sábado, 4 de abril de 2020

928. CC9. Un tributo a Kenny Rogers y Luis Eduardo Aute

Que sí, que ya sé que no toca, que había prometido un post cada tres días con regularidad benedictina y todo eso. Pero es que esta mañana, después de colgar mi post del día (que escribí ayer por la tarde en su mayor parte) me he enterado de que se acababa de morir Luis Eduardo Aute y esto son palabras mayores. Aute era un gigante, aunque llevaba cuatro años bastante perjudicado y encerrado en su casa bajo la protección de su familia. Y no quiero que me pase con él como me pasó con Kenny Rogers, otro gigante, en este caso del country, que se murió el pasado 20 de marzo y con esta aceleración de acontecimientos que llevamos, no le dediqué ni un renglón en el blog. Y, como además en este blog el que manda soy yo, las normas también las dicto yo y me las pienso pasar por la entrepierna cada vez que me dé la gana, hombre, que no son estos tiempos para tonterías. Tengo gente muy próxima pasando un calvario que han de sufrir completamente solos y, si esta página les ayuda a entretenerse un rato, pues adelante con los faroles.

Tanto de Kenny Rogers como de Luis Eduardo Aute, pueden encontrar ustedes toda clase de artículos o enterarse de quiénes eran en la Wikipedia. Pero desde el día 20 he leído todos los obituarios y referencias de Kenny y en ninguno se habla de la canción de la que yo les quiero hablar. Con Aute hay tiempo todavía, pero tampoco he encontrado a nadie que hable de la canción concreta que tengo en mi mente. Así que vamos con ello. Kenny Rogers tenía 81 años y es una figura que no se salió demasiado del mundo del country. Aun así, hizo mucho dinero con los derechos de autor y vivía desahogadamente en su casa de campo en el estado de Georgia. Todos los artículos sobre su fallecimiento hablan sobre todo de una canción The Gambler, que fue su mayor éxito de ventas. Y, como mucho, citan otra: Just dropped in, que pasó en su día sin pena ni gloria, pero después se hizo muy famosa cuando los hermanos Cohen la utilizaron para una de las escenas más memorables de El Gran Levobsky.

Sin embargo nadie ha dicho nada de la canción Ruby, don’t take your love to town, que yo tengo en mi memoria porque en su día me impactó mucho. Es una canción publicada como single en 1967, plena guerra de Vietnam. Era una canción tan buena que no se podía esperar a tener un disco grande que la arropara. Y su letra es durísima. Todavía me pone los pelos de punta. Así que se la voy a poner aquí, con una traducción un poco buena.

You’ve painted up your lips                                       Te has pintado los labios
And rolled and curled your tinted hair                       Te has estirado y rizado tu pelo teñido
Ruby are you contemplating                                      Ruby, ¿estás considerando
Going out somewhere?                                             Salir a alguna parte?
The shadow on the wall                                             La sombra en la pared
Tell me the sun is going down                                   Me dice que el sol está cayendo
Oh Ruby, don’t take your love to town                      Oh Ruby, no te lleves tu amor a la ciudad

It wasn’t me that started                                            No fui yo quien empezó
That old crazy Asian war                                           Esta estúpida y vieja guerra en Asia
But I was proud to go                                                Pero estuve orgulloso de ir
And do my patriotic chore                                         Y cumplir con mi deber patriótico
And yes, it’s true that I’m not                                     Y es cierto que ya no soy
The man I use to be                                                  El hombre que era antes
Oh Ruby, I still need some company                        Oh Ruby, todavía necesito compañía

It’s hard to love a man                                             Es duro amar a un hombre
Whose legs are bent and paralyzed                        Cuyas piernas están torcidas y paralizadas
And the wants and the needs                                  Soy consciente de los anhelos y necesidades  
Of a woman of your age, Ruby I realized                De una mujer de tu edad, Ruby, lo comprendo
But it won’t be long                                                  Pero no pasará mucho tiempo
I’ve heard them say until I’m not around                 Hasta que empiece a oírlos murmurar
Oh Ruby, don’t take your love to town                     Oh Ruby, no te lleves tu amor a la ciudad

She’s leaving now ‘cause                                         Ella se está yendo ahora, lo sé porque
I just hear the slamming of the door                         Acabo de oír el portazo
The way I know I heard it slam                                 Y es el mismo portazo
100 times before                                                       Que he oído cien veces antes
And if I could move I’d get my gun                            Y si pudiera moverme cogería mi pistola
And put her in the ground                                         Y la abatiría de un disparo
Oh Ruby, don’t take your love to town                      Oh Ruby, no te lleves tu amor a la ciudad
Oh Ruby, for God’s sake, turn around                      Oh Ruby, por el amor de Dios, date la vuelta

Como ven, es una letra tremenda. Pero la grabación de la canción tiene también una leyenda. Kenny estuvo varios días dándole vueltas a la letra hasta que la tuvo y se la enseñó a su grupo, que se quedaron helados, nunca habían interpretado una canción tan dura. Entonces la empezaron a ensayar y, cuando la tenían más o menos lista fueron al estudio de grabación. Allí, como suele hacerse, fueron grabando una por una las diferentes pistas, el bajo, la batería, las guitarras, los coros. Estaba anocheciendo, cuando tenían ya todo listo menos la voz principal. Entonces, Kenny les mandó a todos a casa. Tenía una botella de bourbon recién empezada. Los músicos se preocuparon y se resistieron, no sabían qué pretendía Kenny, hasta pensaron en un suicidio. Pero era el jefe de la banda e impuso su autoridad. Entonces se encerró en el estudio toda la noche, dándole tientos al whisky, hasta que cayó redondo. Cuando se despertó, ya con el sol naciente, conectó los aparatos y grabó la voz. Ahora pueden escucharla.


La canción tuvo mucho impacto en los medios alternativos, pero el disco no se vendió mucho. Lo mismo pasa con la canción de Aute de la que les voy a hablar ahora. De Aute encontrarán muchísimos datos en la prensa los próximos días y no los voy a relacionar aquí. Pero sí decir que era poeta, con muchos libros publicados, pintor cotizado con numerosas exposiciones a sus espaldas. Y sobre todo compositor e ideólogo de una manera de entender la vida. Basta decir que en 1960, cuando muchos de ustedes no habían ni nacido y yo tenía 9 años, este señor ya era el guitarra rítmica titular de los Sonor, grupo de Barcelona del que saldrían varios miembros de Los Bravos. Componía para otros cantantes y es de destacar por ejemplo la canción Rosas en el mar, que convirtió a Massiel en una cantante de éxito.

Pero yo quiero hablarles de otra canción, que me parece que sintetiza la modernidad de este hombre, su sentido del amor y el erotismo y su particular humor. No sé si a ustedes les ha pasado, pero puede suceder que, de pronto, llegues a la conclusión de que la mujer de tu vida, con la que querrías pasar el resto de tus días, es la novia de uno de tus mejores amigos. Grave problema. Es lo que le sucedió por ejemplo a Eric Clapton, que se enamoró como un loco de la mujer de George Harrison. A mí me ha sucedido en más de una ocasión y no voy a contar aquí interioridades que afectan a terceros. En mi caso, no es que fueran amigos míos, sino que los había conocido a la vez que a sus mujeres y les iba cogiendo un cariño enorme a los dos. A mí siempre me han caído muy bien los maridos de las mujeres que he amado.

Estas cosas pasan cuando uno es joven. El caso es que es una situación muy jodida, que se convierte en obsesiva. Y entonces fantaseas con la posibilidad disparatada de contárselo a él. Y con la posibilidad aun más enloquecida de que al tipo le parezca bien. Por fortuna, yo siempre he contado con algún colega que me ha disuadido de mi locura y me ha dicho: –Tío, vas a montar un quilombo absurdo, acabarás peleado con todos y sólo conseguirás hacerle daño a él, a ella y a ti mismo. Sabio consejo. Así que, al menos en mi caso, la cosa se quedó en eso: un fantaseo. Y entonces vino Aute y convirtió ese sentimiento en canción, que se llamó Una de dos. Maravilloso título y maravilloso estribillo: Una de dos, o me llevo a esa mujer, o entre los tres nos organizamos, si puede ser. No hay estribillo más certero y conciso. La canción es de 1984 y se la traigo con la letra sobreimpresa en grandes caracteres. Disfrútenla.


Magnífica letra, abordando sin complejos un tema que incluso ahora sería jodido de plantear. Pero este hombre era un adelantado a su tiempo. ¿Me pueden decir de algún artista actual capaz de componer una letra como esta? Por no hablar del toque final aventurando la intención de la chica de no perder ningún tren. No sé si ahora los chavales son tan modernos, imagino que sí. Más les vale. Aute se ha muerto esta mañana, pero llevaba medio muerto desde agosto de 2016. Ese mes tuvo un infarto severo, del que se salvó por los pelos y que lo dejó en coma mes y medio. Salió del coma, pero ya nunca lo pudimos volver a ver, porque su familia lo ocultó del mundo, igual que el caso del piloto Michael Schumacher. Seguramente estaba como un vegetal.

Una pena, porque el infarto le había pillado con 72 años en plena forma. De hecho estaba de gira y tenía conciertos contratados para toda la segunda mitad de 2016. Para que vean que no exagero, les voy a traer dos filmaciones, ambas de la primera mitad de 2016. En la primera le vemos con su grupo. Pero resulta que los hermanos Muñoz, alma del grupo de éxito Estopa, se declararon por entonces admiradores y discípulos de Aute y le llamaron para invitarle a aparecer en uno de sus conciertos. Aute les contestó que se sentía muy honrado, pero que, si querían cantar con él, tenían que hacerlo al revés: que vinieran ellos a uno de los conciertos de su gira. Así lo hicieron y eso es lo que se ve en mi primer vídeo. ¿Y saben qué canción fue la que cantaron? Pues sí, han  acertado: Una de dos. Los de Estopa se la pidieron. Aquí el resultado. Es en Barcelona, con ritmo jazzistico, mucho swing y divertidas morcillas de los tres que cantan. Al final, cuando los de Estopa saludan en catalán, se le oye decir Visca el Barça, una última muestra de su particular humor.


Creo que este vídeo da suficiente información de quien era Luis Eduardo Aute, al menos hasta agosto de 2016. De esos meses es también una entrevista que le hicieron en un programa joven de la TV, con motivo de la publicación de su último libro de poesía. Merece la pena escuchar al maestro, frente a tres chavales que alucinan con que no tenga móvil, ni tablet ni nada. Su humor le hace aguantar el tipo ante tres jóvenes con mucho que aprender de él. Así que les dejo con ello. Descanse en paz, Luis Eduardo Aute. Y también Kenny Rogers, por supuesto. 


10 comentarios:

  1. Me impresionó volver a oír Ruby, don’t take your love to town

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    1. Sí, era una canción maravillosa y es sorprendente que ningún medio escrito o radiofónico la haya traído a colación. Los periodistas, en general, no tienen ni puta idea de quién era este músico y tiran de las agencias, que abrevian y marcan tendencia.

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  2. Bueno, qué personaje Aute. Es significativo que este señor no haya tenido el éxito masivo de coetáneos suyos, como Victor Manuel y Ana Belén que son unos sosos. Indica la tontuna del mundo del famoseo y las redes sociales. La entrevista es una maravilla, cómo juega este hombre con el lenguaje. Cuando se acabe este encierro en el que estamos voy a buscar sus libros de poemigas. Realmente los reportajes que están saliendo en la prensa, no reflejan el tamaño de su figura.
    En cuanto a Kenny Rogers, no nos cuenta usted demasiado, sólo la canción, que me suena conocida, aunque no sospechaba que tuviera semejante letra.
    Un abrazo.

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    1. Estoy de acuerdo con usted. Victor y Ana me dan producen urticaria, son igual que Lluis Llach, van de trascendentes. Aute era un personaje genial, un espíriru libre, que hizo siempre lo que quiso con naturalidad y con brillantez innata.
      De Kenny Rogers, la verdad es que no sé mucho. Siempre asociaré su nombre a esa maravillosa canción de la que se habla en el post y de la que nadie ha dicho nada en los medios.
      Un abrazo.

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  3. Aquí me tienes Emilio, siguiendo puntualmente tus post. Un abrazo y cúidate.

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    1. Lo mismo para ti. Hablamos un día de estos. Cuídate mucho.

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  4. ¡Qué pena! Aute ha vivido setenta y dos años; los cuatro últimos han sido los "minutos basura" de una vida muy interesante y muy productiva. Era un poeta extraordinario, un cantante que llegaba al alma, un pintor lleno de atractivo y un individuo original, único en su siglo. A mí me gusta "De alguna manera", como a Serrat; no me ha curado el mal de amores, pero me ha consolado cuando lo he sufrido. "Una de dos" es francamente divertida, pero en el 84 ya no era tan audaz. Aunque él lo era: Había que ser muy valiente para incluir la palabra libertad en una canción cuando vivía el que firmó aquellas penas de muerte evocadas en una canción que pone los pelos de punta, "Al alba". La entrevista es todo un regalo, con esa frescura, ese sentido del humor y esa naturalidad que conservó hasta que la vieja dama se cruzó en su camino.

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    1. Dime dónde hay que firmar, que lo suscribo, de la primera admiración al punto final. Supongo que "Una de dos" ya no era moderna en 1984, pero a mí me vino al pelo. Para mí es un himno.

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    2. Pues terciando en el debate, yo creo que Una de dos proponía una solución que era una modernidad entonces y que ya no lo es, porque ahora los chicos se han vuelto más clásicos en ese terreno. Una "solución a tres" se ve ahora como un imposible y así lo dice el de Estopa en la parte del final: no puede ser.

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    3. Le agradezco que tercie, pero no sé si lo suyo es una consideración apresurada. Lo que dice el chaval de Estopa es algo que han preparado antes y han negociado hacerlo así para forzar la sonrisa del público. Aparte de eso, coincido con usted en que en cuestiones de costumbres se ha retrocedido desde aquellos años dorados, tal vez por la incidencia del SIDA y un cierto movimiento pendular de estas cosas que siempre dan un pasito adelante y enseguida otro atrás, sino dos de golpe. Habría que preguntar a los que vienen después qué opinan al respecto (el de EStopa debe de andar ya por encima de los 30).

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