miércoles, 28 de enero de 2015

336. El tzatziki de Tsipras

De pronto tenemos noticias de Grecia hasta en la sopa. Que si SYRIZA gana las elecciones. Que si se ha muerto Demis Roussos (¿habrá sido del disgusto?). Que si el accidente del avión griego en Albacete. ¿Ustedes sabían que había una base de la OTAN, en medio de La Mancha? Yo no tenía ni idea. La última vez que me informé del tema sólo existían Rota, Morón, Torrejón y Zaragoza. En fin, un auténtico tzatziki de informaciones. Si no han visitado Grecia, quizá no conozcan el tzatziki, una pasta blanca que se sirve como aperitivo, como el guacamole o el hummus, ideal para untar con picos o galletas saladas cuadraditas, aunque también queda muy hipster servirlo con un cuenco de palitos de zanahoria recién cortados. En los restaurantes de Grecia te lo ponen a un lado, aunque no lo pidas, mientras esperas la comida.

Hacer un tzatziki es fácil. Sólo tienen que coger un pepino mediano, pelarlo y pasarlo por un rallador fino para convertirlo en una especie de puré o pulpa de pepino. Esa pulpa hay que secarla, es decir, eliminar toda el agua (si queda un poco, el tzatziki se corta y hay que tirarlo). Eso se consigue dejándola un rato en un colador, o metida en un trapo, hasta que no quede rastro de agua. Mientras eso sucede, en un bol aparte se mezclan dos yogures griegos, una cucharada de aceite de oliva, un diente de ajo bien picado, dos cucharadas de hierbabuena o menta fresca igualmente picada y sal y pimienta a gusto. Esta segunda pasta se bate bien para que quede uniforme. Cuando el pepino rallado está completamente seco, se incorpora al bol mezclándolo con cuidado y sin batir más. Se guarda en la nevera, bien tapado, y se tiene allí al menos dos o tres horas. Luego, se saca de aperitivo, con un vino blanco frío.

Parecería que el yogur con el pepino es una mezcla que no casa bien. Pues lo cierto es que está exquisito. Pruébenlo y ya me dicen. También podría uno maliciarse que la propuesta izquierdista y laica de Tsipras no casaría bien con un grupúsculo nacionalista, confesional, antieuropeo, antisemita y xenófobo, como ANEL. Sin embargo, ahí los tienen: les ha costado exactamente dos minutos conseguir un pacto de gobierno. No deja de ser curiosa la imagen del nuevo gobierno, todos cuidadosamente trajeados y desprovistos de corbata, con un cierto aire de Los hombres de Paco.



Tres días después de esa foto, la prima de riesgo griega se ha disparado hasta cerca de los 1.000 puntos, pero ya sabemos que esto forma parte del postureo previo al combate real que empezará a continuación. En tanto se inicia la negociación, el macho europeo saca las plumas (prima de riesgo) y da unas vueltas en redondo frente a su contrincante, para amedrentarlo y llegar a la mesa en posición dominante. Pero, a la hora de la verdad, a Alemania no le conviene que Grecia se vaya de la Eurozona, porque eso le supondría dejar de cobrar las deudas de sus bancos, esas que los griegos contrajeron, entre otras cosas, para comprar cazas como el que se estrelló el lunes en Albacete.

La verdad es que meter a los griegos en Europa, cuando no tenían la estructura administrativa ni la seriedad como país que se requería en aquellos años para entrar a formar parte de ese selecto club de países, fue una cacicada de los alemanes para tenerlos mejor agarrados y garantizarse el cobro de las deudas de sus bancos. A España y a Portugal nos pusieron muchas más pegas. Cierto que, después, en el momento del desmoronamiento de la Unión Soviética, se apresuraron a abrirles la puerta a todos los restos del imperio ruso, incluso tapándose la nariz, hasta que llegó Putin y frenó la cosa. Así le va a Europa en estos tiempos, con un exceso de miembros ya explicado y analizado en el Blog (párrafos centrales del Post #124). El resultado para los griegos ha sido desastroso: dos rescates sucesivos, reducción del PIB en un 25%, aumento de las desigualdades sociales, pobreza y paro generalizados. No es de extrañar que los partidos tradicionales, que se han alternado en el poder en estos años, se hayan volatilizado.

Como siempre, el mejor análisis es el que hace en El inMundo mi admirado Enric González, que pone el dedo en la llaga, como conocedor experto de la zona. AQUÍ pueden leer sus opiniones. Me sumo a su deseo: ojalá que los de SYRYZA sean capaces de moderar el radicalismo de sus puntos de partida y conducir a su país a una negociación tranquila con la Troika, sobre la base de una quita razonable de la deuda. Porque, como fracasen o se pasen de radicales, los ganadores de las siguientes elecciones serán los neonazis de Aurora Dorada.

Por nuestra tierra, los sesudos próceres del PPSOE andan asustando al personal con el desastre que va a ser Grecia, previsión agorera interesada, destinada a meternos el miedo en el cuerpo, para que no se nos ocurra votar a Podemos, que les está segando la hierba bajo los pies. No me impresionan a mí estos mensajes catastrofistas. Lo primero es que Grecia no es España. Grecia es un país con 11 millones de habitantes, con una economía depauperada a la que la crisis ha hecho hundirse mucho más que a nosotros, con una deuda externa imposible de devolver y con unas perspectivas de futuro mucho más negras que las españolas. Aunque las nuestras no sean como para tirar cohetes.

Pero es que tampoco SYRIZA es igual que Podemos. Por cierto, ¿a que no saben ustedes qué significa SYRIZA? No vale mirarlo en Internet (suponiendo que supieran encontrarlo). Confiésenlo: no tienen ni puta idea. Yo tampoco lo sabía. Me lo ha explicado África, mi agregada cultural, que habla griego como Sócrates, incluso con el acento característico del puerto de El Pireo. Aquí se lo explico. SYRIZA son unas siglas, un acrónimo de SYnaspismós RIZospastikís Aristerás. En esta locución, Synaspismós, que significa Coalición, opera como sujeto y, por tanto, está en modo nominativo (en griego, las palabras se declinan, como en alemán). Las otras dos palabras son complementos del sujeto y, por tanto, están en genitivo. Rizospastikís quiere decir Radical y Aristerás significa Izquierda. Pero no deben traducirlo como Coalición Radical de Izquierdas, sino Coalición de la Izquierda Radical, que no es lo mismo. En griego, como en inglés, el adjetivo se suele poner delante del sustantivo al que caracteriza.

Les llamo la atención también sobre el curioso hecho de que, en la antigua Grecia, el lado mejor era el izquierdo, por eso se le llama aristerá, con el mismo prefijo que aristocracia (gobierno de los mejores). Fueron los romanos los que invirtieron esa valoración, llamando a la izquierda sinistra, que ya sabemos qué connotaciones tiene. Como Coalición de la Izquierda Radical, SYRIZA es más bien una versión de la Izquierda Unida de España, con la diferencia de que Tsipras ha conseguido unirlos de verdad. Los de España están sentados a la misma mesa con su sonrisa oficial, pero por debajo llevan pegándose patadas en la espinilla desde el primer día. Y así no pueden ganar. En cambio Tsipras ha logrado aglutinarlos y liderarlos, alrededor de un proyecto común.

Frente a esa historia de SYRIZA, con más de diez años de coalición de unos partidos que ya existían antes, Podemos es un auténtico neófito. Hace un año por estas fechas, nadie había oído hablar de ellos. Esa es su cruz y su virtud a la vez. Son una incógnita. Para el momento de nuestras elecciones locales, ya sabremos si Tsipras tiene cuernos y rabo y emite un pestazo a azufre que echa p’atrás o, por el contrario, no pasa nada y el tipo logra enderezar la situación de su país. Si sucede lo segundo, yo creo que sería cojonudo que Podemos ganara en alguna ciudad grande. Así, para cuando las generales de noviembre, ya sabríamos también a qué atenernos. Dada mi situación profesional actual, no me importaría que esa ciudad fuera Madrid, aunque supongo que una de las primeras cosas que harían sería darme una patada en el culo. Pero a esta ciudad ya le toca un poco de aventura, que llevamos desde el 89 en manos de la derecha más castosa. Y, como esta vez vuelvan a ganar, ya no nos libramos de ellos hasta que las ranas críen pelo. O, por decirlo con propiedad, ad kalendas graecas.

Kalimera. Y que les aproveche el tzatziki.


2 comentarios:

  1. Llevo media hora riéndome con lo de "Los hombres de Paco", es que es tal cual. El gordo que se ve a la izquierda de la foto, con bigote blanco, es el jefe del partido ANEL, en cuya definición se ha olvidado usted de añadir un perfil más: el homófobo. Así que esto, más que tzatziki, es ensalada griega, con queso feta (con el que comparte el olor) y aceitunas negras, por la parte del gordo.
    Por lo demás, habrá que darles un pequeño margen y ver como se desenvuelven. Pasado el primer sobresalto, parece que los mercados les dan ese respiro.

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    1. Pues queda reseñado lo de la ensalada griega.
      En cuanto al sobresalto de que habla "aquí el compañero", ha sido motivado por la histeria de los propietarios de pequeños fondos, que se apresuraron a sacarlos y guardarlos en el colchón, no vaya a ser que les pille un corralito como el argentino de 2012. Algo así pasó en nuestro país cuando ganó Felipe en 1982. Pero, en cuanto se calmen las aguas, devolverán su dinero a los bancos, que es donde está más seguro. En el colchón, te puede suceder que venga una partida de albanokosovares armados hasta los dientes, que te destrocen la casa entera hasta encontrar la pasta. Eso si no te pillan por medio y te rompen ambas piernas.

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