domingo, 18 de septiembre de 2022

1.169. El blog cumple diez años

Sí señor, tiene cojones la cosa o, si lo prefieren, manda carallo. Mañana hace justo diez años que empecé a alimentar esta tribuna. El 19 de septiembre de 2012, publiqué mi primera entrada, que se titulaba con el bíblico mensaje de Hágase la luz. Estaba entonces en una circunstancia personal delicada, en el ámbito laboral. Durante siete años había estado al frente de tres sucesivas subdirecciones generales y me había sentido importante y, de pronto, todo eso se desmoronaba. Gallardón ganó sus terceras elecciones en mayo de 2011, luego vino el verano, allá por septiembre empezaron a remodelarse las unidades municipales para adaptarse a un nuevo período de austeridad, que hacía innecesaria una Dirección General para hacer obras, puesto que ya no quedaba un duro para ninguna obra más. Gallardón hizo mutis por el foro para convertirse en un Ministro de Justicia de infausto recuerdo y la señora Botella tardó todavía unos meses en situarse.

En las navidades de 2011, seguía yo estando más o menos en una posición interesante, pero entonces la señora Botella nombró a una concejala de urbanismo con miedo escénico, que ni siquiera saludó cuando llegó a su despacho, en donde se encerró a pasar el resto de la legislatura lo más desapercibida que se pudiera. Tenía esta señora un jefe de gabinete que le llevaba todos los asuntos y en definitiva la ayudaba a pasar de puntillas por el cargo. Yo me presenté a este señor, le conté el trabajo que hacía como una especie de Secretario del Foering Office y le conté que tenía tres cosas en marcha: acudir a un congreso de movilidad sostenible en Querétaro (Mexico) para contar allí la operación M-30 Madrid Río, escribir un artículo para una revista de los paisajistas también sobre Madrid Río y presentar el propio proyecto Madrid Río a unos premios europeos de urbanismo en los que partiría como uno de los favoritos.

El tipo me escuchó y me dio sus instrucciones. A Querétaro no me podían impedir ir, pero debía utilizar para ello mis vacaciones (iba a gastos pagos). El artículo lo tenía que revisar él antes de que lo enviara a la revista (me lo censuró de forma bastante rastrera y burda). Y lo peor de todo: para concursar a los premios europeos de urbanismo la inscripción costaba 1.000€. Y no me los dieron. Todo ello supuraba un mensaje que este señor terminó por decirme con toda claridad: Madrid Río era un proyecto de la anterior legislatura y equipo de gobierno. Ahora eran tiempos nuevos, las tareas de difusión de la concejalía debían centrarse en los proyectos de la nueva responsable (que, por cierto, brillaban por su ausencia) y de dichas tareas se ocuparía él mismo, como estaba establecido en el organigrama. Supe que ya no tenía nada que hacer y, a la vuelta de Querétaro, finales de marzo, me puse a buscar una ocupación mental que me impidiera volverme loco o caer en lo que suele llamarse el exilio interior.

Ya por entonces empecé a pensar en escribir un blog, pero necesitaba prepararme, porque yo no quería hacer como otros amigos y colegas que abrían una página de este tipo y al tercer post se cansaban o se aburrían y la abandonaban. Internet está lleno de intentos fallidos de ese tipo. En verano me salió la oportunidad de ir a contar de nuevo Madrid Río nada menos que a Nueva York. Me pasaron la cita mis ex compañeros de Obras que ya no estaban conmigo puesto que no dependían de Urbanismo y esta vez no sólo utilicé mis vacaciones, sino que por primera vez me hice cargo de buena parte de los gastos. Mi situación era de una cierta esquizofrenia laboral, yo seguía haciendo muchas cosas con mis contactos por todo el mundo, pero tenía que hacerlo de forma clandestina, sin que se enterasen mi concejala y su perro. Publicar mi primera entrada del blog fue pues una forma de reforzar definitivamente esa línea paralela, informal y apasionante en la que me desempeñaba, mientras me aburría en el curre ordinario, ocupándome de cosas aburridas que no quería hacer nadie y que me tocaban a mí, después de haber tenido que volver al mundo del urbanismo por la puerta de atrás.

Y hasta ahora. Cuando ganó la señora Carmena, mis dos líneas se unieron de nuevo, volví a ser importante en el curre, me apoyaron en mis líneas de relaciones internacionales y viajé otra vez un montón, por supuesto sin tener que usar mis vacaciones en ello y a gastos pagos de nuevo. Pero ya no dejé el blog. Y aquí se han contado viajes (profesionales y de ocio) a San Petersburgo, Japón, Marsella, Rumanía, Polonia, las Repúblicas Bálticas, Escocia, Praga, Portland (Oregón)-Seattle-Vancouver, Tijuana-San Diego-Los Ángeles-San Francisco, Oslo, Birmania, Chile, Chicago, Madagascar y algunos más que no me vienen ahora a la memoria. También se contó aquí mi fractura de húmero y sus secuelas, mis diferentes problemas médicos y domésticos, mi fascinación por Samantha Fish y muchas otras cosas.

Ha habido momentos y posts gloriosos, si bien saben que yo primo la cantidad sobre la calidad, escribo mucho, de manera cotidiana, y de vez en cuando me salen algunos textos mejores. En cuanto al seguimiento, es bastante desigual, tengo un número de seguidores fieles entre 30 y 40 y otros que van apareciendo y desapareciendo. Con esas cifras, se trata de lo que suele llamarse un blog zombie, pero por suerte no escuché la recomendación de los que me decían que lo asociara a una cuenta de Twitter para pasar a tener más de 1000 seguidores. Entre mil gentes seguro que hubieran salido bastantes trolls que me hubieran descojonado el invento. Es un blog zombie, pero también podría decirse que es un blog de culto, porque los que me siguen son incondicionales. Y yo no tengo otro objetivo, aparte de mantener la pluma en forma, que el de hacer literatura instantánea. A mí se me ocurre algo y al día siguiente ya lo están leyendo mis seguidores, saltándose el complejo proceso editorial.

Hace unos años, de vez en cuando les daba un repaso a todos los posts para recuperar por ejemplo vídeos que el Youtube había cambiado de link o eliminado. Ya no estoy dispuesto a hacer eso. Como saben, hace año y medio que me jubilé del Ayuntamiento y una tarea como esa, con más de 1.100 posts sería un empeño típico de jubilado. Un clásico. Yo tengo una amiga cuyo marido, en cuanto se jubiló, se dedicó día y noche a digitalizar todas sus fotos en papel para clasificarlas en archivos anuales, además de reconvertir sus vídeos VHS y Beta en digitales, algo que hay que hacer uno por uno. Lo único que cosechó fue el desprecio de su mujer, que le llamaba el Cesante. Cuando hablaba con mi amiga, se quejaba siempre: es que el Cesante está dedicado todo el día a esas tareas absurdas y no ayuda en la casa ni con los chicos; yo, que estoy trabajando, tengo que ocuparme de todo.

Así que esto inserta mi blog en el universo del llamado arte efímero. Ustedes han de leer mis entradas enseguida, porque si se retrasan, digamos, unos meses, se las encontrarán con numerosos fallos inducidos por el simple paso del tiempo y el propio formato del blog: un libro de papel es inalterable, pero esta página está sujeta a los caprichos de Youtube, Google, Blogger y los demás agentes que lo hacen posible. El paso del tiempo es implacable y yo me encuentro ahora jubilado y con diez años más que cuando empecé. De forma inevitable, me va quedando cada vez menos tiempo y no quiero perder ni un minuto en tareas absurdas de jubilado o cesante. ¿Y qué pasará con esta enorme colección de textos? Pues con ella se podría hacer un libro de siete tomos, a la manera de En busca del tiempo perdido, pero sería un coñazo como el original, porque este foro la gracia que puede tener es leerlo así de a poquitos, mientras los temas están de actualidad. Es literatura instantánea, como el Nescafé y otros solubles y así habra de quedar.

Por otro lado, a medida que va pasando el tiempo, me encuentro cada vez más desinhibido y ya no finjo que me interesan ciertos temas. Sin embargo, el rock, que antes aparecía sólo de vez en cuando, ha pasado a ocupar en el blog un espacio similar al que ocupa en mi alma y mi cabeza, hasta el punto que, en este ritmo ternario que me he impuesto, uno de cada tres textos es sobre rock. Es que, después de estudiarme el tema de las generaciones, he llegado a la conclusión de que soy un boomer, como me llama mi hijo Kike. Y a mucha honra. Y tengo claro que lo que definió el corte generacional de los boomers sobre los anteriores (la llamada generación silenciosa), fue la irrupción del rock, con todo lo que implicaba de liberación, diversión y cultura alternativa. Pero, en el mundo del rock, el tiempo pasa también de forma implacable y quiero que vean una foto actual de Mark Knopfler, el líder de Dire Straits, que en agosto cumplió 73 años. Él mismo la colgó el otro día en su Facebook.

¡Joder! Es increíble. Ese abuelo es Mark Knopfler. Cuando vi esta imagen, pensé que el bueno de Mark estaba mostrando una foto de su padre, después de regalarle una de sus guitarras. Pero no. Es él mismo. Hace tres años, cuando tocó en Barcelona ya anunció que se retiraba. A lo mejor por eso ha envejecido tan rápido, porque en Barna no estaba así. Es posible que los artistas que dejan su actividad como músicos se vengan abajo de forma más rápida, mientras que los que siguen en activo mantienen más el tipo. Hace poco hemos visto a Mick Jagger y el resto de los Stones, que se acercan ya a los 80. Están viejos, pero se les ve fenomenal. Lo mismo le pasa a Van Morrison, como pueden comprobar en esta imagen.

Los Dire Straits de Knopfler fueron un autentico hito, poca gente ha tocado la guitarra como él. Y el tema que los lanzó al estrellato fue Los Sultanes del Swing. Leo en la wikipedia que ese tema se publicó en octubre de 1978, en lo que fue el primer disco de la banda, que hasta entonces se dedicaba a malvivir tocando por los pubs de la Inglaterra profunda. Knopfler la compuso y supo enseguida que podía ser un bombazo. Con sus tres colegas del grupo se fueron a Londres sólo con 100 libras y estuvieron grabando en unos estudios que les alquilaron baratos. La canción no empezó a ser conocida hasta bien entrado 1979. Después fue el imparable inicio de una carrera estratosférica, que catapultó a los Dire Straits al Olimpo de los mejores y los que más discos vendían. Les pongo un vídeo de Youtube con una interpretación en directo bastante fiel al original grabado.

Nada, igualito que ahora estaba el bueno de Mark. Por si no se han percatado, este señor tocaba una Fender Stratocaster y no usaba púa, era todo a puro dedo. Leo que es una canción de 1978 y en mi memoria yo hubiera jurado que era de algo antes. Por aquellos años, con Franco recién muerto y antes del shock que supuso el 23-F, el Coronel Groucho y yo andábamos en el trance de acabar nuestras carreras y llevábamos ya unos años compartiendo nuestra fascinación por Beatles, Stones, Bob Dylan, Bob Marley y tantos otros. Además, hacíamos algunos pinitos guitarreros bajo el nombre de Water de Caballeros, en los que tratábamos de hacer versiones de las canciones que más nos apasionaban.

No recuerdo quién de los dos fue el que le dijo al otro: Tío ¿has oído Los Sultanes del Swing? Inmediatamente la incorporamos a nuestro elenco de canciones favoritas, lo que pasa es que por entonces no sabíamos ni patata de inglés y las letras las cantábamos como Dios nos daba a entender. Y hay una estrofa en la que Knopfler empieza diciendo Harry doesn’t mind, es decir, a Harry se la suda. Pero nosotros, en nuestro spanglish maldito la convertimos en Herri Batasuna. Y así la cantábamos siempre, al borde de la carcajada. No sólo eso sino que, cuando nos íbamos de vacaciones de Navidad o verano a La Coruña y acabábamos a menudo borrachos por bares como El Priorato o La Nueva Patata, ese verso apócrifo era una especie de señal de complicidad entre ambos. Cuando ya estábamos a punto de echar las potas, nos mirábamos a la cara, uno de los dos levantaba el dedo índice y era la señal para gritar a coro: ¡¡¡HERRI BATASUNA!!! Los demás del grupo no entendían nada, porque era un grito políticamente inconveniente y todos sabían que nuestra línea no iba por ahí, pero tampoco comprendían por qué nos daba tanta risa.

Por historias como esa, el Coronel será siempre mi brother. La vida nos llevó luego por caminos y ciudades diferentes, pero el blog nos ha vuelto a poner en contacto. Hoy tocaba hablar de rock, aunque el aniversario era prioritario y por eso he empezado por conmemorarlo. Dentro de los propósitos que uno se hace en estas efemérides, está el de escribir unos posts un poco más cortos. El caso es que empecé rellenando dos o tres folios de Word y cortaba en cuanto empezaba el cuarto. Ese límite se ha ido relajando de forma un tanto peligrosa, porque si mis posts son demasiado largos puedo aburrir al personal y matar a la gallina de los huevos de oro. Así que voy a cortar aquí. Ayer por la tarde escribí este texto plagado de nostalgia y, en cuanto lo publique, planeo subirme a El Escorial a pasar el día con mi hermano Antonio. Que ustedes lo pasen también muy bien, en este domingo otoñal tan grato después del bochorno veraniego. Sean buenos, como de costumbre

4 comentarios:

  1. Me ha recordado usted nuestros tiempos suicidas. Está claro, con 25 años la vida florece a base de riego continuo de alcohol y otras cosas.
    Me permito precisarle que fue usted el que me presentó en sociedad a los Straits y que íbamos a oír el disco completo (una joya por cierto) a un pub que no recuerdo el nombre y que estaba en la Ciudad Vieja de La Coruña cuyo propietario, llamado "Cousillas" o algo parecido, nos soportaba estoicamente por el hecho de pedirle constantemente la reproducción del susodicho álbum a cambio de la ingesta continua por nuestra parte de cubalibres.
    Otro día le recordaré la fascinación que nos produjo la edición del álbum Blood on the Tracks del viejo judío y que desgranábamos tema a tema como si fuese un libro de texto para nuestro interés musical.
    Por favor, deje usted de correr y correr. A ciertas edades es muy peligroso y las caídas traen consecuencias muy desagradables y dolorosas. Dedíquese a caminar de prisa o a otros menesteres mas propios de su edad como el tai-chi y cosas de esas y, sobre todo, beber mucha cerveza que, aparte de hidratar, alimenta.
    Bueno querido brother, cuídeseme y un abrazo muy fuerte.

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    1. Pues no me acuerdo yo del Cousillas ese, tengo una memoria a grumos. Lo de correr es básico para mí, lo que tengo que hacer es ir con cuidado para no caerme. Y beber mucha cerveza desde luego. Abrazos a porrillo.

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  2. ¿Water de caballeros?. Joder, Ahí está el error. Si os hubierais llamado Los Retretes hoy estaríais en la Historia por delante de Las Vulpes.

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    1. El Coronel gustaba de llamarle "el excusado", o sea que hubiéramos tenido que ser los Excusados, que tampoco es mal nombre.

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