viernes, 16 de julio de 2021

1.068. Audios, pastelitos y péplums

Uno de los sucesos más comentados en los últimos días es la divulgación de los increíbles audios de Florentino. No tanto por el contenido: en algunas de las opiniones coincidimos muchos, ya saben que en este blog llamábamos a Cristiano el Cretino Ronaldo y nos hemos despachado a gusto con Mourinho; jugadores como Coentrao eran objeto de rechifla y el final de la carrera de Raúl fue bastante patético también. En otros discrepo del fondo: Del Bosque es una persona muy grande, Casillas fue un portero estratosférico hasta que Mourinho le hizo bullying por buscar la paz con los del Barça y no tengo conocimientos suficientes para rebatir sus opiniones sobre algunos otros de los aludidos. Si tienen ganas de saber de qué hablamos, pueden consultar esta especie de glosario publicado por el diario Sport aunque no se lo recomiendo especialmente, es vomitivo. Han de pinchar AQUÍ.

No tengo claro si estas grabaciones están hechas en una tarde en que el tipo se había tomado un tripi o similar, o se las ha ido sacando alguien poco a poco a lo largo de años con mucha paciencia. La opinión sobre Del Bosque parece corresponder al momento en que lo van a nombrar seleccionador nacional, lo que demuestra sus nulas dotes de adivino. No cabe duda de que la voz corresponde al personaje, ese tono nasal y gangoso, esa displicencia, esa condescendencia con el resto de la Humanidad de un tipo que se cree un ser superior (así lo definió mi amigo y admirado Emilio Butragueño, que debe de estar acojonado con la posibilidad de salir calificado de memo o similar en los próximos audios que se seguirán publicando, porque esto, como la pandemia, no se ha terminado).

Pero, como digo, lo peor de esto no es el fondo de lo que dice, la sarta de barbaridades sobre gente que ha sido muy cercana a él y que le ha permitido forrarse con el club (que yo recuerde, sólo salen bien parados Zidane –faltaría más–, el mentado Butragueño y Jorge Valdano). Lo peor es el tono en que se dice. Es que estos audios van a permitir que todo el mundo sepa cuál es la catadura de este personaje, porque no todo el mundo es capaz de hablar con ese desprecio de los que le rodean o le han rodeado. A mí me recuerda la parte de la obra de teatro Una noche sin luna en la que Juan Diego Botto se pone una chaqueta e imita a los fachas que insultan y critican a García Lorca y los suyos, según les conté hace poco en el blog. El gran humorista e imitador Carlos Latre ha publicado un vídeo impagable imitando a Florentino, que, este sí, les pido que vean. Es sensacional.

Yo creo que este señor ya no va a levantar cabeza, que le va a costar mucho recuperarse de un golpe como este. Pero en este país nunca se sabe. Miren el tema de los jueces. Ahora resulta que el estado de alarma estuvo mal decretado. Tenía que haber sido estado de excepción. Que viene a ser lo mismo, sólo que necesita la aprobación PREVIA del Congreso. Cojonudo, justo para que el fraCasado exhibiera su proverbial deslealtad, tumbándolo con la complicidad de los catalinos del Junts-pel-tres-percent y quién sabe si hasta del propio Rufián en un ataque súbito de integrismo derivado de su propio apellido. Justo lo que nos habría faltado para que los muertos de la primera ola se hubieran duplicado.

Pero es que los argumentos de la sentencia son delirantes. Más o menos es como si absuelven a un tipo convicto de acuchillar a un ciudadano, porque debería haber usado una escopeta recortada. No hace mucho, absolvieron a Rocío Monasterio de falsificación, porque la fotocopia aportada de la firma de un supuesto arquitecto, era tan burda que no se puede presumir la intención de que alguien se creyera la falsificación. Es como si un tipo que imprime billetes falsos de 50€ resulta absuelto porque son una chapuza y todo el mundo puede ver que son falsos. En fin, ya sé que al andalucista Pacheco lo metieron en chirona por decir (sic) la justicia en este país es un cachondeo, y no quiero que a mí y a mi blog de seguimiento minoritario nos metan en un problema. Pero no me puedo reprimir un comentario: aquí está la clave de por qué el PP está bloqueando la renovación del consejo del Poder Judicial. Ahí queda dicho.

Temas de la actualidad más rabiosa, que tenía in mente comentar en el post que me tocaba publicar hoy. Pero lo cierto es que me he levantado con esas intenciones, he desayunado viendo la prensa digital como cada día y me he topado con la información de que la señora Ayuso había inaugurado ayer la remozada estación de Metro de Gran Vía, después de tres años de obras, que se abría finalmente al público esta mañana. Así que me he vestido y he cogido el Metro hasta dicha estación que, por cierto, iba abarrotado, así que no es de extrañar que los contagios se estén disparando otra vez en lo que ya se conoce como la quinta ola (a la vuelta me he venido andando). Esta estación es una de las primeras que inauguró Alfonso XIII y se llamaba antes la Red de San Luis. Hace ya la friolera de siete años largos, escribí yo un texto sobre la historia y características del Metro de Madrid, que pueden consultar aquí: Post #241.

En ese texto incluía yo un par de imágenes de los templetes originales de Sol y Red de San Luis, demolidos en diferentes períodos históricos, en ambos casos por hacer más sitio al coche. El templete original de la Red de San Luis está medio perdido en un parque de Porriño, cuna natal del autor, el gran arquitecto Antonio Palacios. Pero, en el contexto de las obras de mejora de la estación, se ha decidido construir una copia exacta, con el mismo granito del original y recuperando la marquesina acristalada que se quedó en el camino a Porriño. Había visto ya la marquesina en los últimos tiempos de obras, parcialmente oculta por la valla que la rodeaba, y tenía curiosidad por verla ya instalada. Vean las fotos que le hice y seguimos.  



Y ahora, seguro que no tardan en salir los puristas que pondrán a parir el nuevo templete porque no es el original. Esa secta de conservacionistas de lo antiguo que yo puse verde en una serie de dos posts consecutivos no hace mucho. Ya los estoy presintiendo: que si es un pastelito, que si parece un decorado de Hollywood, que si no tiene sentido hacer una obra de los veinte (del siglo XX) en los veinte (del siglo XXI). Yo ya les adelanto que a mí me parece una preciosidad. Pero es que ya saben que yo soy un arquitecto atípico, y más desde que me he jubilado y me he transmutado en bluesman. Sí que hay un matiz que se puede comentar. El templete original contaba con el ascensor y una escalera circular alrededor, casi como de caracol, porque era el único acceso a la estación y había gente que no se montaba en los ascensores por claustrofobia.

Ahora, la estación Gran Vía tiene otros accesos con escaleras. De modo que la del templete se ha quedado sólo para bajar en ascensor. Y, por cierto, con las medidas covid sólo se puede bajar de uno en uno, lo que me ha disuadido a mí de utilizarlo, porque había cola. En las imágenes no se ve mucho, pero todo el espacio alrededor del ascensor, que corresponde a la antigua escalera, está rodeado de una verja de hierro, como la original, pero que nunca se abre porque ha perdido su función. ¿Podría haberse resuelto esto de otra manera? No lo sé. El público, que desconoce la antigua existencia de una escalera, debe de creer que la verja tiene una finalidad exclusivamente decorativa. Pero este es un pequeño matiz que no afecta a lo fundamental.

Y lo fundamental es, para mí, que la reconstrucción, fielmente ejecutada y con materiales de calidad, nos permite pulsar el espíritu de los veinte del siglo pasado, esos felices veinte que nos llevaron a la República y luego a la Guerra. Para mí eso está por encima de cualquier descalificación pastelera de arquitectos puristas exquisitos. No sé si conocen ustedes la isla griega de Rodas, ya muy cerca de la costa turca. Yo estuve allí de veraneo un año y me encantó la reconstrucción de la ciudad que ejecutó Mussolini, cuando la isla era territorio italiano. Será un pastelito para los finos, pero uno pasea por ella y siente el espíritu de las civilizaciones antiguas.

Y en cuanto a lo de que es un decorado, pues la realidad le ha dado la vuelta al asunto, de forma que en dicha isla se han filmado numerosos films de los conocidos como péplums, es decir, de romanos con armaduras que parecían recubiertas con papel de aluminio del que se usa para envolver el chocolate. Y también otras películas de mayor fuste, como Los Cañones de Navarone (J. Lee Thompson, 1961), que se rodó íntegramente allí. Esa utilización de la denostada rehabilitación de Mussolini aporta a los isleños unos ingresos adicionales a los del turismo, que no les vienen nada mal. Porque el turista medio no suele ser tan displicente con el arte no oficialmente reconocido.

Tenía yo el come-come de hablar un poco de Almeida y compañía, pero, como sucede a veces, el texto me ha llevado a otro lugar: a los cañones de Navarone. Esta cinta, se llevó muchos premios, pero no el Óscar, y contaba con una música, firmada por Dimitri Thomkin, que resuena en nuestros recuerdos de infancia; estoy seguro que más de uno de mis lectores veteranos la reconocería sin dificultad. Pero lo que quizá no saben es que en los 90, el veterano y mítico combo de ska inglés The Skatalites publicó una versión delirante del tema con la que nos vamos a despedir. En realidad, este vídeo ya lo subí al blog hace una eternidad, pero no creo que ninguno de ustedes, queridos lectores, se acuerde y, en cualquier caso, es un buen tema para cerrar un post veraniego en medio de la quinta ola covid. El vídeo recoge una actuación de The Skatalites en el festival de Glastonbury de 2003. Cuídense y sigan disfrutando del verano en la medida de lo posible. 

2 comentarios:

  1. Hola Emilio. Aunque llevo tiempo sin escribir aquí, te sigo fiel y puntualmente. Cumplido el saludo aprovecho para comentarte un par de cosas.
    El templete de la Red de San Luis solo lo he visto, con la marquesina puesta, de paso desde el coche y antes de que quitaran las vallas. Aún sin fijarme en detalles tengo que expresar que me parece un acierto haberlo repuesto.
    El otro asunto a comentar es tu carrera de bluesman. Confiaba totalmente en tu talento, pero la filmación que pusiste hace unos días superó todas mis expectativas. Siguiendo esa velocidad de crucero en tu avance pronto tendrás que ir pensando en hacerte un Michael Jackson inverso. Aunque tampoco estaría mal quedarte en un John Mayall.
    Un abrazo.

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    1. Querido Paco, espero que sigas bien, un día de estos hablamos. A mí también me parece bien la idea de reconstruir el templete, aunque admito las críticas como las que comento dos posts más adelante. Lo que no me parece bien es el prejuicio de los puristas que reniegan de cualquier reconstrucción, inmediatamente bautizada como pastelito o decorado. Cosas de los arquitectos.
      Respecto al blues, yo tenía algunos fundamentos de cuando tocaba la guitarra entre los 15 y los veintitantos y dicen que eso nunca se olvida del todo, como la bicicleta o nadar. Pero con este profesor que tengo estoy aprendiendo mucho y disfrutando, que es de lo que se trata.
      Un abrazo.

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