viernes, 17 de mayo de 2019

835. Por qué voy a votar a Carmena y Errejón I

Dice un sondeo de El InMundo que Carmena ganará en el Ayuntamiento y la izquierda en la Comunidad. No hay que fiarse, yo creo que van por delante, pero no hay que descartar que este sondeo sea una maniobra saducea para dar miedo y revitalizar a las derechas. Cualquier treta artera puede esperarse de un tabloide amarillista que no informa sino que jalea. Hasta el miércoles, en la verbena de San Isidro, no se nos mostró el bombo gigantesco de Villacís, han cuidado este aspecto hasta que ya no han podido más, a tres días del parto. Por el contrario, mientras Carmena estuvo en silla de ruedas, sacaban sus fotos postrada a diario. Y cuando volvió a levantarse y andar como Lázaro, no se hizo la menor referencia a su venturoso regreso al mundo de los andantes. De Villacís procuraban sacar sólo la cara, en fotos como la que les pongo abajo, correspondiente a la reciente recepción oficial con motivo de las fiestas de la Comunidad de Madrid. La chica aparenta sonreír pero, si se fijan bien, también pudiera ser el rictus consecuente con que el bebé le esté dando pataditas.


A su lado, el bueno de Pepu con su sempiterno gesto oblicuo, como si se le hubiera metido una hebra de pollo entre los dientes y estuviera tratando de sacársela con la lengua. Para que pueda gobernar Carmena, es necesario que este señor saque un resultado presentable, así que, desde este blog le conmino: ¡¡¡ARRÁNCALO, POR FAVOR, PEPU, POR LO QUE MÁS QUIERAS, HAZ LO QUE SEA, PERO QUE EL MOTOR EMPIECE A ROTAR YA!!! De momento yo le veo el motor más gripado que el famoso de Carlos Sainz a quien mi paisano Luis Moya le gritaba algo parecido antes de emprenderla a patadas con el coche. Parece mentira que hayan pasado ya más de veinte años de aquel episodio.

Pero volvamos al tema del título y hagamos un poco de historia. El 15 de mayo de 2011, a pocos días de unas elecciones locales y autonómicas, se monta en Madrid una manifestación de protesta contra la crisis económica y la corrupción generalizada, convocada por algunos colectivos ciudadanos marginales, con nombres como Democracia-Ya, Juventud sin Futuro y otros similares. La convocatoria se hizo a través de las redes sociales y se trataba de una actuación coordinada en más de 50 ciudades del país. Al final de la mani, unas treinta personas acampan en la Puerta del Sol. De madrugada, la policía los desaloja con contundencia y detiene a diecinueve. La respuesta no se hace esperar: al día siguiente, los acampados son cientos. Hay arquitectos que trazan planos de la plaza parcelada, con calles y numeración de los lotes. Se organizan turnos de limpieza, seguridad, actividades culturales de todo tipo, servicio médico, asesoramiento legal, conciertos y actos políticos. Y la cosa se reproduce en todas las ciudades españolas.

Yo era entonces jefe de información de Madrid Río y cada mañana me tocaba escuchar las descalificaciones de mis compañeros y jefes más peperos, que hablaban de poca higiene, ratas campando por la Puerta del Sol y piojos entre los acampados. Y les respondía la verdad: que muchas tardes me pasaba por el lugar y participaba de algunas de las actividades organizadas en la plaza, sin que tuviera ninguna queja sobre las condiciones de higiene. La acampada se replicó en numerosas ciudades españolas y fue un referente para movimientos posteriores como Occupy Wall Street, que surgió en ese otoño, incluso para las algaradas de la llamada Primavera Árabe. Todas estas historias sucedieron a imagen y semejanza del 15-M madrileño, que fue la pionera. Por cierto, en Barcelona, el conocido y descerebrado independentista Carod Rovira, dijo en la prensa que los acampados en la Plaza de Cataluña eran unos guarros españoles que se meaban en la plaza y les conminó a irse a mear a España. Si se creen que me lo he inventado, AQUÍ pueden ver que no miento.

La acampada duró casi un mes, en medio de la simpatía de la población y las quejas de algunos de los comerciantes de la plaza, magnificadas por El inMundo, y respetada también por el gobierno de Zapatero. Luego levantaron el campo. Entre medias, se habían celebrado elecciones locales registrándose en Madrid el tercer triunfo de Gallardón. En las siguientes Navidades, el alcalde le dejó el puesto a Botella para irse de ministro a perpetrar una ley del aborto que acabaría por llevarse su carrera política por delante. La señora Botella tuvo a bien nombrar para el Área de Urbanismo a una concejala zombie y eso generó mi desgracia, en forma de cese, rematada con el destierro a la isla de Alcatraz, en donde se me asignó un chiquero tras 30 años de disponer de despacho. Ese fue también el origen de que yo empezara a escribir un blog, que preparé a lo largo de 2012 y abrí a finales de ese año. Todo esto se ha contado ya hasta la saciedad en este foro.

Algo después, en mayo de 2014 se celebran elecciones europeas. Yo sabía que existían algunos partidos que se autoproclamaban herederos del espíritu del 15-M, como el Partido X de Hervé Falciani y Manuel Castells. Pero, dedicado a rumiar mi decadencia administrativa, no me enteré del surgimiento de Podemos, hasta que, al día siguiente de las elecciones, algunas compañeras más avispadas que yo llegaron a la oficina radiantes, proclamando: –¡Ya hemos podido! Podemos había obtenido cinco escaños y se había convertido en la cuarta fuerza política del país, con 1,2 millones de votantes. Entonces nadie lo notaba, pero ya empezaba a haber dos sensibilidades en el partido: la propuesta de Errejón, consistente en formar una plataforma ciudadana amplia, sin ideologías, que pudiera llegar a hacerse con el poder, y el sector más afín a presupuestos marxistas, comandado por Pablo Iglesias, con preocupantes tics caudillistas. A mí me resultó simpático que le regalara al rey Felipe la serie Juego de Tronos y así lo manifesté en el blog. Pero cuando dijo (más bien gritó) eso de que el cielo no se toma por consenso, se toma por asalto, empezaron a zumbarme los oídos. Este hombre no sólo adoraba Juego de Tronos, sino que además se la creía.

Y llegaron las elecciones locales de mayo de 2015. Para hacerse con las ciudades más grandes de España, se impusieron las tesis de Errejón. Buscar personas independientes, de prestigio contrastado, para encabezar plataformas amplias. En Madrid, hicieron unas primarias y configuraron una pre-lista, que invitaron a encabezar a la juez jubilada Manuela Carmena. He de confesar que, en esos tiempos, yo sabía que existía una juez Carmena por la prensa, pero ni siquiera sabía qué cara tenía (lo juro). Esperanza Aguirre salía como caballo ganador seguro y yo estaba preparando los papeles para jubilarme; me veía incapaz de soportar otra legislatura más de esa derecha rancia y corrupta que llevaba 26 años gobernando el Ayuntamiento. Y entonces tuvieron lugar los debates en televisión. Todo el mundo pudo ver cómo Esperanza insultaba y atacaba con su mala educación proverbial. Y cómo, al otro lado de la mesa, había una señora tranquila, con gafas y un peinado rubio de peluquería como el de cualquiera de nuestras abuelas, que no se inmutaba, que no perdía los papeles y daba respuestas sesudas y convincentes. Esperanza perdió ella sola las elecciones, por burra y cabezota.

Yo voté a Carmena y, al rebufo, cambié a última hora mi voto a Gabilondo, para apoyar a un tal López al que escuché en la radio y me pareció muy razonable (creo que ya no está en Podemos). Y ganamos. Y escribí entonces unos posts eufóricos: era la primera vez en mi vida que ganaba unas elecciones alguien a quien yo hubiera votado (también lo juro, estaba empezando a pensar que era gafe). Y decidí reengancharme en el Ayuntamiento. En ese tiempo, no conocía ningún dato de la señora Carmena. Y entonces me contaron que había sido la fundadora del despacho de abogados laboralistas de Atocha-55. Que por una casualidad no estaba con sus compañeros cuando entraron los pistoleros e hicieron la barrabasada. Que lógicamente el atentado la dejó tocada psicológicamente, por lo que decidió preparar las oposiciones a juez, que sacó a la primera. Que luego desarrolló una carrera larga y ejemplar en diferentes tribunales. Que estaba jubilada, pero habían logrado convencerla para que se pusiera al frente de la lista de Madrid. Lo que sigue, podrán leerlo en la segunda parte de este texto en dos posts. 

3 comentarios:

  1. Emilio, no creo que Pepu sea un candidato endeble. Es muy conocido, la gente lo quiere, sabe de politica, no ha aterrizado por casualidad, ha asumido valientemente un compromiso que dañará su imagen si sale mal. Peor habría sido que el político más inteligente de España que acaba de dejarnos hubiera aceptado ser candidato a la alcaldía... Eso sí que habría sido "gafe".

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  2. Emilio, yo en cambio si creo que Pepu es un candidato endeble. Básicamente porque no le conocemos carrera política, judicial, económica...solo deportiva. Es como cuando quisieron hacernos creer que Marisa Medina era actriz después de ser el busto de TVE. No funcionó.

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    1. Me encanta que haya polémica entre mis seguidores. Estoy de acuerdo con los dos: Pepu es sólido desde el punto de vista personal, humano. A mí me cae bien. Pero políticamemnte tiene razón Mariano; no se le conoce apenas. En esta semana que queda podría hacer un sprint, pero creo que es una persona discreta, más adecuada para ir progresando poco a poco. El problema es que no le queda tiempo.

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