miércoles, 26 de septiembre de 2018

774. Recovering myself VI

La verdad es que no sé para qué les propongo acertijos sobre el destino de mis viajes, si al final todos los acierta Paco Couto. Esta vez la pista era algo más difícil, pero bastante clara también. Cualquiera que me conozca sabe qué clase de música me gusta y la canción de Wilco que les puse en el último post, no es de ese tipo. Como pensé que nadie lo pillaría, hice un poco de sobreactuación, diciendo que la dejaran de fondo, mientras seguían leyendo. Inmaculada me confesó que le había tenido que quitar el sonido, porque era incapaz de concentrarse para leer, mientras escuchaba semejante murga. También les puse al final del post una canción de Specials que me encanta, para subrayar la diferencia. El único motivo de incluir el tema de Wilco era por dar una pista. Wilco es uno de los grupos de rock más valorados de Chicago y, en la portada de su disco Yankee Hotel Foxtrot (2002), usaron para la carátula una imagen desde abajo de las icónicas torres de Marina Drive, al lado del río, un edificio tan emblemático de Chicago como el Bradbury en Los Ángeles. Me dicen que entre la gente joven es frecuente llamar a este edificio las Torres de Wilco. Para adivinar el acertijo bastaba saber un poco de rock y un poco de arquitectura.  

Así que ya está dicho: me voy a Chicago. Lo que pasa es que este viaje, que me ocupará la semana que viene, es el colofón de esta serie Recovering myself con la que les vengo entreteniendo y que espero terminar hoy. Nos habíamos quedado en que mi jefa y yo nos tirábamos al abismo, sin saber si el río tenía o no suficiente agua. Pero la cosa tuvo un cierto período de maduración. Mi jefa reunió a su staff técnico y seleccionó con ellos cinco áreas de oportunidad ya detectadas en nuestra estrategia de recuperación de la periferia. Las llevó al Comité de Dirección de Urbanismo y allí se perdió una, que alguien quería reservar para un proyecto diferente. Las cuatro supervivientes eran bastante heavy, en zonas muy deterioradas y sin un gancho importante para inversores. Antes de lanzarnos definitivamente, hablé con Hélène y le expresé mis dudas: –¿Tal vez nos hemos pasado de cutres? ¿Es posible que entren inversores a lugares tan degradados? Hélène viajo a Madrid y dedicamos un día a visitar los cuatro sitios. Y le parecieron perfectos para los objetivos de C40. Cuanto peor es el punto de partida, mayor es el recorrido de recuperación que tenemos –me dijo.

A partir de aquí las cosas fueron rodadas. La Alcaldesa firmó la carta de adhesión al certamen el 15 de noviembre. En diciembre hicimos un acto de presentación a la ciudad, en el que me tocó hacer de maestro de ceremonias. Mi jefa metió en el proyecto a mi compañera M., idea feliz, porque M. es un portento, que le dio al tema el impulso definitivo. En enero viajamos a París los tres mosqueteros del proyecto a participar en el Meet Up de esta ciudad, excursión que se reseñó en el blog con fotos incluidas. En febrero hicimos nuestro propio Meet Up, en la Nave de Villaverde, con bastante éxito. Y en marzo, M. y yo viajamos a Cannes para estar presentes en el Meet Up internacional, que había organizado C40 en el marco de la feria MIPIM. Además hicimos incontables actos de promoción del asunto, que no voy a detallar aquí. Los promotores inmobiliarios en su mayoría aparecían renuentes a participar. Era algo novedoso, innovador y el promotor español tipo es un sujeto prudente, cortoplacista, que va a lo seguro.

Llegamos a la fecha tope para presentar expresiones de interés (31 de mayo) con la incertidumbre de si todo no sería un bonito sueño y nadie iba a presentar nada. Pero el último día entraron 20 propuestas y hubo al menos dos para cada sitio. En la primera quincena de julio se celebraron las dos sesiones del Comité de Selección. Se proclamaron tres finalistas para el sitio de Vicálvaro, cuatro para el de Vallecas, dos para Usera y dos para Villaverde. En este momento, los finalistas están empezando su trabajo de preparación del anteproyecto que han de presentar en la Segunda Fase, puesto que no supieron el resultado de la Primera hasta comienzos de septiembre, por petición expresa de C40, que quiere llevar a todas las ciudades al unísono. Pero de todo esto se ha ido dando cuenta en el blog.

Me centraré ahora en un par de temas. El 8 de agosto de 2017, yo tenía una cita en la Seguridad Social, para que me detallaran las condiciones de mi jubilación. Por entonces yo proyectaba tirar la toalla en febrero de 2018, por mi 67 cumpleaños. Ese día me explicaron que, desde mi cumpleaños hasta el 1 de enero de 2019, yo tendría una pensión X que, si me empeñaba en continuar después de dicha fecha, se vería seriamente demediada por el factor de sostenibilidad, aprobado por Rajoy para su entrada en vigor justo ese día. Dado que con estos asuntos que les vengo contando mi situación en el trabajo estaba mejorando día a día, le dije a mi jefa que me marcharía el 1 de enero de 2019. Pero luego empecé a dudar. En una excursión senderista me hicieron ver que el factor económico no es el decisivo para fijar una fecha de jubilación. Que lo principal son las sensaciones. Y en eso Rajoy pactó con el PNV posponer la entrada en vigor del factor de sostenibilidad hasta 2023. Entonces ya decidí seguir al menos hasta las elecciones locales de mayo de 2019. Luego ya veremos. Supongo que seguiré durante el verano, que es cómodo en mi oficina, y en septiembre tomaré una decisión, en función de los resultados de dichas elecciones.

Pero, hay otro tema pendiente. Yo había conectado con Hélène en el workshop presencial anual de la red TOD (Transit Oriented Design), celebrado en Portland. ¿Y qué fue de esa red? En septiembre aun asistí a un webinar, sobre el sistema de carriles bici de Londres. Mi amiga Clare Haley, hasta entonces directora de la red TOD, me contó después que dejaba el cargo para sustituir a una compañera embarazada en Londres, con mejora de sueldo. Quedé con ella un par de veces antes de que se fuera, para visitar el parque del río y para desayunar en el Café Comercial, circunstancia también reseñada en el blog con foto. Y entonces me vi sumergido en la vorágine de Reinventing Cities y me olvidé de todo lo demás. Y no fui consciente de que ya no me convocaban a más webinars de la red TOD. Mucho después, creo que en abril de este año, caí en la cuenta de esa ausencia de novedades de TOD y llamé a mi amiga Julia, la coordinadora de C40 para Europa.

Me contó que la red TOD se había disuelto. Que habían pensado que era una red con una mezcolanza entre temas de planeamiento urbanístico y asuntos de movilidad, carriles bici, etc., que no tenía demasiada lógica. A mí nadie me había avisado de esto, yo seguía en contacto con Clare, que ahora estaba en Copenhague, y con el whatsapp colectivo del grupo de Portland, pero nadie me había comentado nada de la desaparición de TOD. Julia me dijo que los temas de planeamiento se habían incorporado a la red (LUP) Land Use Planning, que dirigía desde febrero un joven arquitecto italiano, llamado Flavio Coppola e instalado en San Francisco. Y, con los temas de movilidad, se había creado una red específica llamada Walking and Cycling, al frente de la cual estaba una mujer de Barcelona. Empecé a intercambiar mails con ambos, para que me informaran de sus organizaciones y actividades, de cara a tomar la decisión de en cuál quedarme.

Y entonces me escribió mi amigo Diego Moreno, de Tijuana, y surgió la oportunidad de un viaje a la Costa Oeste. Se lo conté a Flavio y quedamos en que tras nuestra entrevista en persona, decidiríamos qué era lo más oportuno. En San Francisco, lo mío con Flavio fue un auténtico flechazo. Le conté lo que estábamos haciendo en la Dirección General que encabeza mi jefa, es decir, la Estrategia de Regeneración de la periferia. Y también los métodos de participación ciudadana que estábamos usando. Ambas cosas le parecieron tan interesantes que quedamos en que a mi vuelta organizaríamos, no uno, sino dos webinars, dirigidos desde Madrid y centrados en ambos asuntos. Le pregunté por el modo de formalizar mi adhesión a la red LUP y respondió con un apretón de manos y enfatizando: –Ya estás en la red. Y, así como al descuido, me interesé por el workshop presencial de LUP de este año. Me dijo que sería en Chicago a primeros de octubre, pero que ya tenía cerrado el cupo de invitados de C40. Yo podía sumarme y sería bienvenido si conseguía que el Ayuntamiento de Madrid me pagara los gastos. Le contesté que el año anterior había tenido una bronca considerable por el billete de Portland y que no iba a pelear otra vez por ese asunto. Si C40 no me invitaba, pues no iba y listo.

De vuelta en Madrid, le planteé el asunta a mi compañera C. que es la que diseña todas las dinámicas de participación ciudadana. Descubrí que se maneja bien en inglés y que le hacía especial ilusión colaborar en un webinar conmigo. Se lo comuniqué a Flavio y me lo terminé de ganar: yo le había hecho una promesa de palabra y muchas veces las palabras se las lleva el viento. Pero yo había respondido y pronto. Decidimos hacer dos sesiones próximas en el tiempo. En la primera, yo explicaría la Estrategia de Regeneración Urbana. En la segunda, C. contaría el sistema de participación vecinal empleado. Llegamos a fijar las fechas (20 y 25 de septiembre) y hacer las convocatorias on line a toda la red LUP. Y empezamos a preparar las imágenes para nuestras presentaciones. Y entonces sucedió. Flavio me telefoneó un día y me dijo que había una baja para Chicago. El representante de Melbourne no podía acudir por un motivo familiar sobrevenido e inexcusable. Flavio quería saber si yo seguía interesado en ir. Le dije que bueeeeeno, si no hay más remedio… No era todavía seguro. Él tenía que consultar primero el caso con el coordinador de C40 para Oceanía. Si éste señor tenía un candidato a sustituir al hombre de Melbourne, tendría preferencia. En caso contrario, Flavio me propondría a mí, con el visto bueno de la coordinadora para Europa, que es mi amiga Julia.

Todo salió como yo confiaba en que saliera y finalmente me voy a Chicago el 1 de octubre, para el workshop de los días 2, 3 y 4, y regreso el 5. Ya tengo los billetes. Esta vez ni se me ha pasado por la imaginación quedarme por allí de vacaciones. Ya saben que el 24 del mismo mes salgo pitando a un segundo viaje, al lugar que ya se desvelará oportunamente. Por cierto, nuestros webinars se redujeron finalmente a uno solo: como también voy a intervenir en el workshop, ya era demasiado protagonismo de Madrid. El pasado 20 de septiembre, C. y yo compartimos un webinar conjunto, como ya les conté. Y esto es todo en cuanto a la serie Recovering myself. Si han tenido la paciencia de leerla entera, habrán encontrado las claves de cómo, a partir de una situación caracterizada por un deambular mortecino por una vida profesional en decadencia, he logrado remontar hasta el momento de delirio actual. Y todo sobre la base de una serie de casualidades. El único mérito que me puedo atribuir en este proceso, es una especie de sexto sentido para pillar las oportunidades que se me iban poniendo a tiro. Pero esto es algo normal en mí. Cuando era más joven dejé perder algunas ocasiones por timidez, indecisión o miedo y nunca me lo he perdonado.

Este domingo, culminé mi semana de sinvivir corriendo la carrera Global Energy Race, de 5 kilómetros. A la izquierda tienen la foto que me hice en la salida con mi colega de carreras J.  Para los que piensen mal, se trata de la esposa de mi buen amigo M., que la trajo en coche hasta la salida de la carrera y él mismo nos hizo la foto. J. me fue cuidando hasta pasado el kilómetro 4, luego le dije que esprintara, que yo ya llegaba bien, pero a mi tran tran cochinero de sexagenario. Mi tiempo fue de 32.15 minutos, que no está mal, dadas mis condiciones de edad, dignidad y gobierno. Se pueden imaginar el desayuno con que nos obsequiamos después.

Para terminar, les voy a dejar con la melodía que llevé todo el rato en la cabeza. Aquí no hay trampa ni cartón, esto es un ejemplo de la música que me gusta y no lo que les colé de matute en el post anterior. La canción, que es del año pasado, me fascina y es perfecta para marcar el ritmo de carrera. El grupo, de Portland aunque originario de Alaska, responde al curioso nombre de Portugal. The Man. Que ustedes la disfruten.



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