martes, 18 de abril de 2017

626. Yo soy cisexual

Sí señor. Y no sólo cisexual, sino también cisgénero. Ya ven, a mi edad cercana a la ancianidad y después de casi cinco años de blog, va y me da por salir del armario de manera pública, explícita y estrepitosa. Admítanlo: se han quedado lívidos. No me digan que no. Así exactamente (lívido) me puse yo cuando escuché a mi hijo pequeño hacer esa misma confesión: −Papá, has de saber que soy cisexual. Después, cuando me explicó el significado del palabro, me quedé más tranquilo y llegué a la conclusión de que yo también lo era, y no sólo cisexual, sino además cisgénero, como digo. Ahora me vendrán con que habían escuchado antes esas categorizaciones y que saben lo que significan… Vamos, anda. Más les vale seguir leyendo, que ya se lo intento explicar.

Vayamos primero al significado del prefijo cis, lo que nos lleva de cabeza al frondoso terreno del latín. Cis es un prefijo preposicional que viene a significar “lo que está de este lado”, con lo cual expresa la condición opuesta de otro prefijo preposicional, trans, simétrico del anterior, que indica precisamente “lo que está del otro lado”. Si de un señor decimos en España que es de origen transpirenaico, indicamos que ha nacido al norte de dicha cordillera. O sea, que estamos hablando de un franchute. En cambio, si lo dijéramos en Francia, estaríamos refiriéndonos a un español, así de cachondo es este prefijo. Lo trans es lo que está siempre al otro lado, o lo que por sistema lleva la contraria, como ciertas esposas. Con perdón del comentario machista: ya que estamos en una dinámica cis-trans, imaginarán que, para el caso de que yo fuera mujer, me referiría de idéntica forma a la cabezonería contrastada de los maridos.

Lo van pillando. No hay muchas palabras que utilicen el prefijo cis, pero, por ejemplo, en Italia se usa bastante el adjetivo cisalpino para referirse a los que habitan al sur de esas montañas. En fin, una vez definida la dualidad cis-trans, hemos de decir que otro campo donde esta dupla de prefijos tan sugerentes tiene un uso habitual es la Química. En concreto, en el campo de los isómeros. Para la Química soy un verdadero negado y he de confesar que lo único que sé de isómeros es que tengo un amigo y compañero al que, desde sus años heroicos en la Escuela de Arquitectura, se le conoce como El Isómero, debido a que se apellida García García. Saludos, amigo, si por casualidad estás leyendo esta parida. Busco definiciones en el terreno de la Química y leo en la Wikipedia lo siguiente: “La isomería cis-trans es un tipo de estereoisometría, propia de los alquenos y los cicloalcanos. Se distingue entre el isómero cis, en el que los sustituyentes están en el mismo lado del doble enlace, o en la misma cara del cicloalcano, y el isómero trans en el que los sustituyentes están en el lado opuesto del doble enlace, o en caras opuestas del cicloalcano”. Clarísimo.

¡Al grano! dijo a gritos Lissavetzky, y la señora Botella, con un mohín de despecho, le respondió: −Es usted un maleducado (consta en el diario de plenos del Ayuntamiento). Al grano, pues. En el espinoso terreno de las definiciones de la condición sexual, estamos llegando a un galimatías importante, como ya desvelé en el Post #105 “Queer ¿what’s that?”, allá por marzo de 2013, hace más de cuatro años. Me admiraba yo entonces de que a las siglas LGTB les hubiera nacido una Q al final. Una Q que yo pronostiqué que desaparecería y acerté. El movimiento gay fue el precursor de todo esto, el que se llevó todas las hostias (la sodomía era un delito en la mayor parte de los estados USA hasta hace dos días). Tras ellos vinieron las lesbianas, luego los transexuales y por fin los bisexuales. En un rasgo de caballerosidad bastante rancio y anticuado, los gays cedieron el primer lugar de las siglas a las damas (como cuando se les cede el paso ante una puerta) y el movimiento GLTB pasó a llamarse LGTB. Después aparecieron los intersexuales (antiguamente llamados hermafroditas) y los asexuales, los que no sienten ningún tipo de atracción por nadie, ambos colectivos reivindicando una sigla más en el movimiento, que amenaza ya con convertirse en HIJK, RSTUV. Porque, luego vendrán los que la tienen pequeña, los que se lo hacen con animales… perdón otra vez.

En esa sopa de letras, algunas publicaciones duplican la T a la hora de referirse al movimiento. ¿Por qué? Pues porque no es lo mismo transexual que transgénero. Toma ya. Buscando información al respecto, encontré un artículo que pueden consultar AQUÍ, y de paso constatar que todo esto no es el resultado de mi imaginación calenturienta. Intenten leerlo. Yo lo hice y no me aclaré mucho más que con la Química. Así que recurrí a las fuentes y pregunté a un amigo que entiende. Por cierto le pregunté también sobre la dualidad homosexualidad/heterosexualidad y me dijo que esto era un aspecto ya irrelevante, como de segundo orden, superado hace mucho tiempo. Ahora, lo primero es establecer la identidad sexual y de género del personal, y luego ya se verá lo que le atrae más a cada uno. Primera cosa llamativa: identidad sexual y de género. El sexo no es lo mismo que el género. El sexo son los atributos físicos con los que nace cada uno. El género es el papel que te asignan tus padres en la sociedad y el rol para el que te instruyen y preparan, normalmente basándose en el sexo, que suele apreciarse bastante claramente nada más nacer. Pero no siempre, dicen los iniciados. 

Y aquí aparecen los prefijos preposicionales. El trans es el que va a la contra, el que no acepta su condición (de sexo, o de género, o de los dos a la vez). Como el gallego del chiste: si morro en Caneliñas d’abaixo, que m’enterren en Caneliñas d’enrriba. Y el cis es el que va a favor. El que acepta su condición sexual y su condición de género. El cisexual puede ser un tío encantado con sus cojones y su polla, también una mujer a gusto con su vagina y hasta un intersexual feliz con su condición indefinida. Pero, en el mundo de lo trans, las definiciones son importantes y no basta con afirmar la propia condición trans, sino que también hay que identificar al otro, hay que asignarle un adjetivo a los que no gozan de tal condición, para reforzar la autodefinición por contraste. Da igual que estos últimos sean la inmensa mayoría de la población. Lo mismo que los gitanos consideran a todos los demás payos, los nudistas al resto de la Humanidad como textiles, los vascos a los demás como maquetos, los catalanes charnegos (para Romeva, falangistas), y así sucesivamente. Y usted, querido lector, que no ha roto un plato en su vida, descubre de pronto que es payo, textil, maqueto, charnego y falangista. Y, por supuesto, cisexual. Como yo.

¿Lo han entendido? ¡Qué listos! Porque yo no. A ver: qué diferencia hay entre cisexual y cisgénero. Yo, francamente, no lo sé. Ni puta idea. La diferencia entre transexual y transgénero, en cambio, ya la tengo clara. Me la explicó mi amigo el que entiende. Los/las transexuales se sienten hombres/mujeres dentro del cuerpo equivocado. Es el caso del cantante de Anthony and the Johnsons, una dulce mujercita embutida en un corpachón de boxeador de 2 metros de alto. Yo le he escuchado en el Price y es cojonudo. O el de la archifamosa Caitlyn Jenner, antes William Bruce Jenner, campeón olímpico de Decathlon. Los transexuales se someten a un proceso hormonal/quirúrgico muy complicado, al final del cual acaban por cortarles el pene, abrirlo así a lo largo y fabricarles con él una vagina. Hay que tener mucho valor y muy clara la condición cambiada, para decidir hacerte esa barrabasada (digo yo, que soy un caguetas y me aterrorizan los quirófanos).

El transgénero, en cambio, es un tipo que conserva su cuerpo original, aunque tome hormonas y se vista de mujer (o viceversa). Este es lo que antes se llamaba un travesti (en Galicia, un travelo). Por ejemplo, la reciente y tristemente famosa Cassandra Vera, antes Ramón Vera, condenada por escribir tweets sobre Carrero Blanco, que conserva el vozarrón de barítono, el bigote y se supone que lo demás. Digamos que un transgénero es un proyecto de transexual, que no se ha atrevido a dar el paso definitivo (y a lo mejor no lo da nunca), pero se ha cambiado la identidad, el DNI, la forma de vestirse y arreglarse. Los trans tienen también sus músicas. Y en este terreno destaca el grupo norteamericano Against Me. Desde el mismo nombre del grupo (contra mí), ya se define su condición profundamente trans. Aquí tienen una de sus canciones con un vídeo muy impactante: yo era un quinceañero anarquista, pero la revolución resultó ser una mentira. Para verlo han de pinchar AQUÍ.

El cantante del grupo, Tom Gabel, se hace llamar ahora Laura Jane Grace y abajo verán su nuevo aspecto. Pero lo más curioso es que este hombre, ahora una mujer a todos los efectos, dice que le encantaría operarse, pero que no lo va a hacer porque entonces le cambiaría la voz y perdería su instrumento de trabajo, con el que se gana el cocido. Y lo más asombroso: tiene una novia, lesbiana por supuesto, que le apoya en esta decisión (y en todas) y que convive con él. Incluso tienen una hija en común. ¡Joder! Eso se avisa, macho. Yo no sabía que eso vale. De haber estado informado, hace años que me habría cambiado de sexo. Con lo que me ponen a mí las lesbianas… Me habría puesto Mari Tere y estaría plenamente integrado en el mundo femenino, que me fascina. Y tendría un montón de hijos, desde luego.

En fin. Espero no haberle faltado a nadie, que esto de la definición de la condición sexual de cada quien es algo muy serio, delicado y dramático, por ahora minoritario, pero tal como va el mundo, quién sabe. En este foro se utiliza el humor para acercarse a cualquier tipo de tema, de forma más o menos desenfadada, a veces al borde de los límites ofensivos, pero siempre con cariño. Les dejo con otra canción de Against Me, que son muy buenos. Este es un tema más reciente, en donde pueden ver el nuevo look de Laura Jane Grace. Han de pinchar AQUÍ. Que tengan buen día.

10 comentarios:

  1. ¡¡TACHAN,TACHAN!! Todo un alarde de expresividad gramatical, por encima de la complejidad fisiológica, psicológica y conceptual. Terminarás como malabarista, superando al gran Juan Tamariz.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querido amigo, supongo que lo de TACHAN es para celebrar que por fin has conseguido averiguar la manera de subir comentarios al blog, sin que te los borre después de terminados.
      Nunca he pretendido arrogarme capacidades o saberes que no poseo. Sería arrogante por mi parte ponerme a analizar los componentes psicológicos o conceptuales de este problema, cuya complejidad se me escapa totalmente. Yo me limito a hablar de lenguaje, de rock, de cine, de literatura y sobre todo del asombro que me produce la observación del mundo a mi alrededor, tan diferente del que teníamos tan sólo hace diez años. Y procuro darle la gracia a la narración, para forzar la sonrisa (cuando no la carcajada) del lector.
      Un abrazo y, ahora que ya sabes cómo hacerlo, espero que te prodigues como comentarista todo lo que te dé la gana.

      Eliminar
  2. Entonces cistitis debe ser a este lado de las titis???

    Jajajaja. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y transpotting, más allá de las potas, o allende las potas.

      Eliminar
  3. La dulce mujercita embutida en el cuerpo de un boxeador de 2 metros, tiene una voz flipante. Me encanta. Qué suerte haber podido escucharla en directo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me encantan sus discos, a veces me los pongo por la tarde y me amansan el alma. Creo que ha actuado en Madrid al menos tres veces. En el Price, empezó el grupo tocando en la oscuridad. Entonces un foco iluminó al pianista. Y pudimos ver a aquel gigante levantando una mano y diciendo Hello, como una niña pillada por sorpresa. Con ese mismo gesto entre tímido y travieso, fue presentando una a una sus canciones, con aclaraciones llenas de ingenuidad: esta es una canción que le escribí a mi padre, o esta otra me la sugirió un campo lleno de margaritas. Se notaba que hacer música le hacía feliz. Y mostraba una sencillez muy auténtica, sobre todo en alguien que en las entrevistas es mucho más complejo/a y profundo/a.

      Eliminar
  4. ¿El del vídeo de Teenage Anarchist es el mismo cantante del grupo? Es un vídeo muy bueno, con un plano secuencia a cámara extra-slow sensacional.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, el que sale corriendo de la poli es el cantante del grupo, con la imagen que tenía entonces. En sus primeros discos incluso salía con barba. Cosas del mundo actual.

      Eliminar