viernes, 26 de marzo de 2021

1.035. Por qué no voy a votar a Iglesias

Lo voy a explicar de una vez, a ver si algunos amigos y conocidos dejan de enviarme mensajes hablando de la generosidad de este señor al dejar su puesto de vicepresidente segundo para bajar a la arena y luchar a húmero partido contra las fuerzas del fascismo rampante. Es que lo tengo clarísimo. Lo tengo tan claro que no voy a votar a este caballero con coleta, como que tampoco voy a votar a la señora Ayuso, a quien mi amigo Mariano ha bautizado como La Cenacha. Pero en el caso de esta dama, no tengo que dar ninguna explicación, tendría que estar todo el rato diciendo valga la redundancia y cosas por el estilo, porque es de una obviedad aplastante. Por mí se podían ir ambos a la mierda; se podrían citar en la calle, decir eso de nos vemos abajo en cinco minutos. Y que arreglen sus diferencias a hostias, pero nos dejen en paz a los demás. 

El señor Iglesias tiene a su alrededor una cohorte de corifeos que, cada vez que se tira un pedo, proclaman a los cuatro vientos que huele a agua de rosas con sándalo. El otro día ya expliqué por qué no me había gustado el último paso dado por este señor. Y he de confesar que al principio me sentí inclinado a su favor: su discurso era que la izquierda estaba muy disgregada y así no iba a ser posible derrotar a la señora Ayuso. A renglón seguido tendía la mano a Errejón para ir en una candidatura conjunta. Muy bien, pensé, este señor ha aprendido por fin, ha hecho autocrítica y ha visto la forma correcta de actuar, más vale tarde que nunca. Pero enseguida vino el jarro de agua fría de la negativa de Más Madrid a ir con él de la mano. Lo que venía a revelar que no lo había consultado previamente con ellos. Así que MAAAAL. Está claro que este señor no tiene por costumbre hacer autocrítica, ni ha aprendido nada.

Ya les dije que, para hacer eso bien, tenía que haber llamado por teléfono a Errejón, quedar con él a tomar unas cañas, o en su defecto cocinarle unas empanadillas, forzarle a un abrazo fraterno, sellar ese acuerdo en un papel firmado por los dos y, sólo entonces, anunciarlo en la prensa. Así es como se hacen las cosas en el mundo civilizado y en el siglo XXI: de forma negociada y colaborativa. Así es como la señora Merkel enhebra cada vez la Grossen Koalition con el SPD, por ejemplo. Lo otro es muy burdo, es hacer un envite y esperar a ver cómo responde el contrario. Y además, todas las veces le sale mal, porque cualquier contrario con dos dedos de frente se mosquea y dice que no. Ya dije que esta es la forma en que planteó su órdago después de las elecciones de julio de 2019. Sin haber hablado previamente con Sánchez, filtró a la prensa sus condiciones para apoyar una coalición, entre ellas, que él sería el vicepresidente. Y Sánchez no lo aceptó, convocó nuevas elecciones y dijo a la prensa que la posibilidad de tener a Iglesias en el gobierno le producía insomnio profundo y otra serie de dolencias.

Lo que pasa es que de esas segundas elecciones salieron ambos trasquilados y eso forzó a Sánchez a promover el famoso abrazo y proclamar que ya no le olía mal la coleta ni su presencia le producía insomnio. Así fueron las cosas y parece que a más de uno se le han olvidado. Recuerden el genial chiste de El Roto que, bajo la imagen de ambos, decía algo así: parecía que se estaban abrazando, pero en realidad se aguantaban el uno al otro para no caerse. Así que este señor de luenga coleta, con su último movimiento y la mano tendida a Errejón, ha reproducido fielmente lo que hizo en julio de 2019 tendiéndole la mano entonces a Sánchez. Y con el mismo resultado: agua. Pero sus corifeos dijeron entonces: qué jugada más brillante, oyes, qué fino estratega; él se adelanta, hace su órdago y le pone al otro en un brete, porque si no acepta el reto queda de malo de la película. Ya ven lo que le importaba a Sánchez entonces quedar de malo, o a Errejón ahora.

Pero es que Iglesias fue el principal culpable de que la señora Carmena no revalidase su mandato y eso no se lo voy a perdonar nunca. Sus corifeos suelen hablar de este tema en clave de reparto de responsabilidades: lo que es lamentable es la división de la izquierda, es que lo que pasó fue nefasto y las dos partes tuvieron su parte de culpa. NIEGO LA MAYOR. En cualquier pelea, se suele decir eso, seguido del refrán de que dos no se pegan si uno no quiere. Pero yo nunca he sido de esa opinión: para mí, en cualquier pelea, tiene más delito el que la empieza. Lo tengo bien claro. Por cierto: otra que dicen los corifeos de Iglesias: es que lo del acuerdo Errejón-Carmena se hizo por detrás, a traición, y eso no se hace. Mi respuesta: ¡y una mierda! Ya he dicho que pienso que, no sólo no es una traición, sino que así es como se hacen las cosas en política. Se habla, se negocia, se sella un acuerdo y sólo entonces se anuncia públicamente. Así es como lo han hecho, por ejemplo Ciudadanos y PSOE en Murcia, otra cosa es que les haya salido mal.

Creo que voy a tener que contar otra vez como fue esto de Carmena, aunque hice una crónica fiel, prácticamente en directo, día a día, porque estaba en Más Madrid, di dinero para su campaña, iba a sus mítines y me puse su pancarta con el rostro de ambos en el peto de la terraza. Les recuerdo también que en el congreso de C40 en Oslo un mes antes de las elecciones, al CEO de C40, Mark Watts, que había bebido más de la cuenta, se le escapó una confidencia a la delegación de Madrid: la señora Carmena encabezaba las quinielas para ser la nueva presidenta del grupo, sucediendo a la señora Hidalgo. La propia señora Hidalgo era quien la patrocinaba como su sucesora. Sólo faltaba que fuera reelegida. Si eso llega a suceder, mi papel en el Ayuntamiento se hubiera revalorizado un montón, hasta el punto de que podría haber optado a un puesto de confianza, uno de esos en los que no te cesan al cumplir 70. El cuento de la lechera. Por eso le tengo tanta manía al señor de la coleta. Me olvidaría de ello, si le viera rectificar y cambiar de rutina, pero no lo veo por ninguna parte. En fin, como he dicho, lo voy a tener que contar de nuevo.

Todo esto empezó con la ocupación de la Puerta del Sol por el movimiento de los indignados del 15M. A mí ese movimiento me cayó simpático desde el principio, y no es que lo diga ahora, sino que me acercaba por allí con mucha frecuencia, ya saben que vivo cerca y me resultaba un lugar grato para pasar un rato y hablar con algunos de los acampados. Además, fue un tipo de ocupación de vía pública que se hizo por primera vez en Madrid, y luego se extendió por todo el mundo (recuerden el Occupy Wall Street, o su reflejo en las primaveras árabes). El movimiento de los indignados puso a Madrid en el mapa, a la vanguardia de las ciudades del mundo. Pero se acabó el tema, se levantó el campamento y yo no continué en contacto con la gente del movimiento. Tenía por entonces otras inquietudes, me estaba tratando de reconstruir en el trabajo, empecé este blog. Y la verdad es que no me enteré de que se creaba un partido a partir de aquella antorcha, y que se bautizaba como Podemos, un nombre que me parece horroroso y que se presta a toda la serie de retruécanos chuscos que ya les he traído al blog y no voy a repetir.

Así que, cuando las elecciones europeas de mayo de 2014, me pilló por sorpresa la irrupción de Podemos con más de un 7% de los votos y cinco parlamentarios europeos. Algunos compañeros del curre llegaron ese día eufóricos, al grito de ¡Ya hemos podido! A mí me pilló en la inopia, como digo. Y llegan entonces las elecciones municipales de mayo de 2015. Les recuerdo que por entonces, estaba yo harto del trabajo municipal, después de tres años de gobierno de Mrs. Bottle y estaba considerando seriamente la posibilidad de jubilarme a los 65, para lo que ya tenía los papeles preparados. Entonces ganó Carmena, una sorpresa enorme para mí, una alegría de echar por fin al PP después de 26 años de gobierno y la dicha de que por primera vez en mi vida, alguien a quien yo había votado ganaba unas elecciones. Se celebró debidamente en el blog y yo rompí los papeles de la jubilación, con la vaga intuición de que la nueva época prometía ser divertida.

No imaginaba entonces que lo sería tanto. Ya saben que entre unos cuantos organizamos una Dirección General de Planificación Estratégica, algo que no había tenido nunca el Ayuntamiento de Madrid, nos conectamos a C40, Metrópolis y otras redes de ciudades y construimos algo tan sólido que el nuevo gobierno de la derecha lo mantiene e incluso lo ha reforzado. Pero volvamos al momento previo a las elecciones de 2019. Iglesias había machacado a Errejón en el Congreso de Podemos en Vista Alegre. Y Errejón aceptó su derrota con espíritu deportivo y siguió trabajando para el partido. Entonces Iglesias lo propuso como candidato a la Comunidad. Sus corifeos alabaron de nuevo su generosidad, oyes, un tipo que había osado poner en cuestión su liderazgo y, no sólo no lo echa del partido a patadas, sino que lo propone como candidato a Madrid. A mí que me perdonen, pero de nuevo NIEGO LA MAYOR. Poner a Errejón en Madrid era una forma de quitárselo de en medio. Recuerden cuando Verstrynge, que era el secretario general de Alianza Popular, propuso que Fraga fuera el candidato a la Alcaldía de Madrid. Por cierto, otro ejemplo de esa forma de actuar equivocada, casposa y antigua: no se lo había dicho a Fraga, lo dijo directamente a la prensa. Y el líder reaccionó desterrándolo a las tinieblas del infierno político, de donde nunca volvió a salir, a pesar de pasarse años llamando a la puerta del PSOE, donde le daban siempre con la puerta en las narices.

Vale, ya tenemos a Errejón de candidato. En el Ayuntamiento estaba claro que Carmena era la candidata, ella había tenido sus dudas pero ya estaba decidida y tenía unas perspectivas de ganar muy sólidas. Y qué fue lo que pasó. Pues me sorprende mucho que se les haya olvidado, lo conté en el blog con pelos y señales. Iglesias impuso como líder de Podemos-Madrid al General-De-Mierda (por cierto, que habrá sido de ese sujeto que siempre parecía a medio descongelar). Y la señora Carmena inició con él, lógicamente, la confección de las listas electorales. Era una negociación que iba bien. Carmena sería la número 1 y había aceptado ya que el General-De-Mierda figurara en el número 2. Después, se iría rellenando la lista con nombres contrapeados, como se suelen poner los ladrillos. Pero en una de esas, nos desayunamos un día con una lista provisional en toda la prensa, en la que el General-De-Mierda aparecía seguido de una serie de nombres de la ejecutiva y otros buscados por ahí con una linterna como hacía Diógenes, mientras que todo el equipo de Carmena salía al final de la lista, en los puestos que no pillan escaño. Allí abajo estaban Rita Maestre, José Manuel Calvo, Marta Higuera y otros tres. Resultado: ese mismo día los seis concejales indicados pidieron la baja en Podemos.

Ahora les pregunto: ¿creen ustedes que el General-De-Mierda tenía el suficiente poder, empaque y personalidad como para hacer esa jugada por iniciativa propia, por su cuenta y riesgo? La respuesta es facilita, no me digan… No, señor. Detrás de esa jugada estaba Iglesias, lleva su marchamo. A partir de ahí, salió una lista alternativa de la izquierda liderada por Sánchez Mato, con Romy Arce y demás críticos que le habían estado dando el coñazo a Carmena toda la legislatura, hasta que los marginó. Y, en cuanto a la Comunidad, Iglesias le estaba haciendo la lista a Errejón y no le dejaba meter baza e incluir a nadie de su confianza. Y eso fue lo que propició el pacto de las empanadillas. Lo demás, ya lo saben. El día de cierre de las elecciones, todos los líderes nacionales cerraron sus campañas con un acto fastuoso en Madrid. Todos, menos Iglesias, que se fue a Tenerife y encima en el aeropuerto habló brevemente para la prensa, apoyando a Sánchez Mato.

El resultado: a Carmena le faltaron 100.000 votos. 40.000 de ellos se los llevó Sánchez Mato. 40.000 directamente a la basura. El resto del fiasco cabe atribuirlo a partes iguales a la debilidad del PSOE (la ocurrencia Pepu) y a la abstención de los distritos del sur, hartos de no ver una sola obra en sus calles, mientras se promocionaba la reforma de la Gran Vía y la Plaza de España. Todas en el centro. Así que, aquí no hay responsabilidad compartida entre las dos partes. Aquí hay una parte que la cagó y arrastró a la otra a la derrota. Eso es lo que yo pienso: que Iglesias ha cometido el mismo error tres veces: con Sánchez, con Carmena y ahora de nuevo con Errejón. Yo sigo en contacto con Más Madrid, tengo muchos amigos allí y, cuando les cuento mi versión del asunto, es decir, esto que acabo de escribir, todos me dicen: es que lo clavas, tío, eso es exactamente lo que sucedió. Y, desde luego, es mi primera opción de voto. A menos que alguien me convenza de que el voto al sieso Gabilondo es más útil para echar a La Cenacha. Pero veo difícil que nadie me convenza de eso.

Pero queda algo por añadir. ¿Por qué actúa Iglesias de esta forma? Estamos en el siglo XXI, todos los políticos del mundo han descubierto el poder de la negociación, de los consensos y del trabajo colaborativo. Esa forma de actuar mediante órdagos a ver que hace el otro, es antigua, es casposa, es medieval. Y yo tengo una interpretación. Mía personal y exclusiva, esta no la tienen que compartir. Yo creo que este señor está abducido por la serie Juego de Tronos. Recuerden que le regaló una caja con todas las temporadas al rey Felipe la primera vez que le tocó saludarlo. A mí me pareció entonces un detalle simpático. El problema es que este señor se ha creído que esa forma de actuar mola. Porque además, todos los corifeos se la alaban, nadie le dice Pablo la estás cagando. Y alguno que se lo ha dicho, como Espinar, ha salido tarifando. Yo no he visto la serie de marras, sólo capítulos sueltos y me resulta de una crueldad insufrible, todo el rato están con torturas, asesinatos y cortes de cabeza. Es una historia imaginaria que magnifica la versión más horrenda de la Edad Media. Hay que ser un enfermo mental para tomártela como guía política.

Muy bien, ya he dicho todo lo que tenía que decir de las elecciones. Ahora déjenme en paz con mis cosas y no me vuelvan a hablar del tema. Joder, con esta mierda no me queda casi margen para contarles que ya me han pagado mi primera pensión, que esta mañana me he recorrido todo Madrid Río con un grupo de once chavales (los ocho del máster, un amigo mío y dos novios de dos de las chicas), excursión que hemos iniciado a las 10.00 en Príncipe Pío (mientras apuñalaban allí mismo a una indigente en un bus) y hemos terminado en el Matadero a las 13.30 con un doble de cerveza de presión que nos ha sabido a gloria. Que el Dépor se juega este domingo la posibilidad de entrar en el Play Off. Que Bryan Gil, el chico del olfato de gol que les descubrí antes que nadie, debutó ayer con la Selección Nacional y todos los cronistas coinciden en que fue el mejor. Que Samantha Fish inició ayer su gira por el estado de Texas con dos conciertos en San Antonio, esta noche toca en Fort Worth, mañana en Austin y pasado mañana domingo da dos conciertos más en Houston, donde ha concedido una entrevista al Houston Press en la que habla por primera vez del disco que va a publicar. Les muestro aquí una valla publicitaria típicamente americana donde se anuncia el concierto en el Billy Bob's de Fort Worth. 

Dice Sam que el disco que acaba de grabar vira un poco a pop, aunque ella siempre llevará el blues en su alma. Y añade: –uno de mis guitarristas favoritos es Keith Richards y los Stones hacían pop ¿no? En fin, ella tiene que seguir evolucionando y se ha ganado el derecho a hacer lo que le dé la gana. Y yo le deseo toda la suerte del mundo con ese disco. Por cierto, han visto que dentro de unos días actuará en el mismo lugar Hank Williams jr. Se trata del hijo del mítico Hank Williams. ¿Cómo dicen? ¿Que no saben quién es Hank Williams? Desde luego, es que a ustedes no se les queda nada de lo que yo les voy contando. Les he tenido que repetir la historia de los tres errores de Iglesias, que ya se les había olvidado. Y anda que no les he puesto veces el fabuloso tema Lovesick Blues, el Blues del Enfermo de Amor. Vale, se lo pongo otra vez. Sean felices y cuídense, que viene un fin de semana primaveral. Con decirles que yo me he quemado el cartón después de toda la mañana en Madrid Río... Me he tenido que dar aftersun y todo. Hala, con Dios.

4 comentarios:

  1. Gracias por darnos esta versión, observada desde dentro y muy auténtica por eso. Se ha quedado usted a gusto. A mí me gustaría contrastarla con la explicación que den desde el otro lado, que algo tendrán que decir tambien. Pero comprendo que usted no puede ser más imparcial, puesto que es un tema que le tocaba directamente, como nos ha revelado.
    Su memoria es admirable en todo caso, y a mí me ha ayudado a ir definiendo mi voto. Aunque sea sólo por eso, gracias de nuevo.

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    1. Gracias a usted por su comentario. La explicación que dan desde el otro lado, la tiene usted en el comentario de mi otro lector, el de más abajo. Esos son sus argumentos.
      Mi memoria hace aguas, pero lo escribí todo en el blog y ahí se conserva a disposición de cualquier relectura.
      Saludos cordiales.

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  2. Gracias por su explicación. Ha disipado mis dudas, votaré a Podemos.

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    1. Yo también le agradezco su comentario, así los lectores pueden confrontar mi explicación con su sólida reflexión, tan bien argumentada. Tal vez podría haber redondeado su texto añadiendo aquello de ¡Vivan las caenas! No pasa nada, tiene que haber gente para todo, Sánchez Mato sacó 40.000 votos. Lo único, si me lo permite, no diga mentirillas: usted no tenía ninguna duda previa sobre su voto que se le haya podido disipar al leer mi post. La verdad es que no sé por qué los políticos no nos ahorran las campañas electorales, son un coñazo y no sirven para nada: casi todos sabemos ya lo que vamos a votar.
      Saludos.

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