lunes, 2 de febrero de 2015

338. El futuro ha empezado

Bueno, qué cosa tan maravillosa la que me ha tocado vivir este fin de semana, qué privilegio ser testigo de uno de esos momentos en que cambia el signo de la historia, en que las previsiones más negras de los agoreros se revelan infundadas y llegan los vientos del cambio. Qué gusto aplaudir al hombre que con su fe y su valentía ha sabido aglutinar los esfuerzos de toda una colectividad que las ha pasado canutas, que ha aguantado carros y carretas, hasta que ha llegado él, con su pequeño equipo de colaboradores, para dar un paso al frente y mostrarnos el camino por donde ahora marcharemos todos al unísono, guiados por su bandera enhiesta, hasta cumplir los objetivos que nos propusimos hace más o menos un año.

¿Cómo? ¿Qué dicen? ¿La marcha de Podemos? ¿Los cientos de miles en la Puerta del Sol? No, no. Yo hablaba de la victoria del Dépor el viernes en Vallecas. ¡Por favor! Eso es mucho más trascendental, inesperado y hasta milagroso. Ahora ya podemos empezar a soñar. ¿Que si estoy de broma? ¿Que soy un cachondo? No, hombre. Hablo completamente en serio. Bueno, la verdad es que, un poco de coña sí que estoy, no se lo tomen a mal. Y, ya que les he vacilado, hablaremos de las dos cosas. El viernes vi entero el partido del milagro en un bar de Vallecas. Y, aunque no se lo crean, el Depor ganó por 1-2 al Rayo Vallecano. Puede que esto sea flor de un día. Que haya sonado la flauta por casualidad, como en la fábula del burro. Pero, de momento, déjennos disfrutar del instante de gloria. Por cierto, en Galicia hay una versión local de la fábula citada: unha mosca colleu meu can, non colle outra en todo o verán.

Hasta ahora, el equipo sólo había marcado cuatro goles fuera de casa. El último, en octubre. No ganaban fuera desde septiembre. La última vez que metieron dos goles fuera de casa fue el 4 de mayo, en Segunda División, contra el Lugo. Así que lo del otro día fue un verdadero acontecimiento. Bien es cierto que metieron un gol de churro y otro de penalti, y que, si los del Rayo no llegan a jugar tan mal, nos podían haber caído cuatro. Pero el resultado es lo que vale. Nuestro objetivo para este año es dejar al final tres equipos detrás de nosotros. Pues en este momento, por primera vez en la temporada, tenemos detrás a seis. El fútbol patrio es hoy un erial con dos gallos (Madrí y Barça), un aspirante (el Aleti) y tres equipos decentes (Valencia, Sevilla y Villarreal). Los demás son todos muy malos y pelean por huir de los tres puestos que condenan a bajar a Segunda División, categoría donde militan Betis, Osasuna, Valladolid, Mallorca y otros equipos de ilustre pasado y mejor plantilla que muchos de Primera. Dicen en Coruña que, si no bajamos este año ni el que viene, habrá pasado lo peor, el equipo empezará a recapitalizarse y podrá fichar mejores jugadores. Por ahora, hay que tirar con lo que hay.

En el bar de Vallecas me mostré comedido y no celebré mucho los goles, no fueran a sacarme a la acera a bofetadas. Los parroquianos se desesperaban con la impotencia de sus jugadores, incapaces de superar a un equipo tan malo como el Dépor. –A ver, hombre–, se enervaba un tipo de nariz colorada y tinto en mano: –el Tito ese, si no sabe centrar, para qué sube a la línea de fondo. Que haga otra jugada, coño. Si llega al fondo y rifa el centro, no sirve para nada. Era público mayor, educado, obrero. En ningún momento fueron irrespetuosos con el contrario, ni se cagaron en la madre del árbitro, ni nada. Gente como yo, que bajamos al bar porque somos objetores del fútbol de pago en la tele, después de toda una vida viéndolo gratis en casa.

Vale, ya voy con la marcha del sábado. He de confesar que estaba apuntado a una excursión senderista por la sierra de Madrid que, a última hora, se canceló por la amenaza de nieve y viento. Ante eso, me quedé sin plan y decidí darme una vuelta por la Puerta del Sol, para pulsar el ambiente. Como ya he dicho en alguna ocasión, me gusta la masa y el mogollón, me siento bien en medio de una multitud que avanza cantando lemas, celebra un gol en un estadio o saluda la salida al escenario de su estrella favorita de rock. Además, creo que ya va siendo hora de que la gente deje de agachar la testuz, como mansos bueyes, y embistan un poco como toros. Al pueblo se le están calzando unas medidas que son difíciles de soportar, hay gente pasándolo muy mal, nuestros hijos tienen que emigrar y, con esta línea política, no vamos a ninguna parte. El sistema está agotado y hay que renovarlo.

¿Que Pablo Iglesias y su gente no están capacitados para ello y nos llevan a la ruina? Puede, pero habrá que verlo. Yo creo que, en esto, hay que ir también partido a partido. Primero, observemos con atención lo que hace SYRYZA. De momento, han dicho que no reconocen como interlocutor a la Troika, y en Bruselas ya se están planteando si no tendrán razón. En mayo, para nuestras elecciones locales, ya tendremos una referencia. Ya he dicho que yo estaría encantado de que, al menos, ganaran en Madrid ciudad, por la cuenta que me trae. Y luego, a trabajar. Si se constata que nos hemos equivocado, pues en las generales ya no les votamos. Así de sencillo. ¿No era esto una democracia? Pues habrá que votar y contar los votos, para ver quién debe gobernar en cada administración.

En la marcha del sábado había mucha gente que no tiene todavía decidido su voto y tampoco creen que Pablo Iglesias vaya a ser como los Reyes Magos y lo arregle todo. Estaban allí sólo para mostrar su descontento con el Gobierno de Rajoy, la nulidad del PSOE, el empeño de Izquierda Unida por seguir el consejo de Bart Simpson de multiplicarse por cero, la vergüenza de las tarjetas black, los desahucios de viviendas de la EMV malvendidas a fondos buitres, la estafa de las preferentes vendidas a ciudadanos que firmaban con la huella de su dedo, los papeles de Bárcenas, los EREs de Andalucía y todo lo demás. La gente venía de toda España, se habían organizado y financiado sus autobuses, habían dormido en casas que pusieron a su disposición otros ciudadanos de a pié como ellos y allí estaban, pasando un frío de pelotas y gritando sus lemas.

Algunos de estos lemas ya los conocía: Rajoy y Cospedal/a Soto del Real, no hay pan/pa' tanto chorizo, Mariano, cariño/colócame a mi niño, luego diréis/que somos cinco o seis, o el que se gritaba al piloto del helicóptero que nos vigilaba: no nos mires/tiraté. Pero había otros nuevos, improvisados para la ocasión: Rajoy te has jodido/no nos ha llovido, Montoro, Mariano/os queda un verano. Y alguno más imaginativo: Rajoy, mamón, deja la tijera/que en vez de presidente, pareces peluquera. También había pancartas artesanales con lemas poéticos: ladran, luego caminamos. La que más me gustó era una que solamente decía CORRUPTOS LADRONES. No hacía falta decir quiénes eran ni por qué se les tildaba de tales. Puro conceptualismo.

Para los que no hayan estado presentes, abajo les pongo una serie de fotos que tomó una amiga mía. Para que vean la pinta del personal. Yo no veo en esa multitud gente radical o antisistema. Veo paisanos tranquilos, educados, esperanzados. Como los que vieron el partido del Rayo conmigo. Mucha gente rural, con sus zamarras bien forradas de borrego para el frío. Familias completas, niños, abuelos, bebés en carritos, chicas muy monas con el inevitable arete en una aleta de la nariz. Mucha orquestilla, mucha batucada, algún gaiteiro gallego. Fui un rato detrás del típico trío de charamita, tambor y bombo. Todo el rato tocaban la murga más conocida, a la que a veces ponían el proverbial estribillo: que se vayan, se vayan, se vayan/que se vayan de una puta vez/que se vayan, se vayan, se vayan/que se vayan para no volver. Pues ese es el mensaje principal de la marcha. Que se vayan los del PPSOIU, que ya sabemos que no nos gustan. Y, si los que vengan después no lo hacen bien, dentro de un tiempo saldremos a la calle a cantarles lo mismo.

El mundo requiere un cambio más amplio y los de Podemos habrán de demostrar que están a la altura del reto. Les recomiendo que lean la última entrega del blog de Federico Mayor Zaragoza, ex director de la UNESCO, que pueden consultar AQUÍ. Toda una declaración de principios. No me irán a decir ahora que este señor es un coletudo antisistema. En la misma línea escuché el otro día a Antonio Garrigues Walker, en un acto que ya les cuento en otro post. Les dejo con las fotos. Duerman bien, si es que les deja su conciencia.










2 comentarios:

  1. Te facilito otra versión para tu archivo: "Meu can cazou unha mosca e pra unha mosca que cazou chámanlle cazamoscas". Era lo que decía mi padre, muy sarcástico él, cuando hacía yo algo de mérito que, efectivamente, ocurría en muy pocas ocasiones.
    En el recuerdo, un abrazo, Alfred

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    1. Querido Alfred, en esta fechas señaladas me gusta seguir conectado contigo. El refrán que tú dices es de diferente significado y tiene equivalente castellano: por un perro que maté, mataperros me llamaron. Ya sabes que los castellanos son más brutos que nosotros.
      Por otro lado, el tuyo es un refrán contrastado, mientras que lo que yo cuento es más una ocurrencia de alguien, escuchada por ahí y rápidamente celebrada por la concurrencia con risotadas y exclamaciones de arre carallo.

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