domingo, 30 de abril de 2023

1.222. Como yo no soy un río

Me dice mi amigo JG, cuyo nombre no puedo revelar sin su permiso, que el tal Txepe Lara, cuya detención en plena plaza de Lavapiés inició mi post anterior, es a su vez amigo suyo de siempre y un tipo estupendo. Esto último no hace falta que me lo diga, lo evidencia el hecho de que, con 75 años, se metiera a regañarle a unos policías que sin duda se estaban propasando en los procedimientos de detención de un par de chavales marroquíes. No me quito de la memoria el vídeo citado, en el que es como si estuviera yo viviendo la situación desde dentro, me identifico completamente con este señor canoso y medio calvo, al que le hacen la doble Nelson para tirarlo al suelo sin miramiento alguno y luego le ponen las esposas, precaución superflua por innecesaria y claramente humillante.

Es que los boomers somos gente recia, porfiada, correosa, estamos hechos de una pasta especial, somos de artesanía. Yo cada día me asombro de levantarme por la mañana y que no me duela nada, cuando estoy rodeado de colegas librando luchas desiguales contra las diferentes dolencias propias de nuestras edades, pero lo mismo sienten muchos de los diversos músicos de la época dorada, como el gran Keith Richards, que dice que cada día se sorprende de no haberse muerto todavía. Hace más de diez años, cuando inicié el cultivo de este blog (que es como un arbolito mental), no era consciente de lo viejo que era. Poco a poco, post a post, he ido cayendo en la cuenta de que soy una especie de abuelo ya completamente amortizado, que se empeña en seguir adelante a base de running, yoga, clubes literarios y viajes cada vez más espaciados. Pero, como buenos boomers, hemos de seguir adelante y un ejemplo perfecto es el de Van Morrison, que a sus 77 tacos sigue fiel a sí mismo.

Hace unos pocos meses este señor publicó un nuevo disco que es buenísimo. El primer tema que se anticipó en redes fue el Worried Man Blues, el blues del hombre preocupado, cantando su preocupada canción (eso dice el estribillo), que fue oportunamente incorporado al blog para disfrute de mis lectores. Pues hace unas semanas, Van tocó en directo en el histórico Royal Theatre Carré de Amsterdam, un antiguo circo y cabaré inaugurado en 1887 en pleno centro de la ciudad. Y cerró el concierto precisamente con este tema. Bueno, decir que lo cerró, es un ejercicio de optimismo; Van siempre se ha portado de manera muy borde con el público que le sigue y esta vez no podía ser menos, de forma que, a mitad del tema, el tipo abandona el escenario y se larga definitivamente, casi sin saludar. Los del grupo siguen hasta el final y aprovechan para hacer sucesivos solos. También he de decirles que Van se suele rodear de buenos músicos, capaces de hacer eso de forma brillante, pero quiero que se fijen en la edad de todos y cada uno de ellos. Es que parece algo así como la Banda de la Tercera Edad, o la Imserso Blues Band, salvo la inevitable corista de la pandereta. Por cierto, Van y sus músicos arrancan el tema a capella, coreados por el público. Vean ya el vídeo. Pantalla grande, please, merece la pena.

Pues miren por dónde, yo también soy un hombre preocupado, cantando mi preocupada letanía entre dientes: ¿a quién votar en las próximas elecciones locales? En las semanas pasadas me he implicado mucho en la recogida de firmas para Luis Cueto y su grupo Recupera Madrid. En general, convencí a mucha gente, hasta llegar a cerca de 70 firmas. Solamente encontré fuertes reticencias en mi antiguo trabajo, entre mis compañeros del edificio APOT. Ya comenté lo de algunos que me miraban con verdadero terror: ¿firmar yo algo? Bueno, esos fueron al final los menos molestos, lo peor fueron los que se pusieron a darme lecciones de izquierdismo, a mí que me estaba peleando con los grises en la universidad cuando ellos iban en pantalón corto. Sus argumentos eran diversos.

Había los que me decían: es que yo soy de Podemos, del círculo de no sé dónde y tengo que ser fiel a mi partido. Vale, cada uno es libre de opinar y pensar como quiera, pero yo nunca he sido militante de ningún partido, nunca he aceptado consignas y nunca me he dejado adoctrinar. Otros me decían: es que con esa candidatura se va a fragmentar aún más el voto de la izquierda y no van a sacar una mierda. Muy bien, pero ¿la solución a eso es prohibir a estos señores que participen? Aparte de consideraciones estratégicas, a mí la saña con que se ha tratado de impedir que Recupera Madrid se presenten, me huele a leninismo del más rancio. Tercero, me dice un tipo: es que a mí el discurso ese de profesionales antipartidos no me convence nada. Muy bien, pero a renglón seguido me dice que va a votar a Podemos. ¿Es que estos de Podemos no tenían un discurso similar cuando hablaban de la casta que conformaban todos los partidos del arco parlamentario, menos ellos?

En fin, yo ya expliqué por qué me parecía bien que Cueto y su gente se pudieran presentar. Pero otra cosa es votarles y ahí es donde me han entrado las dudas. Para empezar, yo no me siento en posesión de la verdad y, como no soy el Papa, también me puedo equivocar, lo admito. No creo haberme equivocado pidiendo firmas para esta gente, lo volvería a hacer sin ninguna duda. Pero, una vez asegurada su participación, me llegan un par de mensajes que me hacen dudar. Si yo me puedo equivocar, entonces también puedo rectificar a tiempo y cambiar de opinión. Mi madre, cuando alguno de los hijos le echaba en cara que donde antes decía blanco de pronto había empezado a decir negro, tenía una frase demoledora: es que yo, como no soy un río, me puedo dar la vuelta. Sí, señor: tú que puedes vuélvete, me dijo el río llorando.

Vamos con los mensajes que me han inducido la duda. El primero me lo desliza un colega bastante metido en el Ayuntamiento, con el que hablo por teléfono. ¿Cuál ha de ser nuestro objetivo en estas elecciones? Pues echar a Almeida. El Topillo es un alcalde que no está a la altura de lo que se merece esta ciudad. Muy bien. Pues puede darse el caso de que, si la izquierda a la izquierda del PSOE se presenta unida, lo consigamos echar y, en cambio, si van divididos en tres, gane de nuevo. Es verdad. Eso parecería animarme a priorizar el voto útil, al PSOE, o por qué no, a Rita Maestre. En ambos casos tendría que votar tapándome la nariz pero, como yo no soy un río, podría hacerlo. El voto es una cosa personal e intransferible de cada ciudadano y por eso ha de ser secreto. Así que no esperen que yo les revele mi voto, ni confíen plenamente en que, en caso de que lo cante en el blog, no les esté mintiendo.

Les diré que ya he salvado esa primera duda u objeción. Porque, si esa aritmética se demostrara como cierta, pues joder, que se unan. Que Cueto pida el voto a Rita Maestre y se retire y el atleta de Podemos haga lo mismo. Si no lo hacen, no es culpa mía y desde luego, no voy yo a echar sobre mis espaldas ningún tipo de culpa a causa de la deriva lamentable de las izquierdas de nuestro país. Yo ya he mostrado mi entusiasmo por Yolanda Díaz, que precisamente está organizando una propuesta que intenta acabar con esa fragmentación. Sólo faltaría que me culpabilizara de la división continua de la izquierda en mi país. Y en todos, supongo, es algo consustancial, la derecha sigue las consignas como borregos, mientras la izquierda las pone siempre en cuestión. Pero hay un segundo mensaje que me ha hecho dudar.

El otro día, en clase de inglés, mi colega Javi me reveló que Carmena acababa de apoyar a Rita Maestre en un acto. Eso sí que me hace dudar y mucho. Si yo tengo el plan de votar a Cueto porque representa el espíritu de Carmena, qué hace esta señora apoyando a Rita. Yo no soy un río, ni tampoco soy un fraCasado. Quiero decir que a mí no me gusta Rita, pero no me van a doler prendas para reconocer los aciertos que pueda tener en su campaña. Y lleva ya dos muy potentes: el fichaje de Álvaro Fernández de Heredia, experto en transportes que dirigió la EMT con Carmena, y la foto (no tanto el mensaje) con la propia Carmena. Cueto no ha logrado esa foto, si bien cosechó su firma para reunir las 8.000 que necesitaba, junto con otras ilustres como las de Eduardo Leira, Enrique Cerezo el presidente del Aleti, el periodista Cebrián (a quien nunca leo) o el mismísimo Luis García Montero, viudo de Almudena Grandes. Pero no han conseguido que Carmena les apoye explícitamente. Yo creía que esta señora no quería mojarse con nadie, pero ya se ha mojado un poquito con Cueto y mucho con Rita. La foto es meridiana, con Mónica García a la izquierda.

Dice Cueto que esa foto no significa nada, que Carmena ofreció hace semanas su apoyo a todos los grupos de la izquierda y Rita ha sido muy hábil invitándola a la inauguración de un Centro para la Tercera Edad, pero que él no descarta que acuda también a algún acto de los suyos. Desde luego, pero convendrán conmigo en que una imagen vale más que mil palabras. Me gustaría hablar uno de estos días con Cueto o Calvo respecto a lo que supone esta foto, si es que consigo verlos otra vez. Yo les he traído todo esto al blog para que tengan ustedes una información completa y puedan disponer de los datos necesarios para votar bien. Una vez que Recupera Madrid parece que sí podrá participar, es momento de escucharlos a todos, ver qué ideas y qué programas proponen y votar en consecuencia. Mientras estaba escribiendo esto, me ha entrado un comentario de un anónimo que me restriega otra vez lo de que Carmena ha apoyado a Rita. Pero yo voy a seguir de momento apoyando a Cueto y, a ese respecto, les voy a pedir que escuchen un par de entrevistas recientes que le ha hecho la prensa en estos días. La primera, de hace tres meses, da un perfil muy fiel de este señor.

La segunda, de esta semana (después de la foto de Rita), la pueden escuchar entrando en el artículo de El Debate que pueden encontrar pinchando AQUÍ. Tras ver estas dos entrevistas, ya tienen ustedes una mayor información sobre este señor. Que, por edad y aspecto, podría tocar la pandereta en la banda de Van Morrison, algo que me lo hace todavía más próximo. Y que también es amigo de mi amigo JG, a su vez amigo de Txepe Lara, como les dije al comienzo de este post. Yo tengo algunas dudas sobre si votarle o no, pero me gusta precisamente el discurso antipartidos que tanto le molestaba a mi colega del APOT. La idea de que existan agrupaciones de electores me parece muy sana para la democracia; por ejemplo, en Torrelodones existe un grupo de este tipo que lleva gobernando desde 2011 y ha revalidado la alcaldía dos veces.

Mientras maduran mis dudas y mis decisiones, yo sigo con mi vida a todo trapo. La otra noche, el Colectivo La Palmera, del que forman parte Henry Guitar, Críspulo y otros de mis amigos del blues vallecano, tocaba en Lavapiés, en un local que se llama significativamente El dinosaurio todavía estaba allí, parafraseando al célebre microrrelato de Monterroso. Es este un lugar que opera de librería, sala de exposiciones y centro cultural/social de un barrio interétnico como este. Como ya saben que yo no doy puntada sin hilo, estuve coqueteando con la encargada del lugar, escarceo del que salí con su contacto de móvil y whatsapp. ¿Cómo dicen? ¿Que si era para ligar? No, no. Parece mentira que me digan eso. Lo que yo quería es quedarme con el contacto para explorar la posibilidad de venir un día al lugar como conferenciante, contar mi historia del realojo de Palomeras y darles una segunda oportunidad a los seguidores que me hicieron el feo de no venir a verme al Ateneo, adonde ya saben que sólo acudieron mi sobrina Eva y el padre de Corro.

Nos tomamos unas cervezas antes de irnos y luego les estuve ayudando a cargar el aparataje de la actuación, especialmente voluminoso en el caso de la batería de Críspulo, compuesta por una infinidad de bombos, tambores y tamborcitos, más sus soportes y una manta que lleva siempre, por si el local tiene el piso resbaladizo y ha de ponerla debajo de todo lo demás. Más el contrabajo de orquesta de Christian, el alemán del grupo que nos invitó el año pasado al concierto en la capilla alemana cerca de Colón. Christian habló conmigo un rato; me había firmado a favor de Recupera Madrid, le hice saber mis dudas y me contestó que él les va a votar seguro, que le gusta su rollo y que está muy agradecido conmigo por haberle revelado la existencia de esta candidatura.

¿Es esta la actitud más pertinente? No lo sé. Esto, como he dicho, es una opción democrática personal. Seguiremos profundizando en el tema. Si yo supiera que van a sacar entre cinco y ocho concejales, como dice Cueto, les votaría sin dudarlo. Pero es que los sueños hay que cultivarlos también, como pequeños arbolitos. Ya saben que a mí me miran las mujeres que no me gustan y me gustan las que no me miran. Es ilusorio que se me presente un punto de encuentro entre ambos conjuntos disjuntos. Pero yo voy a seguir mirando a las mismas, aunque mis posibilidades con ellas sean cero. Igual de ilusorio es que consiga llegar al Crossroads de LA. Pero mi sueño sigue vivo. Por cierto, con su participación en este festival, Samantha Fish, Eric Gales y el gordo Christone Kingfish Ingran han dado ya el salto a la primera división del rock/blues. Tengan en cuenta que el cartel no incluye a Larkin Poe, Damon Fowler, Tab Benoit y otros que parecen quedarse rezagados en esta carrera. Y Ghalia Volt que viene de atrás.

En cambio, este año el festival de blues de Cazorla se presenta flojo. El año pasado fue esplendoroso: Samantha Fish, Eric Gales, Tommy Castro, Raimundo Amador. Se ve que, tras el parón de la pandemia, habían reunido un presupuesto importante. El cartel de este año, que ahora les detallo, es penoso, así que esta vez no van a contar conmigo. El elenco lo encabezan los Waterboys, un grupo que yo creía que ya no existía. Es que el disco más exitoso de este grupo, creo que escocés, es el Fisherman Blues, nada menos que de 1988. Hace 35 años. De los tiempos en que yo estaba al tanto de lo más puntero, mientras que algunos de ustedes gastaban pantalón corto, por repetir la comparativa. La prueba es que tengo ese disco en mi colección de vinilos, como pueden comprobar en la foto. 

En estos días de transición, me hace mucha compañía mi maravilloso gato Tarik Marcelino Martínez, todo un personaje. Es un gato señorial, elegante, aseado, participativo, expresivo. Todavía estoy pendiente de cerrar los escapes de la terraza, para lo que me va a venir a ayudar, seguramente mañana, Manuel, el pintor que me ayudó con las obras de casa del año pasado. Mientras tanto, estamos en el espacio interior, aunque por las mañanas lo encierro un rato en el baño para ventilar la casa, lapsus que se pasa todo el rato maullando, pero no con pena ni miedo, sino con justa indignación. Tarik tiene ya establecidas sus rutinas, tiene unos tiempos para dormitar y otros para reflexionar, además de sus travesuras y juegos para provocarme.

Y ya me ha demostrado su habilidad para cazar moscones, que entran por las ventanas de la casa que mantengo en su posición abatida para no asarme de calor. En cuanto entra un moscón, se pone a perseguirlo por toda la casa con tenacidad irreductible. Y, una vez que lo caza, se tira un buen rato torturándolo minuciosamente, bien ensalivado para que no pueda volar. A veces, el bicho consigue refugiarse un rato debajo de algún armario o de la nevera. Entonces Tarik se puede estar una hora acechando hasta que sale otra vez y se reanuda el juego. Cuando ya se harta, finalmente se lo come. Es su instinto de cazador. Ya saben que, cuando el diablo no tiene nada que hacer, mata moscas con el rabo (delicioso refrán castellano). Pues cuando Tarik no tiene nada que hacer, caza moscas imaginarias, a la espera de que entre una real. Pueden ver el vídeo que le hice en plena cacería de uno de estos moscones primaverales. Sean ustedes, en cambio, buenos. Y pasen un buen puente. 

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