lunes, 31 de agosto de 2015

421. El orangután enamorado

La noticia salió ayer en Tele5, cadena que se hizo eco de la información aparecida en algunos tabloides británicos. Un orangután del zoo de Blackpool (Inglaterra) parece estar seriamente enamorado de una chica que le visita con regularidad. La escena ha podido ser vista por numerosos testigos, que no salen de su asombro, incluso acuden desde las ciudades vecinas cada vez que se sabe que la chica va a visitar a su tierno admirador. Rastreo entre la prensa de las islas hasta que encuentro un medio que da todos los datos. La chica se llama Hollie Gordon, tiene 22 años y está de bastante buen ver. El orangután también tiene nombre: se llama nada menos que Ramón. Y, para colmo, la chica tiene novio, Andrew Ingledow.

A Hollie le fue diagnosticada hace tiempo una extraña dolencia, la SFC, síndrome de fatiga crónica. Es una de las llamadas enfermedades autoinmunes, con un componente psicosomático innegable. Hollie es una apasionada de los animales y de la fotografía, por lo que empezó a ir al zoo a hacer fotos de animales, uniendo sus dos aficiones, como parte de la terapia para combatir su problema. Y un día se dio cuenta de que el gran simio la reconocía y se ponía muy contento de verla. Se acercaba al cristal con gestos melosos y arrimaba la cara. Primero, la chica no daba crédito, pero pronto se convenció de que era cierto, después de hacer algunas pruebas, como llevar a otras amigas, ante las que Ramón desplegaba su indiferencia más explícita. Visita a visita, la historia dura ya 18 meses, sin que Ramón haya disminuido el entusiasmo y el arrobo que le produce la presencia de su amada humana. El caso se ha hecho famoso y mucha gente ha podido presenciar el brusco cambio del animal en cuanto aparece su adorada Hollie. Tanto ella como su novio han salido en la televisión local y las fotos de este insólito trío se están viendo en las redes de todo el mundo. 

Como verán abajo, a Ramón se le ponen unos ojillos inequívocos, que expresan más amor que lujuria. En cuanto a Hollie, pues parece que ya había empezado a mejorar de sus problemas de salud, pero este giro inesperado de la historia la ha terminado de subir la autoestima, lo cual le viene muy bien, a efectos terapéuticos. En las entrevistas confiesa que, por un lado, se siente halagada ante un admirador tan fiel e incondicional que, de alguna forma la ha elegido a ella, lo que le hace sentirse especial. Y, por otro lado, siente hacia él una gran ternura, porque es una persona que ama a los animales. En este momento, la chica no piensa en interrumpir sus visitas, algo que, está segura, le haría mucho daño a Ramón. Aquí vemos dos fotos de esta sorprendente historia.




Cuando Hollie arrima la cara al cristal, Ramón hace lo propio, su cuerpo se relaja, sus gestos se dulcifican y le manda besos soplados que en su simiesca imaginación atraviesan el grueso vidrio y se posan suavemente en la mejilla arrebolada de su amada. En las fotos de abajo pueden ver la tierna escena del beso y la cara que se le queda al angelito. Si esto no es amor platónico, que venga Dios y lo vea.




Yo creo que el bueno de Ramón demuestra ser mucho menos tonto que ciertos humanos, frente a lo que cualquiera con dos dedos de frente identificaría como un amor imposible. Por ejemplo, a Romeo no le hubiera venido mal un poco de esa sabiduría ancestral que destilan los ojos de Ramón. Y al de los amantes de Teruel. Cuando te enamoras de alguien que no está a tu alcance, sólo te queda observar a tu amada en la distancia y suspirar. Esto es lo que hace Ramón, y las fotos dan testimonio inequívoco de sus complejos sentimientos. El que se lo ha tomado con filosofía es el novio, que ha optado por aplicar la típica flema y el humor británico más genuino. Aquí una foto de la feliz pareja, encantados de la atención mediática que ha suscitado su caso.



Dice el amigo Andrew que no tiene ninguna duda acerca de que Ramón está coqueteando con su novia y que intenta levantársela, aprovechándose de que es más grande. Dice también que es un mujeriego y un rompecorazones, que no tiene bastante con las tres hembras con las que convive, llamadas Vicky, Cherie y Summer. Que es un tipo con un indudable atractivo, un adonis de los orangutanes, que hasta tiene un vago parecido con el cantante de Simply Red. Que, no obstante, él acepta la competición con sentido deportivo y no duda en conducir su coche para llevar a Hollie al zoo a que visite a su contrincante, siempre que ella se lo pide. Yo añadiría que las tres orangutanas deben de ser bastante más feas que esta chica y que, por alguna extraña mutación genética, Ramón ha alcanzado un nivel mental superior que le permite apreciar la verdadera belleza. Abajo les pongo una foto del cantante de Simply Red, para que juzguen por ustedes mismos.


Sin duda es bastante más feo que Ramón. A mí me parece que, de los tres machos cuyas imágenes aparecen en este post, el más atractivo es Ramón. Su mirada tiene una profundidad, una grandeza, una delicadeza que no alcanzan los otros ni de lejos. No es de extrañar que Hollie esté encantada. Después de haber vivido 22 años soportando a los chicos con sus granos, sus hormonas a flor de piel, sus trucos para disimular lo que de verdad buscaban de ella, sus sonrisas bobaliconas, sus conversaciones banales, sus bravuconerías de barra de bar, tiene que ser un verdadero placer para ella llegar ante el cristal de la jaula de Ramón y saber que lo tiene allí, incondicional, rendido, respetuoso, cariñoso, admirador fiel que sabe que no va a obtener otro placer que el de la contemplación de su amada, pero que eso llena toda su vida, que se desarrolla aburrida el resto del día, insufrible si no fuera por esos minutos mágicos en que Hollie acerca su cara y él puede enviarle sus besos soplados.

Como siempre, la realidad supera a cualquier ficción. ¿Se acuerdan de la película King Kong? Seguro que, cuando la vieron, pensaron: qué historia más absurda, qué idea imposible. Pues aquí la tienen, en Blackpool, Inglaterra. Los grandes simios son los seres más parecidos a los humanos y se suele decir que los orangutanes son los más próximos mentalmente a nuestra especie. Pero todos los animales superiores tienen esa capacidad de enamorarse de determinadas hembras humanas y expresarlo con gestos inequívocos. Yo tuve un perro que, cuando venía a mi casa una mujer en concreto, la perseguía a todas partes, para frotarse lúbricamente con su pierna. Un guarro. Pero esto no era amor. Era sexo y se conoce que el animalito captaba algún olor especial en la chica, que lo ponía a cien. Y también he conocido gatos enamorados de sus dueñas, que se volvían de terciopelo cuando las veían llegar a casa, ponían los ojos en blanco y se entregaban con fruición a sus caricias. Algo que no hacían con los novios de las susodichas, por muy solícitos que se mostraran con ellos. A estos los solían tratar con la displicencia que se reserva a los contrincantes más fastidiosos.

Si la cosa pasa a mayores, entonces hablamos de zoofilia, algo que se practica bastante en zonas rurales apartadas de la civilización, en donde la necesidad aprieta. Pero, en este caso hay un grueso cristal por medio, que sólo traspasan unos hermosos sentimientos. En fin, creo que la historia de Hollie y Ramón es un buen colofón a este verano tórrido, en el que he podido viajar a Alemania y Polonia y aburrirme sin disimulo en el trabajo. Mañana es otra historia y empezaremos el nuevo curso con ánimos renovados. Por si alguien se cree que me he inventado todo esto, AQUÍ tienen el link a la noticia en el Daily Mail. Les dejo (cómo no) con la canción del orangután. Así la cantaba la Sonora Santanera, allá por los sesenta, cuando yo iba en autobús a la verbena de El Seijal. Sean buenos.



4 comentarios:

  1. Eres un sentimental, Emilio, no me extraña que tengas más seguidoras que seguidores, eres capaz de empatizar hasta con un mono. Yo creía que te ibas a lanzar a explicar los problemas que tendría esta chica a la hora de explicarles a sus padres su relación con Ramón, o las dificultades de la petición de mano. Pero tú te has puesto de parte del más débil, como haces siempre. En lo que sí tienes razón es en que es bastante más guapo que el novio de la chica, no digamos ya del cantante ese.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La línea que tú esperabas es más propia de los de El Mundo Today, aparte de que confundes el amor con el matrimonio y sus fastos preparatorios. El pobre orangután me resulta muy tierno y entiendo perfectamente a esta chica. Además, tú mismo dices que es más guapo que su novio. Esto es una evidente exageración, el chico no es Brad Pitt, pero parece buen chaval.

      Eliminar
  2. Después de ver los orangutanes del zoo de Berlín, no me extraña demasiado esta historia. Me dejaron verdaderamente impresionado.

    ResponderEliminar