jueves, 14 de noviembre de 2019

885. Reflexiones infames

Vaya, pues he terminado el relato de mis aventuras por Madagascar y miren ustedes que tengo así como una sensación de vacío, un vértigo, una inquietud, un come-come que casi no me deja ni dormir y que se puede sintetizar en una frase: ¡Y ahora de qué hablo yo, quillo! Y dirán ustedes: pues de la actualidad, de las elecciones y todo eso. Bueno, qué aburrimiento, pero vamos a ello. En sintonía con un chascarrillo de esos que te mandan por Whatsapp, yo también añoro aquellos tiempos dorados en que Vox era un diccionario, Rivera un vino, Casado un estado civil y Pedro y Pablo los Picapiedra, secundados por Wilma. Quién los pillara. Los políticos españoles actuales son todos de suspenso, yo ya les he dicho que echo de menos al señor Rajoy, por no ir más atrás. Así que para empezar les vamos a poner a todos un cero. Se lo ponemos los ciudadanos.



Mi reflexión es sencilla: ha ganado Vox y han perdido todos los demás. Bueno, también han ganado los independentistas, esos llevan ganando muchos meses, otra cosa es que sean conscientes de a dónde van. Con el resultado de las elecciones, nuestro país se ha balcanizado un poquito más. Ya teníamos unas cuantas figuras homólogas de Franjo Tudjman y Milan Kučan, los artífices de las independencias de Eslovenia y Croacia, al respective inverso, honrados como héroes nacionales en sus países, de cuyas repúblicas fueron también los primeros presidentes. Unos tipos bastante siniestros, pero no menos que Pujol, Arzallus y demás impulsores de las independencias vasca y catalana. Aquí lo único que nos faltaba para liarnos a bofetadas era un Milosevic. Y ahora tenemos a Abascal. Algunos piensan que Vox es un globo y que se pinchará. Ojalá acierten. Yo no las tengo todas conmigo. Yo creí que no llegaría tan lejos, como también pensé que el Dépor ganaría un partido algún día pero, como decía un profesor muy cursi que tuve de niño, el creique y el penseque son hijos de Doña Ignorancia y Don Perdereltiempo. Frente a Vox no podemos hacer otra cosa que tocar madera, porque Abascal es un tipo bastante brillante, que se come a sus contrincantes con patatas alioli, como se vio en el debate.

Y los demás están a uvas. Sánchez la ha cagado a fondo convocando estas segundas elecciones y ahora tiene que tragar con Iglesias le guste o no. Y con diez diputados menos entre los dos. El Abrazo de Vergara se lo podían haber dado en mayo y mejor nos hubiera ido a todos. Por no haber sido capaces de negociar y pactar entonces, los electores les han castigado claramente. El PSOE ha perdido 727.000 votos y Podemos 635.000. La gente ha repartido culpas entre ambos. A mí me cuesta creer que ese millón y pico de votos hayan ido a otros partidos, aunque Vox presume de haber atraído a votantes del PSOE y no creo que sea de farol. La mayoría se han ido, supongo, a la abstención. Una abstención merecida, tras el espectáculo que nos ha tocado sufrir durante seis meses. A donde, seguro, no han ido esos votos es a Ciudadanos.

Voy a dejar a Rivera para el final y hablar de los demás. Casado ha manejado sus armas con inteligencia, a base de enseñar poco a Cayetana y alardear en cambio de tener en su partido a Ana Pastor, que es de lo mejorcito de este país. Con eso y un poco de moderación y buenas maneras ha empezado a recuperar lo que perdió en abril. Ahora le espera una legislatura cómoda como jefe de la oposición, aprendiendo y creciendo políticamente. Sólo tiene que mantener el libro de estilo y cuidar el flanco derecho, que Abascal viene desbocado. Si es un poco listo, no le costará mucho diferenciar su discurso del de Vox. Y nos queda Errejón. Mira que me he proclamado reiteradamente carmenista y errejonudo en este blog. Pero una cosa es ser errejonudo y otra ser tonto. Este señor se ha precipitado, ha enhebrado malamente una candidatura bastante endeble y ha terminado por hacer un sanchezmato. Vamos, que se ha lucido. Menos mal que lo vi venir y no se me ocurrió votarle, si no estaría ahora buscando mi voto en el contenedor, como el tipo de la viñeta del otro día del Roto. 

Lo que ha pasado con Ciudadanos era algo que también se veía de venir. Todo el mundo se lo esperaba, menos el propio Rivera. Yo creo que hasta Malú se lo imaginaba. Es que Ciudadanos nació como partido de centro, como bisagra, para apoyar a un lado o a otro según conviniera. Su ideario de partida era socialdemócrata y con ese credo lograron ser la lista más votada en Cataluña. ¿Qué hicieron con ese importante acervo? Nada, y ahí la empezaron a cagar. Se vinieron a Madrid y se travistieron en liberales y luego en ultraliberales. No olvidemos que, en su primera vida, llegaron a tener un pacto de gobierno con Sánchez, que no salió por la postura cerril de Iglesias, que sólo tenía que abstenerse y no fue capaz (sus delirios de Juego de Tronos le hicieron confiarlo todo a un imposible sorpasso al PSOE). También en su primera vida, llegaron a encabezar las encuestas de intención de voto. Eran los primeros y sólo hace de eso año y medio. A partir de entonces, a Rivera se le fue la olla, empezó a soñar también con hacerle el sorpasso al PP y se mostró tan bisoño como Iglesias. 

El colmo de esa deriva fue la mala educación mostrada en la sesión de investidura, toda esa mierda del sanchismo, la banda y la habitación del pánico. Y que luego no acudiera siquiera a la llamada de Moncloa, cuando se hizo la ronda de consultas. Si a alguien odian especialmente los españoles es a los maleducados. El batacazo, como yo pronostiqué, ha tenido dimensiones bíblicas. El problema ahora de Ciudadanos es que, sin Rivera, no son nada. Los fundadores del partido se han ido marchando, a medida que la deriva de su líder se iba agudizando. Su gesto de dimitir ha sido bien valorado por todo el mundo y a mí también me parece bien. No tanto su discurso infantil, intentando dar pena y sin el menor atisbo de autocrítica. Los memes de los españolitos no se hicieron esperar. Estaba yo viendo su discurso en directo por el ordenador cuando ya me llegó al móvil el siguiente mensaje: se confirma que Rivera será el nuevo guitarrista en la gira de Malú. Poco después, le dieron forma a la idea con el photoshop, como ven abajo.


La verdad es que con una mujer como esta, yo también me retiraría de la política, o de cualquier otra cosa que me distrajera de mi objetivo central en la vida. Es que realmente, los tíos estamos tontos, porque, si no, no se explica la reciente información aparecida en la prensa, según la cual el juguete erótico más vendido este otoño es el succionador de clítoris Satisfyer. Por si creen que les estoy engañando, pueden pinchar AQUÍ y comprobarlo. Se puede comprar por Amazon y cuesta sólo unos 35€. El sexo es vida, no creo que usted, querido lector, tenga la menor duda al respecto y yo entiendo que, si una mujer necesita comprarse un Satisfyer, es porque no está bien atendida. Porque su hombre se dedica a la política, el urbanismo o cualquier otra mamarrachada de esas que nos sorben el seso a los varones. Por poner un ejemplo cercano, la presidenta regional Díaz Ayuso presume todo el rato de ser muy feliz y estar perfectamente atendida en ese terreno, en el que ya saben que comparte su vida y amor con un famoso peluquero. Esa plenitud se nota en algunas de sus imágenes, cuando huye del encorsetamiento oficial al que le obliga su puesto. Véanla en la foto de abajo, en un descanso en la Asamblea madrileña. Una imagen vale más que mil palabras y parece claro que esta mujer no necesita un Satisfyer.


Y, hablando de encorsetamientos, les confieso que ya estaba empezando a hartarme del formato de mis anteriores posts, en los que me veía obligado a continuar el relato de mi viaje a Madagascar sin salirme apenas del guión, para que no se me estirase hasta navidades, lo que me impedía irme por los cerros de Úbeda, que es lo que a mí me gusta. Es decir, empezar analizando los resultados electorales y acabar hablando de mujeres, un tema mucho más suculento y agradecido. Es que ya saben que yo soy un blogger y no sólo un blogger sino encima un influencer, tarea en la que me ayudaría mucho ser mujer y guapa, pero hago lo que puedo con lo que hay. ¿Creen que exagero? Pues vean: la reina mundial de las influencers es una italiana que se llama Chiara Ferragni, tiene 32 añitos y se desempeña en el mundo de la moda. Su blog The blonde salad registra cada día más de 110.000 visitas. Vean una foto suya y seguimos. 


Esta señora es un portento de dimensiones planetarias. Su cuenta de Instagram tiene más de 17 millones de seguidores. En 2017 la revista Forbes la señaló como “el factor de influencia más importante en el mundo de la moda”. Hace anuncios en exclusiva de Swarovsky, sale en portadas de las revistas más influyentes y su última aventura ha sido protagonizar un documental sobre ella misma dirigido por una prestigiosa directora italiana llamada Elisa Amoruso. El documental es tan bueno que fue presentado en el festival de Venecia, en el mes de septiembre pasado. Chiara Ferragni asistió al estreno, para lo que se enfundó en un precioso vestido de Dior comprado para la ocasión. Estaba resplandeciente. El problema es que el vestido le jugó una mala pasada mientras saludaba, como pueden ver abajo, lo que, unido a que se pudo observar en donde lleva esta belleza un piercing, redundó en una nueva dimensión de su fama.


Ponerse un piercing en semejante lugar requiere valor y personalidad, además de, entre otras cosas, puntería. Esta ha sido una de las imágenes virales de este otoño, lo que pasa es que ustedes no se enteran de estas cosas si no las encuentran en mi blog, tan focalizados como están con las elecciones y otros asuntos igual de aburridos. La verdad es que vivimos en un mundo absurdo, en el que algo tan natural como enseñar una teta, se convierte en un problema. Es algo que parte de un prejuicio que las mujeres de hoy en día tratan de combatir y les pongo un ejemplo. Es bastante frecuente ahora que las madres recientes le den el pecho a sus hijos en los parques o en los cafés (y hasta en el Congreso de los Diputados). Sin embargo en estas situaciones siempre aparece alguien a quien le molesta (imagino que es algo común entre los votantes de Vox) y que, con tono de mucha irritación, le suelta a la doña lactante la fórmula mágica: cúbrase señorita. Ante esa exigencia tan perentoria, una mujer de Toronto reaccionó como se ve en la foto.


Es que realmente, la teta tiene tanta simbología alrededor, en este mundo machista y abstruso, que muchas mujeres caen en la bobada de agrandárselas con implantes de silicona. Por ejemplo, ahora mismo en Brasil lo difícil (y lo más valorado) es encontrar una mujer que no se haya hecho nada en el cuerpo. Hace años solía yo correr con una amiga que, en mi opinión, estaba muy bien tanto física como mentalmente. Un día la llamé para ver si nos apuntábamos juntos a una media maratón y me dijo: no puedo, porque me voy a operar dentro de unos días. –Y de qué. –Del pecho. –¡Joder! –la exclamación me salió del alma– ¿sabe tu chico que después el tacto no tiene nada que ver con el natural? –Jajajá ¿Eres experto en el tema? –Desde luego. –Nosotros también somos conscientes, pero es que yo tengo complejo y, cuando una mujer sufre porque tiene ese complejo, la intervención está indicada. En fin, qué quieren que les diga. Para ayudar en la lucha contra ese complejo, algunas mujeres, como la guapísima actriz Keira Knightley llevan a gala su pecho pequeño y hacen bandera de él todo el tiempo. Lo mismo que otras muestran el pelo de los sobacos como reivindicación. La teta pequeña es también una reivindicación y otra línea de la lucha feminista. Y hasta hay una marca de camisetas que incorpora ese mensaje (No tengo tetas).  



La de cosas que aprenden ustedes en este foro. En realidad, huir de la civilización tres semanas a un lugar como Madagascar, te da otra perspectiva de la realidad y del mundo. Uno vuelve de un lugar como ese con la escala de valores revisada. El otro día estuve en el teatro viendo la obra Parque Lezama, una estupenda comedia con dos actores argentinos soberbios. Si no la han visto, se la recomiendo sin dudarlo. El protagonista es un tipo ya mayor, que fabula todo el rato sobre lo que fue su vida, inventándose pasajes delirantes. Le da el contrapunto otro personaje que es el típico amargado, que por sistema no se cree nada de lo que le cuenta el primero. Pues nada, ustedes queridos lectores, hagan el favor de no ser matitis y créanse lo que yo les cuento, aunque está claro que a mí también me gusta fabular. Y, ya que hemos empezado con los resultados electorales, una reflexión final. Las elecciones, como los referendums, son muy peligrosas. Como se te vayan de madre, se pueden convertir en un arma de destrucción masiva, y si no que se lo pregunten a Evo Morales. Como he leído en alguna parte, cuidado con las elecciones, que las carga el diablo. Y, en este caso, el diablo no viste de Prada. El diablo viste de Vox. Sean felices. 

4 comentarios:

  1. Milu, Patricia Godes dice que Malú es la única estrella a la que odian sus fans.

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    1. Por algo será. Yo tenía confianza en que la hija de Pepe de Lucía sería capaz de convencer a su novio de que modificara su deriva hacia el abismo, su camino de perdición. No ha sido así y lo siento por ellos.

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  2. Muy bueno el giro de guión. Se te ve tan encorsetado hablando de las elecciones como de tu viaje a Madagascar. Y de pronto te hartas, cortas abruptamente y así casi sin enterarnos nos encontramos leyendo del succionador de clítoris. Admirable.

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    1. No me digas que no es un tema mucho más interesante...

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