lunes, 2 de marzo de 2020

916. El supermartes y el supermiércoles

En pleno ataque del coronavirus sedicente, la histeria se apodera de algunos y, por ejemplo, se ha suspendido el MIPIM de Cannes que iba a ser la semana que viene; lo han aplazado a junio contra la opinión de los organizadores, que decían tener todas las medidas preventivas listas. Ha dicho el gobierno de Macron que no se puede juntar tanta gente y no hay más que hablar. Lo de aplazarlo a junio es una muestra de confianza en el carácter estacional del virus, lo cual, como me dijo un comentarista médico, es mucho suponer. Pero hay otra serie de eventos e historias que siguen el guión preestablecido, caiga el que caiga. Por ejemplo la campaña de primarias demócratas, que mañana acomete el momento decisivo: el llamado supermartes. Mañana se vota en catorce estados, más el territorio asociado de Samoa y el voto emitido desde el extranjero. 1357 delegados de los 4.000 de todo USA se reparten mañana.

Para que se hagan una idea, entre los cuatro estados que ya han votado (Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur), se han decidido 155 delegados. Sólo en California, mañana se deciden 415. Y otros 228 en Texas. Más Massachusetts y Virginia. En estos cuatro territorios Bernie Sanders encabeza holgadamente los sondeos. Joe Biden lleva ventaja en Carolina del Norte, otro estado de mayoría afroamericana, y en algunos otros de menor importancia. Tras los resultados del otro día en Carolina del Sur, Pete Buttigieg, que iba en tercer lugar, decidió retirarse. Es una decisión lógica, pero da un poco de pena, a mí me estaba empezando a caer muy bien, y su marido ya ni digamos. En su discurso de despedida, mantuvo la elegancia y el perfil que han dado en llamar obamaniano aunque yo prefiero llamarlo kennedyano: no tiene sentido seguir y por favor, voten al que salga nominado: la prioridad es echar a Trump como sea.

En las encuestas la mayoría de los seguidores de Buttigieg consideraban a Sanders como su segundo favorito, así que ustedes me dirán. Y digo yo que, si se ha retirado el que iba de tercero, las señoras que van en cuarto y quinto lugar (Warren y Klobuchar) no tardarán en retirarse igualmente. Eso deja la competición entre Bernie Sanders y Joe Biden, a salvo del impacto que pueda tener la irrupción de Bloomberg, que aparece en las papeletas por primera vez. Hace tiempo les conté que Sanders había recabado el decisivo apoyo de Alexandria Ocasio-Cortez, y Biden el del alcalde de LA, Eric Garcetti. Pues Bloomberg no se queda corto y acaba de recibir el apoyo incondicional de la poderosa alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser, que lleva en el cargo desde 2015 y parece a punto de lograr su gran empeño: convertir Washington DC en el estado número 51 de la Unión. Una imagen de esta señora.


Sanders es el que va en cabeza en los sondeos nacionales y muy posiblemente salga del supermartes reforzado y embalado hacia la nominación. Hace cuatro años, yo expresé en este blog mi apoyo entusiasta a este caballero, que se proclama socialista (lo que en USA es realmente una machada), que promete legalizar la marihuana en todo USA y eliminar los antecedentes penales relacionados con su posesión y consumo, que ofrece un plan de sanidad universal, más eliminar el sistema por el que los que quieren estudiar una carrera se endeudan de por vida, así como prohibir las cárceles privadas (tiene cojones que existan). Y para colmo, ¿saben a que grupo musical suele llevar para que abran sus mítines? Pues nada menos que a Public Enemy Radio, unos hip-hopers radicales, que suenan como pueden escuchar aquí.  


A mí me encantaría que Sanders llegara a la presidencia. El problema con él es si la sociedad americana está preparada para un presidente de ese perfil. Sanders arrasa entre la gente joven, entre el personal más culto y universitario, entre los latinos. Pero sus críticos piensan que puede resultar divisivo para el electorado demócrata. En 2016, muchos de sus seguidores optaron por no apoyar a Hillary Clinton y eso fue el principio del triunfo de Trump. Respecto a esto, no sé qué pensar y quiero que lean dos artículos muy interesantes, en uno y otro sentido. El que alerta sobre el posible carácter divisivo de Sanders es el gran Paul Krugman, Premio Nobel de Economía y una de mis referencias sobre la realidad USA. Lean lo que decía este señor hace quince días, cuando también le daba de lo lindo al ya retirado Buttigieg. Han de pinchar AQUÍ.

Esto es lo que decía Krugman, antes de saber que Sanders se descolgaría unos días después alabando los logros en educación y sanidad del régimen de Fidel Castro, algo que yo creo que nadie ha discutido nunca, pero que en USA es anatema. A Sanders le han criticado mucho por estas declaraciones que, cuando menos, podemos calificar de inoportunas. Sin embargo, otros analistas minimizan todo esto y piensan que Sanders es un caballo ganador por el mismo motivo por el que ganó Trump: la polarización de la sociedad americana, que lleva el péndulo de sus preferencias ideológicas de un lado a otro en posiciones cada vez más extremas. Es una interesante tesis que enuncia un señor a quien no conozco, pero que hace unos días publicó el interesante artículo que pueden leer AQUÍ.

El miércoles por la mañana nos desayunaremos con los resultados de este día clave para saber por dónde evoluciona la carrera por ser el candidato que se enfrente a Trump. Pero yo voy a estar muy ocupado el 4 de marzo: ese día celebramos el Meet Up de Reinventing Cities 2, en cuya preparación llevo unas semanas trabajando como un negro (con perdón). El programa que tenemos es muy variado. En torno a las 9.00, saldrán sendos autobuses de gas natural comprimido (GNC) propiedad de la EMT, de las plazas de Castilla y Atocha, para hacer unas visitas de campo a las parcelas que vamos a someter a concurso: dos en el norte y una en el sur. Estos autobuses han de traer a los participantes (de inscripción libre) al Medialab Prado, al lado de mi casa, a las 11.00. Tenemos media hora de margen entre las 11.00 y las 11.30 para darles tiempo a los viajeros a posibles retrasos, mientras los que vienen directamente al acto tienen un rato para hacer la inscripción y para un café-networking.

A las 11.30 empieza el acto propiamente dicho, en el que me toca hacer de presentador. Habrá dos horas de intervenciones, primero más institucionales y luego más centradas en aspectos de actualidad, como el co-housing, la logística o la banca ética. A las 13.30 tenemos un catering para que la gente se ponga bien de comida y cerveza y eso facilite sus conexiones. A continuación tres mesas-taller, una por parcela, animadas por sendos dinamizadores, que tienen por objeto que los interesados en participar en el concurso, arquitectos, promotores o inversores, se conozcan entre ellos, intercambien tarjetas y vean la posibilidad de establecer alianzas para concursar. Por último, una breves conclusiones para terminar en torno a las 16.00 o 16.30, de forma que el personal no se canse y no le pille el bajón de después de comer.

Esta mañana he estado en el Medialab probando las presentaciones, el sonido, la iluminación y la escenografía. Mañana tendré que empezar a pensar en mi introducción. Será una jornada intensa, un auténtico supermiércoles. Menos mal que el MIPIM se ha pospuesto (de todas formas yo no tenía que ir a Cannes, pero he colaborado algo en la preparación del tinglado). Entraré entonces en una temporada un poco menos achuchada de trabajo, justo hasta el 26 de marzo en que ya tengo un vuelo de ida a mi nuevo periplo del que aun no les he desvelado el trayecto, aunque ya les he dado pistas por un tubo. Para compensarles de la murga hip-hopera y ponerles a tono con estos días de vértigo les voy a dejar con un tema ad hoc de los Pretenders. Es la canción con la que cerraban su primer disco que se llamaba como ellos. Que lo disfruten y que tengan una buena semana.


5 comentarios:

  1. Yo creo que hace 4 años la que era divisiva era Clinton. Y no veo que sean tan graves las declaraciones de Sanders sobre Cuba. Me parece que todo esto se ha magnificado para cargarse a Sanders. Y, por lo visto, les ha dado resultado.

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    1. Absolutamente de acuerdo. Ya existe en mucha población estadounidense la idea de que otro tipo de sistema sanitario sería mucho más favorable. Michael Moore enseñó, entre otros, el sistema sanitario cubano en una de sus películas. A esa gente se dirige Sanders mostrando que el espejismo del sueño americano choca con la realidad de las familias declaradas en bancarrota por una enfermedad. Sanders viene mostrando en sus declaraciones que no todo lo que se les pretende hacer creer a los estadounidenses en los medios masivos es la verdad y lo correcto. Ya lo ha hecho respecto a la salida del poder de Evo Morales y ahora con la declaración sobre Cuba.

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  2. Lo que dijo Sanders es verdad. Pero yo creo que le tendieron una trampa. Es el periodista el que le pone en suerte y él se lanza a fondo. Y luego esa opinión puntual en una entrevista más larga, se convierte en titular, sacada de contexto. Lo que yo digo es que este señor, a quien como te pasa a ti, me gustaría ver de presidente, demostró muy poca habilidad, al fin y al cabo tiene casi 80 años y está tan arropado por su movimiento que no sabe lo inclemente que es el espacio exterior.

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    1. La respuesta anterior iba dirigida al primer comentarista anónimo. Me queda responder a lo de quién es o no divisivo. Hace cuatro años, algunos amigos míos que apoyaron a Sanders hasta el final, al no ser él el candidato, decidieron votar a algún ecologista minoritario. Una forma de protesta legítima, pero acabó favoreciendo a Trump. Ahora, si Biden gana finalmente la nominación, podría pasar lo mismo. Si bien Biden es menos antipático que Hillary. Y lo mismo a la inversa: si es Sanders el nominado, muchos moderados no lo apoyarían y ganaría Trump de nuevo. Falta mucho para todo esto, veremos cómo va evolucionando.

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    2. Querido Paco, yo siempre sostengo que hay una mitad del pueblo norteamericano que es súper maja. Lo que no entiendo es que no sean más. A los que yo trato y conozco, les da mucha vergüenza que Trump sea el presidente. Pero mucho me temo que vuelva a ganar. Las grandes cifras macroeconómicas van viento en popa. Cierto que con una polarización social cada vez más extrema. Pero hay muchos de los que se quedan en el lado de abajo, que ni siquiera votan.

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