jueves, 31 de agosto de 2023

1.244. El tema del verano

He de reconocer que me da una cierta pereza hablar del asunto Rubiales, que ha desplazado a todas las serpientes de verano de este Año del Señor de 2023, haciendo que casi no le dediquemos atención al asesinato del jefe de Wagner o las dificultades para formar gobierno, por citar un par de temas de mucha más trascendencia que el arriba citado. Añadiré que, para insistir en lo mismo que está diciendo todo el mundo (salvo la señora Ayuso, Losantos y cuatro colgados), yo no perdería el tiempo en escribir nada al respecto. Lo que pasa es que vengo siguiendo el fútbol femenino desde hace años y creo que puedo poner el tema un poco en contexto. En realidad, yo sigo este tema desde que el Dépor montó su equipo femenino en segunda división, logró por fin ascender a Primera y, en su primer año en la categoría, fue el equipo revelación, en una temporada que se cerró en falso por la pandemia, cuando el Dépor era el cuarto clasificado. En ese equipo había varias jugadoras que me gustaban mucho, como Tere Abelleira, Athenea del Castillo o Misa Rodríguez, la portera canaria.

Al año siguiente, el Dépor empezó fatal, merced al empecinamiento de su entrenador, al que tuvieron que echar a media temporada, cuando el equipo iba último. Empezó entonces una remontada, que terminó muriendo a la orilla, como es el sino de todos los equipos del Dépor. En una liga en la que todos los años menos ese descienden los dos últimos clasificados, ese año bajaban cuatro, por una remodelación de las categorías. Y el Dépor femenino terminó cuarto por la cola, empatado con el quinto, que logró la permanencia por una diferencia de un gol. Es como si estuviera escrito que el equipo tenía que sufrir esa especie de castigo bíblico para igualar el destino funesto del masculino. El recién creado Real Madrid femenino pescó en río revuelto y se llevó a las tres mejores jugadoras del equipo, que el año pasado se quedó por muy poquito a las puertas del ascenso. Con motivo de todo eso, empecé a interesarme por el Real Madrid y también por el Barça, que en estos años pasados ha tenido un dominio abrumador, espectacular, no sólo en España, sino también a nivel mundial.

Así que yo no soy un recién llegado a este tema, como muchos de los que ahora opinan como si entendieran del asunto. El tema del famoso beso de Rubiales a Jenni Hermoso ha generado un pollo descomunal, en el que no viene mal analizar las cosas sin tanta pasión como le ponen algunos y situar las cosas en su contexto, más que nada por tratar de conocerlo en todos sus matices. Eso es lo que voy a intentar, sabiendo que me arriesgo a que me pongan verde o me entiendan al revés. Quede claro que mis simpatías entre los dos protagonistas del beso de marras no son equidistantes. El tal Rubiales me parece un impresentable y representa los valores totalmente opuestos a los que yo vengo defendiendo en este blog. Es un tipo de la Edad de la Piedra, es el eslabón perdido de Darwin, es un animal de pezuña y en estos días se ha mostrado como es. Además (y esto es todavía más grave), es un gangster, que ha establecido una red clientelar en la RFEF, básicamente destinada a forrarse y a conseguir cada vez más poder. En la Federación, Rubiales estaba en todas partes, como si tuviera el don de la ubicuidad.

Pero esto ya se sabía y nadie decía nada. Y, de la misma forma en que el gran Al Capone acabó en el trullo por un asunto colateral de deficiencias en su declaración de Hacienda, Rubiales está cayendo por un asunto colateral de su práctica gangsteril, en cuyo transcurso ha demostrado no haberse enterado de que la sociedad española ha cambiado y ya no es la de los tiempos de las películas del destape y las excursiones a Perpiñán a ver el Último Tango en París. Además de todo eso, el tipo es un basto y un inculto, que ha llegado a donde está por una serie de prácticas matonistas, como las que usa el señor Putin. Y, para colmo, tiene cara de pene; yo no hay vez que vea su jeta que no la imagine embutida en un preservativo gigante. Debe de dar mucho asco que un tipo así te dé un beso, ya no sólo en los labios, sino en la mejilla o cualquier otro de los lugares considerados como castos. Entre las cosas que he leído sobre él, lo mejor es la caracterización que le hace un articulista, que dice que con él se queda corto el concepto de macho alfa, que más bien hay que considerarlo un macho alfalfa.

En cambio, Jenni es una chica de Carabanchel, vividora y divertida, que aprendió a jugar al fútbol en los descampados de un barrio por donde es fácil imaginar pululando a Manolito Gafotas y ha logrado el nivel de excelencia futbolística después de superar diversos baches en su carrera, que se desarrolló en el Rayo Vallecano, Atlético de Madrid y Barça, además de una aventura en Suecia, otra en el París St. Germain y una última en el Pachuca de México. Su trayectoria vital está a años luz de la de Rubiales, es honesta y disfrutona y se tomó lo del beso inicialmente a la ligera, porque anda que no habrá ella visto y sufrido cosas peores. Yo tuve una compañera del curre de Carabanchel, que cada día llegaba echando pestes de un exhibicionista que se cruzaba en su camino al Metro a través de un parque y le abría la gabardina. Encima era del barrio y ella lo conocía y cada día le decía: joder Manolo, qué desagradable eres, ¿es que no tienes nada mejor que hacer a estas horas y con el frío que hace?

Jenni trató de quitarle hierro al tema al principio (aunque en todo momento sostuvo que no le había resultado agradable) pero, a la vista de la que se estaba liando, tuvo que pronunciarse y lo hizo de la única forma posible. Pero todo esto viene de antiguo y conviene hacer un repaso somero a la historia. El hecho más trascendente de esta historia se produjo hace un año, cuando quince de las mejores futbolistas españolas enviaron e-mails individuales idénticos a la federación manifestando que renunciaban a participar en la selección hasta que cambiaran o se solucionaran determinados problemas de fondo que amenazaban su salud mental. La cosa era grave y se comentó en su día en el blog.

La renuncia era el resultado de una conspiración subsiguiente a la derrota ante Inglaterra en el Campeonato Europeo de 2022. Esa derrota abrió la espita del malestar de las jugadoras, que entendían que las cosas no se estaban haciendo bien. El objetivo del colectivo tenía nombre y apellidos: Jorge Vilda, seleccionador desde 2015. Hay que decir que, antes de 2015, el fútbol femenino prácticamente no existía en España. Vilda sustituyó a un energúmeno que llevaba 27 años en el cargo y acostumbraba a insultar a las jugadoras llamándolas focas, pedorras y cosas peores. La llegada de Vilda fue una especie de soplo de aire fresco, porque el tipo es educado y mantiene una distancia correcta con las jugadoras. Las rebeldes se cuidaron de dejar claro que el entrenador no se había propasado con ninguna de ellas, que lo que ellas pedían era una mejora en la infraestructura de la selección, que optimizara el talento de toda una generación muy brillante de jugadoras. 

Pero, entre 2015 y 2022, ya se habían visto algunas actitudes de este señor un poco despóticas. Por ejemplo, a Vero Boquete, gallega y estrella del equipo hasta entonces, la relegó sin demasiado motivo, no la usaba apenas y acabó forzando su renuncia a la selección. Ocho años después, sigue en activo, ganándose la vida como futbolista en la Fiorentina, de la primera división italiana. Otro caso similar es el de Damaris Egurrola, jugadora vasca de madre holandesa y criada en USA, que fue la estrella de las selecciones españolas sub 17 y sub 19 y a la que Vilda le cogió manía, por lo que acabó aceptando la oferta de unirse a la selección holandesa. Por cierto, en este Mundial, Holanda jugó contra España y Damaris me pareció una jugadora muy sucia, que arrollaba a las españolas con faltas continuas.

Planteado un conflicto tan grave, la prensa encontró carnaza y se dividió en dos bandos irreconciliables, echando más leña al fuego, es lo que da el país. De un lado, se decía que Las 15 eran unas niñatas consentidas que habían hecho lo mismo en el Barça y les había salido bien. Era verdad en parte. Es más, en el Barça lo habían hecho dos veces. En enero de 2019, un plante colectivo de las jugadoras desembocó en el cese del entrenador Fran Sánchez, que fue sustituido por Lluis Cortés. Con este señor, logró el Barça femenino el histórico triplete de 2021 (Liga, Copa de la Reina y Champions), lo que no le libró de un nuevo plante de las chicas por el que acabó fulminado y despidiéndose entre lágrimas. Por cierto, en pocos meses encontró trabajo como entrenador del equipo femenino de Ucrania pero, nada más llegar a Kiev empezó la guerra; yo creo que este señor es un poco gafe.

O sea, que las jugadoras del Barça tenían experiencia en plantes, aunque ha de reconocerse que el nivel del equipo ha ido subiendo hasta su actual posición a la cabeza del fútbol mundial, en parte gracias a estas combativas futbolistas, que no se conforman nunca. Desde el otro lado de la opinión patria, se decía que Vilda era un manta, un enchufado de la federación en donde trabajaba su padre y que su única experiencia anterior era como entrenador del Canillas FC. Esto era falso. Vilda, hijo de Ángel Vilda que pasó por varios puestos en la federación, ejerció efectivamente como preparador físico del Canillas pero de ahí pasó a entrenar a la selección femenina sub 17, cargo que le llegó a través de su padre, pero con el que consiguió dos Eurocopas y un subcampeonato mundial. O sea, que no era un piernas.

El pulso estaba planteado y Vilda, que es un hombre educado, seguramente se planteó dimitir y que de esa forma se solucionara todo. Pero ahí apareció el macho alfalfa, que le dijo: tú de ahí no te mueves, que yo te voy a apoyar a muerte. En el motín, las chicas del Barça llevaban la voz cantante, pero estaban las de todos los equipos. Finalmente, las del Real Madrid en bloque decidieron no enviar el e-mail de renuncia. También se las puso verdes, se dijo que el club les había prohibido apoyar la revuelta o al menos recomendado que no se significaran. Y que, al caerse del cartel, lo que querían era copar todos los puestos que las rebeldes dejarían libres. Yo creo que esto es una decisión personal de cada una y ambas posturas me parecen respetables.

De hecho, a Las 15 no se les sumaron tres pesos pesados del Barça, tres veteranas que mostraron su apoyo al fondo de su reivindicación, pero dijeron que no compartían las formas. Estas tres eran Jenni Hermoso, Irene Paredes y Alexia Putellas, esta última lesionada de larga duración. Tampoco firmaron esa carta algunas de las jóvenes promesas del Barça, como Salma Paralluelo, Laia Codina o Cata Coll, que siguieron acudiendo a las convocatorias de Vilda, sin que ello mermara su compromiso con su club. La cosa entró entonces en un tira y afloja cada vez más tenso a medida que se acercaba el Mundial. Llegó un torneo intermedio, la Copa de las Naciones, en el que Vilda se las arregló para enhebrar un equipo con lo que tenía y consiguió hacer un buen papel, quedando de segundas. También jugaron amistosos de altura, como uno en que lograron ganar por primera vez a la selección USA.

En esos partidos, Vilda empezó por llamar a Irene Paredes y luego a Jenni Hermoso. Y, en cuanto Putellas regresó a la actividad, se le hizo ver que se contaba con ella para el Mundial. Se dice que Alexia fue la que hizo de mediadora con algunas de las quince, a las que se les llevaban los demonios viendo que se iban a perder el Mundial en el mejor momento de su carrera. Pero el gorila Rubiales exigía que quien quisiera volver tenía que desdecirse de su renuncia por la misma vía: con un e-mail. Lo hicieron cuatro de las 15: Aitana Bonmatí (para mí la mejor jugadora del mundo ahora mismo), Mariona Caldentey, Ona Batlle y la portera Sandra Paños. Vilda convocó para el Mundial a las tres primeras, pero dejó fuera a Paños, en una especie de venganza: el seleccionador no le perdonaba que hubiera apoyado a las díscolas, con todo lo que él había hecho por ella. Con ese grupo, Vilda logró montar un equipo que finalmente salió campeón, como todos saben.

¿Por qué volvieron Aitana y las otras dos? Pues yo las entiendo muy bien. Son profesionales y un Mundial como el de este verano es un escaparate único para sus carreras. Más los patrocinios y las ganancias directas en dinero contante y sonante, que no son como para despreciarlas por una cabezonería. Aitana es una mujer muy ambiciosa, como ella misma reconoce, va derechita a por el Balón de Oro y no podía dejar pasar esta oportunidad. Y las tres son catalanas o medio catalanas (Caldentey es mallorquina) y ya saben que la pela es la pela. Además, la federación incorporó muchas de las innovaciones pedidas por las rebeldes. Menos entiendo a las once recalcitrantes, encabezadas por Mapi León, la mejor defensa del mundo. En el caso de esta mujer, hay que decir que es maña, lo que explica bastantes cosas. Y tiene un liderazgo que seguramente ha arrastrado a las demás.  

Rubiales acudió a la final y se mostró eufórico en el palco y después en las celebraciones sobre el césped. Las mujeres lo habían sometido a un pulso muy duro y eso es algo que un machista como él no soporta. Y en ese pulso, había ganado por goleada. Con su apoyo, Vilda había logrado nada menos que el campeonato mundial. Así que se volvió loco y, en su euforia, se olvidó de convencionalismos y etiquetas y se mostró como es: un impresentable. Como se ha dicho, él no estaba celebrando tanto el campeonato, como su victoria en el pulso con Las 15. Pero es curioso cómo se endiosan este tipo de personajes, hasta el punto de olvidarse de que les están filmando. Porque las actuaciones incorrectas de Rubiales fueron cuatro. Primero se agarró los huevos en el palco, gesto que ya se ha comentado en el post anterior. Luego le echó la mano al hombro a la reina. Y después del beso a Hermoso se echó al hombro a Athenea del Castillo, la jugadora más liviana del equipo, como si fuera un saco de patatas. Todo esto se ve en las fotos que les traigo.






Pero la herida entre las jugadoras seguía abierta. Las 12 que se quedaron finalmente fuera, guardaban silencio. Ni una sola de ellas escribió en sus redes una felicitación por el éxito de sus compañeras. Durante el Mundial, habían sucedido algunas cosas significativas. En el tercer partido, contra Japón (España estaba ya clasificada después de ganar los dos primeros), el equipo sufrió una derrota sonrojante, por 4-0. Las japonesas nos pillaron al contraataque y nos marcaron cuatro goles como cuatro soles nacientes. Parece claro que, con Mapi León en el equipo, no hubiéramos encajado cuatro goles. Vero Boquete, que hacía de comentarista para RTVE, se dejó el micrófono abierto y se la escuchó lamentando la falta de Mapi y también de la portera Sandra Paños. Destilando, en suma, todo su resentimiento contra el entrenador que la apartó de la selección. Un resentimiento que comparte Damaris Egurrola, que tal vez por eso les arreó tanta leña a sus antiguas compañeras de la sub 17.

Vilda señaló a tres jugadoras después de ese partido. La portera Misa, que no paró un solo disparo: le tiraron cuatro veces y todas fueron goles. Y la parte izquierda de la defensa, formada por la central cordobesa Rocío Gálvez y la lateral Olga Carmona. Ninguna fue alineada de inicio en el siguiente partido, contra Suiza en el que ganamos 5-1. Ni Misa ni Rocío volvieron a jugar un solo minuto en el Mundial. En la posición de Olga, Vilda situó a Ona Batlle, cambiándola de lado y dando entrada a Ohiane Hernandez por la derecha. Pero Ohiane vio la segunda tarjeta amarilla contra Holanda, así que en las semifinales contra Suecia, Vilda tuvo que rescatar a Olga y nuestra gitana universal le terminó por salvar el culo en el último minuto de la semifinal y le solucionó después la final, con un par de goles históricos. Cosas del karma, o resultado de la actividad de esos dioses que nos gobiernan jugando a los dados.  

Pero esa desunión entre las jugadoras la ha solucionado definitivamente el macho alfalfa con sus actitudes arriba reseñadas y la posterior huida hacia adelante. Aún en Sídney, los periodistas le rodearon y, cuando se creía que le iban a pedir que hablara sobre el triunfo de la selección, resulta que lo que le preguntaron fue sobre el beso a Jenni, que ya empezaba a ser muy comentado en España. Su respuesta: yo sólo quiero hablar del Mundial, no de las bobadas que dicen algunos gilipollas y tontos del culo (sic). Todavía no sabía en qué jardín se había metido. Luego en el avión, se ve que le recomendaron hacer un vídeo de disculpas, que grabó claramente a regañadientes: yo no creo haber hecho nada malo pero me dicen que me disculpe y tendré que disculparme. Más tarde se supo que presionó de todas las formas posibles a Jenni y a la capitana Ivana Andrés para que participaran en ese vídeo, ayudándole a exculparse, pero ambas son muy listas y se negaron.

Llegada la selección a Madrid, el tema del beso se había convertido ya en trending topic mundial, copando las portadas del New York Times y todos los grandes diarios de occidente. Entonces, se filtró a la prensa que Rubiales dimitiría en la asamblea de urgencia que se había convocado. Pero sorprendentemente para todos, el tipo no dimitió, sino que se atornilló a la poltrona y reforzó la unión con superglue. Lo más penoso fue ver a Vilda y otros palmeros aplaudiendo un discurso en el que atribuía sus problemas al acoso de unas falsas feministas, muy distintas de las feministas de verdad, como sus hijas, a las que había invitado a que presenciaran el despropósito desde la primera fila. Todo muy mafioso, muy corleone. Cinco veces repitió como un mantra la frase no voy a dimitir, entre el aplauso de los asistentes, en una escena a la que algunos músicos han añadido bajo, batería y otros instrumentos. Véanla.

Además, intuyendo lo que se le venía encima, cesó a todos los miembros de su Consejo de Administración, menos a uno: su fiel Pedro Rocha. Pero este, que se ha quedado al cargo del tinglado al ser suspendido Rubiales por la FIFA, rápidamente se ha desmarcado de su mentor y ahora encabeza el movimiento para que se vaya. Esto es ciertamente un clásico: el propio Rubiales fue nombrado de urgencia para sustituir al no menos gangsteril Ángel María Villar y seguir como su hombre de paja, pero enseguida renegó de él. Como Franco con Suárez, o Uribe con Santos en Colombia. Por entonces, ya las 12, más las 23 de la selección y otras 50 de todos los equipos españoles habían firmado un llamamiento en el que manifestaban que no irían a la selección hasta que se vaya Vilda. Sus aplausos al mono en jefe en su último y delirante discurso fueron la gota que colmó el vaso de todas ellas. Y así están las cosas en este momento. Se espera que Vilda se vaya, lo que permitiría que se pueda hacer una selección femenina con las mejores. Vilda ha demostrado ser un buen entrenador, en circunstancias muy difíciles, y podría hacerlo muy bien en cualquier club europeo. De momento, España, que era la nº6 del ranking FIFA a comienzos del Mundial, ocupa ahora el nº2 y no es la primera por su derrota ante Japón.

Poco queda que añadir a este chungo asunto. Ahora bien: un beso por sorpresa, o a traición, en los labios ¿es para tanto? ¿Por qué? Pues yo creo que sí es para tanto, aunque hay que interpretarlo como una gota que colma un vaso que lleva mucho tiempo llenándose. Siglos. El vaso del maltrato a las mujeres. El vaso del machismo. Rubiales abusa de su posición superior, él es el jefe de la federación y Jenni una simple futbolista, es decir, una persona en un nivel inferior y, en teoría, a sus órdenes. Está muy mal utilizar esa preeminencia para obtener lo que se solía llamar un beso robado. Es tan incorrecto como si yo se lo hiciera a la señora que limpia en mi casa, o a cualquiera de las chicas que tuve a mis órdenes en mi etapa laboral. Rubiales, que es un verdadero neandertal, entiende que tiene una especie de derecho de pernada que le permite hacer lo que hizo. Además está toda la gesticulación circundante, cómo el tipo se le cuelga del cuello como un mono y rodea su cintura con las piernas, como le sujeta firmemente la cabeza para plantarle el beso. Es ciertamente asqueroso.

Pero no conviene demonizar específicamente el beso en los labios como algo perverso en sí mismo. En otro tipo de contexto, en un contexto de coqueteo y seducción entre iguales, puede ser un simple gesto que invita a ir un poco más adelante, en espera de la respuesta de la otra parte. Incluso por sorpresa, en forma de beso robado. En ocasiones, es la mujer la que toma la iniciativa, a mí me ha tocado vivirlo en las dos formas. Es diferente; si es la mujer la que da el paso, no suele tener muchas dudas de la respuesta: el hombre ya se sabe que piensa con la polla y le va a parecer bien en todos los casos, a menos que la chica no le guste en absoluto. En cambio, si es el hombre el que toma la iniciativa, la cosa es como una pregunta o una propuesta, que puede tener muchos resultados, incluso cargarse del todo la relación en ciernes. Me viene a la cabeza un ejemplo.

Hace un tiempo yo solía quedar con una amiga para ir al cine, cenar o tomar algo juntos y, sobre todo hablar largamente de nuestras preocupaciones y nuestros anhelos. Al final de cada cita, yo solía acompañarla a un punto intermedio entre nuestras casas, ya saben que pocas cosas hay que me gusten más que caminar por la noche en la ciudad con una chica guapa a mi lado. En las despedidas nos dábamos un largo abrazo, seguido de un par de besos. En una ocasión, yo la besé en los labios. Se quedó muy sorprendida, pero dimos media vuelta sin decir nada más. No fue, por mi parte, un impulso, sino algo premeditado, dirigido a hacerle ver que podíamos ir más adelante en nuestra relación, si ella quería. Ya en casa, pensé que a lo mejor no volvíamos a quedar. Pero fue ella la que me llamó la siguiente vez. Durante la velada, ninguno hizo referencia a nuestro beso del día anterior. Y, llegados al mismo punto de habitual despedida, fue ella la que buscó mi boca y sacó la lengua a pasear. Esto es algo muy femenino, con perdón: hacemos lo que yo quiera, cuando yo quiera y llegando hasta donde yo diga. Lo que vino después, ya entra en la zona de sombra sobre la que no se habla en este blog; que cada lector imagine lo que quiera.

Lo que intento decir es que no hay que sacar las cosas de quicio. Un beso robado en los labios no siempre es malo. Lo es y mucho, con abuso de posición, entre dos que no se conocen más íntimamente y encima sujetándole la cabeza a la chica con fuerza. Algo tan deleznable como mirarle las tetas o darle una palmada en el culo, costumbres bastante arraigadas entre cierto tipo de machos alfa. Todos ellos son restos del derecho de pernada y en el mundo de hoy son rechazables absolutamente y sin matices. Pero no debemos llevar este tema hasta el mundo de la seducción, el flirteo y la relación libre entre personas de distinto sexo (o del mismo) en situación de igualdad. Yo apoyo totalmente el feminismo y todo este mundo del Mee Too, pero que no nos lleve al puritanismo meapilas de que haya que ir con cuidado a la hora de ligar. Yo siempre he sido un seductor educado y cuidadoso, con iniciativas basadas en el respeto, que apenas me he llevado broncas por propasarme y sí, en cambio, algún desprecio o desinterés de mujeres que gustan de actitudes más agresivas o directas.  

No sé si esta diferenciación entre besos en los labios es compartida por algunos sectores del feminismo radical. Yo la verdad añoro el momento en que todas las feministas iban de la mano y no divididas como en el último 8 de marzo, una división motivada por las posiciones de intolerancia de algunas. En Madrid, el feminismo dio un gran salto adelante en la manifestación de 2020, esa misma que fue demonizada por la derecha diciendo que había sido un foco de contagio del Covid (yo tengo muchas amigas que se unieron a la manifestación de ese día y ninguna conoce a nadie que se pillara allí el Covid). El cartel anunciador de esa marcha, emitido por Comisiones Obreras es todo un símbolo de aquella unidad que hoy echamos de menos. Con él les dejo. Sean buenos. Y buenas, ya que estamos en este tema.   

viernes, 25 de agosto de 2023

1.243. Lo siento, pero no se me ocurre cómo titular esto

Aquí me tienen terminando una semana difícil, en la que he perdido a un amigo y seguidor fiel de este blog, el gran Mariano, que falleció finalmente en la noche del martes al miércoles. Una historia triste, aunque se tratase de una muerte anunciada, porque mi amigo estaba bastante malito. En el fin de semana lo ingresaron en una unidad de paliativos, el martes por la mañana decidieron sedarlo y por la tarde acudí al hospital para darle un último beso. El miércoles estuve en el tanatorio por la mañana y por la tarde y el jueves me tocó pronunciar el speech de despedida en el crematorio, a petición de varios de los amigos comunes, compromiso con el que cumplí a duras penas, porque estaba muy emocionado. Mis tablas de orador en público me salvaron, permitiéndome mantener apenas la compostura. Mariano se merece un post específico en este blog, que algún día tal vez escriba, cuando el tema no esté tan en caliente. De momento digamos sólo que descansa en paz.

Es lo que nos toca cuando llegamos a cierto rango de edad, el otro día se murió también el gran Robbie Robertson, un músico superlativo, que en su día lideró The Band, el grupo de cabecera de Bob Dylan, y más adelante siguió con una carrera en solitario, compaginada con su tarea de asesor musical de Martin Scorsese, cuyas películas desde hace mucho tiempo llevaban el sello musical de Robbie. Yo miro a mi alrededor y no veo más que casos de todo tipo que nos van acercando a esa meta que nos iguala a todos. Lo de estos últimos meses es una auténtica escabechina y cada nueva pérdida me reafirma aún más en mis ideas: hay que seguir luchando y disfrutando de la vida mientras podamos y cada día que uno se levanta sin que le duela nada es un triunfo y una invitación a seguir. Nunca se es demasiado viejo para nada, aquí me tienen a mí avanzando en la disciplina del yoga tras haberme apuntado con los 70 ya cumplidos y sin haberlo practicado en mi vida. Y lo mismo sucede con el rock’n roll, donde los casi octogenarios Stones siguen dando unos conciertos magníficos. Véanlos en esta foto de hace unos días.

 

Con estas malas noticias estamos ya terminando el tórrido verano, que ha sido duro pero, en mi opinión, menos que el de 2022. Con mis trajines arriba y abajo, hace tiempo que no les doy noticias de mis hijos. Y las han tenido. Por ejemplo, Lucas se fue definitivamente de Lille y ha empezado a trabajar en una empresa de Londres el 31 de julio, donde parece que le va bien. Le he dicho que me mande un selfie de su nueva vida, pero no consigo que se lo haga; debe de ser el único millenial que no sabe hacer selfies. Así que no puedo ilustrarles esta noticia, que va a tener incidencia importante en el blog, porque es posible que no vuelva en mucho tiempo a Lille, salvo que me convoque mi amiga Ana Ruiz-Bowen, profesora de las Grandes Écoles de Francia. Y, en cambio, ya estoy empezando a pensar en ir a Londres a visitar a Lucas, y también a mi sobrina Elena y su familia, mis amigos londinenses y seguidores del blog Ian y Louise, y mi querida colega del C40 Clare Haley. Y, por supuesto, ir a comer al restaurante Rayuela para saludar a su dueño Pedro Cubino y llevarle los recuerdos de su hermana Susana, la chica que regenta el bar El Nido de Susi, junto a la plaza de toros de Béjar, la más vieja de España.

Kike también ha hecho algo importante. Como saben, anduvo por aquí a finales de julio y me pudo acompañar a mi viaje a La Coruña para un festejo familiar del que ya se hizo la reseña en el blog. Pues, a continuación, en compañía de su amigo Manu Sheriff y provistos ambos de sendas bicicletas metidas en cajas de cartón, tomaron un vuelo directo a Bari, e iniciaron una excursión en bici por la Puglia, el tacón de la bota italiana. La aventura duró quince días y visitaron lugares tan interesantes como Brindisi, Lecce y, sobre todo Matera. Esta ciudad es una preciosidad y, por cierto, en ella se desarrolla una serie muy buena que está dando La 1 y que se llama Imma Tataranni. Es una serie policiaca italiana que sigue la vía abierta por la de Montalbano, inspirada en las obras de Camilleri. Y los episodios ya emitidos se pueden ver gratis en RTVE Play. Desde Matera, mi hijo envió estas fotos y otras muchas. 


Matera está apenas a 40 kms de Bari, a donde volvieron ambos en la última etapa de su tour. Allí, Manu se cogió un vuelo de vuelta a Madrid y Kike montó su bicicleta en un tren que le subió a la zona de Pescara donde le esperaba su chica para pasar unos días en la playa. Completado el mes de vacaciones que le daban en el curre, Kike se las ha arreglado para hacer su primera semana de trabajo en Madrid, para lo que llegó el domingo por la tarde a la T4 de Barajas. Allí nos ocurrió una historia totalmente bloguera, que no tengo más remedio que contarles. Kike llegó con el envoltorio gigante de su bici, caminamos hasta el parking, y fuimos hasta el coche. Hubimos de romper el envoltorio para que la bici cupiera en mi pequeño Toyota Corolla recién estrenado, lo que nos llevó un buen rato. Y salimos al exterior del parking, conduciendo yo

Si conocen el parking de la T4, sabrán que está compuesto por diferentes edificios, de los que se sale a una carretera, al final de la cual están las ocho o diez barreras que se abren mostrando el ticket que demuestra que has pagado. Afronté la batería de barreras, que estaba bastante llena. Y, como suelo hacer, busqué la cola más corta. En este caso era la de más a la derecha, al lado de la caseta desde la que unos seguratas uniformados controlan todo el cotarro. En esa fila había un solo vehículo, un taxi, y yo me situé detrás, a una distancia prudencial. Y pasó un buen rato. Parecía que el taxista no conseguía que se le abriera la barrera. Empecé a pensar lo típico: que qué mala suerte, que me había ido a situar detrás del conductor más lerdo porque, mientras tanto, las otras filas iban desaguando normalmente. Los de la caseta parecían estar intentando algo, pero la barrera no subía.

Y, en un momento dado, se desató una especie de locura. La puerta trasera del taxi se abrió y se bajó el único pasajero, un joven grandote muy nervioso y agitado. Enseguida tiró de un maletón grandísimo y echó a correr campo a través, como en dirección a la terminal. Los de la caseta salieron y lo atajaron prudencialmente, pidiéndole que se calmara. Entonces, el taxista metió la marcha atrás girando todo el volante a su derecha para quitar el coche de la fila y apartarlo a un lado, pero lo hizo con tal brusquedad que le arreó un golpe fuerte a mi coche y no tuve los reflejos de quitarme porque, entre otras cosas, yo creía que me estaba viendo, no imaginaba que estaba tan nervioso y ofuscado como su pasajero. El tipo se bajó desolado y yo también, igual que Kike, para revisar los daños, un bollo enorme en mi parte delantera derecha y uno algo menor en su parte trasera izquierda.

Al ver el desastre, el pasajero empezó a chillar histérico pidiendo que lo soltaran y le dejaran irse a la terminal porque iba a perder su avión. Y el taxista, que era un marroquí joven, de esos que deben afeitarse dos veces al día porque les crece una barba cerrada irreductible, pues también empezó a chillar histérico, proclamando que el cliente no le había pagado. Yo estaba tranquilo, aunque un tanto perplejo de verme en medio de una situación de película española de Alfredo Landa o similar. Pero el grupo de seguratas estaba comandado por una chica delgada muy seria, que enseguida tomó el mando demostrando criterio, experiencia y sentido común. En primer lugar, les mandó callar a ambos. Luego conminó al cliente histérico a que, por favor, le pagara al taxista su servicio. Y después le dijo que se podía ir. El tipo echó a correr por el descampado que le separaba de la terminal, acarreando su maletón como alma que lleva el diablo. A continuación, nos pidió a los dos conductores que saliéramos del parking (para lo que nos levantó la barrera) y nos parásemos un poco más allá, para no estorbar la fila que se fuera montando.

Como ven, la chica resolvió la situación con sabiduría y un punto salomónico, por el procedimiento más adecuado en estas situaciones esperpénticas: deslindar los problemas diferentes y resolverlos uno a uno. Nos apartamos a un lado y allí siguieron las cosas prodigiosas. El taxista marroquí apenas hablaba castellano. No tenía ni idea de dónde llevaba la póliza del seguro, sólo decía que ese era un “taxi de empresa” y que él era un mandado y no sabía nada. Lo único que sabía es que, en la empresa, él reportaba sus actividades a una tal Patricia y que ella era la que lo sabía todo. Pero era domingo por la tarde y no se la podía llamar hasta el día siguiente. En fin, nos quedamos con la matrícula, su nombre (Ahmed), su número de móvil y el fijo de la tal Patricia. Yo sí le di mi número de póliza y mis datos. Y, entre medias, nos contó lo que había pasado.

Según su versión, él recogió un pasajero en el centro, que de entrada le dijo que iba muy apurado para no perder su vuelo. Y, a partir de ahí, todo fue una vorágine creciente de gritos y nervios, porque el tipo empezó a ver que el taxista no tenía ni idea de circular por Madrid, se paraba todo el rato a ver el gps y cada vez se volvía más improbable que él llegara al embarque a tiempo. A su vez, sus gritos le ponían cada vez más nervioso al pobre taxista, seguramente de una subcontrata de una subcontrata. Llegaron a la T4 y el conductor, completamente ofuscado, se equivocó y se dirigió a la zona de llegadas, en vez de a la de salidas. Allí, sólo tenía una solución, salir por el otro lado y volver a buscar un acceso a la zona de salidas, pero estaba ya tan bloqueado, que no conseguía abrir la barrera y fue cuando el pasajero decidió largarse y se desató la locura que les he contado.

Ya saben que mi vida es un blog y, como tal, me suceden todo el rato cosas increíbles, que sólo tengo que narrar para que ustedes se diviertan con ellas. El lunes por la mañana, Kike se fue con el coche, porque, a pesar del bollo, circula perfectamente. Y yo dediqué la mañana a hacer el parte del accidente por teléfono, tarea también ardua, por no haberme quedado con la póliza de mi seguro, que se llevó Kike en el coche, y estar en el mes de agosto, con la gente de las oficinas de seguros en la playa. Pero lo conseguí finalmente y también tengo hora para llevar el coche al taller este próximo lunes y dejarlo allí a que lo examinen los peritos. Y ese lunes fue cuando me llegaron las malas noticias de mi querido Mariano. Pero, ya que este post lo estoy contando cronológicamente al revés, pues seguiré de esta manera.

El domingo por la tarde me sucedió el episodio con el taxista, pero esa mañana me había llevado una alegría inmensa al ver el partido final del Mundial Femenino de Futbol de Australia. Nuestras chicas de oro ganaron con su coraje y con un gol que es un monumento táctico que muestra todo el talento que atesoran estas chicas. La página RTVE Play ha publicado un vídeo de ese gol que les voy a pedir que vean, para entenderlo completamente. Como yo les conté, la selección llegó a la final gracias a un gol de Olga Carmona, en el último minuto del partido de semifinales contra Suecia, rematando con toda su alma el córner que le sacó en corto su amiga la pontevedresa Tere Abelleira, para mí, la mejor jugadora del equipo y la mejor del mundial para la Web Sofascore, que suma los pases acertados, las entradas a las contrarias y los cortes de sus pases. Si tienen curiosidad por leer un informe al respecto, pueden pinchar AQUÍ, o al menos echarle un vistazo si no se lo quieren leer entero.

Olga Carmona, ya les dije que estaba convencido de que es gitana, sólo hace falta ver su apellido y su nariz, pero no tenía constancia oficial de ello. Hasta que, un día antes de la final, una denominada Fundación de Apoyo al Pueblo Gitano, me lo confirmó en una entrada de Facebook. En su texto se decía: una gitana ha llevado a España a la final del Mundial Femenino, lo que constituye un orgullo enorme para nuestro pueblo. Así que, para la final de mañana, te mandamos toda nuestra fuerza: Ánimo, prima. El día de la final, Olga ejerció de capitana durante los himnos y luego fue también clave. Un inciso. A mí me parece cojonudo que nuestro himno no tenga letra, condición que sólo compartimos con San Marino, Kosovo y Bosnia Herzegovina. Como no tenemos letra, no hace falta que nuestros deportistas finjan sabérsela (¿habría que decir deportistas y deportistos?) Así lo más que podemos hacer es tararear el himno: lala-larala-larala-lará-lalalalá-la-la lará-lalá-la-la.

Los intentos de dotar a nuestro himno de una letra, como el que ha perpetrado la idiota de Marta Sánchez, están abocados al fracaso. Nuestro himno está bien así y punto. Y además favorece la aparición de letras apócrifas chuscas que son divertidísimas. Cuando yo era niño, en pleno franquismo, teníamos una muy graciosa que empezaba: Franco, Franco, que tiene el culo blanco, porque su mujer, lo lava con Ariel. El resto se me ha olvidado; tal vez alguno de ustedes, queridos lectores, me lo puede completar. Pero volvamos a nuestras chicas de oro. Les voy a pedir que vean un vídeo de un minuto sobre el único gol de la final, pero que se centren sobre todo en la repetición, que empieza con una cámara cenital y muestra la jugada completa. Para ello han de pinchar AQUÍ.

Ven primero el final de la jugada, el pase de Mariona a Olga y el tiro preciso de esta. Luego la celebración emocionada de la gitana, mostrando una camiseta en la que es difícil leer su dedicatoria, los abrazos, etc. A continuación, el cabreo sordo de la portera inglesa, colorada como un tomate por la ira, explicándoles a sus defensas con un gesto enérgico de las dos manos que, cuando una defensa se suma al ataque, alguien debe cubrir su hueco. Porque ese fue el origen de la jugada, como se ve en la repetición posterior, que tal vez deban ver más de una vez. La jugada se inicia cuando Lucy Bronze, jugadora del Barça que ocupa el lateral derecho de Inglaterra, corta un ataque español y sale hacia adelante conduciendo la pelota. Salva a varias contrarias y, creyéndose Maradona, sigue avanzando hasta llegar al círculo central.

En el vídeo se la ve llegando al centro geométrico del campo. Allí, las dos jugadoras con más sentido táctico de España, Tere Abelleira y Aitana Bonmatí la esperan para cruzarse con ella en dos diagonales. Aitana mete el culo como ella sabe hacerlo y le hace perder la pelota, que le cae a Tere. Inmediatamente, Aitana se abre para que Tere se la devuelva, pero nuestra pontevedresa de oro ha puesto las luces largas y tiene otros planes. Ella sabe que el lateral derecho de las inglesas está desguarnecido por la aventura absurda de Lucy, así que mira hacia allí, descubre a Mariona bastante desmarcada y le manda un pase perfecto, con tiralíneas. Y Mariona, recibe el pase con calidad y empieza a avanzar con la pelota, mirando con el rabillo del ojo izquierdo a la espera de la subida de Olga, que ella intuye que viene con la moto. El resto es talento, furia, precisión y suerte. Olga Carmona sabe cómo tirar a puerta y dirigir la pelota al hueco donde no llega la portera. Lo hizo en la semifinal y lo hizo en la final.

La selección española femenina juega al fútbol como los ángeles y así ha ganado a Holanda, Suecia e Inglaterra, tres selecciones de gigantas con aires de lanzadoras de peso. La selección holandesa parecía brindar un segundo significado a la genial respuesta de un alumno recogida en el libro Antología del Disparate, de la que ya les he hablado: Holanda es un país en el que, de cada cuatro habitantes uno es vaca. Con perdón. Cuando salieron al campo los dos equipos de la final, la capitana inglesa le pasaba la cabeza a Olga Carmona. Es que Olga mide 1,60, como Athenea del Castillo; Aitana, 1,62; Mariona, 1,64 y Tere, que es la más pequeña, exactamente 1,59. El futbol femenino ha estado dominado estos últimos años por selecciones con jugadoras mucho más altas. Pero de esta misma forma ganamos el hasta ahora único mundial masculino: con Xavi, Iniesta, Villa, Cesc Fábregas y otros divinos bajitos. No les extrañara saber que el lunes salí a Cibeles a ver pasar el autobús de las chicas y luego me vi entera por la tele la fiesta que les prepararon en Madrid Río.

En este punto, seguramente ustedes querrían que les hablara de Rubiales y el escándalo posterior, el tema del día ahora mismo. Pero, lo siento mucho, este post va al revés en el sentido cronológico y lo que correspondería es que les contara mi cita del sábado con Henry Guitar. Resulta que mi profesor de guitarra había venido con su mujer a ver el Museo Sorolla. Caminando de vuelta a Atocha, donde debían coger el autobús sustitutorio del Metro a Vallecas, quedaron conmigo a la puerta del Caixaforum y citamos también allí a Críspulo para tomarnos unas cervezas con algo de picar. Además, le hice entrega a Henry de un queso de tetilla que le había traído de La Coruña y no se lo había podido dar porque estaba en Asturias. Nos sentamos en una terraza de la glorieta y estuvimos un buen rato maquinando planes para la próxima temporada.

Bueeeeeno. Vaaaaaale. Que quieren que diga algo del escándalo Rubiales. Tal vez le dedique parte de algún texto posterior. De momento baste decir que este señor es un animal de pezuña, pero eso yo ya lo sabía, como cualquiera que siga el fútbol patrio, así que no me he llevado ninguna sorpresa con él. Para mí el gesto que más le define es su forma de agarrarse los huevos en la tribuna, al lado de la reina. Es que, oigan, yo no he hecho ese gesto tan zafio en mi vida y tengo 72 años. Y a ninguno de mis amigos ni a las personas con las que suelo tratar, me las puedo imaginar haciendo semejante gesto. Dejemos este feo asunto para ver cómo evoluciona. También habría que hablar del líder de Wagner, al que le han dado su propia medicina, algo que tampoco es ninguna sorpresa. Y de la dilación de la investidura: ¿conseguirá sacar Feijoo un conejo de la chistera? Hace falta mucho de lo que él llamaba sanchismo, para un prodigio de tal envergadura. Miren, hombre, cuando estaba escribiendo esto, me ha llegado un meme sobre Rubiales, perfecto para cerrar el post. Resulta que el tipo no era más que un neandertal. Con perdón de los neandertales. Sean buenos. 





viernes, 18 de agosto de 2023

1.242. Alimenten sus cabezas

Pues aquí seguimos con todo cerrado, tras la huida de media ciudad. Esto es un erial, están cerrados el Matilda, La Pitarra, las Bodegas Rosell, La Venencia, el Revuelta. Los bares a los que suelo ir me muestran su puerta atrancada y diferentes letreros anunciando el cierre temporal. Aun así, la ciudad es una delicia, al menos entre ola y ola de calor. El que sí ha abierto de vuelta es el Ricla, donde ya me acerqué a comer el viernes pasado como les conté y he avisado de que hoy volveré de nuevo. Mi último post lo escribí el domingo por la tarde y el lunes lo dediqué a subir a El Escorial, para pasar el día con mi hermano Antonio y su familia, a los que hacía unos meses que no veía por diferentes motivos.

Lo cierto es que los encontré muy bien y pasamos una tarde estupenda. Mi hermano y su mujer tienen ambos 88 años y han llegado a una situación en la que están felices prescindiendo de horarios y obligaciones. Quiero decir que prepararon un arrocito buenísimo, dedicándole el tiempo necesario, de modo que empezamos a comer ya cerca de las cuatro. Después, una larga sobremesa, con cafés, helados, licores diversos y estupenda conversación, que se prolongó hasta las siete. Y, finalmente, la obligada siesta, de la que ambos emergieron como a las nueve de la noche, aun de día por las fechas y muy sorprendidos de que yo me tuviera que ir, porque no me gusta demasiado conducir de noche. Lo cierto es que, desde que me operé de cataratas, conduzco bastante bien por la noche y me las arreglé perfectamente para bajar el puerto de Galapagar con la noche ya cerrada.

El martes suspendí mi clase de inglés para ver el partido de semifinales del Mundial de Fútbol femenino entre España y Suecia, un evento emocionante hasta la llorera final, porque España iba ganando cuando le empataron en los minutos finales y tuvo los arrestos de deshacer el empate ya en el descuento con un golazo de Olga Carmona, esa chica sevillana de la que les vengo hablando hace tiempo y que por nariz y apellido podría esperarse que se hubiera dedicado al tiri-ti-tran-tran-tran, en vez de jugar al fútbol. A mí muchas veces las noticias me pillan por sorpresa, pero hay otras en que tengo como una especie de intuición y me adelanto a los demás medios y esa suerte que tienen ustedes, mis queridos lectores. El Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda es ahora mismo la noticia del verano y yo se la vengo anticipando. Si revisan ustedes mi post de 1 de agosto, verán que se cerraba con una foto de Olga Carmona y Tere Abelleira dos amigas y compañeras en el Real Madrid, sentadas en el verde compartiendo risueñas un rato de descanso. 

Pues estas dos chicas fueron las protagonistas del gol. Tere sacó un córner en corto y Olga rompió las redes desde la frontal. Por cierto, según una aplicación que analiza todas las jugadas y suma el número de pases acertados, balones cortados, tiros a puerta y demás lances del juego, Tere Abelleira es por ahora la mejor jugadora de este mundial, posición que no creo que pierda, porque será titular seguro en la final de este domingo. Y han de saber que, al final de ese partido histórico, Tere subió a la grada a saludar a su madre, que ha viajado a las antípodas para acompañarla y que le hizo entrega de una bandera gallega que le ha traído, para que posara con ella en el césped. Por si no han visto la secuencia del gol de Olga, no tienen más que pinchar AQUÍ. Abajo tienen las imágenes que les digo: Olga se tira al suelo a celebrar el gol recién marcado y Tere es la primera que llega a abrazarla. Y un rato después, Tere posa en el césped con la bandera gallega.

Emociones a flor de piel, en lo que es la noticia de este verano, como les digo, muy por delante de la constitución de las Cortes, el crimen de Daniel Sancho y el interventor follarín de RENFE. Los seguidores fieles de este blog estaban avisados y hasta Paco Couto, cuyo interés por el fútbol se suele circunscribir a la deriva del Celta, me llamó para decirme que estaba viendo el partido en directo. Hombre, yo no había trasnochado para ver un evento como el partido de cuartos de final desde que me quedaba a ver conciertos de Samantha Fish en los tiempos en que creía que nunca vendría a España. Por cierto, la final de pasado mañana va a ser muy difícil, las inglesas son un hueso, pero nuestras chicas competirán y veremos a ver si ganan. Si es así, es que hasta me voy al aeropuerto a esperarlas llegar.

El bueno de Ed y los demás compañeros de la clase del nivel B1, también vieron el partido por la tele y me agradecieron que les hubiera avisado de una cosa tan emocionante. Todos estuvieron de acuerdo en recuperar la clase al día siguiente, miércoles, en que dedicamos la mitad del tiempo a comentar el partido, en inglés, por supuesto. Ambas tardes, martes y miércoles, me las pasé en casa con mi gato Tarik Marcelino, aprovechando el alivio térmico de estos días. Por cierto, he leído un artículo sobre las diferencias entre perros y gatos, publicado el otro día en El País, que me parece muy bueno y del que he entresacado algunos temas de interés. Por ejemplo, dice que es una inutilidad castigar a un gato por alguna pirula que haya hecho. No lo entiende y la seguirá haciendo.

He observado esto con Tarik. Hace unos días, de pronto le dio por destrozar minuciosamente una alfombrilla dura que tengo puesta para la entrada desde la terraza. Es una alfombrilla de color azul, que hasta ahora le servía para sentarse y la usaba mucho. Pues le he explicado de multiples formas que eso está muy mal. Le he dado cachetes, le he chiringado en el hocico con un spray de agua, lo he encerrado en un cuarto. Todo ello con grandes aspavientos mostrándole la alfombrilla y gritándole MUY MAL, MUY MAL, MUY MAL. Pues nada. He escondido la alfombrilla varios días. Pues en cuanto la saco de nuevo y la pongo en su sitio, no tarda ni un minuto en abalanzarse sobre ella y empezar a destrozarla de nuevo. Entiendo que para él, chincharme es un juego. El saber que eso está mal y me irrita, encima es un aliciente, porque el juego ya es completo: me chincha y corre a esconderse para que no lo pille.

Una cosa que no sabía es que los perros fueron domesticados hace unos 16.000 años, mientras los gatos se asociaron al hombre mucho más tarde, hace unos 5.000 años. Porque no duden de que los gatos no fueron domesticados, sino que se asociaron al hombre por su propia conveniencia, pero sin perder su libertad. Pero lo más impactante del artículo es una consideración que me parece genial. Dice el autor del artículo que los perros piensan que su amo es Dios. Y por eso dedican todo su esfuerzo y energía en honrar a su Dios, en agradarle, en hacer lo que manda y tratar de hacerlo bien para recibir sus premios y aceptar sus castigos cuando no logran la excelencia. Por el contrario, un gato piensa que él es Dios, mientras que el amo es sólo un colega a su servicio, que se encarga de suministrarle la comida y demás comodidades que requiera, como un siervo a tiempo completo. Esa reflexión es exactamente aplicable a Tarik Marcelino Martínez, que incluso me recrimina algunas de las faenas que le hago, como dejarlo solo cinco días o retrasarme en rellenarle su cuenco de la comida.

Ayer jueves tuve mi clase de inglés normal, luego fui al mercado de Antón Martín a reponer existencias y por la tarde me reincorporé a la academia de yoga que ya les he dicho que hasta septiembre no recupera las clases de mediodía. Salí a la ocho de la tarde y me encontré cerrados los bares a los que suelo ir tras el yoga (el Ricla no abre por las noches). Así que me acerqué a la Plaza de Santa Ana, a la cervecería del mismo nombre, donde me obsequié unos estupendos dobles de Mahou de presión acompañando a media de lacón a la gallega. A pesar de esas ocupaciones, seguí, digamos, con el rabillo del ojo, la sesión de constitución de las Cortes, en la que se produjo un misterio que aún no sé cómo valorar. Feijoo le hizo el feo a Vox de no apoyar al candidato que este partido proponía para una de las vicepresidencias a las que tenía un cierto derecho, como tercera fuerza en votos de la nación.

Naturalmente, Vox respondió no votando a la candidata del PP y facilitando el triunfo de lo que ahora se llama el bloque progresista, algo que me da mucha risa, dado que engloba al PNV y a Puigdemont y sus esbirros, que no creo yo que puedan caracterizarse precisamente como progresistas. ¿Por qué hizo eso el PP, por instrucción directa de Feijoo? Pues no se sabe. Una clave la da el hecho de que Feijoo tomó la decisión, justo después de que Puigdemont confirmara in extremis que apoyaba a la candidata socialista. En esas condiciones, Feijoo ya no tenía ninguna posibilidad de ganar y se puede imaginar que pensó: de perdidos al río. Pero esta es una explicación muy endeble. La decisión es una ofensa a Vox y en cierta forma un castigo para cabrearles. Sin ninguna consecuencia práctica para el PP.

Salvo que sea un primer paso para desmarcarse del abrazo del oso al que Vox les estaba sometiendo. Feijoo es muy listo y puede haber entendido que perdió su envite electoral por oler demasiado a Vox, por el tufo a torero, a cazador y a racista. Yo no tengo duda de que Feijoo está en una línea ideológica pragmática, digamos más cercana a lo que fueron Rajoy y Soraya. Pero alguien le ha forzado a situarse mucho más a la derecha, en la línea Ayuso, donde no se siente especialmente cómodo. Y tal vez pudiera ser este un primer paso para marcar diferencias y acercarse más a lo que debe ser un partido de derechas europeo. Pero debe andarse con ojo. Porque desde la línea dura de su partido (Esperancita, Cayetana y la propia Ayuso) ya se está deslizando que la culpa de todo lo que está pasando la tiene Rajoy, que con su movimiento al centro generó la aparición de Vox y ahora la derecha está dividida y por eso pierde. Yo creo que quien generó a Vox fue Puigdemont y sus aventuras.

Si Sánchez consigue formar un nuevo gobierno Frankenstein, se vienen cuatro años de más de lo mismo, de acoso por tierra mar y aire desde los medios de la Brunete mediática (Mundo, ABC, Razón), sazonados con nuevas encuestas que darán ganador por mucho al PP, salvo las que haga Tezanos, y con ruido insoportable por todas partes. Yo ya les he dicho que prefiero el gobierno Frankenstein que no el gobierno Francostein con que nos amenazaba la derecha. Pero Sánchez ha de gobernar bien y hacerlo para el país y para todos los españoles. Ya no cargará el hándicap de tener a Iglesias, Montero y Belarra en el gobierno y hasta puede que haya aprendido algo en sus años de presidente. La economía va bien y el mercado de trabajo está bastante pujante. Una línea continuista, basada en el diálogo con los diferentes sectores, sería bien valorada por todos. Lo que pasa es que depender de catalinos y peneuvistas tiene siempre el riesgo de que de pronto le den una patada al tablero de ajedrez.

Veremos por dónde tira la cosa. Mientras llega la hora de acercarme al Ricla, donde me tienen reservada mi mesa, pienso en cuánto tiempo ha pasado desde el surgimiento del rock como fenómeno masivo, a la par que los hippies, las drogas, la píldora y la liberación sexual. Tal día como hoy, hace exactamente 54 años se estaba celebrando en Woodstock la madre de todos los festivales. Hoy les dejo de propina un video breve de un momento mágico de ese festival. En concreto, la interpretación por parte de Grace Slick, del grupo Jefferson Airplane, del mítico tema White Rabbit. Grace vive todavía, tiene nada menos que 83 años, es algo más joven que mi hermano y mi cuñada y, como ellos, está en buena forma, como pueden ver en la foto de abajo.

Pero en Woodstock, Grace Slick estaba en el arranque de su carrera, con toda la energía de sus 29 tacos. White Rabbit es un tema mítico del rock, con una estructura musical repetitiva a la manera del Bolero de Ravel, en el que se describen los efectos del LSD y ciertos hongos, relacionándolos con el mundo de Alicia en el País de las Maravillas. Grace acomete el crescendo del tema en una especie de éxtasis, que a ella misma le sorprende, como se ve en su wow final. Un éxtasis similar al de Olga Carmona tras su ya mítico gol. Véanlo y quédense con el grito final: feed your head, alimenten sus cabezas. Eso les ayudará a ser buenos y vivir más felices. Y no se pierdan la final del Mundial.   

domingo, 13 de agosto de 2023

1.241. Estamos locos

Sí, yo creo que, con esto de la pandemia, mucha gente ha salido tocada y los psiquiatras van a tener trabajo a saco. No es mi caso, aquí disfrutando del único mes del año en que Madrid no está congestionado de tráfico, gente, ruidos, malos humos. En este agosto, sin el agobio térmico del año pasado, la verdad es que se está por aquí fenomenal. Desde el miércoles 9 en que dediqué la tarde a escribir el post anterior, pues lo cierto es que no me puedo quejar de la variedad y riqueza de mis actividades. El jueves tuve mi clase de inglés on line, la única de mis citas cotidianas que continúa en agosto, y por la tarde caminé por la sombra hasta llegar a la plaza de Olavide. Había quedado allí con mi amiga Elisa, colega de proyectos de reinventing cities, que me había llamado para ver si nos veíamos. Estuvimos en la terraza de un lugar llamado Mamá Campo que sirve productos naturales y ecológicos, y donde nos tomamos unos Aperol Spritz y, cuando el sol iba bajando, unos dobles de cerveza con un surtido de humus deliciosos.

Elisa se va en unos días de vacaciones a Estados Unidos y me gustó mucho que me llamara. Pero esa noche me esperaba una historia ciertamente especial, que me impidió dormir a mis horas, para gran extrañeza de Tarik Marcelino Martínez. Porque a las tres de la mañana se jugaba el partido de cuartos de final del Mundial de Fútbol femenino, entre España y Países Bajos. Supongo que no habrán dudado ustedes de que estaba dispuesto a pasar la noche en blanco para verlo. Fue algo ciertamente espectacular, apoteósico, emocionante, la verdad es que las chicas lo están haciendo muy bien y ya están entre las cuatro mejores selecciones del campeonato, listas para la semifinal contra Suecia. Con la prórroga incluida, me acosté como a las seis de la mañana, pero mereció la pena ver en directo este evento tan singular. Supongo que todos han visto las imágenes del gol español decisivo al final de la prórroga.

Este Mundial ha supuesto un salto cualitativo en el fútbol femenino, sus partidos están siendo seguidos por millones de espectadores de todo el mundo. Además, todavía es gratis ver estos partidos; en cuanto los buitres habituales descubran que pueden cobrar por verlos, se acabará el chollo, es otra muestra de que el mundo está loco. A mí lo de pagar por ver futbol en la tele es algo que no me encaja, es un tema cultural, yo pago lo que me pidan por ver partidos en el estadio, pero por la tele no. Si quiero ver un partido concreto, me voy a un bar. Pero, volviendo a las chicas, el Mundial está dejando imágenes inolvidables, porque al final de cada eliminatoria, las chicas lloran de alegría o de pena y es algo muy emocionante. Al día siguiente, Australia, la anfitriona, eliminó a Francia, una de las favoritas. La Federación Australiana subió a Twitter la imagen de las Matildas corriendo a abrazar a la que había marcado el último penalti, con un letrero que decía: Cuelguen esta imagen en el Louvre.

El viernes, lógicamente, me levanté bastante tarde. Tenía programada una sesión de yoga en casa, ejercicio que suelo hacer en ayunas. Así que, tras un café bebido, hice mi rutina completa y llamé a mis amigos del Ricla para que me reservaran una mesita (me habían avisado de que abrían el día anterior). Me tomé unas tapas de bacalao en aceite y pollo escabechado, seguidas de un plato de callos, acompañado todo ello con dos vasitos de vino blanco helado y un tercero de tinto. Y pasé la tarde en casa como un pachá. Pero, si la noche anterior apenas dormí, el viernes en cambio me acosté tempranito porque tenía que madrugar. Ghalia Volt me anunció desde Atlanta que estaba subiendo a un avión para volar toda la noche y llegar a Madrid a las 8.10. Así que ayer sábado madrugué, cargué sus pesados pertrechos en el coche y me fui al parking de la Terminal 1 de Barajas.

Llegó con ojos de besugo de puro agotamiento, cargando con otra maleta enorme y con su perro a cuestas, un bulldog francés que se llama Little Richard y ya se hizo muy amigo mío en Baeza. Llevamos su equipaje al coche y conduje hasta la zona industrial junto al Barrio del Aeropuerto. Allí está la sucursal de la empresa de alquiler de coches Centauro, en la que ella había reservado una furgoneta para trasladarse con sus músicos a Torreperogil, donde debían actuar por la noche. Cuando hizo todos los papeleos, pasamos los bultos a la furgoneta y la guié con mi coche otra vez a la T1, para tomarnos un café mientras esperábamos que llegaran los músicos, que volaban desde Toulouse en un vuelo diferente. Cuando ya estábamos en el bar del aeropuerto, descubrimos que los otros llegaban a la T4, porque era un vuelo de Iberia. Así que volví a guiarla con mi coche hasta el parking de la T4, que está como a 5 kms del otro. Allí me despedí de ella deseándole buena suerte con el concierto. Mientras tomábamos café, nos hicimos un par de selfies.


Siguiendo la rutina que me he impuesto, esta mañana me tocaba bajar al Retiro a hacer mis 6,5 kms, actividad que he desarrollado tempranito para que no me pillara el calor. He dedicado la mañana a diversas obligaciones pendientes, he comido, me he echado una siestecita y me he puesto a escribirles a ustedes. ¿Cómo dicen? ¿Que yo también estoy loco? Desde luego, pero lo mío es una locura controlada. A lo que me refería en el título es, por ejemplo, al caso del tal Daniel Sancho, un tipo que hace unos días mató en Tailandia a un colombiano con el que se entendía, luego hizo picadillo el cadáver, lo metió en bolsas y tiró parte de ellas en alta mar y otra parte en un vertedero cercano, donde las encontraron enseguida los rebuscadores de vertederos, que avisaron a la policía. Es un caso truculento, con matices bastante extraños.

Para empezar, la prensa del corazón le está dando un tratamiento, como si se tratara de un joven de buena familia al que le ha pasado una faena, digamos un erasmus que ha perdido la cartera con todo el dinero y documentos. Y no es eso, se trata de un tipo que ha matado a un amigo y luego le ha aplicado las técnicas de Jack el Destripador. El tal Sancho es ahora la estrella de los programas de la telebasura, en donde incluso le han llegado a entrevistar. La policía tailandesa parece muy interesada en mostrar su imagen, para que se vea lo buenos policías que son. En la investigación han encontrado un vídeo de la tienda en donde compró los cuchillos, guantes y bolsas para perpetrar su carnicería, varios días antes de que el colombiano llegara en avión. Parece claro que lo tenía premeditado.

Pero aquí hay cosas raras, discúlpenme, es que he leído mucha novela policiaca de la buena. Para empezar, la reconstrucción de los hechos indica que el tipo mató, descuartizó, metió en bolsas, limpió minuciosamente el lugar de los hechos y fue a tirar los resultados en dos sitios diferentes, todo ello en tres horas. Ya les digo yo que es imposible hacer eso en tres horas, al menos sin la ayuda de uno o varios cómplices. Los que le hicieron lo mismo al periodista Khashoggi en Estambul, pueden dar fe de que se tarda bastante más. Y, si quieren saber cómo es eso de descuartizar un cadáver, les aconsejo leer la novela El Inocente (Ian McEwan, 1995), interesante como todas las de McEwan, donde se describe al detalle el proceso de trocear un cadáver y limpiar las huellas. No sé, al tal Sancho no lo veo yo así como muy brillante, como para hacer eso en tres horas, batiendo el record mundial de descuartizamiento contra reloj.

Además, es muy rara la prisa que se dio en reconocer su autoría, parecía interesado en que el caso se cerrara enseguida. ¿Estaba encubriendo al cómplice para dejarlo fuera del tema? ¿Y cómo es que lleva una parte de los restos a alta mar en una barca que alquiló deprisa y corriendo en plena noche y el resto lo tira de cualquier manera en un vertedero infestado de buscadores que seguramente no descansan ni por la noche. La policía está buscando las bolsas arrojadas al mar, pero ha reconocido que va a ser muy difícil encontrarlas. ¿Por qué no lo tiró todo al mar? Son preguntas que podrían encontrar respuesta en el hecho constatable de que el tipo es muy tonto, algo que corroboran desde sus compañeros de colegio hasta los amigos del padre. Dicen los primeros que están flipando, pero no sorprendidos del todo, que el tipo era así de quinceañero, que se le iba la pinza, hacía cosas muy raras y con mucha violencia y luego pedía encarecidamente perdón mostrándose muy contrito. Aseguran los segundos que su padre estaba hasta los huevos de él (sic).

En cualquier caso es un hecho penoso y dramático, que la prensa y la tele deberían tratar en su justa medida y no como cuando sacan las miserias de Paquirrín, otro sujeto lamentable, pero que no ha matado a nadie. Para mí lo crucial aquí es que un tipo que hace eso con premeditación, revela una falta absoluta de empatía con los demás, propia de una personalidad psicopática. Pero nadie está insistiendo en este aspecto. En fin, sin perder de vista esa perspectiva de hecho dramático, pues lo cierto es que en el asunto aparecen unos nombres que parecen sacados de una pesquisa de Mortadelo y Filemón. Por ejemplo, el abogado que le han asignado a Sancho en Tailandia es el prestigioso Anan Chuayprabat, conocido por aquellas tierras como El Khun Anan (como el Khun Agüero, pero en tailandés). Para ayudarle en su trabajo, los padres del asesino confeso han contratado a un prestigioso bufete de abogados, que tienen el despacho en la mismísima calle Velázquez. ¿Saben el nombre del bufete? Se lo digo yo: Balfagón y Chippirrás, abogados. No me digan que no parece de coña.

No sé ustedes, pero yo, si me llamará Paco o Pepe Chippirrás y quisiera ser abogado, lo primero que haría sería cambiarme de nombre. Chippirrás suena más bien a artista del hip-hop, o a humorista mexicano. Hace años, una tonadillera que alcanzaría mucha fama (ya se ha muerto), era la simpar Otilia Pulgarín. Y ¿qué fue lo primero que hizo? Pues cambiarse de nombre. Con el nombre artístico de Rosa Morena, llegó a lo más alto. Pero hay gente que triunfa a pesar del nombre, como el genio de las criptomonedas del que ya se ha hablado en el blog: Sam Bankman-Fried, es decir, banquero-frito. Este sujeto, que lo que en realidad hacía era una estafa piramidal de libro, estuvo detenido y salió en libertad condicional hasta el juicio hace unos pocos meses, tras pagar una fianza de 250 millones de dólares. Se recluyó entonces en casa de sus padres, pero parece que no puede estarse quieto. Así que, con un ordenador de la casa (el suyo se lo han requisado) se ha dedicado a lanzar falsas informaciones contra su ex, que parece que es la que le denunció (cherchez la femme). Y el juez ha llamado al banquero-frito para decirle que revoca la fianza y lo mete otra vez al trullo. Información de anteayer.

Pero, sin duda, la noticia más divertida de estos días es la del maquinista de RENFE que accede a su puesto de trabajo en la locomotora de un tren a punto de salir de Tortosa y se encuentra allí al interventor del tren con una señora, ambos minuciosamente dedicados a darle alegría a sus cuerpos macarenos. Si no conocen la noticia, pueden leerla AQUÍ. Hombre, se conoce que a los tipos les dio el apretón y no pudieron esperar a buscar un lugar más adecuado. Pero lo más sorprendente es la actitud del maquinista, que dijo que él no pilotaba ya esa locomotora, que la desinfectaran debidamente o le trajeran otra. Tuvieron que ir a por otra máquina y eso provocó un retraso de media hora para todo el pasaje. Si llega a ser en Bélgica, se colapsa el sistema ferroviario entero toda la tarde.

Se dice que la empresa le ha abierto expediente al citado interventor en base, imagino, a alguna norma que especifique que no se puede practicar sexo en el tren. Pero yo creo que a quien habría que abrirle expediente es al conductor. Por estrecho y por intolerante. Yo me imagino encontrarme a una pareja follando en mi mesa de trabajo y, desde luego, los echaría, pero de ahí a decir que me cambien de despacho hay un trecho. Como mucho, no sé, si han manchado algo, se pasa un trapito y ya está. Me temo que la actitud del interventor no responde tanto a factores higiénicos, como morales. Tal vez sea un reprimido que no se come una rosca hace tiempo. O un tipo que odia el sexo en todas sus formas. O a lo mejor es del Opus, o testigo de Jehová. Pero aun en ese caso, debería haber discernido primero si la prójima era la esposa del interventor, en cuyo caso tiene derecho a la penetración. Pero el tipo ha dado por hecho que no era una relación sancionada por documento religioso alguno y en consecuencia: ¡pecado contra el Espíritu Santo!

Dentro de la marea retrógrada que nos inunda, el Opus Dei está cobrando un papel clave, a pesar de que el Papa Bergoglio le ha quitado la mayor parte de sus prerrogativas. En el Ayuntamiento de Madrid, desde el Alcalde a varios concejales dan un tufillo a Opus que echa para atrás. Y en Vox, la obra se ha hecho con el poder, dirigidos por el tal Buxadé, que tiene todo el aire de ser supernumerario de los gordos. No me extraña que se vayan de ahí Espinosa y los de la facción menos meapilas. Con papel destacado de la ínclita Macarena Olona, ex candidata a presidenta de Andalucía. Esta señora no se ha limitado sólo a abandonar el partido, sino que encima se ha liado con un rockero antifascista, medio hippie y lleno de tatuajes, las vueltas que da la vida. Y encima, gallego, de Vigo ¿Que no se lo creen? Pues pinchen AQUÍ

En agosto, a falta de otras noticias, uno ha de entretenerse con este tipo de temas, que en su día se llamaban serpientes de verano. Pero, examinando las serpientes de este verano, yo llego a la conclusión de que estamos locos y que hemos salido tocados de la pandemia. Y otro síntoma de esta locura es la profusión de tatuajes, como los que ostenta el novio de Macarena. Es que sale uno a la calle y todo el mundo va enseñando sus tatuajes, debe de ser un negocio acojonante, casi mayor que el de los dentistas. La gente se hace unas averías irreversibles que no son sino un indicativo de esta locura que nos atenaza en el siglo XXI. Además, el que se hace un tatuaje, ya tiene que irlo enseñando todo el rato, lo que exige comprarse ropa ad hoc. Vean por ejemplo, lo que se había hecho en la espalda una señora que caminaba el otro día por mi barrio.

Lo dicho. Que estamos todos locos. Y que no decaiga. Y, por supuesto, sean buenos.

miércoles, 9 de agosto de 2023

1.240. De Mammoth Lakes al conflicto de Niger

Como les conté, tengo guardadas en mi casa las guitarras con las que Ghalia Volt suele actuar en Europa acompañada por su grupo (bajo, batería y teclista), mientras la chica cumple con algunos compromisos en USA en su versión one woman band. Entre esos bolos destaca el Mammoth Festival of Beers and Bluesapallooza de este año. Es este un festival que se viene celebrando desde 1986 en el pequeño pueblo de montaña del interior californiano conocido como Mammoth Lakes. El festival de este año se ha celebrado ya entre los días 3 y 6 de agosto, con un cartel espectacular: Kenny Wayne Shepherd, Larkin Poe, Samantha Fish, Christone Kingfish Ingram, Ally Venable, Shemekia Copeland y muchos más artistas del nuevo blues americano. Pueden ver el elenco del festival pinchando AQUÍ. El evento está consagrado a la cerveza y el blues, en un entorno campestre en el que los músicos confraternizan y renuevan sus contactos (y sus contratos). De allí me llega la foto que les muestro abajo: Ghalia y mi querida Sam flanquean a otro de los artistas del cartel, que se llama Eddie 9V.

Ghalia Volt está anunciada con su grupo para tocar este sábado, 12 de agosto, en Torreperogil (Jaen) y estoy a la espera de sus instrucciones para ver cómo le hago llegar las guitarras. Todo esto, mientras cae la tercera ola de calor sobre mi casa del barrio de Atocha, en la que nos refugiamos mi gato Tarik y yo, esperando tiempos más relajados climáticamente. Por cierto, ayer se celebró en todo el mundo el Día Internacional del Gato, dedicado a estos inteligentes animalitos, que han logrado domesticar al hombre (y no al revés) y que eran protegidos y amados por culturas tan ancestrales y desarrolladas como la egipcia. Tarik me recibió el lunes de vuelta de mi viaje imaginario (digamos que, como no me encontró nadie callejeando por la Plaza de Santa Ana, hemos de convenir en que estuve en Ámsterdam), con una sarta de maullidos entre los que se podía traducir fácilmente una queja: ¡no hay derecho, hombre, a que le dejen a uno solo tres días! Ya saben, supongo, que los diferentes maullidos de los gatos son un código de lenguaje que han desarrollado exclusivamente para relacionarse con los humanos; entre ellos no se maúllan. Vean cómo se acomoda Tarik para echarse la siesta sobre mis tobillos.

¿Cómo dicen? ¿Que lo que quieren es saber más detalles de mi viaje relámpago por tierras holandesas? Pero mira que son ustedes cotillas. Vamos a ver. Desde el primer post les he dicho que este es un blog eminentemente literario. Para darle vida y gracia, me he inventado un Emilio imaginario, un personaje literario de mí mismo, una especie de heterónimo o sosias. Pero además hay un Emilio real, que sigue su vida. El Emilio bloguero es un personaje que nunca se viene abajo, que es inasequible al desaliento y al que todo el rato le suceden cosas dignas de ser contadas en el foro. El Emilio real, en cambio, es un tipo algo más taciturno, con sus bajones y, por supuesto con su vida privada como cualquier otro ser humano. Durante bastantes años de blog, yo mantuve una relación de pareja, pero aquí no se contaba nada al respecto. Esa relación terminó, y tampoco supieron ustedes nada de ello. Ahora hay un tema incipiente, todavía en estado larvario, del que no les voy a dar muchos detalles.

Lo que pasa es que, como ya les he dicho también, el Emilio bloguero y personaje literario se va poco a poco apoderando del Emilio real. Es así como, en esta historia incipiente de la que les hablo arriba, me sucedieron un par de episodios de farmacia, cuyo potencial para el blog capté enseguida. Tenía que contarlos aquí, no podía dejar de aprovecharlos. Así que, haciendo de la necesidad virtud, los arropé con una parafernalia ad hoc, para ponerlos en contexto y de paso darle vidilla al blog, con un punto picante. Me limitaré a decirles que, en Ámsterdam, era la fiesta grande del Orgullo Gay, que dura toda una semana y tiene su día grande el sábado, el día en que llegamos. Y estaba lloviznando todo el tiempo, con temperaturas por debajo de los 20 grados. Así que la vuelta al horno madrileño ha sido especialmente dura, si bien ya les he comentado que este año el calor no está siendo tan agobiante como el pasado. Para bien o para mal, hemos tenido tres picos de ola de calor, separados por alivios tangibles y, así a lo tonto, estamos casi a mediados de agosto y esto está ya vencido.

Con escapadas como las que he tenido en estos últimos fines de semana, la cosa se soporta aún mejor. Como no tengo yoga en la academia hasta el día 17 y además llevaba más de un mes sin bajar a correr al Retiro, me he organizado un programa de ciclos de tres días: running, descanso y yoga en casa. Ayer estuve descansando del viaje, comprando algo de comer para las próximas semanas y fui a regar las plantas de una amiga que me ha dejado el encargo. Hoy he empezado mi programa bajando al Retiro muy tempranito para evitar los calores posteriores. Por fortuna, el parque no estaba cerrado, riesgo que se corre en Madrid, donde nos gobierna el único alcalde del mundo que cierra los parques por el calor (y ahora también las piscinas públicas a mediodía). Después de tanto tiempo, me he encontrado bien y he completado el circuito intermedio de 6,5 kms sin mayores agobios.

La verdad es que no puedo entender que haya gente que niegue todavía el cambio climático, hace falta ser tarugo. Cada vez hace más calor y eso es una evidencia. Y cualquier política inteligente ha de transitar por dos vías: la lucha contra y la adaptación a. Para irse adaptando al cambio climático, las ciudades se dotan de medios como parasoles, toldos y sobre todo muchos árboles. En este momento, reformar una plaza como la Puerta del Sol de la forma en que se está haciendo, es de ser muy paletos. Hace ya años que recibí a un curso de la escuela de arquitectura de Frankfurt. Venían los estudiantes para ver qué tipo de vegetación utilizábamos nosotros en las plazas, en el convencimiento de que, en pocas décadas los espacios libres en Alemania tendrían unas condiciones climáticas como las nuestras actuales.

Hace poco he tenido la ocasión de asistir a un seminario sobre el nuevo Plan Urbanístico de París, ahora mismo en tramitación y discusión. En los primeros párrafos de su memoria se formula la hipótesis de que París, en 2050, tendrá un clima similar al actual de Sevilla. No nos queda otra que adaptarnos. Pero hay una segunda línea de trabajo: la lucha contra el cambio climático. Aquí sí que entra ya la disidencia de los grupos negacionistas. Porque sostienen estos que el calentamiento global que sufrimos no se debe a la actuación del hombre, sino a variaciones cíclicas que se producen periódicamente de forma natural, como sucedió con las diferentes glaciaciones. Gentes como Donald Trump sostienen esta teoría, contra el 95% de los científicos del mundo. Dicen estos negacionistas que esto del calentamiento global es una excusa para que determinadas empresas, digamos ecológicas, se forren haciéndose las modernas y las preocupadas por el planeta, a costa de joder a la industria tradicional dependiente del petróleo.

Esto es lo que lleva a borricos como los alistados en Vox a suprimir las concejalías dedicadas al cuidado del medio ambiente. Pero es una teoría que no se sustenta. Porque, precisamente las grandes industrias, son las que se están decantando por transformarse y depender menos del petróleo que de las otras fuentes de energía más ecológicas, entre otras razones, porque se sabe que el petróleo del mundo no es infinito. Por ejemplo, cada vez son más los coches eléctricos e híbridos que circulan por las carreteras y cada vez menos los diesel. Cierto que en este sector hay mucho de postureo y funciona lo que en inglés se llama el green washing, el lavado de imagen ecológico. Las marcas compiten en la producción de vehículos eco-chachis, algo que se puede comprobar en los anuncios que nos asedian en la tele y en el cine.

Respecto a esto de los coches, quiero contarles un tema concreto y desmentir una afirmación que hice en su día en el blog y que he verificado que no es cierta. Recuerdan que yo tengo un acuerdo con la marca Toyota por el que cada cuatro años me renuevan mi coche híbrido. De hecho, el último de estos coches me lo dieron en junio y tiene ya unos 3.000 kms, tras mis viajes a Béjar y La Coruña. El cambio de coche me tocaba en abril pero, como en navidades, me enteré de que tenía que pedirlo ya, porque se estaban retrasando. A pesar de empezar los trámites en enero, incluyendo el pago de una señal, finalmente se retrasaron dos meses en darme el coche nuevo, por lo que incluso tuve que pasar la ITV del viejo, como les conté.

Bien, pues, cuando yo llamé a mi amigo de Toyota en Navidad, me explicó vagamente que ahora había que pedir los coches con mucho tiempo, porque la situación de la industria había cambiado mucho en estos últimos cuatro años. Yo entendí que me estaba diciendo que la industria del automóvil pasaba por momentos malos, porque ya no había tanta demanda, hilando lo que me decía con el hecho de que la gente joven ya no quiere coches, por motivos de cuidado del planeta. Ante eso, las marcas habían desechado la vieja práctica de fabricar continuamente para tener siempre un stock del que ir tirando, y habían empezado a fabricar coches bajo pedido: tú compras un coche y te lo empiezan a fabricar entonces. Incluso te facilitan una aplicación desde la que puedes ir siguiendo el proceso de fabricación.

Eso es lo que yo interpreté, ingenuo de mí, de lo que sibilinamente me contaba mi amigo de Toyota. La realidad es muy diferente y ha tenido que ser mi hijo Kike, muy puesto en los temas de la economía mundial, quien me sacara del error. La industria del automóvil está más pujante que nunca. A partir del tema del cambio climático, han centrado toda su inversión en construir coches eléctricos e híbridos, en parte por ayudar al planeta y en parte por el citado green washing. El problema es que los coches ahora son electrónicos, están gobernados por circuitos digitales, para los cuales se necesitan materias primas como el litio, básico para las baterías, lo mismo que para las de los móviles, tablets y ordenadores. Y en este momento hay escasez de esos productos y cuellos de botella en las cadenas de distribución.

Estos materiales preciosos, que son el nuevo oro, se obtienen sobre todo en países del tercer mundo, en condiciones lamentables, y conflictos como el de Ucrania, o la pasada pandemia, han generado retrasos en la llegada de componentes para las baterías, o circuitos integrados que se montan en China y tampoco llegaban por el cierre de fronteras del Covid. No soy un experto de estos asuntos, pero parece claro que son complejos y están detrás de muchos de los problemas geoestratégicos actuales. Por ejemplo, el conflicto de Níger. En este remoto y pobre país africano, unos generales han depuesto al presidente elegido democráticamente (en teoría), que es un peón de occidente. Por ello cuentan con bastante respaldo de la población. Níger sigue la línea abierta por sus vecinos Burkina Faso y Mali, que han tenido golpes militares apoyados por la población y están echando a los occidentales.

En Níger hay petróleo, oro, carbón y fosfatos, además del preciado uranio, que se necesita para las centrales nucleares, sobre las que se sustenta toda la economía de países como Francia. Hablo de todo esto con mi amigo Habib, que es de Ghana. Habib lleva 20 años en España, ha criado aquí a sus tres hijos y es hombre siempre ponderado. Le digo que Ghana es, para mí, uno de los países más democráticos y presentables de África. Dice que es así, pero que no escapa a los males y las corruptelas de todos los demás (las que les pude explicar del Congo Brazzaville, por ejemplo). Me cuenta Habib que, en Ghana, ha habido un reciente escándalo. Han entrado a robar a casa de una ministra del gobierno y, según la denuncia, se han llevado un millón de dólares que esta señora tenía en su casa y no en el banco. No huele muy bien.

Habib se marchó de su tierra hace mucho y dice que lo que está pasando en Niger, Burkina Faso y Mali no es otra cosa que una muestra de que la gente ya se ha hartado. También en Senegal, otro modelo de estabilidad democrática, hay un lío gordo: hay elecciones el año que viene y acaban de encarcelar al jefe del principal partido de la oposición, que ha sido disuelto formalmente, generando una gran contestación en la calle. Los países más potentes, unidos en la OUA, tratan de contener el descontento, para no perder el beneplácito de occidente y sus toneladas de ayuda humanitaria, pero el tema se está desbordando. Hace unos días ha circulado por ahí un vídeo de una africana, imagino que guineana por lo bien que habla español, que explica algunas claves del conflicto de Níger.   

Complicado mundo. Cada vez me reafirmo más en mi teoría: la mayor putada que se le hizo a los países africanos fue la colonización, pero la segunda mayor putada fue la descolonización. Los occidentales salieron por piernas, pero aseguraron sus negocios y dejaron a la gente en manos de tiranos y cabrones, sin la suficiente preparación para organizar democracias mínimamente solventes, con una división en países totalmente artificial y difícil de implantar en una región con muchos pueblos nómadas. Lo de Níger puede sumarse a Mali y Burkina, en donde rusos y chinos ya tienen una preponderancia apoyada en el grupo Wagner y otros. En esa situación, el que puede se pira, aunque se arriesgue a morir en la patera. Este tipo de historias está también detrás del cambio brusco de política de España en relación con el Sáhara.

Está claro que a Sánchez no se le ha ocurrido dar ese volantazo, es algo que le han soplado desde arriba. ¿Quién? ¿Biden? El Mohamed está ahora a partir un piñón con USA e Israel, además de los Emiratos. Las empresas yanquis y europeas pueden esperar un trato de favor en la región. Y no se olviden de que en el Sahara hay también petróleo, gas, fosfatos y uranio. Si no fuera así, a quién le iba a interesar semejante secarral. Y ya que hablamos de Sánchez, yo creo que vamos a nuevas elecciones. El enredo es de tal magnitud que ni siquiera un titiritero acreditado como el presidente parece capaz de ponerle el cascabel al gato. Y no descarten que el PNV no haga una de las suyas y empiece a decir que a Abascal no le huele el culo tan mal. En este país, sólo hay una cosa cierta: el PNV es el partido más fiable. Puede traicionar igual a unos que a otros. Eso, que sean buenos.