecieron durante los años de la dictadura por sistemas que ahora no quieren que se investiguen, seguirán dando la murga toda la legislatura. Pero Sánchez resistirá como el Dúo Dinámico. Y los catalinos le harán su juego de amagar con no apoyarle, para al final plegar velas. Por la cuenta que les trae. Lo dicho. Que sean buenos.