sábado, 23 de abril de 2016

497. La verdad sobre el ISIS II

Nos habíamos quedado en que los movimientos armados no pueden sobrevivir sin el apoyo de la población local. Suele haber también otro factor que ayuda mucho: la topografía. Un entorno como el de Afganistán, la Sierra Maestra en Cuba, o las propias montañas interiores del País Vasco hacen más difícil combatir a un movimiento insurgente al que protegen los lugareños. Nada de esto hay en el territorio controlado por el ISIS, una llanura infinita, un desierto inmisericorde, un secarral inhóspito. Eso hace aun más inexplicable su éxito. En realidad, según los oradores que yo escuché, el movimiento que ha desembocado en la creación del Estado Islámico, lleva gestándose mucho tiempo. Según Omar Ashour, al menos 17 años. Eso nos lleva a 1999, año en que Abu Musab al Zarqaui, terrorista jordano de largo historial delictivo y carcelario, recibió 200.000 dólares de Osama Bin Laden para que formara su propio grupo, llamado inicialmente Jund al Sham, y más tarde Al Qaeda en Irak.

La trayectoria de Al Zarqaui es nebulosa, es varias veces detenido, juzgado, liberado, condenado a muerte en ausencia en Jordania y otra serie de vicisitudes. Se desconoce si estaba en Irak cuando la intervención americana de 2003. Lo que parece claro es que hay una facción disidente de la Al Qaeda de Bin Laden que es autónoma y tiene sus propias ideas. Esta facción está ya en fase de constitución en el momento del ataque yanqui. La diferencia  fundamental con el grupo madre está en que Bin Laden era un visionario enloquecido y podrido de millones que soñaba con conquistar el mundo (como los malos de las sucesivas películas de James Bond). Por eso atacó las Torres Gemelas de New York y otros objetivos por todo el mundo. El grupo disidente quiere desde el primer momento centrarse en la región, y formar allí un estado regido por las leyes islámicas. Una vez creado y consolidado ese estado, ya se verá si se lanza a extender su influencia o no. Y a ese grupo inicial, se le van sumando supervivientes de las guerrillas afganas, formadas y apoyadas por USA contra la invasión soviética. Y algunos cuadros instruidos en escuelas militares occidentales.

La guerra de Bush en 2003 fue una ilegalidad, al no contar con el apoyo de la ONU. Esto lo sabíamos todos y por eso gritamos contra ella en las calles de las ciudades de todo el mundo. Lo que no sabemos es hasta qué punto fue una chapuza su gestión posterior. Los americanos e ingleses entraron con sus tácticas convencionales: bombardeos masivos y ataque de unidades en tierra. La resistencia del régimen de Sadam fue prácticamente nula. Pero Sadam tenía un ejército amplio y medianamente bien armado. Un ejército que quedó disuelto. Los americanos pusieron al frente al nefasto Al Maliki y empezaron a instruir a unas nuevas fuerzas armadas, para incorporarse a las cuales se valoraba especialmente el no haber pertenecido al ejército de Sadam. Decenas de miles de soldados del antiguo régimen se encontraron de pronto sin trabajo, sin sueldo, sin dominar otro oficio que el de militar o policía, pero (lo más importante), con sus armas, que nadie les quitó. ¿Qué hubiera hecho usted, querido lector, en su caso? Pues algunos se pudieron reconvertir en pacíficos comerciantes o artesanos, pero un buen porcentaje optaron por sumarse a la insurgencia, con armas y pertrechos.

Los americanos formaron un ejército nuevo, compuesto por 300.000 soldados, a los que instruyeron y empezaron a pagar, pero que no tenían ningún sentido patriótico o ético, eran gente que se apuntó al momio para poder ganarse un dinerillo. Y es cuando el IS empezó sus actividades. Apenas 800 yihadistas conquistaron Mosul, la tercera ciudad de Irak en número de habitantes, que estaba defendida por 30.000 soldados del ejército regular irakí, que huyeron cagando leches. Pueden comprobar estos datos en ESTA información del ABC. Según Omar Ashour, el IS gana batallas en las que la proporción de sus soldados frente a los del enemigo es de 1 a 25. ¿Qué se está haciendo para frenar este avance del IS? Pues poca cosa, excepto bombardeos casi continuos. En este momento, el territorio del Estado Islámico está recibiendo más de 60 bombas diarias. Han conseguido con ellos matar a unos 20.000 insurgentes, pero da igual, porque otros les sustituyen. El IS tiene estrategias innovadoras, como instalaciones subterráneas, sistemas antibombardeos o refinerías móviles. Y están mezclados con la población civil. Raqqa, su capital, tiene un millón de habitantes. Pedro Baños está convencido de que la solución a este problema no puede ser solamente militar, que en algún momento habrá que sentarse con ellos en una mesa de negociación.

Obviamente, se podría arrasar Raqqa, como hizo Hafed el Assad con Hama. Pero eso pondría en pie de guerra a todos los musulmanes del mundo. Recuerden que en Indonesia hay más de 250 millones de habitantes. De ellos, sólo se ha detectado la incorporación al IS de unos 600. Otro tanto podríamos decir de Malasia y otros países pacíficos y prósperos, que podrían indignarse frente a una salvajada como esa. La solución no puede ser obviamente militar. Además, el ejército del IS no es un puñado de palurdos como los talibán. Tiene una estructura centralizada, un alto mando que controla las grandes directrices por las que se guían las diferentes unidades descentralizadas, que operan de manera autónoma en las 12 provincias en que se divide. Combinan tácticas tradicionales con otras nuevas. Por ejemplo, lanzan delante camiones con suicidas y detrás llegan las tropas que completan la conquista de un lugar. Pedro Baños, que en ningún momento de su conferencia utilizó la denominación DAESH, hablaba en términos cercanos a la admiración, desde el punto de vista militar.

Para subrayar la impresión de que vamos ganando, cada cierto tiempo los yanquis difunden la noticia de que se han cargado a un supuesto dirigente importante del movimiento (el propio Al Zarqaui fue abatido en 2006, la foto de su cadáver apareció en todos los diarios). Un sistema muy americano. ¿Qué importa? Suponiendo que sea cierto, en unos segundos el movimiento tiene un sustituto preparado. ¿A cuántos números 2 o 3 del IS se han fulminado de un misilazo en los últimos tiempos? Es que ya ni se leen esas informaciones, de puro aburrimiento. Obama ha dicho recientemente que el IS está siendo derrotado, que ha perdido el 40% del territorio que controlaba en Siria e Irak. Puede que sea cierto ese dato (en todo caso, habría que atribuirle el mérito a Putin, por su apoyo a Bachar). Pero a la vez están surgiendo nuevos núcleos en Afganistán (Kandahar), en el Sinaí, en Nigeria y, sobre todo, en Libia. Lo de Libia manda huevos, que diría Trillo.

Aquí Occidente repitió el mismo error que en Irak (aunque en este caso, la intervención contaba con la bendición de la ONU, que encargó la operación a la OTAN). Para empezar, se magnificó la información de una supuesta masacre con la que Gaddafi estaba a punto de aplastar la revolución surgida en Bengasi (luego, la veracidad de esta información fue puesta en cuestión, igual que con las armas de destrucción masiva de Sadam). Pero es que Gaddafi estaba loco; era un paranoico que ya no se fiaba de sus propios compatriotas, por lo que estaba protegido por un ejército y una guardia personal formados ambos por extranjeros de los países vecinos. ¿Qué hicieron todos estos? Salir de naja, con sus armas y sumarse a la insurgencia. Otra cuestión: ¿por qué Occidente intervino en Libia y no en Siria? La respuesta es fácil. Siria estaba apoyada por Rusia e Irán, entre otros. Gaddafi era un paria internacional, un payaso enloquecido a quien nadie iba a defender. Sin embargo, han de saber (Pedro Baños dixit) que, antes de volverse un paranoico, Gaddafi había creado en su país la mejor estructura educativa y sanitaria de toda África, sólo mejorada por la de Ceuta y Melilla. Todo eso ha quedado arrasado en este desgraciado país. Ya ven cuántas cosas no sabemos del mundo.

La conclusión de las intervenciones fue la que les puse al final del texto anterior: el IS está ganando claramente su guerra. Entonces empezaron las preguntas del público, tan preocupado y aterrorizado, como ustedes, queridos lectores, con ideas en la cabeza como estas: Entonces, ¿vamos a perder esa guerra? ¿Conquistarán Occidente? ¿Nos prohibirán el alcohol, el fútbol, el rock y el cine? ¿Cortarán la cabeza a los que disientan? ¿Pondrán un pañuelo a nuestras mujeres, que ya no podrán enseñarnos las piernas? Las preguntas no fueran obviamente esas, pero eso es lo que pensábamos. Respuesta de Pedro Baños: no. Nuestro mundo no peligra (excepto por la crisis económica). El IS es un problema estrictamente regional. ¿Y las Torres Gemelas? ¿Y el 11-M? Eso fue responsabilidad de Al Qaeda, que sí era un problema global. Muerto el visionario Bin Laden, su sucesor, el médico egipcio Al Zawahiri, dirige un movimiento en franca decadencia y, en ocasiones enfrentado al propio IS. Así que, repito: el IS es un problema estrictamente regional, aunque de vez en cuando se manifieste de forma terrible en ciudades de nuestra querida y acosada Europa.

¿Y eso de que quieren reconquistar Al Andalus y recuperar sus fronteras hasta el borde de Escocia? Nada, ninguna credibilidad, eso forma parte de la propaganda para asustar. ¿Y los fundamentalistas instruidos en las mezquitas que viajan a Turquía a sumarse al movimiento? Ese es un problema muy grave en Francia, Bélgica, Alemania y el gran desconocido: Austria. En todos estos países hay grandes núcleos de población musulmana que vive en guetos, hay un racismo claro y meridiano y los jóvenes de esos barrios marginales carecen de igualdad de oportunidades, lo que les lleva a la desesperación, a la delincuencia y por último al terrorismo suicida. Nada de eso existe en España. Aquí los moros están integrados, se respeta su religión y existe una verdadera mezcla intercultural (el número de españoles sumados al IS es ridículo, no llega a los 200, la mayoría de Ceuta y Melilla).

Por circunstancias de mi vida privada, de esa de la que nunca hablo, estoy escribiendo este texto en el barrio de Vallecas. Frente a mi ventana hay un bar regentado por un marroquí, al que llamaré Mohamed. Su mujer y sus hijas, le ayudan a servir en la barra y las mesas, en donde se consume toda clase de alcohol. En la cocina hay una señora mayor con pañuelo, tal vez por motivos más higiénicos que religiosos, que cada poco saca unos pinchos morunos para chuparse los dedos. Es también la sede de una de las más acreditadas peñas del Rayo Vallecano, donde se ven todos sus partidos en la tele y se gritan los goles. La gente aprecia a Mohamed, que habla un castellano impecable. Estrechan su mano, se preguntan por sus problemas respectivos, aceptan con naturalidad que cierre el bar para viajar a su tierra a celebrar la fiesta del cordero. Sus hijas son muy guapas y no creo que tuvieran el menor problema si se buscaran un novio local. A eso me estoy refiriendo. A mí Philippe me ha llevado a ver barrios marginales de París y he pasado verdadero miedo. Ese es el paisaje que pueden ver si deciden viajar en el RER (ferrocarril de cercanías) desde el aeropuerto Charles de Gaulle. 

Así que podemos seguir tranquilos, al menos aquí en España. ¿Y qué hacer con el ISIS? Pues lo primero, mejorar la contrainteligencia para evitar atentados indiscriminados en Europa (ya se ha dicho en este blog que los belgas son bastante bolos, lo que pasa es que no me parece elegante insistir en ello precisamente en estos dramáticos momentos). Y lo segundo, intentar detener la guerra y sentarse a negociar. Cada nuevo muerto incrementa el odio y el problema. Lo malo es que Irán (de mayoría chií) apoya a los enemigos del IS en Siria e Irak. Y que Israel está encantado de que se peguen entre ellos y los dejen en paz. Y que el señor Putin ha descubierto que las guerras son un negocio cojonudo. La economía rusa iba de culo y cuesta abajo. Ahora han montado la guerra de Ucrania y enviado ayuda a Bachar. Y se acabó el problema. Los estamos breando a sanciones, pero les importa un rábano: la economía rusa está volviendo a crecer.

En fin, que sigan ustedes disfrutando de este fin de semana venturoso, de tiempo gallego y temperaturas ideales. Madrid es la capital de un estado con una calidad de vida envidiable a pesar de la crisis y en estos meses está preciosa. Y, con un poco de suerte, a lo mejor esta tarde ganan el Depor y el Aleti y pierden el Madrí y el Barça. Eso ya sería para empezar a levitar.  
                

2 comentarios:

  1. Siguiendo la información de otro comentarista de la primera entrega de este acercamiento tan interesante al ISIS, he visto entera la conferencia de Casa Árabe, y me sorprende no haber escuchado la mayoría de las cosas que se cuentan en esta segunda entrega. ¿Realmente son ciertas las apreciaciones tranquilizadoras con las que matiza los análisis demoledores de los dos oradores? A mí me parece que ambos dan una versión bastante preocupante. Tenemos una amenaza encima que ya se ha mostrado en Bruselas y París. No le imagino a usted inventándose esta especie de paños calientes para que no estemos asustados. Realmente, no sé qué pensar.

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    1. Las cosas que cuento en este segundo post están en buena parte basadas en el coloquio posterior a las intervenciones de los ponentes, coloquio que ha sido suprimido del vídeo publicado, como se explica en el post #501. Cierto que he completado lo escuchado con algunos datos y precisiones sacados de Internet, pero en modo alguno he tergiversado el sentido del mensaje de esta interesante jornada, y mucho menos con intención de dulcificar la problemática de un asunto que es muy preocupante, aunque haya que ponerlo en sus términos y límites justos.

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