sábado, 16 de agosto de 2014

274. Reiniciando

Aquí me tienen de nuevo después de doce días alejado del mundanal ruido, dedicado a las relajantes tareas de caminar por los bosques transilvanos, visitar viejos monasterios perdidos en recónditas montañas de los Cárpatos y descansar de este mundo convulso en el que hay varios conflictos en plena ebullición: Gaza, Irak, Ucrania. Por no hablar del avance del ébola y otras catástrofes que nos acechan. En el grupo con el que he viajado, había tres elementos convencidos de que la humanidad se extinguirá inexorablemente en 500 años. No estoy seguro de que fuera ésta la cifra que dijeron. Lo que sí recuerdo es el comentario por lo bajo de una colega sevillana: “Estos tres están ya extinguíos de antemano”.

Lo curioso de esta época en que vivimos es que uno puede pasarse todo el día en un entorno bucólico y forestal, sintiéndose un explorador del XIX en íntimo contacto con la naturaleza, o un estudioso de los pueblos primitivos como el que se retrata en el divertido y muy recomendable libro El antropólogo inocente de Nigel Barley (Anagrama, 1989), pero por la noche regresa a su hotel y se conecta. Es algo inevitable. Hoy hasta la pensión más cutre tiene WiFi y recibe la señal de uno de los numerosos satélites que surcan el cosmos. Una señal que te permite conocer en tiempo real que se ha muerto Lauren Bacall, comprobar si Casillas ha hecho un buen partido en la Supercopa de Europa o sigue todavía como un flan, o incluso enterarte de qué tal ha dormido el Rey Padre, aunque de este último ya no interesa mucho saber si está de picos pardos por Namibia o cazando osos en Rumanía.

De Rumanía precisamente les hablaré en sucesivos posts, una vez regresado a Madrid en pleno ferragosto y con las pilas cargadas para incorporarme al trabajo el lunes, día 18 (ya está vencido el verano), en lo que será mi penúltimo otoño de ciudadano útil, tal como les vengo contando. Un otoño que se presenta calentito, como saben. El 18 de septiembre se celebra el referéndum en Escocia, en el que sería crucial que perdieran los independentistas. Ya les he explicado mi teoría de que ésa sí es una consulta legal, y también el curioso hecho de que fue David Cameron quien vetó que se incluyera una tercera alternativa: la de una federación, que es lo que quería el Partido Nacional Escocés, y la solución más lógica y justa, tanto para los británicos, como para España, siempre en mi modesta opinión. En ese sentido se pronuncia el manifiesto Let’s stay together firmado por más de 200 artistas e intelectuales ingleses encabezados por el mismísimo Mick Jagger, que pueden consultar AQUÍ.

Como ganen los separatistas escoceses, no va a haber forma de contener a los catalanes. El tema catalán ha dado un vuelco imprevisto con la confesión de Pujol de que llevaba 20 años llevándoselo crudo a dos manos. Tengo que admitir que me llevé una sorpresa mayúscula. Ahora mucha gente dice que ya lo sabía, pero yo no tenía ni idea. Era lo último que hubiera podido imaginar. Si en Artur Mas siempre he visto a alguien con la cara, el ademán y el discurso de un botarate, Jordi Pujol era para mí todo un personaje: peculiar, muy catalán, brillante, incansable y gran comunicador. Una figura política de primer orden y una referencia ética. Debe de haber sido muy duro para los catalanes descubrir que el dirigente más destacado de su corta y pomposa historia es un simple estafador. La deriva secesionista ha llegado ya muy lejos, ante la pasividad del señor Rajoy, y es posible que el asunto Pujol no tenga la virtud de desactivarla, pero yo siempre he confiado en el seny del pueblo catalán, donde tengo buenos amigos. Hablaré de este espinoso asunto en algún post próximo.

Otro tema que dará que hablar este otoño es el de la designación de candidatos a la alcaldía de Madrid. Desconozco qué será lo que haga el PP. La señora Botella sueña, según dicen, con ser nominada, para quitarse una de las lacras que la afligen: la de no haber sido elegida para el cargo por los madrileños. Si gana ya no le podrían seguir diciendo lo mismo. Pero en el partido tienen serias dudas de que vaya a ganar. Aunque ha revertido la situación económica del Ayuntamiento reduciendo gastos de todas las formas posibles, en el imaginario popular eso no se aprecia y palidece frente a sus meteduras de pata ante el micrófono, debidamente magnificadas por los media. Veremos. En el Ayuntamiento de Madrid, la derecha lleva mandando desde 1988, 26 años. Dos de Rodríguez Sahagún, doce de Manzano, nueve de Gallardón, tres de Botella. Se dice rápido.

¿Cómo es posible que se haya llegado a esta situación de predominancia tan absoluta? La respuesta es clara: por el desistimiento de la izquierda. El PP lleva 26 años ganando la contienda de Madrid por incomparecencia del contrario. El PSOE ha puesto en liza unas candidaturas tan mediocres, que no han sido capaces de ilusionar al electorado. Veremos también a quién lanzan ahora al ruedo. Como vengan con Lisavetzky, tenemos el fracaso garantizado. He dicho en algún post que este señor no es mucho más esclarecido que la señora a la que se ha de enfrentar en cada pleno, aunque él crea lo contrario. Una de mis exageraciones, por supuesto. Pero mis exageraciones parten siempre de percepciones reales. El otro candidato, Carmona, me da mejor feeling, aunque sólo lo conozco de tertuliano televisivo.

En cuanto a la Izquierda Desunida, a nivel local es una jaula de grillos infumable, a la que nunca perdonaré que haya provocado la salida de sus filas de Inés Sabanés, persona válida y brillante, ahora en las filas de Equo. Si esta serie de grupúsculos se unieran con Podemos y otros, constituirían una alternativa real de poder y arrastrarían muchos votos. En caso contrario, la abstención se extenderá entre las filas de la izquierda y volverán a ganar los de siempre, porque sus votantes no se abstienen nunca. Y además, esta vez tienen la opción B, la de apoyarse en los upeydeiros, que están deseando tocar pelo y pillar poder. En último caso, un gobierno de coalición sería mejor para la ciudad que una nueva mayoría absoluta. En fin, de lo que vaya saliendo hablaremos en este foro, con la discreción debida.

La ciudad está este año despoblada, como en los mejores agostos de la era de las vacas gordas. ¿Será que nos estamos recuperando de verdad, como dice Rajoy? Lo cierto es que yo no veo esa recuperación. Lo que veo es que las condiciones laborales, el tipo de contratos y las facilidades para el despido han empeorado hasta niveles impensables. Tal vez se ha empezado ya a crear empleo, pero es un empleo mayoritariamente de baja calidad, en unas condiciones de temporalidad y precariedad que impiden el repunte del consumo. Nunca es malo que se cree empleo, pero tenemos un largo camino hasta que se empiece a crear empleo de calidad y eso permita a la gente joven prosperar, a los universitarios quedarse, a las parejas plantearse tener algún hijo. Alguien pronosticó que la crisis duraría diez años y sólo llevamos siete.

Esta mañana he salido temprano a correr por el Retiro. Llevaba más de seis meses sin entrenar, debido a unas molestias en la espalda que no se me han quitado del todo con el descanso. Veremos también aquí por dónde evoluciona la situación. Puntualmente les iré dando noticia de lo que se vaya suscitando. En estos primeros quince días de agosto, el número de visitas al blog ha caído en picado, por falta de nuevos posts y porque les imagino a muchos de ustedes panza arriba en la playa. Bueno, yo seguiré cargando mis textos mientras se me sigan ocurriendo cosas. Ustedes hagan lo que quieran. Pero manteniendo el ánimo. Que nadie pueda decirles que están extinguíos de antemano. Vienen tiempos prodigiosos. No hay que perdérselos.


5 comentarios:

  1. Dice usted que mantengamos el ánimo, pero el contexto es para desanimar a cualquiera. Nos guste o no, todo está conectado. El conflicto de Ucrania, que usted pronosticó allá por diciembre, es un factor de riesgo importante. Las sanciones a Rusia se vuelven contra nosotros, como se ha visto en el conflicto de la fruta. Viene el invierno y todos dependemos del gas ruso, entre otros motivos, porque la esclerótica y miope población de la vieja Europa rechaza la energía nuclear, que nos podría liberar de la dependencia de Rusia. Putin es muy listo y aprieta y afloja sucesivamente para mantener las riendas de la situación bien sujetas. Europa había empezado a recuperarse pero estos conflictos han vuelto a ralentizar el crecimiento. Y España depende de que Europa vaya bien para consolidar ese hilo de vida que parece mantenerla y que Rajoy confunde con una prosperidad futura que nadie más que él vislumbra.
    Además, el conflicto de Gaza está cada vez peor, y los yihadistas de Irak han suministrado a Obama la excusa perfecta para que el negocio armamentístico no decaiga.
    Yo no veo como mantener el ánimo. ¿Usted sí?

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    1. Lo de animarse o desanimarse es una opción personal de cada uno. A mí también me entran a veces ganas de tirarme al suelo a llorar y patalear como un niño. Pero éste es un foro público en el que su autor, que soy yo, se ha autoimpuesto la obligación de ser positivo, entre otros motivos, por ser original, en un mundo plagado de cenizos y agoreros, como los tres "extinguíos" de los que hablo en este post.
      Coincido en general con sus comentarios, con dos excepciones. UNO. Las centrales nucleares son un ejemplo extremo de lo que en los medios urbanísticos norteamericanos se conoce como NIMBY (Not in my backyard), es decir, usos o actividades que la gente estima necesarias, pero que de ninguna manera quiereque se los pongan justo enfrente o detrás de su casa (como los cementerios o las estaciones depuradoras). Usted parece ser partidario de la energía nuclear (yo no), pero estoy seguro de que no querría que le plantificasen una central en muchos kilómetros a la redonda de su domicilio. Lo que produce los conflictos en el mundo es la desigualdad y la injusticia. Si se generalizara el uso de la energía nuclear, los desheredados del mundo encontrarían otras formas de presionar a los países más opulentos, con incómodas reivindicaciones.
      DOS. Por la fecha de su comentario entiendo que su explicación velada sobre la nueva intervención yanqui en Irak, fundamentándola en motivos oscuros relacionados con el mercado de armamento, es anterior al vídeo en que se ve cómo decapitan a un fotógrafo de prensa. Supongo que, tras ese horror, su opinión ya no será la misma. Le concedo la presunción de humanidad.

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    2. Touché. Me disculpo por mi insinuación maliciosa sobre los americanos, al final de mi comentario anterior. Y me reafirmo en verlo todo bastante negro. Más aun con el vídeo que me cita. No me lo he podido sacar de la cabeza en mis dos últimas noches de insomnio.

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    3. Mi visión, desde joven hipermétrope, puede que sea ahora, por cuestiones de edad, además présbita y borrosa por las cataratas. Con esto quiero decir que mi punto de vista puede estar errado, pero no coincide con el que ve las centrales nucleares como solución.
      Además de la razón expuesta por Emilio, yo pienso en otras:
      La energía producida por las centrales nucleares puede ser barata si no se cuentan otros costes que no son los directos de amortización y producción. Hay muchos costes que son externos y los pagan otros y en muchos casos todos. Costes que crean los residuos, su almacenamiento, seguridad y su manipulación futura, la contaminación, la previsión de gastos no evaluables a los que puede dar lugar un accidente. Hay más, no soy exhaustivo,
      Cuando algo es muy barato siempre hay alguien que lo paga. Pasa con las zapatillas que hacen los orientales con vidas en la miseria y parece que está pasando con los Citroen que hacen mis paisanos de Vigo, que pueden competir en costes con los que se hacen otras fábricas europeas y exportarse más ahora que los derechos laborales se reducen en España. El abaratamiento por eficacia sí. Es abaratamiento a costa de otros no.
      Soy racionalmente partidario de la energía nuclear para usos pacíficos, pero con las cuentas claras y hasta ahora no las he visto. Creo en la seguridad como algo bastante evaluable científicamente, pero en la campana de gauss que puedo acotar, siempre quedan áreas fuera.
      Dicho esto, estoy de acuerdo con que algo habrá que hacer. A ese respecto valoraría la noticia que leí hace pocos días de que en Alemania se había producido energía solar equivalente a la que producirían veinte centrales nucleares.

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    4. Buenos días, Paco. Agradezco tu exposición del tema, que es muy clara. Yo soy bastante contrario a la energía nuclear, pero no he querido ser más radical con el anterior comentarista, a quien no conozco, porque el objeto de este blog no es entrar en peleas sobre temas de los que no soy experto, y no quiero mostrarme demasiado inflexible y espantar a los que puedan entrar a dar sus opiniones en el foro.
      Tal como dices, el asunto de la energía nuclear deja siempre dos temas sin resolver del todo. Uno, el peliagudo asunto de los residuos y dónde almacenarlos durante los miles de años que permanecen activos. El otro, el que, si queremos cubrir completamente la campana de Gauss de la seguridad, la cosa deja de ser barata. Con lo cual, se suele dejar la cosa en cubrir "una inmensa mayoría" de los casos posibles. Así lo hicieron los japoneses, tan rigurosos ellos, en Fukushima, pero sobrevino un caso que se movía en la parte no prevista de la campana. También hay otras eventualidades de fallos humanos, etc.
      Hablé de estas cosas en mi primera entrada sobre Friburgo, en el mes de julio. Allí, uno sale al campo y se encuentra rodeado de casitas rurales todas con su panel de placas solares. Y se les recompra la energía sobrante a precios subsidiados, como se hacía aquí hasta que llegó el tío Rajoy con la rebaja. Es lamentable que en Alemania, donde hay diez veces menos sol que aquí, se promocionen este tipo de energías alternativas, mucho menos peligrosas que la nuclear, mientras aquí lo que hacemos es ponerles trabas.

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