jueves, 8 de octubre de 2015

435. Tributo a John Lennon

Mañana 9 de octubre de 2015, John Lennon hubiera cumplido 75 años. En días de poco tiempo libre para dedicarlo al blog, me sorprende esta efeméride, de la que tengo noticia por una información leída al azar. Su viuda Yoko Ono decidió organizar un acto masivo en recuerdo de su marido, para lo que convocó el otro día en Central Park a cerca de 2.000 personas, incluyendo amigos, políticos, músicos y celebridades. Todos juntos formaron un símbolo gigante de la paz en el East Meadow, una de las praderas más despejadas del parque. Abajo unas imágenes de este tributo a uno de los músicos de rock más extraordinarios de todos los tiempos. De hecho el rock como fenómeno de masas nació a partir del éxito inesperado y fulgurante de los Beatles.





















Empecé a escuchar a los Beatles de niño. Año 62 o 63. En la radio llegaron a tener tres canciones a la vez, entre las diez que seleccionaba el programa de radio Los Superventas, antecedente inmediato de Los 40 Principales, que presentaba un joven de verbo fácil llamado José María Íñigo. Por aquellos años, salía con los amigos y solíamos ir a los Jardines de Méndez Nuñez. Allí, en el centro del parque, había un edificio de hormigón de estilo racionalista (dato que entonces yo ignoraba, obviamente) y que, por lo que tengo entendido, existe todavía. Posiblemente esté protegido como monumento. Por unas escaleras exteriores con la típica barandilla de tubo, se accedía a la planta de arriba, en donde había un bar con una rockola que tenía todos los singles de los Beatles.
 
Echando una monedita, el brazo articulado capturaba el disco preseleccionado y hacía sonar la canción. Podía ponerse la cara A o la B. No recuerdo de cuánto era la monedita que había que echar. Lo que si conservo es el recuerdo de pasar las horas muertas de las tardes de domingo escuchando una y otra vez los éxitos de aquel nuevo grupo, al que hasta el Hola, la revista que compraba mi madre, había dedicado un reportaje. Bebíamos gaseosa todavía, de las botellas de cristal que llamábamos boliches. No habíamos empezado con la cerveza y ya bailábamos la música de los Beatles. En un guateque en casa de un compañero de curso alguien que estaba al día nos enseñó a a todos  a bailar el twist, lo último de lo último. 

Como homenaje a John Lennon, nada mejor que escuchar algunos de sus temas, empezando por los del principio. Por ejemplo, esta versión de un tema ajeno, incluida en el primer disco publicado de los Beatles: Baby it’s you. Era una canción del repertorio habitual del grupo desde 1961. Vean con qué sensibilidad cantaba este hombre con apenas 21 años. Les sugiero ponerla en pantalla grande, porque las imágenes del joven Lennon son conmovedoras


Aquí una de sus canciones más características: Bad Boy (1965), en realidad otra versión de un tema ajeno, que por letra y música podría haber sido firmado por el propio John, porque concentra mucho de su sentido del humor y energía creativa. El archivo contiene también imágenes curiosas de todo el grupo en sus años juveniles.


Podrían escribirse ríos de tinta sobre este personaje y aportar muchísimas de las canciones de su época más fecunda. Yo voy a seleccionar un par de ellas más. En primer lugar Girl, composición del propio John, también lanzada en 1965 y famosa, además de por su calidad y delicadeza, por el gol que le coló a la censura británica, que no se enteró de que el coro repetía insistentemente tit, tit, tit, tit (teta), palabra bastante impropia para la pacata sociedad de la época.


Una más: I’m so tired. John Lennon estaba muy cansado. Cansado de la fama del grupo, de la vorágine de las giras, de las grabaciones de estudio. De su distancia cada vez mayor con Paul McCartnney. Quería descansar, huir del mundo y lo expresaba con toda claridad en esta canción incluida en uno de los últimos álbumes del grupo. 


De ese hastío, de esa vivencia existencial decepcionante le rescató el amor por Yoko, la persona más odiada por los fans del grupo, que la responsabilizan de su disolución. Siempre he creído que, si no hubiera encontrado a Yoko, se hubiera ido con cualquier otra. Y que fue muy feliz con ella, al menos en los primeros tiempos. Después, la pareja tuvo sus más y sus menos y justo acababan de reconciliarse cuando un imbécil, que todavía sigue pudriéndose en la cárcel, tuvo la ocurrencia de dispararle a bocajarro a las puertas del edificio Dakota donde vivía, enfrente del Central Park. Un viejo bloque neogótico de apartamentos, donde Polansky había rodado La semilla del diablo. Cada vez que voy a Nueva York no dejo de hacer una visita a este tétrico inmueble, en el que no se puede entrar y donde vive todavía Yoko Ono.

Años antes de este final desdichado, John vivía en una vorágine feliz, muy distinta de la que le tenía tan cansado anteriormente. Y era capaz de contarlo en una canción con la que ya me voy despidiendo. La Balada de John and Yoko. Una muestra de que este hombre genial, autor de unos cuantos libros publicados, era también un buen escritor, capaz de hacer poesía y reírse de sí mismo, narrando lo cotidiano de la existencia disparatada de sus primeros años con Yoko. Abajo les he puesto la letra y su traducción. La tenía preparada de antes, entre el material que tengo listo para subir al blog. Ahora, ya saben que no tengo tiempo como para andar haciendo traducciones. Duerman bien y sean felices.


Standing in the dock at Southampton 
Trying to get to Holland or France 
The man in the mac said "you've got to turn back" 
You know they didn't even give us a chance 
Christ! you know it ain't easy 
You know how hard it can be 
The way things are going 
They're going to crucify me 
Finally made the plane into Paris 
Honeymooning down by the Seine 
Peter Brown called to say 
"You can make it O.K. 
You can get married in Gibraltar near Spain" 
Christ! you know it ain't easy 
You know how hard it can be 
The way things are going 
They're going to crucify me 

Drove from Paris to the Amsterdam Hilton 
Talking in our beds for a week 
The newspapers said 
"Say what you doing in bed 
I said "We're only trying to get us some peace" 
Christ! you know it ain't easy 
You know how hard it can be 
The way things are going 
They're going to crucify me 

Saving up your money for a rainy day 
Giving all your clothes to charity 
Last night the wife said 
"Oh boy, when you're dead 
You don't take nothing with you but your soul, think!" 

Made a lightning trip to Vienna 
Eating chocolate cake in a bag 
The newspapers said 
"She's gone to his head 
They look just like two Gurus in drag" 
Christ you know it ain't easy 
You know how hard it can be 
The way things are going 
They're going to crucify me 

Caught the early plane back to London 
Fifty acorns tied in a sack 
The men from the press said, "We wish you success 
It's good to have the both of you back" 
Christ! you know it ain't easy 
You know how hard it can be 
The way things are going 
They're going to crucify me
Estábamos en el muelle de Southampton 
Intentando ir a Holanda o Francia 
El tío del impermeable dijo "tenéis que volveros" 
No nos dieron la menor oportunidad 
¡Cristo! no es nada fácil 
Ya ves qué duro puede ser 
Tal como van las cosas 
Acabarán crucificándome 
Por fin conseguimos un avión a París 
Pasamos la luna de miel junto al Sena 
Peter Brown nos llamó para decirnos 
"¡Ya está, todo arreglado! 
Os podéis casar en Gibraltar, junto a España" 
¡Cristo! no es nada fácil 
Ya ves qué duro puede ser 
Tal como van las cosas 
Acabarán crucificándome 

Fuimos en coche desde París al Hilton de Ámsterdam 
charlamos en la cama una semana 
Los periódicos dijeron 
"Oigan, ¿qué están haciendo en la cama?" 
Yo dije, "Sólo queremos un poco de paz" 
¡Cristo! no es nada fácil 
Ya ves qué duro puede ser 
Tal como van las cosas 
Acabarán crucificándome 

Ahorrando dinero para los tiempos difíciles 
Dando toda la ropa a los pobres 
Anoche mi mujer me dijo 
"Muchacho, cuando te mueres 
Lo único que te llevas es el alma, ¡piénsalo!" 

Hicimos un viaje relámpago a Viena 
comimos pastel de chocolate en una bolsa 
Los periódicos dijeron 
"Ella se le ha subido a la cabeza 
Parecen dos gurús travestis" 
¡Cristo! no es nada fácil 
Ya ves qué duro puede ser 
Tal como van las cosas 
Acabarán crucificándome 

Cogimos el primer avión de vuelta a Londres 
Con cincuenta bellotas atadas a un saco 
Los tíos de la prensa dijeron, "Que tengáis éxito 
¡Qué bien que estéis de vuelta!" 
¡Cristo! no es nada fácil 
Ya ves qué duro puede ser 
Tal como van las cosas 
Acabarán crucificándome


4 comentarios:

  1. Sentido y precioso homenaje a Lennon. Este tío era un gigante. Y lo de que el otro día hubiera cumplido 75, pues que quieres que te diga...Que estamos viejos de cojones. Y que nadie hace ahora música de esa altura y esa calidad.

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    1. Nadie, salvo Amy y nos la cargamos entre todos. John Lennon era, efectivamente un gigante.

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  2. De vuelta a aparecer, como el Guadiana, y ver tu sentido homenaje a nuestro común maestro John Winston, me apetece completar tu post con unas pequeñas precisiones.
    El edificio racionalista que dices en los jardines se llamaba Café-bar Atalaya y es cierto lo de la rockola que,por aquel entonces costa una peseta por canción. Lo frecuentaba bastante con mis amigos también. En la actualidad es la sede de los amigos de la ópera de La Coruña.
    En cuanto a la canción "girl" también se coló el sonidillo: zszszszszszs entre Oh girl girl...que intentaba describir una inhalación de marihuana (afición que les proporcionó nuestro amigo Bob).
    El tema Ballad of John & Yoko fue grabado, a pesar de la distancia que empezaba a separarles, por Paul y John exclusivamente, tocando Paul todos los instrumentos incluida la batería y John la guitarra acústica. El resto del grupo pasó olímpicamente de ello.
    Yo también fui a visitar el Dakota y el monumento en Central Park las dos veces que fui a NY y créeme que se me saltaban las lágrimas.
    Bueno querido amigo. Espero no volver a desaparecer tan a menudo y seguir comentando tus fantásticas elucubraciones tan edificantes y eruditas.
    En próximo enero cumplo sixty-four, por lo que te propongo una nueva escucha de la canción.
    Un grande abrazo.

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    1. Querido amigo, no te imaginas qué alegría me llevo cada vez que reaparece el Guadiana. Soy consciente de que escribo demasiado y no quiero que nadie se sienta obligado a leer mis paridas. A lo mejor lo bueno es lo que tú haces: entrar de vez en cuando y echar un ojo a lo último.
      Por lo demás, te agradezco todas las precisiones, tienes una memoria mejor que la mía. Ni me acordaba del nombre del Atalaya. Cuántos recuerdos.
      Yo he estado en NY cuatro veces, así que no te creas que son tantas. Ya me enteraré por el Facebook de tu cumpleaños. Y brindaré a tu salud.
      Un grande abrazo.

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