lunes, 15 de julio de 2013

150. Despedido por tirarse pedos en el trabajo

Al cumplir 150 posts y recién superadas las 10.000 visitas al Blog, buscaba yo celebrar la doble conmemoración con un texto que resultase lo suficientemente representativo de las líneas maestras de este foro, y me encuentro con este asunto, que saltó a mis oídos ayer, desde la radio. En Mallorca habían despedido a un tipo por su contumacia en el hábito de soltar ventosidades durante su desempeño laboral. Me puse a buscar en Internet y encontré varias entradas en diversos medios, aunque la más detallada es la del diario Última Hora de la capital balear, que incluye una foto de espaldas del presunto pedorro, sosteniendo la hoja de su comunicación de despido. Échenle un vistazo a la noticia y continuamos.

No cabe duda de que estamos ante un hito más en la contribución de este Blog a un conocimiento enciclopédico sobre el pedo y sus derivaciones. Aquí se han analizado las virtualidades de los pedos del señor Draghi en el control de la prima de riesgo (posts #2 y #5), se ha hablado del pedo como forma de violencia de género (#33), se ha desarrollado una verdadera aproximación científica a este maloliente asunto (#52), se ha recuperado la figura de un tipo que hizo del tema un arte (#70) y se ha transcrito su referencia literaria más prestigiosa, la que hace el propio Cervantes en un pasaje inolvidable del Quijote, que precisamente fue seleccionado por mí para conmemorar el post #100. Ahora nos encontramos con la bufa (puesto que estamos en el ámbito levantino) como motivo de despido laboral.

No sé lo que opinarán al respecto los de Comisiones Obreras, pero yo creo que habría que revisarse muy detenidamente el Convenio, para ver si el texto recoge las bufas en el puesto de trabajo, como supuesto justificante de despido. Caso de que el hecho no esté expresamente recogido como tal en el texto suscrito, estaríamos ante un caso de despido improcedente. Es importante dilucidar si el despido es procedente o no, tanto para la determinación del finiquito, como por su incidencia en el currículum del afectado. Aunque, con las leyes laborales del señor Rajoy, es posible que ya todos los despidos sean procedentes. Tal vez la figura del despido improcedente se haya ido al sumidero de la historia junto con otros muchos conceptos de lo que solíamos considerar el Estado de Bienestar. 

Leyendo la noticia, comprobamos que el tipo admite que se tiraba pedos, eructaba, se sacaba los mocos de la nariz y se cortaba las uñas sobre el teclado del ordenador, que lo tenía que daba pena, oiga. Y después de semejante conducta, aun tiene la cara de sugerir que lo han echado porque le tenían manía por no haber dejado entrar al parking a un pariente del dueño. Es como aquel viejo chiste de postguerra del tartaja que le cuenta a un amigo por la calle que se va a presentar a un puesto de locutor de radio. Unos días después, el amigo se lo encuentra todo alicaído, porque no ha conseguido el trabajo. Preguntado por la razón de su fiasco, contesta: “P-p-p-pues, p-p-p-por lo de siempre. P-p-p-por rojo”.

Este peculiar vigilante de aparcamiento se defiende diciendo que las cosas que él hace, las hace todo el mundo. Desde luego que sí, pero también es cierto que todas ellas son conductas socialmente reprobables, como especificaba la resolución gubernativa del famoso caso de Goizueta (#33). Desconozco cuando empezó a considerarse el pedo como algo de mala educación. Entre la gente de la Edad de la Piedra, seguramente era algo normal, lo mismo que sucede con los animales. Si ustedes han tenido un perro o un gato, sabrán de qué les hablo. Es notorio que, en estos momentos, entre las tribus de salvajes de las selvas amazónicas la humilde y cotidiana costumbre de soltar una ventosidad no es algo que moleste a los indígenas. Se cuenta incluso que entre los yanomami, que viven en lo más profundo de las selvas venezolanas, tirarse un pedo no es signo de mala educación, sino al contrario. Los yanomami  utilizan el pedo como saludo. Si dos amigos se encuentran y uno de los dos no es capaz de expeler una ventosidad ambos deberán simular que el pedo si salió y comportarse como si tal.

En algunas culturas antiguas, los hechiceros utilizaban el sonido y olor de sus pedos para ahuyentar a los malos espíritus y como base para augurar el porvenir. Los egipcios tenían un dios pedo, cuya imagen representaban en la entrada de los baños públicos. ¿Fueron los griegos los primeros en demonizar esta sana costumbre? No lo sabemos. Pero está documentado que en la antigua Grecia los pedorros eran expulsados de la Academia y se llegó a prohibir el consumo de alubias entre sus miembros. Conocida es también la anécdota del emperador Claudio (el de la serie de TV Yo Claudio), quien, enterado de que un contertulio habitual de sus banquetes había estado a punto de morir por no contravenir la prohibición de tirarse pedos en su presencia, promulgó un edicto liberando a sus súbditos de tal prohibición.

Durante el Medievo, las costumbres se relajaron y se cuenta, por ejemplo, que en el siglo XV las prostitutas que querían cruzar el puente de Montluc, en el departamento francés de Loira, eran requeridas a tirarse un pedo como forma de peaje. A partir del Renacimiento, las bufas quedan confinadas en el presidio de las costumbres socialmente reprobadas, de donde no se han movido hasta la fecha. Últimamente, con motivo del calentamiento global, ya saben que se ha demostrado que el principal inductor del efecto invernadero es el metano procedente de las bufas de las vacas, a lo largo y ancho de la tierra. De acuerdo con los cálculos que se hacían en el post #52, el gas producido por los humanos alcanza volúmenes similares. Lo que pasa es que no contiene metano (Bueno, los pedos de algunas personas que he conocido, yo creo que sí que tenían metano y hasta puede que otros productos más tóxicos).

En fin. Aquí seguimos haciendo risas sobre asuntos en el fondo inocentes, para abstraernos de una situación política igualmente flatulenta, llena de ruidos y malos olores. El último ruido es el causado por la publicación de los SMS que se intercambiaban Rajoy y Bárcenas. Luis El Cabrón sigue dando carrete al material que atesora, en el que ya parece claro que se incluyen los recibíes, puntualmente clasificados y archivados. Tiene de amanuense a Pedrojota, que debe de estar disfrutando como un enano. ¿Cuánto resistirá el presidente? Nadie lo sabe.

De momento está haciendo lo de siempre. Nada. Seguir escondido. Y sacar a la palestra a Floriano a que haga otra vez el ridículo. Este singular portavoz, tal vez harto de que le digan eso de “agárramela con la mano”, se ha superado hoy con una declaración formal en pareado: “Al PP preocupa cero, lo que haga el ex tesorero”. ¡Olé sus cojones! Eso si es un pronunciamiento claro, en román paladino. Haría bien Rubalcaba en sumarse al octosílabo mixto: es cosa muy pertinente, que dimita el presidente. O este otro: ya que el presidente calla, al menos que hable Soraya.

Entre dimes y diretes, Blesa está ya en la calle, y Luis El Cabrón saldrá antes o después, a disfrutar del dinero que tiene en Suiza a buen recaudo. La misma mierda de siempre. The same old blues. Les dejo con J.J.Cale.




7 comentarios:

  1. En esto de las ventosidades le recuerdo a usted un querido amigo común que era un auténtico maestro del ramo. Los campings resultaban de lo mas agradable con su compañia...

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    1. Ciertamente un maestro. No diremos aquí su nombre por no avergonzarle. Seguro que sus pedos tenían metano.

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  2. Es increíble que haya gente tan cochina. Supongo que tiene que ver con la educación

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    1. Si, pero no le echemos la culpa a la educación en la escuela. Los temas fundamentales y básicos se aprenden en casa. Este tío no sé en dónde se habrá criado. Sólo le ha faltado cagarse entre los coches.

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  3. Es muy interesante y divertido este post, como siempre, pero a mí lo que me ha pegado una bofetada en la cara es la profesión -o categoría- del susodicho marrano. Resulta que este individuo trabajaba de "auxiliar de vigilante" ¡toma ya! ¿Existirá el "aprendiz de vigilante"? ¿En qué consistirá el trabajo de un vigilante?. Es que me cuesta trabajo creer que haya que hacer un cursillo para ser auxiliar de vigilante. ¡No me lo puedo creer!.
    Este país es realmente de coña. Un cursillo para "vigilar la barrera de entrada de los coches". Me creo que no falte mucho para pedir una licenciatura en física para iniciarse en el gremio de los vigilantes de parkings.
    Dicho esto, y en otro orden de cosas, quiero aclarar que la conversión de una tienda de campaña en un globo aerostáltico fue un trabajo colectivo, y de nadie en particular. No sé si me explico.
    Abrazos.

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    1. Tienes razón. En la vieja Gerencia de Urbanismo la vigilancia estaba en manos de una agencia privada de seguratas. En un momento dado se aprobó una ley que les exigía hacer un cursillo para que pudieran ejercer como agentes de seguridad. Entonces se descubrió que uno de ellos (el que era más amigo mío) apenas sabía leer y escribir. No pudo hacer el cursillo y se quedó de vigilante raso, lo que supuso que lo quitaron de la Gerencia y lo mandaron a hacer turnos de noche en obras.
      Ahora está jubilado. Es el mundo que viene. En Alemania, un fontanero que no tenga la papela del título no lo contrata nadie. Hay cursos de peluquero, de ayudante de veterinario, de manipulador de alimentos y de las cosas más peregrinas.
      En cuanto a lo último, supongo que fue una responsabilidad colectiva, pero ya sabes que cuando te colocan un sambenito, es difícil librarse de él. Yo no tengo la memoria del amigo Groucho y la verdad es que ya ni me acuerdo. Tengo el recuerdo de campings más recientes con mis hijos, con sensaciones olfativas indelebles.
      Un fuerte abrazo.

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