jueves, 18 de junio de 2015

393. ¡Cierren escotillas!

Ese era el grito que marcaba el inicio del viaje del submarino. Bueno, yo me voy mañana en avión, pero es lo mismo. Esta mañana he paseado por Madrid Río a un par de profesores norteamericanos, con lo que cierro este apretado fin de curso en el que he llegado a poner en riesgo mi estabilidad cardíaca con tanto sarao. Mañana por la mañana tengo que recoger mi analítica y llevársela a la bella cardióloga, para que haga una valoración del conjunto de pruebas que me han hecho. Luego me iré a casa a hacer la maleta. A las 5.45 salgo para Berlín en vuelo directo. Les iré contando. Para cuando vuelva, ya estará todo el pescado vendido, en cuanto a reparto de cargos y competencias en el Área de Urbanismo a la que pertenezco, pero no me importa demasiado, como ya he explicado en el blog. También es posible que me lo encuentre todo igual. En cualquier caso, sigo bailando y celebrando aliviado el final del Trienio Negro. Por si quieren acompañarme, aquí tienen algo muy adecuado: el Let’s twist again de Chubby Checker de 1960 con imágenes de la época.


En este momento de euforia, no quería yo hablar más del señor Zapata y sus chistes, pero alguna gente próxima me ha criticado por mis opiniones al respecto y debo volver al tema. Este blog tiene un componente ético y no puedo hacerme el loco sobre un tema que me parece  grave. Así que precisaré mi postura. A la vista del tesoro que han encontrado en los tuits del señor Zapata, las huestes de Esperanza se han lanzado al cuello sobre los miembros del equipo de la señora Carmena y han encontrado diecisiete mil cosas. No es ninguna sorpresa, era previsible que esto sucediera, ya sabemos cómo se las gasta Esperanza y la política es un medio muy cabrón. He de decir que las cosas que les han encontrado a los otros me parecen disculpables, incluida la imputación de Rita Maestre por entrar con las tetas al viento en una iglesia.

Esto son cosas de la vida del activista político. Formas de protesta. Pequeñas travesuras. Quien no ha hecho alguna tontería a ciertas edades, es que nunca ha sido joven. Como dice Carmena, es hermoso que este tipo de gente tenga ahora la oportunidad de canalizar su energía juvenil desde dentro de las instituciones. Tampoco me molesta lo de Gallardón y la guillotina o lo de que hay que matar a Botín. Eso sí es humor negro y basta con unas palabras de disculpa, que ya se han dicho. Pero, para mí, por detrás de todo eso hay una línea roja que no se debe traspasar. Más allá de esa línea roja están la crueldad, la tortura, el sadismo o la pedofilia. Y hacer risas sobre personas que han sufrido grandes desgracias, yo creo que está también detrás de esa línea roja y es repugnante.

Les pongo un ejemplo. Anteayer los periódicos daban noticia de dos sucesos terribles. En una playa de Carolina del Norte, un tiburón arrancó el brazo izquierdo a una chica de 27 años, que se bañaba con el agua por la cintura. Cuando estaban desalojando la playa, el mismo tiburón devoró el brazo de un chaval de 16 que salía del agua. La otra: un vecino de Benicarló se acercó como todos los días a su bar habitual y pidió un vino blanco. El dueño del bar, amigo suyo, le sirvió de una botella, sin saber que alguien la había llenado con lavavajillas a granel. El hombre bebió un solo trago y corrió al cuarto de baño a enjuagarse porque se estaba quemando por dentro. Bebió y el agua hizo el resto. El pobre hombre murió en un minuto.

Para mí, alguien que hiciera un chiste sobre cualquiera de estos dos sucesos sería un auténtico canalla, no apto para desempeñar un cargo público. Me dicen que Zapata es una buena persona. No lo dudo. Yo también soy una buena persona. Pero, si atropello a un ciclista con mi coche y lo mato, aunque siga siendo una buena persona, tendré que afrontar las consecuencias y cumplir lo que diga el juez. Mi postura sobre el tema Zapata no ha variado un milímetro, creo que este señor debe dimitir como concejal, porque la ha cagado y donde quiera que vaya se lo van a recordar, no le van a dejar trabajar y se va a convertir en un lastre para Carmena. Esa es mi opinión y no quiero hablar más del tema. Dejemos que la señora alcaldesa maneje este asunto como le parezca más oportuno. Yo la he votado para que sea mi jefa y confío en ella. Y estoy feliz de que haya ganado, porque en el malhadado Trienio Negro que finaliza, he sufrido mucho y voy a contar por qué. En cierta forma, hoy se cierra un círculo en mi trayectoria vital.

La anterior alcaldesa, señora Botella, tomó posesión de su cargo, más o menos, en las Navidades de 2011. En ese momento, yo desarrollaba una actividad tan frenética como la actual en cuanto a recibir delegaciones extranjeras y pasearlas por ahí, pero con una diferencia: tenía unos jefes ante los que debía rendir cuentas. Mi trabajo estaba, digamos, integrado en una estructura. Mi jefe me decía: haz esto, o bien: a estos tipos no los recibas que no tienen interés, o: a estos otros ya los recibo yo que son de alto nivel. Como no sospechaba que me iban a joder, había montado una red internacional de contactos que crecía y crecía. Entonces, llegó la señá Botella, quitó a la anterior concejala y puso a una señora inane, a la que ya he dedicado una larga serie de calificativos, así que finalmente la dejaré con este: la Inane.

La Inane, lo primero que hizo fue disolver la unidad de Obras en la que yo estaba y mandar a mi jefe a un retiro honorable. Yo me quedé, digamos, en el aire. La Inane venía con dos personas de su confianza, un jefe de gabinete y una señorita Rotenmeyer, émula de carcelera nazi, para controlar el horario y los temas de personal. Me informé sobre los tres y me dieron datos precisos. De Rotenmeyer me dijeron que era inútil argumentarle, que ante cualquier disyuntiva ella elige siempre la alternativa peor para el funcionario. Del otro me dijeron que era la parte más educada y culta del trío, que en cierta forma era una especie de ideólogo de la Inane. En ese momento, yo tenía tres encargos de mi jefe a medio cumplir. Me habían invitado a un Congreso de Movilidad Sustentable (sic) en Querétaro, México. Tenía el plan de presentar el Madrid Río a los Premios Europeos de Urbanismo. Y tenía escrito un artículo al respecto, pendiente de publicar en la Revista Agroforestal, de los ingenieros de montes.  

Me aconsejé sobre cómo actuar, y me presenté esperanzado ante el ideólogo. Ciertamente era educado y amable. Pero no era el ideólogo; era el mayordomo. Un mayordomo cojonudo, como esos que suele interpretar Anthony Hopkins, pero un mayordomo, al fin y al cabo. Resultados de mi interview con este señor: UNO, mi artículo fue sometido a censura, porque adolecía de exceso de entusiasmo sobre Madrid Río y ya no estábamos en tiempos de Gallardón (sic). DOS, el viaje a Querétaro no me lo podían impedir (los mexicanos me pagaban viaje y estancia) pero, a efectos de control de personal, tenía que arreglármelas con Rotenmeyer (no llegué a hablar con ella, ya sabía la respuesta, en realidad no he hablado con esta señora ni una sola vez en tres años).

Pero lo que no les perdono a esta panda de inútiles es el punto TRES: que no me apoyaran para presentar el Río a los premios. Como saben, soy miembro de AETU, la sección española de la red internacional que concede estos premios. Ellos me patrocinaban y estaban convencidos como yo de que el premio lo teníamos ganado. Había que preparar una documentación normalizada, trabajo que podía hacer yo sin esfuerzo. Pero también había que pagar 1000 euros por la inscripción, y ahí encalló la cosa. Unos por otros, entre la Inane, Rotenmeyer y el mayordomo, se atoraron y se pasó el plazo de presentación. Ahí aprendí que esta gente, además de malas personas, ignorantes y cortos, eran unos paletos. Por lo demás, el viaje a Querétaro, fue mi primera experiencia de ir a un congreso a defender la Marca Madrid utilizando mis días de vacaciones.

A la vuelta me encontré con que me seguían pagando el sueldo, pero ya no tenía apenas trabajo. Lo único que me pedían la Inane y su corte era cumplir el horario al minuto, so riesgo de tremenda regañina de Rotenmeyer. Un horario encima engordado con media hora diaria por el señor Rajoy. Cualquiera se hubiera vuelto loco. Pero yo no soy cualquiera. Así que tomé varias determinaciones. La primera, regresar con el rabo entre las piernas al mundo del planeamiento urbano. Un mundo que había abandonado ostentosamente siete años antes para cambiarme a la parte de gestión, primero, y luego al equipo de obras que construía el proyecto Madrid Río, como jefe de información y participación vecinal. A lo largo de ese tiempo, yo había presumido mucho de que mis nuevas tareas me gustaban más que la de hacer planeamiento. Así que, cuando regresé a ese mundo tuve que hacerlo por la puerta de atrás y en un puesto marginal porque, cuando yo me fui, los demás se pusieron cómodos, como es lógico.
   
Mis compañeros me acogieron bien, me han soportado en estos años y a su manera me han protegido, a cambio de ayudar en tareas, como la de contar el Plan General en las 21 Juntas de Distrito, que nadie quiere hacer. Mi segunda determinación fue seguir cultivando mi red de contactos y recibiendo delegaciones. Aquí contaba con la protección de mis nuevos jefes, que no me ponían ninguna pega a la hora de firmarme permisos de cara a Rotenmeyer como si me hubieran mandado ellos a estas actividades que yo me buscaba. En Querétaro rompí una primera barrera, la de usar mis vacaciones para estas cosas. La segunda barrera (pagarme yo los viajes) la superé en el verano siguiente, el de 2012, con motivo de mi participación en un congreso en Nueva York.

Lo cierto es que me dieron el contacto para contar el Madrid Río en el congreso anual de la City Parks Alliance y me comprometí pensando que me lo pagaban todo como de costumbre. A la hora de concretar las condiciones, me dijeron que ellos eran una organización sin ánimo de lucro y que no tenían previsto pagarme. Negociamos y llegamos a un acuerdo: me pagaban la mitad del vuelo y me ofrecían una habitación en una residencia universitaria junto a la sede del congreso, a precio de estudiante. El congreso duró tres días, en los que fui feliz saliendo cada mañana, con mi maletín y mi traje de verano, caminando en dirección al lugar del congreso, en el entorno de Washington Square, en pleno centro de Manhattan. Hubiera pagado el doble a cambio de esos tres días. Pero además aproveché el vuelo para quedarme quince días por allí, recuperar mis queridos rincones favoritos de New York y visitar otras ciudades como Boston. Es decir, el mismo concepto del viaje que empiezo mañana.

Pero me quedaba una tercera decisión. Aun con el trabajo que me suponían estas actividades y cumpliendo con las pequeñas tareas que me encargaban mis jefes, me sobraba mucho tiempo de mis mañanas y tenía que llenarlo con algo, porque debía cumplir completo ese horario absurdo. Y aquí surge el Blog. No lo inauguré hasta septiembre, porque estuve varios meses preparándolo. Me asesoré con amigos periodistas y no rompí aguas hasta que estuve seguro de poder afrontar una tarea como esta con una garantía de continuidad y unos estándares de calidad que me impuse yo mismo. Así que ahora ya lo saben todo y, como les decía al principio, hoy se cierra un círculo. El oficio de bloguero satisface una parte importante de mis pretensiones literarias y me resulta muy gratificante. Al principio cuidaba de no hablar de mi trabajo, pero poco a poco fui escribiendo de forma más libre. Desde hace un tiempo digo lo que me da la gana.

Mañana afronto mi vuelo, y ya estoy cerrando escotillas. El cielo es azul y el mar es verde, como cantaba Paul McCartney. Al fin y al cabo, el submarino amarillo volaba sobre los cielos arcoíris. Seguimos desde Berlín. Sean felices.





4 comentarios:

  1. Tenga usted un hermoso e inolvidable viaje; disfrute el goce de vivir días diferentes, incluso algún encuentro que pueda surgir con alguna teutona.
    Sólo decirle que si el oficio de bloguero le resulta muy gratificante, en lo que a mí respecta como lector, me resulta tan gratificante o más. Así que cuídese y siga escribiendo de lo que le dé la gana para regocijo de los que lo leemos. Un abrazo.

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    1. Bueno, hago por pasarlo bien. Con eso que dice de la teutona, se ve que es usted mucho más joven que yo. Cerca ya de los 65, lo cierto es que la cuestión de la testosterona empieza a brillar por su ausencia. Por decirlo con precisión: empiezo a estar "pa echarme al arroz". Pero la cosa tiene sus ventajas, no crea. Uno deja de orbitar infructuosamente alrededor de las mujeres, que tienen la puñetera precisión de ignorarte (las que te gustan) y buscarte todo el rato (las que no te gustan). Esa deliciosa tortura se termina. Además, las mujeres notan lo que te pasa y se acercan a ti de forma más confiada, porque ya no te ven como un peligro potencial. Y su compañía desenfadada es maravillosa. En fin, uno tiene que adaptar su marcha a las curvas del camino, amigo.
      Le agradezco sus deseos y brindaré a su salud con una birra de estas de medio litro que se estilan por estas tierras.

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  2. Ya sé que no quieres hablar más de Zapata, pero me permitirás que haga un pequeño apunte respecto al asunto es sus aspectos de libertad de expresión y del escarnio que se puede producir con esa libertad de expresión.

    Creo que la libertad de expresión ha de permitir que se diga lo que se quiera (je suis Charlie), pero también tengo derecho a no estar de acuerdo y rechazar lo que cualquiera en su libertad de expresión puede decir y exigir que asuma las consecuencias. Precisamente Zapata lo expresó (a posteriori) muy bien: "La libertad de expresión tiene que ver con lo que uno puede o no decir, no con las consecuencias que eso pueda tener."

    Respecto al escarnio, además de lo que tú dices, resaltaría otro aspecto para mí importante: contra quien se hace. Me puedo mofar y puedo hacer escarnio del poderoso que abusa, pero no admito hacer escarnio poniéndome de parte del abusador. En el caso del genocidio, los gaseados y hechos cenizas eran las víctimas, igual que en otros casos lo son los negros, los homosexuales y las mujeres y si hago escarnio de ellos estoy con el que abusa. Resumen: Siempre contra el que abusa, contra el que crea la injusticia. De hecho hay situaciones en que el humor, por duro que sea, es la forma de crítica y lucha contra una situación, como ocurre en las dictaduras.

    Luego la defensa de Zapata, el debate sobre los límites de la libertad de expresión, era bastante endeble. Insuficiente para justificar la publicación de bromas faltas de empatía con quien sufre la injusticia, ya sean los judíos víctimas de los nazis o sea Irene Villa, ella era la víctima y ¡era una niña! esa falta de empatía no entra en mis parámetros mentales y no puedo entender a quien lo hace.

    He escuchado al tal Zapata y me parece un individuo muy válido, pero eso no quita que tenga que asumir las consecuencias de un hecho inaceptable.

    ¡Cómo me he enrollado! Si yo lo único que quería era desearte feliz viaje y que el que cantaba que el cielo es azul y el mar es verde era Ringo Starr.

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    1. Querido Paco, si no quiero hablar de Zapata es precisamente para dejarlo en paz. Me dicen que salió en el espacio de Wyoming y ni siquiera se reía de los chistes del otro, porque está hundido. Nunca me ha parecido mala persona, pero creo que sus tuits no tienen defensa posible.
      Me parece muy interesante el matiz que aportas: el escarnio es lícito como arma de lucha contra el poderoso, nunca contra el débil o desgraciado. Creo que ese es el quid de la cuestión. Aparte del tema de la falta de empatía con victimas como Irene Villa o los niños judíos de Auswitch.
      Por eso diferencio yo lo de Zapata de las demás cosas que les han encontrado a otros de sus compañeros. Y no me gusta nada la campaña de defender a Zapata dentro de todo el paquete, que han emprendido desde Pablo Iglesias hasta eldiario.es. Aparte de ser una reacción "castosa", es un reflejo especular de los ataques universales de los esperancistas. Eso nos lleva al maniqueismo: todo lo que hacen los nuestros está bien; todo lo que hacen los otros está mal.
      Todo esto no quita para que, a pesar de este señor, haya que apoyar a Carmena y ayudarla, porque nos jugamos mucho.
      Bueno, lo de Ringo es un error garrafal, te agradezco la precisión y lo dejo tal cual, haciendo constar tu enmienda, porque está claro que no era una errata y así son las reglas del blog.
      Un abrazo.

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