jueves, 19 de septiembre de 2013

176. Aniversario

Hoy hace un año que se abrió este blog. No recuerdo muy bien cómo fue que empezó la cosa, ni por qué me dio por meterme en semejante lío. Como ya les he contado, es posible que todo partiera de cuando empecé a tomar diariamente Artilane, un producto de parafarmacia que evita el deterioro de los cartílagos rotulianos, que yo ya tengo bastante agujereados y llenos de goteras. Es el mismo producto que toma el rey Juan Carlos, según me dicen, así que es factible que tenga efectos secundarios imprevisibles, mayormente para la pelota, que lleven a unos a cazar elefantes y a otros a escribir posts como locos. No sé. 

Lo que puedo asegurarles es que, hace un año, no tenía ni idea de dónde me estaba metiendo. No me corresponde a mí hacer valoraciones sobre la calidad del producto, lo que puedo decirles es que a mí me sigue divirtiendo el tema y por eso sigo. Y sí se pueden hacer algunas consideraciones numéricas. Por ejemplo, este es el post #176. Si multiplicamos esta cifra por 2, obtenemos 352. Un número bastante cercano a los 365 días del año transcurrido. Es decir, que he mantenido un ritmo cercano a un día sí, otro no. Si tenemos en cuenta que la primera quincena de agosto me la tomé de vacaciones de blog, pues puede decirse que, en la práctica, he mantenido una media de un post cada dos días. 

Es algo sin duda meritorio. Revela una tenacidad quizá relacionada con la experiencia de haber corrido maratones, algo para lo que se necesita un tipo concreto de resistencia anímica, o de cabezonería, que no todo el mundo tiene (de hecho, sé de algún seguidor que tuvo que dejar de entrar en el Blog, porque era incapaz de leer a la velocidad que yo escribo). Desde el primer día proclamé mi intención de primar la cantidad sobre la calidad. Algunos colegas blogueros a los que sigo, se rigen por el modelo contrario. Escriben un post cada tres meses. No se deciden a colgarlo hasta que está perfecto. Niquelao. Yo busco algo más ágil. Textos que no pasarán a la historia, que a los pocos días se han quedado viejos. Literatura de usar y tirar. Cercana al proyecto de Dieguito, chupatintas del Ministerio, para cuando se jubile (hablo de Luces de bohemia): “una hoja volandera, un periódico ligero, festivo, espuma de champaña, fuego de virutas”. 

Yo busco en mi cabeza o en la prensa una idea sobre la que se me ocurra algún comentario, me informo, busco en Internet, leo lo que puedo. Y cuando estoy listo, escribo de un tirón. El Word me corrige la ortografía y procuro parar en torno a los dos folios. Cuando termino, le doy una o dos relecturas con mentalidad de lector anónimo, detecto las cosas que suenan mal, afino la sintaxis y ¡hala!, a colgarlo. Si sale con alguna errata y alguien me lo dice, la corrijo sin ningún problema. Y si alguien me advierte de un error de fondo, como ya ha sucedido varias veces, pues no lo corrijo: dejo allí el comentario y mi contestación admitiendo que tiene razón.

Empecé arropado por una serie de colaboradores que, por distintas circunstancias, han ido desapareciendo de este foro. El entrañable Lisardo, el ordenanza de planta con aires de banderillero, que me regañaba a voz en grito, ya no está en el mismo edificio que yo. Lisardo pertenece al gremio de Funcionarios de Ceremonial y Asistencia Interna (antiguo de Maceros, Porteros y Ordenanzas), un colectivo que está sujeto al albur de que los trasladen de acá para allá. De todas formas, antes del traslado nuestra relación ya se había distendu, incluso degradé (je suis desolé), porque yo me negué en redondo a hacerme una cuenta de Twitter, algo, según parece, imprescindible para que el Blog adquiera la categoría de viral, condición sine qua non para cumplir mi sueño inicial de aparecer en el Huffington Post.

El problema es que yo ya no quiero salir en el Huffington Post, y que eso de los fenómenos virales me da mucho miedo. Volvamos a los números. El post que ha registrado más visitas en este año, es el #64, “De escoceses y otros estereotipos”, 215 hasta ahora, y creciendo todavía. No tengo ni idea de a qué se debe este éxito. Esta semana he batido algunos records. El post #173 ha recibido hasta 8 comentarios, 16 si se cuentan mis respuestas. Y el día 17 de los corrientes alcancé mi mejor cifra de visitas en un solo día, en concreto 108, debido al éxito fulgurante de mi último post “El abuelo del Planetario”, colgado el día antes, y que en apenas tres días lleva ya cosechadas más de 90 visitas. Tampoco sé la causa de estos éxitos puntuales, supongo que, de vez en cuando, un post concreto le gusta tanto a alguien, que se lo pasa a todos sus amigos.

Cosas como estas me han sucedido varias veces, pero las dimensiones del fenómeno han sido siempre discretas. Si yo me hiciera una cuenta de Twitter, cada vez que escribiera un post, podría anunciarlo en dicha cuenta. Inmediatamente entrarían 2000 o 3000 tipos a leerla. Eso es lo que me da miedo. Dudo que pudiera escribir con la misma libertad, sabiendo que lo que escribo lo van a leer al instante 3000 personas. Entre otras cosas, ¿quién me garantiza que entre esa legión de cotillas no hay alguno que le va con el soplo a la cúpula municipal de la que depende mi sueldo a fin de mes? No creo, por ejemplo, haberme cebado más de la cuenta con el discurso olímpico perpetrado por quien ustedes saben, pero no quiero líos. Quita, quita. Ya sé que es muy cool eso de tener una cuenta de Twitter, oyes, pero yo ya tengo bastante con mi modesto rango de audiencia. Si no llego a viral, me quedaré en bacteriano.

En cuanto al resto de mis colaboradores, se han evaporado también. Sagrario Pérez, mi asesora económica, ha visto cómo reducen la plantilla del periódico para el que trabaja. Estuvieron a punto de incluirla en el ERE y se salvó por los pelos. Ahora hace el doble de trabajo, cobra menos y llega a su casa cada día a las 10 de la noche, exhausta. Y encima, agradecida de conservar el curre. Javier Viñales, experto en historia, se ha jubilado y no sé nada de él. La única persona que sigue conmigo es África, mi agregada cultural, que me sopla cosas como lo de la triscaidecafobia, pero prefiere no salir demasiado en el Blog, porque es tímida. De todas formas, después de un año de bloguero, ya me las voy arreglando solo.

Echo de menos a Lisardo, no obstante, y no sólo por el lado humano, sino porque ya no tengo a nadie que me optimice técnicamente la página. A mí me gustaría, por ejemplo, incluir los llamados hipervínculos, de forma que un post pudiera relacionarse con todos los de su misma temática, con un simple click. Me sería útil, sin ir más lejos, relacionar entre ellos los textos sobre el nacionalismo, tema sobre el que no les sorprenderá saber que estoy preparando una nueva entrada. No sé cómo hacerlo, pero espero averiguarlo.

Algunos de mis seguidores habituales, calculo que tienen algún sistema que les avisa cada vez que cuelgo un nuevo post. A veces subo un texto, le doy un último repaso en busca de erratas y, cuando termino ya hay uno de Estados Unidos que lo está leyendo. Esto de mis seguidores en el extranjero todavía me asombra. Supongo que se trata de emigrantes españoles. Personas que hablan castellano, en todo caso. No consigo que me manden un comentario anónimo, haciéndome saber por qué me siguen (¡Venga, hombre, anímense!). Los más numerosos son los de USA, Rusia y Alemania. A continuación mexicanos, franceses, argentinos, holandeses (estos me sorprenden menos). ¡Y bastantes ucranianos! (tal vez es uno solo que entra muchas veces). Ya sé que esto no es una página de contactos, pero un comentario oportuno podría ser el inicio de una gran amistad, como la que se pronostica en la última frase de Casablanca.

En fin, reflexiones ligeras para conmemorar el primer aniversario. Disculpen este inciso un poco nostálgico y autocomplaciente. Ya volveremos a dar caña a partir del siguiente texto. Seguiremos mientras el cuerpo aguante, no sé si al mismo ritmo o doucement, que dicen los franceses (a modiño, que decimos en mi tierra). Disfruten de este tiempo otoñal tan agradable.

6 comentarios:

  1. Antes que nada quiero felicitarte por haber llegado hasta aquí, colgando un post tras otro y llegar a 175. A mí me parece que sí consiguen lo que persigues que es divertir y divertirte. Estoy siempre pendiente de un nuevo post porque, efectivamente, me divierten (uno de los que más el del pinturero del Brillante por poner un ejemplo) y siempre me parecen interesantes tus comentarios. En cuanto a la calidad literaria, pues ¿qué decir?. Que a mí me gustan, que se notan cuidados y no escritos a la ligera, se aprecia que repasas el texto antes de colgarlo, que te sigo con ganas de leer el siguiente, que tienen mucho mérito,¡coño!. Yo sería incapaz de esa tenacidad y entusiasmo que demuestras y como soy muy vago, pues no entiendo bien porqué realizas ese esfuerzo, pero yo te lo agradezco Por otro lado no hace falta la perfección, eso es horrible y además no existe. Para mí sólo está en el Quijote y eso es mucho pedir.
    No me extrañan tantos comentarios o entradas al post del Abuelo en el Planetario, pero tengo la impresión de que eso puede ser engañoso. Hace tiempo que pienso que ese contador que observo falsea los hechos, pues si entro en busca de un último post el contador suma esa entrada, sin embargo ha sido inútil, yo no he hecho ningún comentario ni he leído, de nuevo, ninguno de tus post y por supuesto, aunque seguidor habitual, no dispongo de ningún mecanismo que me avise de algún nuevo cuelgue, o lo que es peor no sé cómo disponer de ello. Tampoco me hace falta, yo entro y si hay algo nuevo lo leo y si no,no, pero el contador cuenta.
    Creo que me he extendido demasiado. Mis disculpas. Te animo a que sigas y a que escribas algo más en forma de libro. Un saludo afectuoso.

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    1. Muchas gracias por tus elogios. En cuanto al recuento de entradas, hay que distinguir el recuento general, donde se computan todas las veces que alguien entra a ver si tengo algo nuevo (y, por tanto, es engañoso), de las cifras por post, que reflejan cada vez que alguien pincha en el link concreto. Éstas son algo menos falsas. Con esas salvedades, los números dan una idea de cuáles son los textos que más gustan y cuáles interesan menos, pero no es un tema que me preocupe especialmente. Ayer, con la cosa del aniversario, me permití un texto hablando del propio Blog. A veces hay que hacer un alto en el camino y mirar atrás. Pero luego el camino sigue. Un abrazo.

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  2. Querido amigo, cierto es que has escrito mucho y que ha habido fases amplias,incluso algún mes entero que no te he seguido;pero, como siempre está la oportunidad de volver a donde lo dejaste,asunto arreglado. Enfin, que sigas, persiste en tu tenacidad,porque yo disfruto mucho de tus posts; creo que tiene mucho mérito la variedad de temas que abordas.

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    1. Mil gracias por tus buenas palabras, me alegro de que te guste lo que escribo. Espero mantener el tono.

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  3. Felicidades por el feliz aniversario de tu postulación. Estoy de acuerdo con tu opinión sobre los "twitter" esos. Echo de menos un post sobre el problema catalán (sé que te gustan esos embrollos).
    Un abrazo estimat amic.

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    1. Está en la cocina, me falta el último hervor, y va a ser demoledor.

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