sábado, 15 de mayo de 2021

1.051. Cuando lo planeado sale mal

Día de San Isidro, que he festejado con una buena carrera madrugadora por el Retiro, hoy a temperatura perfecta para correr en camiseta. Ayer no pude adelantar mi post para hoy porque estuve ocupado por la mañana y por la tarde quedé con dos amigas con las que tenía que hablar unas cosas. Nos citamos en un lugar que se llama Toma Café, muy hipster, en las proximidades de la glorieta de Olavide. Y les puedo jurar que las terrazas de la glorieta estaban abarrotadas de gente tomando jarras de cerveza al sol. Esta glorieta surgió del derribo del mercado de Olavide, del que les hablé hace unos cuantos posts, que contribuyó por reacción a generar la cultura de la protección de cascarones a ultranza, un mecanismo similar al que hizo que la presencia de Pablo Iglesias contribuyera a recrudecer y aumentar prodigiosamente el voto de la derecha, algo que el interesado parece por fin haber entendido, ante lo cual ha procedido a cortarse la coleta, sobre lo que ya se han hecho diferentes memes, como este.

Ya ven, uno planifica las cosas con todo cuidado, pero luego a veces salen al revés. Volviendo al tema del mercado y prescindiendo del hecho de que el edificio era una preciosidad y podría haberse reciclado como tantos otros mercados más feos de la ciudad, el objetivo principal de su derribo no fue en su día crear una plaza, sino construir un aparcamiento subterráneo de residentes. Si lo primordial hubiera sido la plaza, tal vez le hubieran hecho un forjado capaz de resistir metro y medio de tierra, como los de Madrid Río, lo que da la capacidad de poner encima árboles de buen porte. Esto es más caro, pero se ha hecho en más sitios, incluidos algunos patios interiores de comunidades de vecinos que lo han querido así y lo han pagado (algunos incluso han salido en revistas de arquitectura, como ejemplo de recuperación de patios). Aquí la cubierta que se puso es la mínima que exigía la ordenanza, que soporta unos 70 cms de tierra. O sea, apenas para unas jardineras.

Ya antes del covid, la propia dinámica urbana había segregado los espacios de manera práctica, ante la imposibilidad de plantar arbolado. El espacio central está destinado a juegos de niños: columpios, toboganes, etc. La corona exterior está completamente ocupada por terrazas de los bares que han proliferado en los edificios que conforman la plaza. Ayer por la tarde, el bullicio que había en ambas zonas era enorme, con la gente de todas las edades celebrando la llegada de los nuevos tiempos. Me despedí de mis chicas en torno a las 21.00 y regresé andando por Fuencarral, Montera hasta la Puerta del Sol y luego atravesando la Plaza de Santa Ana. Todo era una explosión de actividad, de terrazas llenas de gente. Era una especie de catarsis colectiva, una epifanía de la cerveza y las tapas, que yo no me atrevo a criticar, porque soy un forofo confeso de esa vida urbana. Mucho menos diré lo que vienen a pensar ahora muchos amargados tras el voto registrado en las elecciones recientes: ya veréis, ya veréis, os vais a contagiar todos y nos vamos a joder.

Yo espero que no suceda eso, que sería muy malo para todos. Ahora lo que hay que hacer es respetar el resultado, ponerse a trabajar y controlar muy de cerca a los dos gobiernos, el local y el regional. El poder se conquista haciendo una oposición eficaz. Pero yo no quiero hablar de política, joder, qué hartura. Por todo mi recorrido por el centro observé algo en lo que ya venía reparando en mis últimas salidas: los abuelos y las personas mayores han recuperado el espacio público, confiados en las bondades de la vacuna recibida. Y es una gozada ver los bancos de las plazas llenos de ancianos tomando el sol de primavera y charlando de sus reumas y alifafes diversos. Anteayer estuve en el Mercado de Antón Martín surtiéndome de víveres para los próximos días.

En ese mercado, todas las abuelas le van a comprar a mi amigo Luis el Charcutero, que lleva el puesto que antes regentó su padre y antes su abuelo. Ese día, me pidió la vez una anciana, yo creo que cercana a los 90. Cuando la vio Luis, la saludó efusivamente: –¡Señora, qué alegría de verla después de tanto tiempo! –Es que hasta que no me han puesto la vacuna, no podía salir a la compra. –¿Y qué tal está su marido? –Pues tirandete-tirandete; bastante renqueante, pero ahí sigue. –¡Huy! Usted no tenga cuidado, que esos son los que más duran; en cambio, los que estamos sanos, un día hacemos crack, nos da el yuyu y caemos en dos minutos. Un crack, mi amigo Luis el Charcutero, definitivamente el que corta el bacalao en el mercado de Antón Martín.

Por cierto, yo ya tengo cita para el jueves por la tarde en la Fundación Jiménez Díaz, para que me pongan la segunda dosis de mi vacuna Pfizer o, como dice un amigo mío, Pfeiffer, como la Michelle. Mmmmm… extraordinaria mujer. Era una de mis actrices preferidas, la perfección hecha cuerpo. Por ponerle una pega, no era muy elegante al caminar, tenía unos andares de pato que no la favorecían mucho, pero los directores procuraban no sacarla desde atrás mientras andaba. ¿Han visto la película Los fabulosos Baker Boys? Pues si no la conocen ya están perdiendo tiempo para alquilarla en alguna de las plataformas que hay por ahí. Pfeiffer nunca ha estado tan guapa. Interpreta a la chica que contratan como cantante para la orquesta de los Baker Boys, interpretados por los hermanos Bridges, Jeff y Beau. De ahí es este diálogo fabuloso tras una actuación en Nochebuena, que les transcribo.

–¿Quieres que tomemos un café?  

–¿Ahora, en Nochebuena? No. Me desvelaría. Me voy a casa a dormir.

–¿Te acompaño?

–No, gracias… eh… Oye: ¿No te irás a enamorar de mí, verdad? Quiero decir: no empezarás a soñar conmigo y despertarte sudoroso por las noches y luego mirarme como si fuera una princesa cuando suelte un eructo…

–Lo dudo.

–Es que sería muy incómodo, trabajando juntos.

–Anda, date prisa, se te está consumiendo el cigarrillo

Por lo demás, mi vacunación completa cerrará una semana también llena de actividades, que les resumo telegráficamente. Lunes, toda la mañana de Jurado de Reinventing y primera sesión de Ashtanga Yoga por la tarde. Martes, carrera madrugadora, clase de inglés, cita con mis hermanos a los que no veo desde hace año y pico para firmar un poder notarial y luego comer juntos. Por la tarde, asistencia al webinar telemático de lanzamiento de otra iniciativa de C40, Reinventing Retails y a última hora sesión de Billar de Letras sobre Carlos Castán. El miércoles no tengo más que una cita para comer con una amiga y mi clase de guitarra. El jueves, clase de inglés, segunda sesión de Ashtanga Yoga y vacunación. Pero antes de todo eso, mañana a las 11.00 tengo que conectarme por Zoom a la boda de mi amiga indonesia Tantri. Va a ser la primera vez que asista, aunque sea por vía telemática, a una ceremonia de boda por un rito musulmán. Vean la tarjeta de la invitación.

Conocí a Tantri en el workshop de C40 de Portland, Oregón, 2017, en donde ella representaba al Ayuntamiento de Yakarta, para el que trabaja. Convivimos tres días, pero fueron suficientes para saber que podríamos ser amigos indefinidamente. Tantri es arquitecta y se graduó en la universidad holandesa de Delft, por lo que tiene muchos amigos en Ámsterdam y Rotterdam. No tenía yo muy claro que fuera musulmana, yo la he visto comer de todo y beber vino y cerveza sin cortarse (las mujeres de raza malaya comen como limas y no engordan). Puede hasta que fuera cristiana y se haya tenido que convertir para poderse casar con su pareja. Desde 2017 estamos conectados por el Whatsapp y otros medios y nos contamos todas las novedades, aunque ella ya no está en C40. A mediados de 2019 me contó que había roto con su pareja de entonces y estaba un poco de bajón. A finales de año me anunció que tenía una noticia que me iba a gustar mucho, pero no me la decía hasta que estuviera confirmada.

La noticia era que vendría a Rotterdam a pasar unos meses a partir de febrero del año siguiente, para hacer una estancia de prácticas, por lo que podríamos vernos al estar tan cerca. Pero el año 2020 fue finalmente bastante malo para ella, hasta el punto que temí que se viniera abajo. Pero es una mujer muy fuerte y con un alto nivel de resiliencia. Para empezar, el día de Año Nuevo, Yakarta, una ciudad que se está hundiendo en el mar hasta el punto de que pronto van a construir una nueva capital en una cota más alta, sufrió una inundación nunca vista. Tantri me contó que su barrio nunca se había inundado, que la riada se llevó su coche y que se tuvo que refugiar en su azotea. Como consecuencia de la inundación y lo que estas cosas conllevan en cuanto a condiciones higiénicas, contrajo el tifus y estuvo mala un mes, lo que puso en riesgo su venida a Europa.

Con el alta definitiva, pudo por fin viajar. Venía en un grupo con otros ocho o diez, todos mucho más jóvenes que ella y con todas las chicas con velo islámico menos ella, según las fotos que me mandó. Venían para tres meses, que me pillaron a mí muy ocupado, pero tenían pensado hacer un viaje de fin de semana a España. Yo traté de que vinieran a Madrid y Tantri lo propuso al grupo, pero todos los demás dijeron que querían ir a Barcelona. Ya saben: en el extranjero, Madrid no existe; sólo existe Barcelona y un poquito Bilbao. En Barcelona le robaron el bolso con todos sus papeles, tarjetas de crédito, pasaporte, etc. Yo la había advertido de que Barcelona es un lugar lleno de pickpockets (carteristas) y que ellos eran un caramelo para cualquier ladrón, con todas aquellas jovencitas con velo. Pero nada.

Las pasó canutas, le tuvieron que prestar dinero sus amigos holandeses hasta que pudo conseguir un duplicado de su Visa y un nuevo pasaporte a través de la embajada de su país. No sé si lo recuerdan, pero yo tenía ya un billete de ida y vuelta a París, pagado por la Universidad París-8, para dar una clase en el máster de mi amigo Alain, luego acercarme a visitar a mi hijo Lucas a Lille y seguir a Rotterdam a encontrarme con mi amiga. Incluso teníamos ya localizado un restaurante donde cenar juntos. Pero todo eso se fue a la mierda con la pandemia. Yo tuve que cancelar el billete y a ella le suspendieron el curso que estaba haciendo y tuvo que volver pitando a su tierra, después de un viaje espantoso, y luego hacer una cuarentena allí (venía de la peligrosa Europa). Una cuarentena de las de verdad: 40 días completamente aislada.

Pero se recuperó de eso. Volvió a trabajar en el Ayuntamiento, primero telemáticamente y luego poco a poco presencialmente. Y le ha sobrado tiempo para buscarse un nuevo novio. Y yo me alegro mucho por ella. Cuando quedamos en Rotterdam yo no tenía otras pretensiones que verla y renovar nuestra amistad. Era tan absurdo que nos enamoráramos como en el diálogo de Michelle Pfeiffer que les he puesto arriba, viviendo cada uno en las antípodas del otro. Pero hubiera sido una noche romántica inolvidable, de la que obviamente no les hubiera contado los detalles en el blog, por favor, yo soy un caballero. Todo eso lo frustró la pandemia. Pero ¿me han oído quejarme? No creo. Las cosas que no pasan, es porque no tenían que pasar y no podemos hacer nada, porque el hubiera no existe. Pero tienen aquí otro ejemplo de asunto planificado con todo mimo, que se frustra 

Si algún día consigo hacer mi plan de viajar por el mundo a visitar a mis amigas, por supuesto que cuento con visitar Yakarta; Tantri es un cielo de mujer, yo siempre me he llevado bien con los maridos de las mujeres que quiero y hasta puede que les encuentre con algún niño, lo cual haría mi visita aún más placentera y entrañable. Ya les contaré mis impresiones sobre la boda de mañana. Intento acabar este post antes de comer, porque a las 16.00 quiero ver el partido del Depor Femenino, que lo dan por Gol-TV. El equipo de mis chicas lo tiene crudo para evitar el descenso a Segunda, pero aún no es matemático. Mi admirada Athenea del Castillo dice que, si se quedan en Primera seguirá en el equipo. Si bajan quedará libre y no sería de extrañar que la fichara el Real Madrid.

Athenea es una auténtica figura y ya se acordarán de que yo la descubrí, cuando vean a los periódicos nacionales hablar de ella. En La Coruña ya es un personaje; el otro día les traje el enlace de una larga entrevista que le hacía La Voz de Galicia, con unas fotos en las que estaba muy guapa. Ahora es el otro periódico serio de la ciudad, La Opinión-Coruña, quien la entrevista. Aquí la foto es como más auténtica: la de una niña de 19 años, sin pintar, que cuando llegó a Coruña todavía llevaba brackets. Como no ganen esta tarde, ya prácticamente estarán descendidas. Si quieren echarle un ojo a la entrevista, han de pinchar AQUÍ.

Ya saben que una de las cosas que más me gustan es adelantarme a asuntos y cosas que luego se convierten en noticia. Estoy convencido de que ustedes, queridos lectores, verán triunfar a Athenea, igual que a Samantha Fish y se acordarán de que yo les hablé de ellas mucho antes. Otro asunto que se ha suscitado estos días. Hace unos cuantos posts les sorprendí a todos ustedes mostrando sin asomo de duda mi admiración rendida por el actor Arnold Schwarzenegger, ex gobernador republicano de California. Muchos de mis seguidores seguro que pensaron que era otra de mis extravagancias. Pues el otro día encontré un artículo en el que cuentan que este señor se ha convertido en una referencia ideológica y vital en su tierra, donde sus opiniones son cada vez más respetadas. Pueden comprobarlo AQUÍ.

Y otra más. Cuando yo expliqué el altísimo número de votos cosechados por la señora Ayuso, lo atribuí a tres grandes grupos. Uno de ellos era el de los autónomos, que cobran una buena parte de sus ingresos en negro y no quieren que nadie entre a regularizar su situación ni les suba los impuestos. Seguro que aquí también más de uno de mis lectores pensó: otra de las explicaciones de Emilio hablando de lo que no sabe, como el maestro Ciruela, que no sabía leer y puso escuela. Pues ahora, a toro pasado, he encontrado un artículo en el que se explican las medidas que está poniendo en marcha el Gobierno del Estado para tratar de perseguir el fraude generalizado de estos señores. Pueden leerlo AQUÍ

Naturalmente, si estos señores oyen el discurso ese de comunismo o libertad, salen cagando leches a votar a la derecha. Porque les cuentan que esto de ser honrados y cumplir con las obligaciones fiscales es sanchismo, comunismo bolivariano, la banda de la Moncloa y la habitación del pánico. El PSOE haría bien en estructurar algún tipo de discurso, el que sea, porque si no, les van a barrer hasta de la Federación de Futbol. Ya está Florentino por ahí intrigando con la Súper Liga, que ha terminado finalmente en aparente gatillazo. Digo aparente, porque este señor nunca pierde, recuerden el caso del fracking frente a las costas de Tarragona. En cuanto empezaron los terremotos y el gobierno paró el proyecto, empezó a cobrar indemnizaciones millonarias que le estamos pagando entre todos. En este caso, lo que se ha cargado el proyecto demencial de la Súper Liga, ha sido la indignación de los seguidores de los clubes británicos. Vean una imagen de los disturbios y una de las pancartas que se exhibieron.


Yo creo que al tito Floren se le ha ido la mano, pero el tema no está acabado ni mucho menos. Veremos. En cualquier caso, ya han visto en este post la referencia de unas cuantas cosas que se planifican perfectamente y luego salen como salen. La suerte es un factor que nunca hay que olvidar. Y toda la matemática cuántica actual está centrada en descifrar el factor aleatorio, algo que por ahora no se ha logrado. Uno va tan contento, pensando en que tiene todo bajo control, y basta con un simple giro del destino, a simple twist of fate, para que se vaya todo al carajo. Así se llamaba una canción extraordinaria, que les voy a dejar de propina, del viejo Bob Dylan, que un día de estos cumple nada menos que 80 años. En fin, que se cuiden y que aprovechen mientras puedan. Buen fin de semana.


2 comentarios:

  1. El hombre propone y Dios dispone, es el refrán tradicional que expresa lo que usted nos ha contado. POr eso conviene planificar siempre con plan B. Por lo demás, el tema de Dylan extraordinario. Cuídese.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ya que habla usted de refranes, yo creo que los casos que se citan en este post son muestras de lo que se conoce como el cuento de la lechera. García Lomas cree estar haciendo algo grande cuando derriba el mercado de Olavide. Pero provoca una reacción en forma de cultura de la ultraprotección de cascarones que llega hasta nuestros días. Y es cesado de forma vergonzante. Iglesias se erige en defensor del pueblo frente al fascismo creyendo que va a arrastrar a las masas y consigue que el PP duplique sus votos. Y también se marcha desolado. En mi caso, mi viaje a Rotterdam era una quimera, pero basada en fundamentos sólidos. Pero vino la pandemia y la cosa se jodió. Otro cuento de la lechera, pero en este caso sin el lastre de mala conciencia de otros casos: yo hice lo que pude. Este fue realmente un claro caso de twist of fate.

      Eliminar