sábado, 2 de julio de 2016

526. Orgullo y pasión

Empezaremos por la pasión. Quiero que vean un vídeo cortito. Es la apasionada intervención del eurodiputado escoces Alyn Smith el otro día en el Parlamento Europeo. Intenten entenderlo en inglés, aunque abajo les pongo la traducción.



Gracias, señor presidente. Yo represento a Escocia en esta casa. Y aunque estamos orgullosos de ser escoceses, yo también estoy orgulloso de ser europeo. Quiero a mi país. Quiero que mi país sea internacionalista. Colaborativo. Ecológico. Justo. Europeo. Y la gente de Escocia, junto con la gente de Irlanda del Norte, y la gente de Londres y montones y montones de gentes de Gales y de Inglaterra también, hemos votado por quedarnos, en nuestra familia de naciones. Y pido que ese status y ese espíritu europeos sean respetados. Compañeros, hay un montón de cosas que hay que negociar y necesitaremos tener la cabeza fría y el corazón caliente. Pero, por favor, recuerden esto: Escocia no les ha fallado. Por favor, se lo ruego encarecidamente: no le fallen ustedes a Escocia ahora.

El orgullo de ser escocés. Pero hay otros orgullos que están de actualidad estos días. Yo me he largado a Sigüenza, mi primera salida fuera, tras el malhadado accidente del que tanto se ha hablado en estas páginas. Pero el miércoles por la noche fui caminando desde mi casa hasta el Martínez Bar, en la calle del Barco, para mi habitual taller de conversación inglesa e ingesta indiscriminada de alcohol (últimamente me he pasado al verdejo de Rueda, bien fresquito, por aquello del calor que hace). Para llegar allí crucé la Puerta del Sol y continué por Montera. Aun no habían empezado las fiestas del Orgullo Gay, aunque en la plaza se estaban ya instalando los tenderetes con las banderas arco iris y probando la megafonía y, por Montera, la densidad de bujarrones, dragqueens, chaperos y chulapos andróginos era bastante superior a la normal.

Hace muchos años que se celebra el Orgullo Gay en Madrid. En su día, la colorida caravana salía de la Puerta de Alcalá en dirección a la Gran Vía y yo solía ir con mis hijos, dos niños pequeños entonces, para seguir la cola del cortejo. Ese día les comprábamos unas pistolas de agua gigantes, que rellenábamos donde podíamos y se lo pasaban pipa lanzándoles chorros a los tipos de las carrozas. Algunos se mosqueaban, pero la mayoría no; era un día de desparrame máximo, como los Sanfermines y otras fiestas de ese corte. A mitad de desfile, se cansaban y nos volvíamos a casa, que tampoco era cosa de hacer militancia. Y ya ven: ninguno de los dos ha salido gay, como algún retrógrado miedoso pudiera esperar. Ni siquiera galleteros (me encanta la denominación). Sí, en cambio, han salido tolerantes, majos, responsables, juerguistas y de mente abierta.

He de confesarles una cosa. Hace unos días, con motivo de mi referencia a la matanza en el club gay de Orlando, entró en este blog un comentario homófobo, del que me avisó el gmail y que me apresuré a borrar. Porque, a lo mejor no lo saben ustedes, pero yo puedo eliminar los comentarios que me parezcan impropios. Este es mi blog y borro a quién me sale de las pelotas. Lo cierto es que he eliminado muy pocos en estos cuatro años. Sólo un par de ellos en los que me advertían que Jesús era la solución para todos mis males. Y éste. Bueno y, en una ocasión, mi amiga África y yo entramos en un pique absurdo, ni siquiera recuerdo sobre qué tema, y empezamos a intercambiarnos sucesivos comentarios hirientes, ante lo que opté por borrarlos todos (los suyos y los míos). Sé que le dolió (ella tiene también su orgullo) porque estuvo un largo tiempo sin hacer nuevos comentarios, pero luego me ha perdonado y nos ha vuelto a obsequiar con sus opiniones, en general las más cultas, originales y divertidas entre todas las que llegan al blog. En fin, por si acaso a alguien se le vuelve a ocurrir hacer ostentación de su homofobia en este foro, aquí les pongo un gráfico que explica por dónde se pueden meter su homofobia. No creo que necesiten traducción.


No sólo esto, sino que acabo de crear una nueva etiqueta LGTB, en la que he incluído ya otros dos posts muy antiguos. El Post #92 en el que, entre otros temas, relataba la historia de la resolución Lawrence-Texas, clave en el movimiento gay. Y el Post #105. Es posible que haya otros más, aunque ahora mismo no los recuerdo. En este segundo, mostraba yo mi perplejidad por el hecho de que a esas siglas (que, por cierto, en aquel tiempo se escribían GLTB, con los gays por delante, desconozco en qué momento se han antepuesto las lesbianas, una forma de caballerosidad trasnochada, en mi modesta opinión), les había surgido detrás una Q, que correspondía a queer. Y llegaba a la conclusión de que añadir esa Q era una gilipollez, puesto que el movimiento queer está compuesto por personas que promueven la transversalidad y niegan todas las otras categorías, además de la de hetero, por considerarlas constructos sociales y culturales. Después se dejó de poner esa Q al final. Y mucho después descubrí esta canción del grupo Garbage, capitaneado por la cantante escocesa Shirley Manson, que se llama precisamente así: Queer. Por estas cosas de los derechos de autor, han de pinchar AQUÍ para escucharla.

Y, miren ustedes por dónde, ahora a las siglas LGTB se les ha añadido una I. Ahora son LGTBI. La I corresponde a los llamados intersexuales, lo que antes se conocía como hermafroditas, denominación que ahora se considera ofensiva. Es decir, son personas que, de nacimiento, tienen mezcla de caracteres físicos masculinos y femeninos. Antes se les puteaba mucho, especialmente en los pueblos, y me parece muy bien que hayan reivindicado su inclusión entre estos colectivos, porque son gente que ha sufrido mucho. O sea que esto no es una tontería como la de la Q, dicho esto con todos los respetos (a mí es la propia categoría queer la que me parece un constructo, no se si social o mental). Una de las personas que más ha hecho en España porque los intersexuales ganaran normalidad y visibilidad es el psicólogo Gabriel J. Martín, cuyo testimonio y opiniones pueden consultar en la información de ABC, que pueden ver AQUÍ. Es un texto bastante largo, cuya lectura sólo recomiendo a los que tengan un interés especial en el tema. Para los demás bastará un vistazo en diagonal.

El libro que analizamos en la última sesión de la temporada del club Billar de Letras, tenía que ver con estas temáticas. Me estoy refiriendo al maravilloso texto de Mircea Cartarescu Lulu del que entiendo que se merece un post independiente. Por cierto, el título original de este libro, con el que se publicó en Rumanía, es Travesti. A Cartarescu cualquier año de estos le darán el Nobel de Literatura (está siempre en las quinielas) porque es un personaje ciertamente singular. Finalmente, terminaré con un dato que tal vez no sepan. Además del Orgullo Gay que se celebra cada año en las principales ciudades del mundo, hay uno de nivel mundial, que se llama el World Pride Day. Hasta ahora sólo se han celebrado cuatro: Roma-2000, Jerusalén-2006, Londres-2012 y Toronto-2014. ¿Saben ustedes cuál va a ser el quinto? Sí, señor, han acertado. Madrid-2017. El año que viene será el desideratum. La rehostia. Se espera la llegada de más de tres millones de visitantes. El Ayuntamiento va a empezar unas obras en todo el barrio de Chueca, para dejarlo guapo, obras que han de terminarse antes del gran evento. Pero lo que no se imaginan es que la decisión de acoger aquí el World Pride Day en 2017, se tomó a finales de 2012. Cuando el Ayuntamiento estaba regido por la señora Botella. Como ya sé que no se creen muchas de las cosas que cuento, pueden comprobarlo en la revista gay de mayor difusión digital en el mundo, Gaystarnews, que pueden consultar AQUÍ. Verán que la noticia está fechada el 8 de octubre de 2012. 

Nada es lo que parece, amigos. No se fíen de las apariencias. Mis opiniones sobre la señora Botella quedaron claramente reflejadas en un doble post que se tituló Pavana para una alcaldesa cesante. Para los que no lo leyeran en su momento, una lectura veraniega muy recomendable. No creo que les cueste mucho encontrarlo con el Google. Disfruten del verano. Y cuiden la retaguardia, que nunca se sabe lo que puede pasar.

4 comentarios:

  1. Mi querido Emilio:

    ¿Qué tal por Sigüenza - Comunidad de Madrid?

    Por alusiones, no tengo más remedio que entrar al trapo. Decía Nietzsche que, en ocasiones, la manera más económica y, sobre todo, más efectiva, de responder es el silencio, pero por esta vez no voy a ser austera. Los dueños de los blogs, como los de los bares, se reservan el derecho de admisión y no seré yo quien se lo discuta. Pero los tertulianos autoinvitados también deberíamos tener el derecho de expresar nuestra opinión, aunque sea una tontuna, sin sufrir la "damnatio memoris". Porque eso fueron mis comentarios borrados, un poco triviales, de ninguna manera hirientes. Aunque, ahora que lo pienso, si el destinatario se siente herido, de nada sirve que el comentarista jure que no tuvo ánimo de molestar. Y, finalmente, reflexioné que en tu acción censora estabas imitando a ese otro escritor coruñés, no tan bueno como tú, que comenzó su carrera literaria de censor y la concluyó de Premio Nobel. Esa censura no me desalentó del todo: Solo me hizo ser más selectiva a la hora de intervenir, así que, en el fondo, tendría que agradecértela.

    Respecto a los escoceses, no sé si son tan vehementemente europeos o si únicamente quieren dar por saco a los ingleses. También hay que comprender a quien se quiere pirar de una U.E. que nació con ese vigoroso aliento de libertad, promotor del estado de bienestar y la justicia y que, a día de hoy, se ha convertido en un club de pijos que han machacado todo ideal, han dado un portazo a los refugiados, quieren echar a los griegos, nos llaman "pigs" a los países más pobretones, han demolido el estado del bienestar, han auspiciado leyes laborales asiáticas... ¿Sigo? Europa se ha convertido en un esperpento, sin nervio, sin inteligencia, sin corazón.

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    1. Bueno, respecto a lo primero, ya no me acuerdo cuál era la controversia. Sólo que no parábamos de lanzarnos retruécanos de medio renglón y yo creo que para eso está el Facebook y el Twitter. Por eso lo borré todo (incluyendo lo mío, te recuerdo). Aunque sea este un lugar de reflexiones a la carrera, al menos que sean reflexiones, como las que tú sueles enviar. Aquello fue algo más parecido a lo del cura ese que sube al púlpito y dice: "Amadísimos hermanos" y desde el fondo le contesta un feligrés: "agárramela con la mano".
      Desde luego que la UE es un poco desastre, pero yo creo que hay que quedarse dentro y pelear por cambiarla. Lo de los ingleses ha sido, como dice el amigo Groucho (el Coronel) un reflejo de una sociedad rancia y victoriana, empeñada en defender un imperio inexistente. También es cierto que yo, con el tema de los catalanes entre ceja y ceja, lo he seguido con un cierto prejuicio. Habrá tiempo de matizar.

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  2. Después de participar en el desfile, muchos encontramos dificultades para volver a casa. ¡Acababan de cerrar la línea 1 de Metro! ¿Cree que lo hicieron adrede para fastidiar a los LGTB? No creo que hubiera pasado nada por hacer el cierre el domingo por la noche. Gracias por tratar el tema con tanta naturalidad, no perteneciendo usted a nuestra comunidad. Su comentario en el último renglón es muy típicamente machista, pero se lo perdonamos por el sentido general de su texto. Saludos y a preparar bien el evento del año que viene.

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    1. Supongo que lo hicieron adrede, nada es casualidad en estas cosas. El año pasado fue el primero en que el desfile del Orgullo Gay salió de Atocha por el Paseo del Prado. Los desfilantes usaron mi calle, paralela al Prado, para vomitar, mear, cagar y echar toda clase de basuras y porquerías. Bueno, pues estuvieron al menos una semana sin limpiarse. Eso tampoco fue casualidad. Las grandes empresas en cuyas manos está la recogida de basuras, presionaban de esa forma al recién llegado equipo de Carmena por si se les ocurría anular o renegociar sus contratos. Las basuras son un gran negocio, como sabrá si ha visto la serie Los Soprano.
      Mi comentario final forma parte de esa naturalidad que usted destaca. Esa naturalidad no existiría si yo no pudiera hacer un pequeño chiste al respecto. Otro lector me ha dicho que yo vengo a sugerir que si alguno de mis hijos hubiera salido gay, yo no le consideraría tan majo, etc.
      Miren, yo veo a los GLTB como algo normal, asumido y muy característico de nuestro tiempo y de nuestra cultura. Y no me cuido al hablar de ellos, porque hay que ser muy idiota para considerarme sexista por esos pequeños detalles. Tampoco voy a dejar de llamar negros a los negros ni voy a usar jamás eso de los españoles/as.

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