lunes, 3 de mayo de 2021

1.047. ¿Elecciones? ¿Qué elecciones?

No, de verdad, es que no sé de qué me hablan. ¿Tal vez de las elecciones para la junta directiva del Ateneo de Madrid? Ya les dije que estoy muy interesado en que se confirme la continuidad de la junta que preside mi amigo Juan Armindo, contra la que se presenta una candidatura renovadora con apoyos tan variopintos como Joan Manuel Serrat o Rosa Montero. Creo recordar que esas elecciones son el próximo día 15. Si sigue mi amigo, puede que me haga socio, como ya les adelanté. Respecto a (parafraseando a Rajoy) ese evento por el que ustedes me preguntan, ya les prometí hace dos posts que no volvería a decir nada. 

Según mis últimas costumbres, este texto lo tendría que haber elaborado ayer por la tarde, para darle esta mañana un rápido repaso y publicarlo tal cual, para disfrute de los reflexionantes de la jornada, pero ya saben que mi vida es un sinvivir y tengo tantas ocupaciones que no llego a donde voy. Así que les contaré algunas historietas de mi día a día, aderezadas con algo de Samantha Fish más las novedades del Depor, para que los que quieran distraerse del monotema, se entretengan un poco. Pero antes les anticipo una noticia. El próximo día 7 de mayo se publicará en todo el mundo el nuevo disco de Van Morrison, el refunfuñón de Belfast, con las canciones que ha compuesto durante su encierro por el Covid, que le hizo interrumpir su gira. Y ya ha adelantado alguno de sus temas, como este delicioso Love should come with a warning, El amor debería venir con un aviso. Una exquisitez para empezar el post.

Ya sólo por este tema les va a compensar haber entrado en este post. Bien, la semana pasada empecé por un lunes tranquilo, con una visita mañanera al dentista, que como les he contado otras veces, lo tengo al otro lado del Retiro, por lo que me tocó atravesar tranquilamente el parque, protegido con un paraguas, porque estaba lloviendo bastante. El dentista me encontró bien, gracias, y disfruté del doble paseo por el Retiro que está este año como hace tiempo que no se veía, debido a la menor presión de gente por causa del covid. Libre de filomenos contaminantes y tirapapeles, el medio vegetal está exultante. Por seguir el hilo de mi post anterior, les diré que siempre he sostenido que en Madrid se viviría muy bien sólo con que se fueran todos los protestones, negativos y cenizos. Los amantes de esta ciudad tendríamos más espacio.

En esta ocasión, tal vez los que se han ido son los acojonaos, los que se han refugiado en sus exilios interiores por miedo al virus. No es lo mismo, pero se nota. Por lo demás, dediqué la tarde a escribir mi post penúltimo, en el que me quejaba de no estar aun vacunado. El martes tuve una mañana muy atareada. Me tocaba correr y además mi hora de inglés, de 9.30 a 10.30. Así que ensayé una modalidad nueva: correr muy temprano y estar listo para la clase de inglés después de ducharme. No calculé muy bien el tiempo, por lo que no pude desayunar. Cuando terminé con el inglés tenía un hambre canina. Me tomé un desayuno súper y apenas tuve el tiempo justo para publicar mi post escrito la tarde anterior, porque a las 13.00 tenía el Proofreading Committee de Reinventing Cities II.

Es esta una reunión telemática en la que los del equipo de Madrid (mi jefa, mi compañera M. y yo) ponemos en común con la gente de C40 nuestras opiniones sobre los proyectos presentados, antes de las jornadas del Jurado. Por parte de C40 participaban mis amigas Hélène Chartier desde París, y la italiana Costanza desde Londres. Teníamos que analizar uno a uno los seis proyectos finalistas, con lo que la reunión se prolongó hasta cerca de las dos y media, toda en inglés y con mucho rifirrafe técnico. Acabé tan cansado que me bajé a comer al Matilda, porque no tenía ni ganas de cocinarme algo. Y a esas horas me entró el sms avisándome de que me vacunaban en dos días.

El miércoles, a las 9.30 me conecté con la ETSAM para presenciar la presentación por parte de mi amiga Sonia de Gregorio de su memoria con la que opta a un puesto de profesora titular de Proyecto Urbano. Duró casi toda la mañana, pero me gusta mucho el discurso teórico de esta mujer que lleva años investigando sobre el concepto Regeneración Urbana y que no hace mucho me invitó a su clase para que contara mi historia de las chabolas. Me había dicho que le hacía ilusión que presenciara su defensa y allí estuve hasta el final. A última hora me llamó otra amiga de estas jovencitas que me he agenciado últimamente, diciéndome que andaba por el centro para una gestión y que si nos tomábamos una caña juntos. Ya saben que siempre entro a estos trapos. Quedamos en la plaza de Santa Ana y allí nos cayó un diluvio que soportamos debajo de una de las sombrillas de lona fuerte que protegen las mesas. Fue muy divertido, como cuando te llueve en un camping.

A las siete me fui a mi segunda clase de guitarra de blues, aunque esta vez fui y volví en Metro. Enrique el profe, me dijo que veía progresión desde el primer día, yo creo que me va a venir muy bien esta clase. Entre las cosas que me corrige, me dice que procure no darle tanto swing a las notas, que aprenda los fraseos y acompañamientos de forma neutra para practicarlos, que ya luego le meteré el swing cuando los tenga dominados. El jueves tuve mi clase de inglés y luego fui a vacunarme, según lo que ya les conté. Por la tarde estuve descansando, por si tenía reacción, y también escribí mi elogio de la ciudad grande.

El viernes salí a correr de nuevo y a las 10.00 me conecté otra vez con Hélène y Costanza (esta vez sí me dio tiempo a desayunar primero). Se trataba de escuchar a una gente de una fundación que estarían interesados en participar en un Reinventing III. Mis dos compañeras de los dos concursos anteriores me habían dejado solo esta vez, yo creo que no están muy seguras de participar no estando yo en el equipo. Veremos. La conversación fue de una hora y luego tuve el tiempo justo de colgar mi post. Porque a la una tenía que bajar al Botánico, donde había quedado con una chiquita brasileña que está haciendo una investigación sobre el proyecto Madrid Río.

Se llama Ana, podría ser mi nieta y es un encanto. Ya estuvo en mi clase presencial en la ETSAM y también en la excursión por el río, aunque no está en el máster. Picamos alguna cosa con unas cervezas y me grabó con el móvil todo lo que le fui contando del proyecto. Ahora tiene que procesarlo y estudiarlo. Hemos quedado para dar una vuelta en coche por los túneles, porque me dijo que no tiene coche y estaba pensando en alquilar un Uber para hacer esa visita. Por cierto que dice que no tiene ninguna intención de volver a Brasil mientras las cosas no mejoren allí.

Por la tarde estuve descansando, después de una semana tan intensa. Samantha Fish daba ese día dos conciertos en el mítico Tipitina’s de New Orleans, ella sola, uno a las 7 y otro a las 9.30, en horario local. Y me enteré de que el segundo se ofrecía en streaming gratuito. Con el cambio de hora era a las 4.30 de la mañana, pero siendo gratis, entendí que al día siguiente se podría ver; no estaba yo para trasnochar. Y cuando estaba tranquilamente tumbado en mi cama leyendo a Carlos Castán, de pronto sonó en mi casa una sola nota redonda, magnífica, como un Re mayor. Corrí a la guitarra y confirmé mis temores: la cuerda cuarta se había roto y estaba por allí en completa ruina. Ejemplo típico del Principio de Murphy: la víspera de tres días de fiesta (1, 2 y 3 en Madrid) se va a tomar por culo una cuerda, cuando tengo que practicar un rato todos los días.

Le puse un Whatssap a mi amigo Juanmi Guitar Man pidiéndole socorro. Me contestó que él iba a venir a su tienda el día 1, como todos los sábados. Menos mal. Me acosté a dormir y el sábado por la mañana me conecté para ver el concierto de Sam. Lo vi sin desayunar ni nada, porque fue espectacular. Son dos horas de concierto sin parar, ella sola y todo el tiempo de pié. Y eso después de tocar otras dos horas en la sesión de tarde. El concierto completo está colgado en Youtube y les voy a poner el enlace, por si quieren ver algún rato. Yo les recomendaría que vieran el final, las dos canciones de propina. Tras casi cuatro horas de tocar de pié, con apenas media hora de descanso entre un concierto y otro, Sam toca una primera canción lenta, muy sentida y triste, con una de sus letras sobre familias desestructuradas que tanto le preocupan. Pero luego se marca un rock a toda pastilla para rematar, que es realmente espectacular. Y se despide repartiendo besos a diestro y siniestro. El enlace al concierto es ESTE. El concierto empieza en el minuto 6. Con ese trajín diario que ya lleva, no es de extrañar que esté recuperando la figura. Aquí una foto de una de sus últimas apariciones.

Por cierto, he encontrado una entrevista que le hacen a Sam telefónicamente desde un medio de Pittsburgh, donde va a tocar un día de estos. Le preguntan las cosas que le preguntan siempre y mantiene su discurso. Salvo alguna novedad, como cuando aclara que fue a clases de canto, porque no es lo mismo que aprender guitarra: tú ves a alguien tocar y puedes imitarlo. Pero el canto no sabes cómo lo hace. Y, al final, el periodista le hace la pregunta que yo le haría: –Acabamos de asistir a una gala de los Grammy caracterizada por la absoluta falta de talento y calidad musical de los nominados. ¿Cómo es posible que una mujer como tú, que es una compositora muy buena, que canta fenomenal, es una guitarrista excepcional y encima muy guapa, no esté ahí? ¿Cuáles son tus límites o tus planes al respecto?  

La pregunta del millón. Conociendo como conocemos a nuestra diva, si esta pregunta le hubiera pillado de sorpresa, habría contestado con mucho jijijí-jajajá-jujujú y agradecimientos generales por el elogio. Pero descubrimos a una Sam cautelosa al otro lado del hilo, diciendo algo así como que todo a su tiempo, que ella no vive para los reconocimientos aunque no renuncia a nada, pero que las cosas llegan cuando tienen que llegar. Yo eso lo uno al hecho de que se haya buscado un productor como Martin Kierszenbaum que ha trabajado para Madonna y Lady Gaga. Y con otra información que nos da: su nuevo disco, que se terminó de grabar en Navidad, no saldrá hasta el otoño. Esto huele a que el disco se va a lanzar en el momento en que se publican los discos que optan a ser nominados para el Grammy del año siguiente. Esa es mi intuición y pienso que desde luego se lo merece. Y si el disco es tan bueno como ella dice, creo que tendrá muchas posibilidades de llevarse algún premio.

Pero estábamos en mi jornada del sábado. Vi el concierto de Samantha, desayuné y bajé al taller de Juanmi. Me llevé mi guitarra, para que vea que es de su taller y que la funda tiene también su nombre. Nada más entrar, vi allí a un lado un patinete eléctrico, apoyado en el mostrador y el corazón me dio un vuelco. Miré a Juanmi señalando el patinete y con una interrogación en la mirada. Efectivamente: Mephisto era en realidad mi amigo. Me contó que ya se ha cruzado conmigo varias veces, pero que no me dice nada para no desconcentrarme. Pero ese día me vio salir a esa velocidad y no se pudo contener. Le aclaré que llevo el Slowdown en la cabeza y se rió mucho. Me dijo también que las cuerdas cuartas se rompen todo el rato y allí mismo me puso una nueva. De vuelta a casa me pasé por el Matilda para decirle a Alejandro que el misterio se había resuelto.

Y tengo que decir que todo esto es una muestra de lo mal que veo. Porque Juanmi es completamente calvo. Cierto que gusta de tocarse con diferentes gorras, algo clave para ir en patinete en los días fríos como ese. Seguramente llevaba una gorra negra desflecada por los bordes, que yo confundí con unos rizos negros diabólicos. Supongo que me creen si les digo que por la tarde me volví a ver entero el concierto de Samantha Fish en el histórico Tipitina’s, bajo la imagen del Pofessor Longhair. Y me queda contar el domingo, un día que dediqué en buena parte al Deportivo de la Coruña, lo que me impidió escribir mi post para hoy. El Dépor está este año en Segunda B (tercera división, para entendernos) y ayer se jugaba la posibilidad de seguir al año que viene en tercera o bajar una más hasta la nueva cuarta. Encima, el equipo femenino, que el año pasado hizo un papel fenomenal en su primera temporada en Primera, con el descenso de los chicos se descapitalizó, perdió a cuatro de su titulares sin un recambio adecuado y este año va de último.

Pero las chicas del equipo son guerreras y siguen peleando por salir del descenso, capitaneadas por mi admirada Athenea del Castillo. En el partido anterior habían jugado fenomenal, se habían adelantado en el marcador mediante una asistencia de Athenea y habían tenido incontables ocasiones fallidas de meter un segundo gol. Y, al final, el equipo contrario les empató en su único tiro a puerta. Athenea, que se había dejado el alma en el campo como de costumbre, salió llorando a lágrima viva, algo que fue muy comentado en la ciudad. Con motivo de eso, la Voz de Galicia le hizo una extensa entrevista, que pueden consultar AQUÍ. Como ven, es una chica admirable a sus 19 años. Por eso me gusta tanto, porque tiene esa misma cualidad fiera e indestructible que Samantha Fish.

Estas chicas saben que tienen que darlo todo para competir en un mundo dominado por los hombres, como Kathia Buniatishvili o Jacinda Ardern, y se esfuerzan al máximo en profesiones en las que ponen todo el corazón. Esas son las mujeres que me resultan más atractivas. He tenido la suerte de conocer y querer a muchas así. Como mis amigas internacionales. Mi querida Tantri, de Yakarta, me informa de que se casa el próximo día 16 de mayo. Con esto del Covid, van a hacer una boda virtual, por Zoom. Y nos dará el link para conectarnos a su gente de Indonesia, a sus amigos de Rotterdam y a mí. Tengo que preguntarle si tengo que ponerme un traje o alquilar un esmoquin para la ceremonia.

Pero estábamos con el Dépor. Por la mañana las chicas ganaron 3-0, con lo cual pasan a ser penúltimas (descienden cuatro). Y por la tarde los del primer equipo ganaron también 5-0, con lo que ya se han asegurado quedarse en tercera y a ver si suben al año que viene. Para completar una jornada futbolera perfecta, sólo me faltó que perdiera el Barcelona, porque ya les he dicho que mi único interés en la Primera División, no estando en ella el Dépor, es que pierda el Barcelona. Y hoy lunes, festivo en madrid, he vuelto a correr por el Retiro y luego he quedado con mi chica cinéfila más querida para ver la película danesa Otra ronda, ganadora del Oscar, que ya les comento otro día (el domingo anterior vimos Nomadland, antes de que triunfara en la gala de los Oscar). Por eso no he escrito mi post hasta tan tarde.

Cómo ven, tengo muchas cosas en que entretenerme y muchos frentes a que atender. Y algún otro que todavía no les he contado, aparte las cuestiones personales que no llegan a este blog. Uno de esos temas posibles tiene que ver con mi amiga Elena González del Pino, la chica especialista, entre otras muchas disciplinas, en el relato oral. Elena ha publicado ya su tercera entrega de su serie En voz alta y pelo largo. Lo de la voz alta no ha mejorado mucho, tal vez un poco pero yo les recomiendo escucharlo con unos auriculares. Esta vez el cuento es una narración maravillosa de Lucía Berlín, que se titula Atracción sexual. Les dejo con ella. Y que ustedes lo voten bien (¡¡huy, perdón, se me ha escapao!!).


2 comentarios:

  1. Abrumador su programa semanal. Me voy a dormir y estoy agotado solo de leerlo. Cuídese, a ver si le va a dar un yuyu, que el cuerpo no tiene un aguante infinito.

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    1. Tampoco es para tanto, hombre. Lo que es agotador es trabajar en la construcción. O en la hostelería. Yo soy un privilegiado.

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