viernes, 28 de julio de 2023

1.237. Qué risa Marialuisa

Todavía no he parado de reírme con el resultado de las elecciones generales pero, siguiendo con la rutina habitual del blog, he de hacer al menos una referencia resumida de mi estancia en La Coruña, donde viví unos días arropado por la familia con motivo del 50 cumpleaños de mi sobrino Alejandro, que nos convocó para conmemorarlo allá por el mes de enero, para que tuviéramos tiempo de planificarlo. Como les conté, el jueves 20 de julio arribaron a Madrid mis hijos Kike y Clarice que vinieron a dormir a mi casa. El viernes Kike teletrabajaba desde casa y yo aproveché para ver por la tele el debut de España en el Mundial de futbol femenino, frente a Costa Rica, con Athenea del Castillo de titular, partido que acabó con resultado de 3-0. El sábado madrugué para terminar mi post anterior y, en cuanto lo cerré, cogimos carretera en dirección a mi patria chica adonde llegamos en torno a las siete de la tarde.

Localizamos la casa que habíamos alquilado, en la céntrica calle de San Nicolás, aparcamos, tomamos posesión y salimos a dar una vuelta por la ciudad, rematada con un pulpo estupendo en la mítica Pulpeira de Melide. El domingo aprovechamos para levantarnos tarde, nos tomamos un primer café en casa y salimos a desayunar por el entorno. Y cogimos de nuevo el coche para acercarnos al pueblo costero de Mera. Allí habíamos quedado con mis sobrinos Óscar y Olalla que terminaban ese día sus vacaciones en una autocaravana por toda la costa gallega. El primer plan era quedar a comer, pero ellos debían irse antes para llegar a tiempo de votar en sus respectivas circunscripciones, así que sólo nos quedaba la posibilidad del almuerzo de las once. Por cierto, antes de colgar una foto de este venturoso encuentro, quiero aprovechar para saludar tanto a Óscar como a su padre Chus, seguidores ambos fieles de este blog. Aquí la imagen prometida. 

Tras despedirnos de Óscar y Olalla, pusimos rumbo a Betanzos, donde dimos una vuelta por el centro histórico, seguida de una tortilla al estilo local acompañada de unas cervezas 1906 de grifo, estupenda comida que nos llevó a una siesta en la casita de San Nicolás. Tras el descanso, vuelta a coger el coche para salir a El Carballo, donde mi hermano Pepe tiene una parcela con una magnífica casa de campo. Allí nos empezamos a reunir toda la familia, que ya iba llegando a destino. A pesar de estar atento a lo que me hablaban, yo tenía mi teléfono móvil conectado y le echaba un vistazo de reojo de vez en cuando. Eso me permitió comprobar que, contra todo pronóstico, en el recuento de votos se mantenía un empate casi total hasta el 50% del escrutinio. En ese momento yo supe ya que, aunque el PP remontara y sacara una diferencia importante, como así sucedió, el resultado no sería una debacle de las izquierdas, como machaconamente pronosticaban todas las encuestas, incluso la que recogía las opiniones a pie de urna.

Por la noche, regresamos a la ciudad y yo me subí ya a descansar, mientras mis hijos salían a dar una vuelta por la ciudad vieja, engalanada a la manera medieval y llena de vida callejera por la fiesta de Santiago. El lunes, me levanté más pronto que mis hijos y aproveché para hacer una sesión completa de yoga, puesto que me había traído en el coche la esterilla y la equipación correspondiente. Tras una ducha y un buen desayuno, salimos a dar una vuelta y nos llegamos a la Torre de Hércules, para visitar el parque que han ejecutado a su alrededor, en la zona más batida por los vientos de la ciudad. Allí nos hicimos también algunas fotos como esta.

Recorrimos todo el paseo marítimo hasta llegar a la calle Alfredo Vicenti, donde nos tomamos unas milnueves con mi amigo Alfred, también seguidor ilustre del blog al que saludo desde aquí. Alfred y yo nos fuimos luego a comer a la calle de la Franja, para comentar los resultados electorales alrededor de una botella de Godello helado, que nos zampamos entre los dos. Alfred está pletórico con el resultado, que ha puesto a Vox en el lugar del que nunca debería haber salido. Caminamos por el centro urbano para bajar los vapores del Godello y esta vez no nos hicimos ninguna foto para la posteridad, como solemos, salvo una que les pongo abajo, frente a una pantalla de realidad virtual que Abanca tiene instalada en su sede. Alfred es un hombre puesto al día, como no podía ser de otra manera.

Nos despedimos y yo me fui a cumplir con el ritual de la siesta, junto con Kike y Clarice, que se habían obsequiado con unos percebes y unas cigalas, entre otras delicatessen locales. Por la tarde caímos de nuevo a Mera para visitar en su lugar de veraneo a mi sobrino Alejandro, ocasión en la que nos volvimos a reunir toda la familia. De vuelta en la ciudad, yo volví a retirarme mientras mis hijos salían de nuevo a la noche coruñesa. He de aclarar que a mí no me hubiera importado salir las dos noches por ahí, pero entiendo que hay que respetar la intimidad de las parejas y a mí no me gusta el papel de cesto o carabina, así que, nada: a casita a leer, que ya llevábamos un trote importante.

El martes, día de Santiago, era la fecha marcada para el festejo familiar principal, que se celebraba en un lugar para eventos en el término municipal de Oleiros a partir de la una del mediodía. Allí fuimos llegando los invitados, con presencia masiva de amigos del homenajeado con sus familias, lo que nos llevó a un total de unos 130 asistentes. Fue una fiesta muy emotiva, en la que bebimos bastante y fuimos picando de lo que se iba sacando, bastante rico, pero no especialmente abundante, como suele ser norma en estos lugares. Al final, proyección de fotos del festejante, desde que era pequeñito hasta ahora, tarta con velas, cánticos, café de pota con jotas (el llamado café aragonés), licor café y similares, bailes y risas a cientos, niños correteando por en medio y todo lo que se puedan imaginar. Abajo una selección de algunas fotos destacadas, Kike y yo, mi hermano con un amigo, grupos alegres, una de mis sobrinas preferidas.





El festejo fue languideciendo poco a poco, los amigos fueron desfilando y, en un momento dado, mis sobrinos Javi y José, los pequeños de la parte coruñesa, dos gigantes que me pasan a mí más de cuarta y media y comen como auténticos cosacos, decidieron que no se había comido lo suficiente en el sarao y que reunión familiar tan sonada y prestigiosa se merecía una cena en condiciones. Los que nos apuntamos cogimos carretera hacia el pequeño puerto de Lorbé, el lugar donde se cultivan los mejores mejillones de la costa coruñesa (a mi padre le encantaba venir a este lugar). Allí, en una vieja tasca del puerto reconvertida en restaurante popular nos obsequiamos con un menú pantagruélico, compuesto por mejillones al vapor, mejillones en salsa de tomate y pimentón, tortilla de patatas más cuajada que la de Betanzos y raxo de cerdo con patatas, todo ello regado con Ribeiro de la casa.

Hacía tiempo que no comía tanto, de modo que, con los demás, renunciamos al postre, aunque no al café de pota con jotas ni a los licores. Al terminar, me pedí conducir el coche hasta La Coruña, que los boomers tenemos mucha más experiencia que los jóvenes en el tema de conducir bebidos. Fue un fin de fiesta maravilloso y llegamos a destino sin mayores inconvenientes. El miércoles, yo me levanté para ver el partido España Zambia de futbol femenino y, hasta que no se terminó, no salimos para el viaje de vuelta, lapsus que mis hijos aprovecharon para recoger, bajar a desayunar y comprarse quesos del país en un mercado cercano. Terminado el partido, metí mis cosas a mogollón en la maleta y salimos. Por cierto, en ese partido se marcó un gol sensacional y su autora fue Tere Abelleira, pontevedresa que fue del Deportivo, de donde la fichó el Real Madrid junto con Athenea del Castillo y la portera de la selección Misa Rodríguez, Florentino sabe lo que hace. Les voy a pedir que lo vean; será sin duda uno de los goles del mundial y su autora se emocionó mucho al marcarlo. Para verlo han de pinchar AQUÍ, buscarlo abajo en Twitter y ponerse la pantalla grande. Merece la pena.

Volvimos a Madrid, donde nos esperaba Tarik, que nos recibió con una serie de refunfuños, en los que se podía captar el mensaje central: no hay derecho a que le dejen a uno solo cinco días, enseguida derretido en el aluvión de alegría de que volviéramos y pudiera mostrarnos su cariño desmedido, a base de lengüetazos sucesivos con esa lengua que rasca como una lija del doce. Ayer jueves ya se fueron mis hijos en diferentes vuelos y hoy estoy aquí de nuevo solo después de tantas emociones, disfrutando de un verano que no está siendo ni la décima parte de terrible que el pasado. En 2022, desde el 20 de junio hasta el 10 de septiembre no se pudo apenas salir a la calle antes de las once de la noche. Este año, al menos en Madrid, ha habido algunas olas de dos o tres días así, pero separadas por alivios que permiten dormir con cierta frescura y poder hacer una vida bastante normal. Eso sí, las escapadas a Béjar y Coruña han sido una delicia.

Y llega el momento de hablar del resultado electoral. Discúlpenme, pero no puedo parar de reírme, en paralelo a lo que están rabiando todos los que daban ya el pescado por vendido. El resultado es un despelote que refleja lo fragmentado de nuestra sociedad, pero a la vez es completamente absurdo: el que ha ganado, pierde y el que ha perdido, gana. Vayamos por partes. ¿Qué es lo que ha pasado con las encuestas? Yo creo que esto es más que un fallo estrepitoso. Si todas las encuestas (menos el denostado CIS de Tezanos) daban mayoría absoluta al PPVox, cómo se explica que se hayan quedado tan lejos. Hay dos explicaciones posibles. La primera sería que la gente miente a los encuestadores. Que hay mucho personal que ha afirmado que votaba al PPVox y luego ha votado a izquierdas. Pero yo no creo que esto sea determinante. Sólo queda la segunda explicación.

Y la segunda explicación es que las encuestas estaban manipuladas para crear un estado de opinión (la de Tezanos también, pero para crear el estado de opinión opuesto). Estos instrumentos basados en aplicaciones informáticas son muy manipulables, como sabe cualquiera que trabaje en ese sector. Me viene a la memoria un caso que viví. Cuando estábamos elaborando el vigente Plan General, se planteó el tema de qué carácter darle a la vía que estructuraría los desarrollos del sureste. Desde la oficina queríamos que fuera una gran vía urbana de futuro, e incluso la bautizamos como la Gran Vía de Felipe VI, entonces casi un mozalbete. Desde la Comunidad de Madrid, se sostenía en cambio que era necesaria una nueva autovía, la M-45, para que los obreros que viven en el sur accedieran al corredor industrial del Henares.

En la discusión apareció un personaje bastante sinvergüenza, un auténtico fenicio que a la sazón era el propietario en España de un modelo de transporte en el que se cargaban los datos previstos de tráfico, se daba a un botón y el aparato determinaba la necesidad o no de una autovía. El tipo nos vendió el uso del modelo, lo cargó con unos datos razonables (75% de ocupación de las viviendas previstas y 50% de las oficinas) y el modelo concluyó que la M-45 no era necesaria. A continuación, puso el modelo a disposición de la Comunidad, y lo cargó con el 100% de ambos usos. El modelo dijo que la M-45 era imprescindible y la Comunidad, que tenía la última palabra, decidió imponer esa autovía. El del modelo cobró dos veces, como buen fenicio, la M-45 se construyó y ahí sigue funcionando, a pesar de que la mayor parte de esos desarrollos sigue sin construirse. 

Pues esto es igual. Pero, prescindiendo del fallo de las encuestas, ¿qué le ha pasado al PPVox? Pues yo creo que estaban tan seguros de arrasar, de acabar con el llamado sanchismo, que se han pasado y han sobreactuado un tanto. Y han metido miedo al personal. Yo creo que el PP, como todos los partidos, dispone de encuestas veraces, que le decían que la cosa no estaba tan clara. Y tal vez por eso la estrategia. Yo estoy convencido de que pactaron con Vox que estos sacaran un programa de máximos para recuperar parte de su electorado. Y se les fue la mano. En el debate, claramente ganado por Feijoo, puede que el ganador sobreactuara en exceso y lograra lo contrario, porque Sánchez realmente dio pena y mucha gente prefiere votar a alguien que da pena, para consolarlo, que a otro que actuó como un verdadero sádico. Además, después se verificó que había dicho muchas mentiras, que no supo aclarar.

A más ganar (o, más propiamente, perder) cometió el error de no ir al último debate, metió la pata unas cuantas veces en la última y fatídica semana y para colmo, la izquierda tenía reservado estratégicamente sacar en esos últimos días el tema de su amistad con el narco Marcial Dorado, tema para el que lo único que supo decir es que creía que era un simple contrabandista. En fin, que difícilmente se puede esperar que un tipo así gobierne bien. A la vista del fracaso en su empeño de llegar a la Moncloa, ahora todos se tiran los trastos a la cabeza. Abascal dice que la estrategia de Feijoo ha sido malísima. ¿Qué estrategia? ¿La que yo digo de que ellos asustaran para que el PP recuperase votantes? Si es así, está claro que a Abascal lo han liado y por eso está tan enfadado. Sin embargo, es él quien se ha pasado, con las diferentes medidas que ha impuesto en gobiernos regionales. No dejen de observar que el PSOE ha ganado en Extremadura y subido un montón en Castilla León, donde más brutos están siendo los de Vox.

El shock de la derecha ha sido tal, que Feijoo salió diciendo que ofrecía un pacto de estado entre los dos partidos de verdad grandes y constitucionales. ¿Pero esto qué es? ¿No estábamos en que Sánchez era el mismo demonio, que quería cargarse el país. Después de cinco años poniendo verde al sanchismo, después de tener como único objetivo programático la derogación del sanchismo, ahora se le ocurre pedir el apoyo de Sánchez para que le ayude a derogar el sanchismo. Este hombre está enloqueciendo y ya le han llamado la atención desde dentro del partido: oye tú, que a Sánchez, ni agua. A todo esto, Pedro Sánchez se ha ido de vacaciones a Lanzarote. Debe de tener una sensación de alivio acojonante. ¿Se habrá ido con el Falcon? Yo creo que, a la vuelta de vacaciones, le podría dar el indulto a Puigdemont, para que aumente el grado de ebullición del PPVox y su corte de fachapobres.

En realidad, el sanchismo no es nada, es un concepto huero (y un concepto no se deroga, se derogan únicamente las leyes). Según el discurso de la derecha, Sánchez no tiene ideología, él sólo quiere el poder, para poder viajar en Falcon. Y, por mantenerse, es capaz de pactar con cualquiera. Pues eso es exactamente el retrato de Feijoo, un tipo que quiere a toda costa el poder y está dispuesto a pactar hasta con Vox para conseguirlo. Él es realmente el sanchista. Y, ¿qué será lo que venga ahora? Pues en primer lugar, Sánchez no tiene ninguna prisa, no pasa nada por tener un gobierno en funciones, en Bélgica estuvieron más de 500 días sin gobierno, sin que la economía del país se resintiera. Y, puestos a ser malvados, el presidente de un Gobierno en funciones también puede viajar en Falcon.

La verdad es que lo bueno de estas elecciones es que Vox se ha ido a la mierda. Abascal es un borrico y sus bravatas asustan al personal. No sólo iba a prohibir el aborto, sino también el estado de las autonomías, los partidos nacionalistas y hasta el divorcio. No se acordó de incluir el permitir que se volviera a fumar en los bares. Y, seguramente, volvería a cambiar los nombres de las calles, prohibiría que se sigan buscando fosas en las cunetas de la guerra y volvería a traer los restos del Caudillo a su tumba de Cuelgamuros. La gente no quiere eso y es posible que Vox se convierta en un partido testimonial, como Falange Española y de las JONS, que sigue existiendo con ese nombre en democracia. Yo creo que debería de cambiar de nombre y pasar a llamarse Vox y de las JONS. A Abascal deberíamos desterrarlo a la isla Perejil, a que se rompiera la camisa como Camarón y lanzara bravatas hacia la costa marroquí.

Yo estaba convencido de que este señor sería el vicepresidente del país y no se imaginan la alegría que me he llevado. España es un país que mira a la modernidad y somos pioneros en muchas cosas. Salirse de ese camino por la tontuna del antisanchismo, volver a los tiempos de Franco y arriesgar una economía que no va mal, es algo que los españoles no han querido finalmente. Pero hay que seguir vigilantes. Sánchez hará bien de intentar gobernar para todos y explicar bien sus decisiones. Ya no va a tener un perro fraCasado ladrándole todo el rato, y es de esperar que la derecha cambie de discurso y haga una oposición más civilizada y de fondo, no de ladridos. El presidente tiene la ventaja de que todos sus socios potenciales le han visto las orejas al lobo y no quieren que gobierne un PPVox que los ilegalizaría a todos. En cambio, al PP, su unión con Vox le ha hecho enemistarse con muchos de esos socios que ahora le vendrían muy bien.

Por cierto, eso que yo he dicho de que los de la derecha de verdad son muy pocos y, en democracia han de engañar a muchos del pueblo (los denostados fachapobres), resulta que no es una idea original mía como yo presumía en el blog. La había esbozado ya hace mucho tiempo nada menos que Emilio Romero, el creador del diario Pueblo, maestro de pedrojotas, cebrianes, melchoresmiralles, casimirosabadillo y otros especímenes de la prensa carroñera. Con esa imagen les dejo. Sean buenos. Y paren de reírse, coño.  




sábado, 22 de julio de 2023

1.236. Béjar on my mind

La hormiga, por odio a la cucaracha, votó al insecticida.
Murieron todos, hasta el grillo que se abstuvo.
Microrrelato extraído de Twitter

Basta por ahora con el tema electoral, hoy sábado viajo a La Coruña, de donde no regreso hasta el miércoles 26 de julio. Así que hagamos un lapsus para contar mi anterior excursión, en este caso a la muy noble ciudad de Béjar, al sur de la provincia de Salamanca y ya lindando con tierras extremeñas, lo que permite visitar también de la misma tacada otros pueblos como Candelario o Hervás, muy interesantes, además de La Alberca, que por falta de tiempo no visitamos esta vez. El jueves 13 de julio, después de mi clase matutina de inglés on line, cogí el coche, recogí a mis amigos Henry Guitar y Críspulo y pusimos proa hacia Béjar.

El festival de blues de Béjar tiene su escenario central en la plaza de toros de la localidad, que está acreditada como la más antigua de España en uso, puesto que su construcción data de 1711 y tiene un graderío irregular de piedras que remite a ciertas construcciones romanas. Los conciertos principales del festival tienen lugar en viernes y sábado a las nueve de la noche, con cuatro grupos por día, lo que hace que la cosa se termine entre las tres y las cuatro de la madrugada. Y completan el festival unos conciertos vespertinos el jueves en Hervás y otros matutinos de cierre, el domingo en Candelario. Habíamos reservado estratégicamente una casa rural a cinco minutos del coso taurino, que se llama La Casita del Castañar. Su dueña, que nos esperaba por allí, nos hizo entrega de las llaves, tomamos posesión y salimos a comer al lugar que nos recomendó la dueña, el restaurante Senén, casi enfrente de la plaza de toros. Allí nos obsequiamos con unos salmorejos y sendas raciones de morro con tomate y pimentón de la Vera, que estaban extraordinarias. Aquí un par de selfis para inmortalizar el momento.


Regresamos a la casa a echarnos una merecida siesta y comprobamos que estábamos en un alojamiento cómodo, fresco y silencioso, donde sólo se oían los ruidos del campo. Una vez descansados, nos vestimos de bluesmen y cogimos de nuevo el coche para llegarnos a Hervás, ya en el lado extremeño de la Sierra de Francia, que hay que atravesar siguiendo la llamada Autovía de la Plata. Hervás es un pueblo muy interesante, entre otros motivos por albergar el barrio judío más grande y mejor conservado de España. Llegamos con tiempo al lugar, aparcamos por allí y pudimos darnos una larga vuelta por ese barrio judío. Yo había visitado este pueblo, allá por el año 2008 y lo recordaba como mucho más deteriorado. Ahora mismo, todas las casas han sido rehabilitadas y están bien pintadas. Imagino que el turismo y las ayudas de la Comunidad de Extremadura han servido para poner el pueblo guapo. Vean algunas de las fotos que tomé en el barrio judío. 





A las nueve empezaban los conciertos, en los que participaban dos grupos. El primero Mayka Edjolé, and the Pigfoot Band, la banda de las manitas de cerdo. Mayka es una mujer grande, española de origen africano, que no cumple los cincuenta y que era amiga de Críspulo de pasadas aventuras musicales vallecanas. Una de estas personas que un día soñó en ser famosa pero a la que la vida la fue llevando por derroteros no demasiado brillantes, hasta acabar en bolos como este, acompañada por un grupo de, digamos, músicos de fortuna que cumplen con profesionalidad y esfuerzo ante audiencias bastante menguadas y a lo suyo, que se pasan el concierto bebiendo y hablando de sus cosas. Ya saben que a mí me gusta irme a las primeras filas, delante mismo del escenario, costumbre que ya Henry conoce de saraos anteriores y a la que Críspulo se sumó con entusiasmo de miope. Desde allí seguimos las interpretaciones de Mayka, a la que le grabé un clip para que vean de qué hablo.  

Intervenía a continuación una banda norteamericana con muchos metales, llamada The Travelling Brothers, arropando a una cantante negra de cierto caché, llamada Trudy Lynn, de los que se podría hacer un comentario similar que el de Mayka y sus músicos ocasionales, pero lo que pasa es que en Norteamérica estas bandas suenan todas fenomenal, tiene una calidad mínima que la llevan en la sangre, está claro que esta es su música. En el intermedio entre ambas bandas aprovechamos para acercarnos a un bar sevillano de pescaitos, del que nos había hablado alguien, regentado por un tipo ya mayor que podría haberse ganado la vida como humorista sin ningún problema. Nos pusimos bien de adobo y puntillitas, por lo que llegamos con la segunda actuación empezada. Pero yo tengo habilidad para infiltrarme a las primeras filas y abrir hueco a mis colegas.

Y por allí apareció una chica que bailaba enloquecida y empezamos a coquetear, que ya les he dicho que en las primeras filas de los conciertos se liga bastante. Tras las propinas del grupo yanqui, la chica me dijo que daría lo que fuera por saludar a la negra cantante y yo conseguí llevarla al backstage, ayudada por Mayka y sus músicos de ocasión, que andaban por allí. Se quedó tan impresionada que nos propuso ir con ella al antro duro del pueblo, donde ponían una música genial. Allí la seguimos arropados por una serie de amigos de la chica, entre ellos uno que me presentó como su marido, aunque pasaba bastante de ella. Nos hicimos una serie de fotos y yo le conté que tenía un blog (con esto también se liga bastante) y le pregunté si podía sacar mis fotos con ella. Me dijo que mejor no, que ella vive en un pueblo pequeño, que su familia, sus vecinos. Le prometí que sólo publicaría alguna en la que no se la reconociera y es la que tienen abajo, únicamente a título de que no se crean que me lo estoy inventando.

Cosas que pasan en este mundo noctámbulo y farandulero. De todas formas, ya saben que un dandy coruñés como yo jamás haría alarde de sus encuentros galantes mostrando pruebas gráficas que pudieran comprometer el buen nombre de la contraria. Por lo demás, mis dos colegas continuaron bebiendo, pero yo me pasé al agua con gas a partir de las dos de la mañana, dado que tenía que conducir de vuelta los 30 kms hasta nuestro alojamiento. No es que yo no fuera capaz de llevar el coche despacio por una autovía bien pintada en mitad de la noche, pero lo que no quería es encontrarme con los del antidoping. Llegamos, en fin, felizmente a la Casita del Castañar en donde dormimos como auténticos curas. Y el viernes por la mañana desayunamos allí mismo, porque habíamos venido desde Madrid bien provistos de café, leche y galletas.

Bien desayunados y duchados, decidimos ir a conocer la parte antigua de Béjar, para lo que debíamos usar de nuevo el coche, porque la zona de la plaza de toros en la que estábamos hospedados está separada del casco urbano por amplios barrancos, que se salvan en zigzag por carretera. Aparcamos por el centro y nos dimos una vuelta, de la que no tengo ninguna imagen que mostrarles. Ya a la una, nos acercamos a una pequeña plaza en donde estaba montado un escenario para la llamada sesión vermú, en la que de nuevo cantaba Mayka, esta vez con otro grupo más de blues que el de la noche anterior, con el que me pareció que se encontraba más cómoda, aunque nos dijo que estaba deseando terminar y volverse a Madrid. Entre grupo y grupo nos tomamos un vermú de verdad y decidimos volver a comer al Senén, por la ventaja de poder luego ir caminando a la casa y darnos una buena siesta para estar frescos por la noche.

De nuevo descansados, duchados y perfumados, acudimos a la puerta de la plaza de toros, en donde mostramos nuestros abonos en el móvil (a precio de 60€). Nos pusieron una pulsera amarilla en la muñeca, mostrando la cual podíamos entrar y salir del recinto libremente. Y afrontamos la primera de los dos jornadas grandes del festival. He de decirles que mi interés en este festival estaba centrado en dos artistas: el gran Tommy Castro, bluesman californiano elegante a quien vimos el año pasado en Cazorla y la sensacional saxofonista y cantante de Dallas Vanessa Collier. Y el primero de los dos días grandes arrancaba precisamente con Vanessa. Su actuación superó todas mis expectativas, tocó y cantó durante más de una hora derrochando simpatía calidad y proximidad al público entregado del festival. Grabé un par de clips desde las primeras filas que les obsequio a continuación. 



En un momento dado, Vanessa se fue por detrás del escenario sin dejar de tocar su saxo a toda velocidad y se infiltró en medio del público para seguir su show desde el centro de la plaza, rodeada por el atónito personal que la ovacionaba sin creer lo que estaba viendo y escuchando. Abajo tienen un par de fotos que tomé del instante, antes de que la chica regresara al escenario. Vanessa Collier tiene 35 años y sus rasgos revelan una ascendencia tal vez india cherokee o medio negra. Es un portento con una carrera larga por delante. Mi amigo Críspulo me confesó que ya sólo por esta actuación merecía la pena haber venido al festival.



Vean por fin, algunas de las fotos que la chica se hizo con algunos de los organizadores del festival, que luego las colgaron en la página de Facebook del evento.


En las fotos de más arriba han podido ver cómo es el graderío de la vieja plaza de Béjar. Allí nos subimos un rato para descansar las piernas hasta la siguiente actuación, que nos quedaba mucha noche por delante. Y la segunda era la del histórico grupo de los sesenta y setenta Ten Years After. Este grupo deslumbró en el festival de Woodstock en 1968, en donde se dio a conocer, liderados por el estratosférico guitarrista Alvin Lee. Pero ya Paco Couto me aclaró que Alvin Lee se murió hace unos diez años. Y el grupo que salió a tocar en Béjar estaba literalmente compuesto por tres ancianos del grupo original y un guitarrista joven sustituto de Alvin. La música, que en los sesenta era súpermoderna, ahora sonaba bastante vieja y demodé y el guitarrista era muy bueno pero sin la magia del fundador del grupo. Fue un cierto bajón después del éxtasis de Vanessa, ante el cual decidimos salir a tomarnos unas cervezas con algo de picar. Vean unas fotos del actual grupo y una en concreto del bajo, que parecía un cadáver ambulante.


Salimos pues al exterior y observamos que el Senén estaba petao y además es del tipo restaurante tradicional, para sentarse con mesa y mantel. Al otro lado de la carretera encontramos El Nido de Susi, un lugar perfecto para tomar raciones y cervezas o vinos. La Susi que lo regenta es un encanto y hablamos bastante con ella que, por cierto, se llama Susana Cubino y es prima del personaje más famoso de Béjar en los últimos tiempos, el campeón  de ciclismo Lale Cubino. Nos contó que había montado el chiringuito con un hermano, pero que el susodicho se había ido a Londres a montar un restaurante español en el que no le iba mal y ella había decidido tirar adelante sola. Este lugar, en donde las cervezas eran más baratas que dentro del recinto taurino, se convirtió en el sitio perfecto para salir a comer cualquier cosa, porque servían raciones bien cocinadas y eran rápidos.

La noche continuó con la actuación de Johnny Rawls, un veterano cantante negro de soul, vestido íntegramente de blanco y con una banda poderosa que desgranó una serie de temas bastante nostálgicos y sugerentes para el público de boomers que llenaba ya la plaza. Este hombre tenía un sesgo triste en su mirada, pero se esmeró en sus interpretaciones e incluso salió a cantar al medio del ruedo emulando a Vanessa. Y cerró la noche Gisele Jackson, una negra bastante mayor, que se ve que no ha hecho una carrera especialmente remunerada, por lo que se ve obligada a seguir haciendo bolos como este. La acompañaba un grupo de músicos profesionales contratados para la ocasión, que hablaban español con un deje extraño, pero que también fueron bastante aplaudidos. Eran como las tres y media de la mañana cuando caminamos satisfechos a nuestra madriguera.

El sábado, amanecimos, desayunamos y nos acercamos en el coche a Candelario, un pueblo precioso que está como a 3 kms de Béjar y es de visita obligada. Allí estuvimos toda la mañana caminando arriba y abajo por las empinadas cuestas del pueblo que tiene un sistema de canales por los que corre el agua a toda velocidad, desde unas acequias en lo alto seguramente de construcción árabe. Era el único suministro de agua hasta que se construyó la red ordinaria ya a comienzos del siglo XX, y se ha quedado ahora a título decorativo. Unas fotos del pueblo.






Regresamos a Béjar a la sesión vermú de la plaza y allí escuchamos al grupo que había acompañado la noche anterior a Gisele Jackson. Ellos solos sonaban fenomenal, hacían un blues de altura y al final de su número estuvimos hablando con ellos un rato. Eran ingleses pero llevaban muchos años viviendo en Barcelona, en donde se ganaban la vida como free lances acompañando a diferentes músicos por contratos. Estaban en el circuito y se conseguían bastantes bolos, especialmente en verano. Desde allí volvimos a nuestra rutina de comer algo en el Senén , echarnos una siesta, ducharnos y subir a la plaza de toros. El segundo día empezaba el programa con la Vargas Blues Band. Javier Vargas es un clásico del blues nacional, bastante mayor, y un tanto anticuado también. Para mí fue lo peor del festival.

El tipo somete a su guitarra a un exceso de distorsión logrando un sonido bastante canalla y no muy agradable, que ya no viene a cuento en 2023. Traía un cantante negro no demasiado bueno, al que obligaba a cantar en una escala muy grave, con lo que no podía lucirse mucho y encima le tapaba todo el rato con su guitarra súper distorsionada. A continuación actuaba otra negra veterana con músicos contratados, que se llamaba Tía Carroll y no era mala, pero nosotros decidimos salir a cenar algo donde nuestra amiga Susi, para prepararnos bien para el número fuerte de la noche y quizá de todo el festival: el gran Tommy Castro. Tommy es de San José (California), de origen portugués, tiene 68 años y es un hombre feliz, porque está bien de salud y está recibiendo ahora un gran reconocimiento después de una larga carrera de bluesman.

El año pasado su último trabajo fue elegido el mejor disco de blues de América, es decir, del mundo. A caballo de ese éxito hizo una gira europea, en la que tocó en Cazorla, por primera vez en España. Le gustó la reacción y la implicación del público y este año está recorriendo nuestro país ya sobre seguro y con mucha repercusión. Su actuación fue extraordinaria y también les he grabado un par de clips.


Fue una noche memorable, que cerraron los Cinelli Brothers, un grupo británico de chavales muy jóvenes, que tocan de forma muy acelerada, son los típicos virtuosos que seguramente se han conocido en alguna escuela de música: el futuro del blues. Acabamos después de las cuatro de la mañana y todavía estaba Susi sirviendo copas en su nido. Me confesó que tenía las piernas muy cargadas y le expliqué una serie de ejercicios básicos de estiramiento, que pusimos en práctica allí mismo, para sorpresa y regocijo de mis dos colegas, aunque la chica se quedó encantada del alivio que le comportaban. Y queda poco por contar. El domingo ya no nos quedaba café, así que recogimos todo, nos despedimos de la dueña y salimos a desayunar a la terraza de un hotel cercano con vistas al pueblo. Después cogimos el coche y de vuelta para Madrid. Unas fotos más de cierre, que ya tengo que salir para La Coruña. Sean buenos.








martes, 18 de julio de 2023

1.235. Un combate amañado

En plena ola de calor, refugiado en casa con mi gato, llevo un par de días descansando entre mi viaje a Béjar para el Festival de Blues y mi próximo desplazamiento a La Coruña para el festejo familiar al que ya me he referido en el blog. Antes de salir para Béjar, cumplí con mi obligación de votar por correo, aunque la verdad es que, después del debate Sánchez-Feijoo, no me quedaban demasiadas ganas. Porque eso no fue un debate ni un cara a cara, eso fue un asesinato programado y retransmitido en directo para toda España. Parece mentira que un político que se precia de resistente y todo lo demás, se deje atrapar en una ratonera como esa. Es que, desde el minuto cero, Feijoo se lanzó a un ataque furibundo, trufado de mentiras y medias verdades, sin dejarle el más mínimo margen al oponente. Un oponente que se vino abajo de forma lamentable, parecía un niño protestando de que se le castigue injustamente, que repite todo el rato “señorita, que yo soy bueno, que no es verdad que haya hecho lo que usted dice”. Le faltó prorrumpir en pucheros.

Lo que más me impresionó del señor Feijoo, a quien había erróneamente catalogado de simple pailán, fue el gesto de suficiencia, la mirada de malvado que expresaba cuánto se estaba divirtiendo torturando de esa forma a su adversario. Feijoo compuso un malo de película, entre el tipo de papeles que borda su paisano y mío Luis Zahera y los malvados de las primeras películas de James Bond, como Goldfinger o el Doctor No. Frente a eso, Sánchez intentó de forma patética interpretar un 007, pero se quedó en la línea blandiblub de los que perpetraba Roger Moore, un actor con demasiado sugar para hacer de héroe. Feijoo disfrutó de tan desigual combate, con la misma suficiencia que mi gato despliega cuando captura un moscón y lo ensaliva bien para que sufra en el suelo e intente escaparse. A Sánchez lo llevaron a la encerrona sin enterarse. Parece que no sabe que Antena 3 es una pieza clave en el entramado mediático que lleva cinco años dispersando esa lluvia fina de la que les hablaba en el post anterior. Que no podía esperar el menor amparo de los presentadores, mudos e inactivos cual pareja de tancredos contemplando la masacre.

Pueden creerme si les digo que acabé el debate literalmente aterrorizado. Pensé: si este tío tan malvado es el inminente presidente, apañados estamos. Al otro día, me enteré de que detrás de la estrategia estaba el gran MAR, Miguel Ángel Rodríguez y ya me lo expliqué todo. Es que este tío es un genio de la comunicación, que logró hacer creíble a Aznar y ahora ha creado a Ayuso con estas técnicas. Si MAR estaba detrás, ya no tenemos que tener miedo. A Feijoo, como a la ventrílocua Ayuso, le tocó interpretar un papel y hay que reconocer que lo hizo bien, se preparó debidamente y cumplió el plan a rajatabla. Enfrente, Sánchez acudió como un pez al anzuelo, sin saber en dónde se metía. Es tan narciso que pensó que podía lidiar con semejante toro sin haberse preparado mínimamente, confiando sólo en su suerte y su buena planta de adonis. Y salió del set con la misma sonrisa, como si no se lo acabasen de comer con patatas (o con patacas, por tratarse de un gallego).

Yo doy a Sánchez por muerto y enterrado, hace bien de disfrutar de las cumbres de la OTAN y lo que le quede en el cargo porque, después del papelón en el debate, parece imposible que pueda renovar como presidente. Aunque yo le he votado, como les prometí, pero no porque me guste o me haya gustado nunca, sino por tratar de contener la avalancha de esta derecha trumpista que amenaza con arrasarnos. Ganarán, pero no lo harán con mi voto. Por la misma razón por la que seguiré siendo del Dépor aunque se tire una eternidad en la tercera división. Para mí, PP y Vox es lo mismo, es más, como les dije, eso de sacar ahora un programa de máximos como el que ha enseñado Vox, es claramente una estrategia conjunta, como les dije en el post anterior y, por cierto, me sorprende que nadie más se haya dado cuenta de ello, al menos yo no lo he leído en ningún medio de prensa explicado con la claridad que yo utilicé en el blog.

Frente a esto, ya casi es lo de menos que se demuestre que muchas de las cosas que dijo Feijoo son mentira, como se esfuerzan ahora en acreditar todos los medios de la izquierda. Eso hubiera sido de utilidad si los presentadores del debate lo hubieran dicho sobre la marcha, pero estaban bien aleccionados (¿cuánto les habrán pagado por hacer de tancredos?). Yo no soy un experto ni manejo cifras fiables al respecto, de eso ya se encargan los periodistas. Algunas de las mentiras de Feijoo son tan clamorosas, que se ha hecho acreedor de un mote que me parece muy bueno, hasta el punto de que yo ya lo voy a llamar así siempre en el blog: Fake-joo. Pero aunque no tengo datos fiables, sí tengo un par de anécdotas personales, que me parece que ayudan a entender todo esto.

La primera. Yo me jubilé en febrero de 2021 y empecé a cobrar mi pensión. Y, en febrero de 2022, me regularizaron la cuantía de esa pensión, de acuerdo con el sistema establecido por M. Rajoy (también lo voy a llamar así en el blog a partir de ahora). Y, en la hoja que me mandaron y que conservo, se detallaba un cálculo complicadísimo, casi con logaritmos neperianos. Resultado: mi pensión neta se incrementaba exactamente en 3€. Lo conté en el blog. En cambio, en febrero de 2023, por aplicación de los nuevos criterios de Sánchez (aprobados en el parlamento con el habitual voto en contra del PPVOX), mi pensión subió en unos 700€. Fin de la anécdota. La segunda historia, no la he contado nunca y remite exactamente al 12 de marzo de 2003, el día siguiente a la barrabasada de Atocha. Yo acudí a la masiva manifestación de repudio de los atentados y me encontré en medio de un personal heterogéneo, en el que seguía habiendo mucha gente convencida de que había sido ETA, como sostenía el Gobierno de Aznar.

A mi lado, caminaban dos chavales con la indumentaria típica de los pijos del barrio Salamanca, zapatitos bien lustrados, pantalones pitillo y jerseys del Cortefiel en los hombros. Hablaban entre ellos pero, en un momento dado, el que estaba a mi lado empezó a corear un grito, con el soniquete del graciosillo que se está aburriendo y quiere un poco más de ruido. El grito decía: ¡¡¡VAJCOS SÍ, ETA NO!!! Daba palmitas para intentar que alguien le siguiera. Pero, después de gritarlo dos veces, su compañero, más serio. le cortó hablando bajo y le dijo que no había sido ETA, que ya se sabía. Y quién lo dice, quiso saber el primero. Joder, lo están diciendo por todas partes, en la radio, en la tele. El promotor del grito paró de andar, puso una cara de desconcierto absoluta y, abriendo los brazos, proclamó perplejo:  ꟷEntonces, ¿qué cojones hacemos aquí tú y yo? Creo que esta anécdota es muy significativa. Por cierto, que el menos tonto de los dos dijo algo sobre protestar por una salvajada, hubiera sido su autor quien fuera. Pero el graciosillo respondió que se la sudaba y que mejor se iban a tomar unas cañas por allí cerca.

Sufriremos, pues, el gobierno del PPVOX. Pero yo no seré cómplice de ello con mi voto. Al fin y al cabo, El Topillo acaba de sacar mayoría absoluta en mi ciudad. A pesar de que cierra los parques cuando hace calor. Ahora se queja el personal de que también cierra las piscinas municipales a mediodía, para limpiarlas. Y de que la obra de la Puerta del Sol, que iba a estar para el día de Nochevieja, sigue empantanada, es que no dijeron de qué año era la Nochevieja. Y las partes que se van abriendo, han merecido el nuevo nombre que le ha puesto la gente: La Sartén de Sol (en este post están definiéndose una serie de motes que ya se van a convertir en permanentes). Este es el panorama y frente a esto no queda otra que evadirse, como he hecho yo el fin de semana pasado. Han sido tres días geniales, en los que me he olvidado de todo y he cargado las pilas para lo que viene. Pero el Béjar Blues Festival se merece un post específico y yo quería centrarme hoy en este tema, por si consigo rebañar algún voto más para la izquierda, de aquí al domingo.

Como les he dicho, la cosa está jodida. La derecha es disciplinada y vota en bloque. Les da igual que el candidato sea feo y paticorto como el Topillo, o tenga ojos de malvado como Fake-joo; ellos van siempre a votar y sacan de sus camas a los enfermos crónicos y de sus conventos a las monjas de clausura. En cambio, en la izquierda somos todos más puristas, le sacamos punta a todos los candidatos y nos estamos siempre peleando. Por eso nos ganan siempre. Esta vez, la cosa estaba bastante empatada, a pesar del machaque de los sondeos, y por eso el PPVOX ha urdido una estrategia que hay que calificar de brillante, como todo lo que idea MAR. Un solo combate, nada de eliminatorias de ida y vuelta, un match a partido único, jugando en casa y con las cartas marcadas. Y Sánchez acudió como un pánfilo al matadero que le habían preparado. Fake-joo cortó las dos orejas y el rabo y salió por la puerta grande. Y además demostró ser un buen actor, que si un día deja la política se podría ganar la vida haciendo de malo.

En realidad todo esto es la jugada final de una estrategia preparada minuciosamente desde hace mucho. La derechona no admite que gobierne nadie que no sean ellos y llevan desde la moción de censura preparando la revancha de ese hecho malhadado para ellos, aunque el culpable fue el señor M. Rajoy que se negó a dimitir y dejarle el gobierno a Soraya (mejor nos hubiera ido con esta señora). Por novatos, se les ocurrió hacer unas primarias (primera y única vez que eso sucede en el PP) y de ahí les salió el pobre fraCasado. Pero no tardaron mucho en verificar que con semejante líder iban de culo, así que se lo cargaron en una intriga palaciega bastante poco clara. Convencieron a Fake-joo, que para nada quería venirse a Madrid, porque vivía como un rey en su Galicia. Pero le garantizaron que le apoyarían a muerte. Y aquí estamos.

Hablo en un plural un tanto misterioso sobre quién está detrás de esta avalancha. ¿Quiénes son los que mueven los hilos? Porque MAR es un simple empleado. Eso sí, merecedor de ganar todo el rato el premio de empleado del mes. Pues miren, yo no sé responder a esa pregunta. Imagino que Aznar con su Fundación FAES. No es difícil de imaginar que este señor no ha dejado el mando en realidad, como tampoco Pablo Iglesias. Desde luego, el Opus Dei, que es como un estado dentro del Estado. Y muchos empresarios que no quieren para nada que se les suban los impuestos. Y muchos franquistas que temen que con lo de la memoria histórica se descubra cómo hicieron algunos sus fortunas. Pero, con todos estos sectores, no hay bastantes votos para ganar. Hace falta convencer a muchos de los de abajo de que los socialistas les roban y les suben los impuestos para poder costear los viajes del maldito Falcon.

Pero para eso está la lluvia fina, una lluvia realmente tóxica que es capaz de convencer a una parte amplia del pueblo para que voten contra sus intereses, porque a los poderosos hay que tenerlos contentos, que así crean mucho empleo y podemos todos comer bien. Así que: ¡Ole! ¡Vivan las caenas! No quiero insultar a los votantes de buena fe de la derecha, jamás leerán en este blog que el pueblo se ha equivocado y ha votado mal. Lo que decida el honrado pueblo, bienvenido sea, yo desisto de hacer análisis políticos (nunca he presumido de ello) y me dedicaré al blues, al yoga, al inglés, al running y a viajar por ahí mientras pueda. Les dejo de despedida una imagen premonitoria de lo que va a suceder el domingo. Yo ya he emitido mi voto y ese día no tendré obligaciones, estaré fresquito y podré dedicarme a mi ocupación favorita: tocarme las pelotas a dos manos a la orilla del mar. Sean buenos y, dentro de lo que cabe, voten con cabeza.



lunes, 10 de julio de 2023

1.234. Autocanastas, pinganillos y el cesto de las chufas

Hace ya un tiempo que varios de mis lectores me reclaman que me moje, que me pronuncie de una vez en relación con las inminentes Elecciones Generales y deje ya de hablar todo el rato de lo majo que soy con mi yoga, mis cervezas en el Ricla y mis conciertos de rock. Vale, me doy por enterado, pero permítanme que antes de entrar en harina les muestre una foto que me saqué en casa ayer, antes de salir a la calle de esa guisa maqueado, para acudir a mi clase de yoga de recuperación del lunes perdido por la luna llena. Me consta que a mi gato le gusta bastante esa imagen un poco canalla, pero siempre colega y optimista. Una imagen vale más que mil palabras, uno es lo que parece y es bueno que sepan ustedes con quién se están jugando los cuartos y juzguen mis opiniones en consonancia.

Sentado esto, vayamos al grano. Tengo que empezar por contarles la historia de la autocanasta, que seguramente ustedes desconocen, porque su aparición fulgurante tuvo lugar nada menos que en enero de 1962, hace más de 60 años. El inventor del concepto fue el gran Pedro Ferrándiz, uno de los mejores entrenadores de baloncesto de la historia, un genio según todos los que le trataron y por aquel entonces al mando del Real Madrid, al que dirigió en unos años gloriosos en los que conquistó, entre otros trofeos, cuatro Copas de Europa. Era precisamente una eliminatoria europea a doble partido la que se estaba jugando ese día en Varese (Italia), frente al Ignis, el peleón equipo local. El Madrid cobró una ventaja amplia en los primeros cuartos, pero luego empezó a desfondarse. Varios de sus jugadores se lesionaron o fueron eliminados por cinco faltas personales y el equipo llegó a los compases finales literalmente exhausto, con los de Varese acercándose cada vez más en el tanteo.

En un momento dado, el Ignis logró igualar el marcador. El reloj indicaba que quedaban sólo dos segundos y Ferrandiz pidió tiempo muerto. Ese empate llevaría el partido a una prórroga en la que al Madrid previsiblemente lo arrasarían, porque el contrario estaba mucho más entero y traía el subidón psicológico de la remontada. Y ahí viene la genialidad de Pedro Ferrándiz. Sacaba el Madrid para jugar los dos segundos que faltaban, sin tiempo para intentar llegar al aro contrario y anotar. Ferrándiz sacó a un suplente para perpetrar la travesura, un tipo gris que se llamaba Lorenzo Alocén. Un compañero sacó, le pasó la pelota y Alocén encestó en su propia canasta. La artimaña se había urdido sobre la marcha durante el tiempo muerto, hasta el punto que el mítico Emiliano confesó años después que él estaba preparado al otro lado para palmear en caso de que Alocén, que era un manta, se pusiera nervioso y fallara el tiro.

También estaba preparado el numerito de que todos los compañeros se echaran encima de Alocén regañándole ostensiblemente, como diciéndole: ꟷPero ¿tú estás loco o qué? mientras el autor de la superchería se echaba las manos a la cabeza desolado. Todo esto era un show perfectamente coreografiado para hacer pensar a los árbitros que no era algo preparado. Porque unos árbitros puñeteros podrían pitarle falta técnica a Alocén, anular la canasta y mandar el partido a la prórroga. Pero, después de consultar entre ellos, decidieron dar por válida la jugada. El Ignis ganó el partido de ida por dos puntos y luego perdió de 18 la vuelta, que se jugaría en Madrid dos semanas más tarde. El Madrid pasó de ronda y los italianos pusieron el grito en el cielo. Pero la FIBA hubo de reconocer que en el reglamento internacional del baloncesto no estaba contemplada sanción alguna por meterse una autocanasta.

La cosa trajo mucha cola y la federación se apresuró a cambiar el reglamento internacional del basket, estableciendo que el equipo que se autoinfligiera una canasta en su propio aro, sería multado con 1.000 dólares y excluido de todas las competiciones durante dos años. Así que nunca más volvió a producirse una autocanasta, lo que todavía engrandece más la figura y la leyenda de Pedro Ferrándiz, un tipo capaz de urdir un truco tan maquiavélico como el que les he relatado. Y ahora viene la pregunta del millón: ¿qué tiene esto que ver con el tema de las Elecciones Generales, del que más arriba acabo de prometer ocuparme por petición de unos cuantos de mis seguidores más fieles? Pues lo van a ver enseguida. Porque durante esta campaña y precampaña, hemos asistido por lo menos a dos autocanastas.

La primera hemos de atribuírsela a Pedro Sánchez. Después de la debacle de la izquierda en las Locales (mucho más grave de lo que los peores augurios anunciaban), Sánchez se dio prisa en convocar las Generales, en algo que yo entendí y justifiqué como un calentón: vale, si esto es lo que quiere la gente, si el personal es tan burro que se traga lo del sanchismo, el Falcon y mi intención de romper España, pues votemos ya de una vez y que el pueblo diga ya lo que quiere y me dejen en paz. Pasados los días, he llegado a la conclusión de que la cosa no vino de un calentón. En estas elecciones es mucho lo que nos estamos jugando (en mi opinión la decisión entre seguir adelante en el camino del progreso, la integración europea y el cuidado social y medioambiental, o por el contrario iniciar el camino hacia atrás, hacia el franquismo más rancio y desfasado). Es mucho lo que nos jugamos y aquí nadie da puntada sin hilo. El adelanto electoral no fue un calentón sino una autocanasta.

Tras los desastrosos resultados de las Locales, es creíble que el presidente se reuniera con sus asesores. Estos manejan datos reales y prospectivos y seguramente pronosticaron que, de aquí a diciembre (fecha normal en que se hubieran celebrado las elecciones), el deterioro de la imagen del Gobierno iba a seguir en aumento y la diferencia del PP frente al PSOE ampliándose cada vez más. Por eso el adelanto. Sánchez es un narciso y confía muchísimo en su capacidad de seducción cuando baja a la arena, como ha hecho estos días con un maratón de entrevistas de todos los tipos. Con ese tirón, cimentado en su autoconfianza, tiene la posibilidad de recuperar la diferencia que le saca ahora el PP, nunca la que le sacaría en diciembre. Es decir, se ha metido una autocanasta para evitar la dolorosa prórroga que le quedaba hasta final de año y en este momento parece que hay partido. Es una jugada muy arriesgada, pero no duden de que a Sánchez le pone eso de ir por el filo (como le gustaba a Gallardón). Y tampoco olviden que Sánchez es jugador de baloncesto y forofo de ese deporte: seguro que conocía la historia que les he contado.

La cosa viene también inducida por el hecho constatable de que Sumar no acaba de acercarse a los niveles que muchos esperábamos. La guerra fratricida con Podemos, la tesitura de vetar a Irene Montero (una persona que ahora mismo no suma, sino que resta, como Echenique), le ha hecho a Yolanda dejarse muchos pelos en la gatera. Sumar, como Vox, están relegados al papel de comparsas y lo que aquí finalmente se ventila es una pelea de gallos entre los dos históricos del bipartidismo. El PSOE considera crucial que Sánchez saque más votos que Feijoo. Y en eso está ahora su empeño principal. Y Feijoo, que tampoco da puntada sin hilo, se ha dado cuenta de esa estrategia y se ha puesto manos a la obra. Y eso nos lleva a la segunda autocanasta. Porque el programa que publicó anteayer Vox no tiene pies ni cabeza. Pone en cuestión el Estado de las Autonomías, el aborto y hasta el divorcio. Por un descuido se les ha olvidado prometer que se podrá volver a fumar en los bares.

Un programa como ese les va a hacer perder muchos votantes entre la gente de buena fe de la derecha que les ha votado en los últimos tiempos. ¿Y a dónde irán a parar esos votos? Sí señor, han acertado: al PP. ¿Lo van pillando? La publicación de ese programa en este momento (más la lona de Atocha y otras animaladas) tiene por objeto generar un miedo que induzca un trasvase de votos de Vox al PP. Un trasvase de vuelta, porque no olviden que Vox surge como una escisión del PP, promovida por gente descontenta con el excesivo centrismo del señor Rajoy. Esto es otra autocanasta, pero en este caso huele a kilómetros a una estrategia pactada entre ambos grupos. No es muy difícil imaginar que Feijoo y Abascal se han reunido en secreto y pactado una hoja de ruta conjunta. Mira, Santiago, tú sabes que puedes contar conmigo, que venimos de la misma raíz, has visto que no te he puesto obstáculos a entrar en los gobiernos regionales. Así que ahora, me vas a devolver el favor, vas a sacar a la luz un programa de máximos que asuste a tus electores y me permita a mí recuperar parte de los votos travasados a tu grupo, para quedar el primero; eso es básico. Una vez que yo sea el ganador, tú y yo nos vamos a entender.

¿Cabe imaginar una estrategia semejante en la izquierda? Yo creo que no. Para empezar, los dos grupos de esta tendencia no vienen de la misma raíz, de hecho socialistas y comunistas llevan décadas a la greña, casi desde sus respectivas fundaciones. Y, en este caso, Yolanda se está diluyendo sola, por culpa del boicoteo de muchos de los suyos que se están vengando del ninguneo a Podemos condenándola a jugar un papel similar al de siempre de Izquierda Unida (en torno a un 10/11% de los votos). En los medios de la izquierda hay una tendencia a pedir el voto a Sánchez como forma de voto útil; no es casualidad que a mí me haya llegado ese mensaje al menos por cuatro o cinco vías, de personas que no se conocen entre sí. A la vista de eso, la cosa queda reducida a una contienda Sánchez-Feijoo. Todo a cara o cruz. Young Sánchez contra Mano-de-Piedra Feijoo. Sánchez se sabe guapo y atractivo, por eso propuso cuatro o cinco debates, uno por semana.

Pero Feijoo sabe que, en ese tipo de ring, tiene todas las de perder: es feo, pueblerino, metepatas y poco ágil en las distancias cortas. Pero no lo subestimen: es muy listo y posee esa astucia de los gallegos de pueblo que tan bien usaba Rajoy (por no hablar de Franco). Para empezar, sólo ha aceptado un cara a cara, el de esta noche, a pesar del desgaste de imagen que supone el que la gente piense que no quiere mostrarse mucho por miedo a que Sánchez se lo coma. Es significativo que Feijoo haya propuesto un solo debate y jugando en casa (Atresmedia). Y supongo que saben que el PSOE, después de aceptar el reto, ha exigido que se prohíban los pinganillos, porque están convencidos de que Feijoo es incapaz de memorizar todos los datos estadísticos y económicos con los que podría rebatir la avalancha de cifras con que le va a atacar Sánchez, que es un memorión y lo tiene todo en la cabeza.

Lo de los pinganillos dicen las malas lenguas que lo usa con frecuencia la señora Ayuso, debajo de esa melenita tan coqueta que suele peinar, porque en ocasiones no tiene ni idea de lo que se está hablando y tienen que soplárselo subrepticiamente. La cosa es tan seria, que el PSOE no sólo ha pedido que se prohíban los pinganillos, sino que ha exigido que se instalen inhibidores de frecuencia, para que a Feijoo no le lleguen informaciones por el aire; este tipo de sistemas se ha sofisticado mucho y ahora puede hasta llevarse el pinganillo dentro del culo (con perdón). En realidad, esas condiciones que pide el PSOE son las que ahora mismo se suelen disponer en cualquier examen universitario. Así que, esta noche, tendrá lugar a la vista de todos el round decisivo. Preparen las cervezas y las palomitas, que la cosa promete. En realidad, yo no estoy seguro de que vaya a verlo, porque ya tengo mi voto decidido, algo que no creo que les sorprenda; llevo diez años mostrando cuál es mi orientación política (y hasta creo que ya lo he anunciado en textos anteriores).

¿Y por qué estoy tan seguro de mi voto? Hombre, yo siempre estaré a favor de una propuesta basada en la sostenibilidad económica, social y medioambiental. Y no veo eso por parte de los partidos más a la derecha. Es más, por ese lado veo sobre todo mucho negacionismo: climático, social, vacunas y demás. Para intentar explicar un poco más todo esto, creo que conviene repasar la historia reciente, que tenemos una memoria bastante frágil. La cosa arranca con la gran crisis económica de 2007/2008. Tal vez lo hayan olvidado, pero el momento en que los grandes poderes económicos que gobiernan el mundo asomaron la patita fue cuando el señor Zapatero, a la sazón presidente del Gobierno, se vio abocado a promover una reforma de la Constitución (creo que es la única hasta ahora) por la que se blindaba la obligación de pagar las deudas del país, por encima de cualquier otra consideración social o política.

El, también a la sazón, jefe de la oposición, señor Rajoy, se apresuró a votar a favor de una propuesta tan afín a sus postulados políticos. Además, como Rajoy no era un fraCasado, no le importó votar a favor del Gobierno; el fraCasado hubiera votado en contra para provocar la caída del Gobierno y ponerse él. El caso es que Zapatero con este movimiento terminó de cavar su propia tumba (ya empezada a excavar con tontunas como aquello de que bajar los impuestos es de izquierdas). En las siguientes elecciones, Rajoy fue el vencedor. Y ganó con un programa que prometía bajar impuestos, aumentar la inversión pública, disminuir la presión fiscal y otras medidas para fomentar la economía. Pero muy pronto, las autoridades financieras lo llevaron en sentido contrario, a cometer el llamado austericidio, que terminó con muchos de los derechos históricamente conquistados por los trabajadores españoles.

Preguntado años más tarde al respecto, Rajoy declaró que él no había hecho lo que había prometido en su programa electoral, sino que había hecho lo que había que hacer. Las autoridades financieras han comprendido luego que el austericidio fue un error. Por suerte, somos un país bastante potente y, como Italia, hemos logrado recuperarnos. Pero a Grecia la han hundido para siempre. En esas estábamos, cuando los procesos de la corrupción empezaron a llegar a buen puerto. Y, entre otras cosas, toda España pudo ver que, en los papeles de Bárcenas, figuraba una asignación periódica al señor M.Rajoy, en dinero negro y bastante sustanciosa. Pero el presidente se llamó andana y tuvo la cara dura de declarar que esas anotaciones no probaban nada, que podía ser otro (por ejemplo Manolo Rajoy). Parece mentira que no nos acordemos de todo esto. El chiste del momento de El Roto es, como siempre, genial.

Sánchez, a quien la cúpula del PSOE había echado de la Secretaría General porque no quería colaborar con Rajoy (el momento del famoso no es no), secretaría que luego recuperó, planteó una moción de censura, un procedimiento contemplado en nuestra Constitución. Y, contra todo pronóstico, ganó el órdago. Desde entonces, la derecha lo considera un presidente ilegítimo, un okupa de la Moncloa. Pasan por alto el hecho cierto de que después de eso ganó dos elecciones. Casi desde el minuto cero, empezaron a insultarlo en El inMundo, el ABC o la sinRazón, por no hablar de los libelos como OK Diario, Voz Populi o Libertad Digital, más todos los medios audiovisuales. Es una lluvia fina, cada día y cada noche, durante cinco años, que poco a poco ha ido calando a la gente. Yo tengo amigos que están convencidos de que Sánchez es un mentiroso y un falso. Yo les pregunto por qué y me contestan: ꟷ¡Ah! No sé, lo dice todo el mundo.

Vamos a ver: todos los políticos mienten. Es más yo quiero que mientan, es decir que no se atrincheren en líneas rojas ideológicas, sino que negocien y hagan política, para eso se les elige, incluso si para ello tienen que rectificar lo que han dicho o prometido. Como ha hecho la señora Guardiola en Extremadura. No pasa nada; lo de decir Diego donde hasta hace unos días decían digo, les viene de serie a los políticos de todos los grupos. Pero es que esto de que Sánchez es un mentiroso es una fake news, una posverdad. Algo que se inventaron para derribarle, entre el fraCasado y el nefasto Albert Rivera, el político más tonto de Europa después de la Segunda Guerra Mundial, a mucha distancia de Zapatero, Hollande y Cameron (aunque este último ha sido sin duda más dañino para su país). Al final del post diré algo más de este señor. Como digo, se empezó a difundir como algo irrebatible que Sánchez miente cada vez que habla. Sin embargo, les voy a pedir que vean un fragmento de una intervención ante unos jóvenes de su partido, justo hace siete años, cuando todavía no lo había echado su partido de la secretaría general para intentar poner a Susanita-tiene-un-ratón.

No sé qué piensan ustedes, pero a mí me parece que no hay una gran desviación ideológica o programática entre este discurso, su trayectoria como presidente y su programa actual para renovar el cargo. Por cierto, el sueldo mínimo es ahora mismo de 1.080€. Me encantaría que algunos de mis lectores, de los que piensan que este señor es un falso y un malvado, pusieran en cuestión esta especie de dogma inducido por cinco años de lluvia fina y analizaran lo que ha hecho este señor mientras ha sido presidente. Yo creo que ha gobernado bien en las áreas económica, laboral e internacional, basándose en el brillante desempeño de dos personas: Nadia Calviño y Yolanda Díaz. En una situación de excepcionalidad forzada por la pandemia y la guerra de Ucrania. Con Iglesias dando por culo cotidianamente desde dentro del Gobierno. Y con Irene Montero equivocándose clamorosamente con la ley de sólo sí es sí y no reconociéndolo ni bajo tortura.

Y con un fraCasado que se oponía a todas sus iniciativas legislativas, sin siquiera leerlas. La Reforma Laboral, que derogó de facto el austericidio de Rajoy, es ahora reconocida hasta por Feijoo. Pues recuerden que se aprobó de chiripa, sólo porque un señor gordo de Extremadura (a quien en el blog bautizamos como El de la Chacina) se equivocó reiteradamente en su voto telemático. No sé cómo la gente se olvida de esto. El fraCasado es uno de los peores políticos que ha pasado por España, ayudado por el nefasto Teodoro García Egea (recuerden que Cayetana dijo en su libro que el PP se había convertido en una teodorocracia). Pues El de la Chacina era la mano derecha de Egea (la de limpiarse el culo, como me dijo un amigo siempre certero en sus comentarios). Durante esos años, el PP se dedicó a ir reiteradamente a Bruselas a hacer de acuseta para intentar torpedear la política de Sánchez, esa misma que nos ha permitido generar empleo, no pagar demasiado por la luz, etc. El presidente ha salido adelante, muchas veces por los pelos, frente a un adversario que ha usado contra él todas las formas de la deslealtad. Pero nada, hay que echar a Sánchez porque miente todo el rato, quiere desmembrar España y viajar en Falcon. Realmente, si el PP gana con semejante discurso, nos mereceremos todo lo que nos pase.

Seguiré por esta línea, que ya saben que yo, cuando pillo la linde, ya nadie me aparta de mi camino, y hay muchas cosas que comentar, como el apaciguamiento del independentismo catalán, los ERTES, los contratos fijos-discontinuos, o las campañas de vacunación. Esto queda para el siguiente post. Pero he prometido concluir diciendo algo sobre el idiota de Albert Rivera, el culpable de haberse cargado un partido que podía haber jugado un papel crucial en España. Porque un partido de centro es una bisagra y tiene que saber bandearse a un lado o a otro según convenga. Y Rivera fue a entrevistarse con Sánchez, en una reunión de la que podría haber salido como vicepresidente del Gobierno. Y sin saber por qué, el tipo agarró el cesto de las chufas y se fue; ya no volvió a hablar nunca con Sánchez. ¿Cómo dicen? ¿Que no conocen esa expresión? Pues búsquenla en la Wikipedia.

Después de la espantada, Rivera se sintió graciosillo y empezó a parir expresiones que el PP hizo suyas enseguida: el sanchismo, el gobierno Frankenstein, este gobierno es una banda, la Moncloa es la habitación del pánico. Con esta tontuna se cargó su propio partido. Pero el PP sigue hablando del sanchismo, una denominación que no designa nada y empieza por ser una incorrección gramatical, porque sanchismo vendría de Sancho, no de Sánchez; en todo caso debería ser sanchecismo. Rivera no fue vicepresidente y en su lugar entró Pablo Iglesias. Ahora, según dice la prensa rosa, a Rivera lo ha dejado su pareja, la cantante Malú. Yo creo que no le perdona que rechazase la vicepresidencia, un puesto que le hubiera permitido a ella ser ministra de Cultura; eso es lo que hace un macho ibérico de verdad por su mujer y no tanta mandanga del sanchismo y el Frankenstein. El día que Albert agarró el cesto de las chufas cavó su propia tumba política y personal.

En fin, ya les dejo, listos para ver el debate de esta noche. Un guaperas narciso, contra un pailán, que es como se llama en mi tierra a los tipos de pueblo cuya pinta da el cante en la ciudad. Tradicionalmente se representaba al pailán con el paraguas enganchado en el cuello del abrigo, colgando para atrás, algo que un tipo urbano no haría nunca. Pero no subestimen al Pailán. Es listo y astuto. No habla inglés y, si llega a presidente, nos haría quedar muy mal internacionalmente, pero eso no quiere decir que sea tonto como el fraCasado. Feijoo es un político de larga trayectoria, que está en posesión de muchas mañas. Así que, como suele decirse: segundos fuera, no va más.