sábado, 21 de septiembre de 2013

177. Lo que va de ayer a hoy

                                                                                                                  Lo que va de ayer a hoy
                                                                                                                  (Que le dijo Paco a Pocho)
                                                                                                                  Que siendo ayer diecisiete
                                                                                                                  Hoy estamos a dieciocho

Estoy un poco nostálgico con esto del aniversario y me ha venido a la memoria esta antigua chirigota en octosílabos atípicos, que hacía reír a mi padre en aquellos tiempos sin móviles ni ordenadores ni gepeeses. Ha pasado un año de blog y han cambiado algo las cosas. Han dejado de asustarnos con la prima de riesgo, que por entonces acababa de rozar los 650 puntos. Ahora andamos por debajo de los 240, llevamos quince días con mejores cifras que Italia, que sigue pagando los desmanes del sapo Berlusconi. Y lo acojonante es que esto de que hayamos superado a Italia en fiabilidad económica no es noticia. ¿Ustedes lo han visto en algún diario? Yo no. Lo que pasa es que tengo un programa en mi smart phone, que me avisa en tiempo real de cómo va la prima de riesgo. Me lo pasó Lisardo antes de enfadarse conmigo.

La prima de riesgo ya no supone un gran idem para el país, pero igual estamos jodidos. Ahora nuestros problemas son tres: el déficit público, la deuda pública y la deuda privada. Váyanlo memorizando, que estoy preparándoles un texto al respecto. Sólo que, primero, necesito entenderlo yo y no es nada fácil, se lo puedo asegurar. Respecto al déficit público, ya saben, la diferencia entre el gasto anual de todas las administraciones públicas de un país, y sus ingresos no financieros, pues resulta que Bruselas (ese ente fantasmagórico que está en el origen de todos nuestros males) se está repensando la manera de computarlo. Parece que ahora están valorando la posibilidad de hacerlo contando por los dedos, lo que podría ser muy favorable para esta España de nuestras desdichas. ¿Se creen que estoy de coña? Bueno, un poco sí. Pero no del todo. Aquí tienen el link de la noticia y les pido que la lean. http://www.expansion.com/2013/09/20/economia/1379678193.html?a=9ee8c99375e8e0a3940df3ef43f6c4b4&t=1379756591

Es una noticia de ayer que, si se confirma, podría aliviar la necesidad de que el señor Rajoy y sus adláteres sigan jugando a Eduardo Manostijeras. Les he pedido que lean la noticia, no que la entiendan. Eso ya sería para nota. A mí me suena a que, viendo la avería que nos están haciendo con los recortes, han pensado que a lo mejor, si cuentan el déficit por el sistema de un-dos-tres-patito, salimos un poco menos mal. No me digan que todo esto no les suena a camelo planetario. Nos dicen que tenemos que hacer recortes como terapia para curar nuestras tres lacras (déficit público, deuda pública y deuda privada). Pero los recortes aumentan el paro y nos estropean la sanidad y la educación públicas que tanto nos había costado conseguir. ¿Es posible que no hubiera otra medicina? A ver si conseguimos entenderlo y hablar de ello con propiedad.

Esta noticia tampoco la van a encontrar en la prensa de información general (ha salido sólo en la prensa económica, ya ven que me estoy tomando trabajo para entender el galimatías). La prensa generalista está entretenida con la cadera del Rey, las últimas baladronadas del unurabla Artur Menos y otras minucias. El curso se presenta cansino y hasta la Liga de futbol es un aburrimiento supino, por la diferencia que hay entre Madrí y Barça y los demás. El año pasado, por lo menos podíamos cagarnos en Mourinho, que siempre era más divertido. 

Cuando decimos “Bruselas” deberíamos decir “Señora Merkel”. Ella tiene las riendas bien sujetas. Y mañana volverá a ganar por goleada. Mi peluquero y amigo Jurgen está muy esperanzado en que los liberales se vengan abajo y la doña se vea obligada a reeditar Die Grosse Koalition con los socialdemócratas del Ober Lehrer Steinbrück, lo que podría forzar una política más social para toda Europa. Y digo yo: qué mal debemos de estar para que nos tengamos que agarrar a semejante clavo ardiendo. El modelo socioeconómico que propugna el antipático Steinbrück es idéntico al de Merkel. Si quisiera cambiar la sociedad se aliaría con los Verdes y con los izquierdistas Die Linke (y tendría mayoría). Pero si dijera eso en su programa, no le votaría nadie, sería tan minoritario como ellos. Los alemanes están a gusto como están y no quieren aventuras. La señora Merkel les garantiza la continuidad del modelo y por eso ganará.

Todo va a seguir igual, nos seguirán apretando y seguiremos intentando entender por qué. Hoy he salido por el barrio y me lo he encontrado invadido por la feria de antigüedades que llaman Decor-Acción, promovida por la revista Nuevo Estilo. Como cada año, las tiendas se engalanan y las calles se ven invadidas por la gente más cool de la ciudad. Durante estos cuatro días, el barrio adquiere un punto Carnaby Street, que es una pena que no dure todo el año. He vuelto a casa a por mi máquina de fotos y he hecho el reportaje que les enlazo aquí. Verán que la cosa es similar a la del año pasado, con modelitos más veraniegos porque hace menos frío.

Es curioso ver que a ciertas clases sociales no parece afectarles la crisis (otro indicativo de que más que crisis es estafa). Dice mi amigo Luis, dueño del restaurante La Pitarra, que esta gente tan fisna no entra en su local, porque piensan que un lugar tan barato no puede ser bueno. Otros bares se esfuerzan cambiando sus carteles de churros y porras por otros con ofertas de brunch y delicatesen para el break-coffee. Y en las tiendas de ropa aparece la palabra mágica: vintage. De pronto, todo el mundo tiene cosas vintage. Me he infiltrado entre este pijerío, cuyas actitudes y vestuario me remiten a la fauna del hipódromo, y puedo certificar que

            1.- Los tipos llevan camisas con sus iniciales y jersey sobre los hombros.
2.- Las mujeres son mayoría y llevan melenita clara bien peinada. No hacen un solo ademán brusco, mantienen el gesto lánguido y observan.
3.- Abundan los niños rubios vestidos de domingo y los perros recién salidos del coiffeur. En cuanto alguno se caga recogen la mierda con dos deditos enfundados en una minibolsa de plástico verde (esto es de agradecer).
4.- No se ve un solo negro ni asiático ni aceitunado
5.- No se ven tatuajes ni piercings. Como mucho un arete fino en aleta de nariz.
6.- Nadie dice tacos, ni escupe, ni se tira pedos, ni ha olvidado el desodorante.
7.- Suena música clásica en algunos lugares. Nada de rap, ni reggaetón.

Lo que no sé es adonde se habrán tenido que trasladar estas tres noches los clochards astrosos que plantan sus reales por las esquinas de las plazas de mi barrio, ahora ocupadas por la creme de la creme. Supongo que antes de montar la feria, habrán tenido que desinfectar de piojos y pulgas ciertos rincones. Para ello habrán tirado de los empleados de la limpieza municipal. Con lo que se ha ahorrado este verano la señá Alcaldesa en esta partida, habrá tenido bastante para dejar el barrio como una patena. Cualquier esfuerzo es poco para que esta gente pueda seguir desarrollando su entretenimiento favorito, fuera del mundo de los mortales agobiados por crisis y angustias varias. ¿Crisis? Oye, de verdá, qué ordinariez eso de las crisis, tía. Es SUPER fuerte, oyes. Es que pones el telediario y todo el día con lo mismo: venga y venga con la crisis. Hija, te digo: NO-LO-SOPORTO. Me voy a la cama y me pongo tapones de cera. Como lo oyes: tapones de cera, tía.

Que pasen un buen domingo.

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