martes, 27 de mayo de 2014

255. Razones para el voto en blanco

No quise escribir este post antes de las elecciones europeas para no animar a la abstención, porque soy tan ingenuo que todavía creo que es bueno votar y que no hacerlo es una forma de desaprovechar una oportunidad (no sé de qué, cada vez soy más escéptico). Pero lo cierto es que llegaba uno al colegio electoral, echaba un ojo a las papeletas y le entraban unas ganas invencibles de echar a correr. Veamos cuáles fueron los razonamientos en mi caso.

1.- No puedo votar a los del PP, porque defienden al capital y a los banqueros contra los ciudadanos de a pie como yo, están aprovechando la crisis para presentar como inevitable lo que antes nadie se atrevía a plantear a los ciudadanos (so pena de salir acribillado a huevos y tomates) y, encima, están aprovechando para colarnos a traición un sistema caduco (religión en las aulas, aborto prohibido de nuevo), que ni sus propios votantes quieren. Además tienen un líder que no habla, un candidato europeo hilarante y unos cuantos ministros repulsivos.

2.- No puedo votar al PSOE porque su modelo económico es el mismo que el del PP, con el agravante de que éstos son más torpes y chapuceros, lo hacen mal y, como no tienen dinero de familia, son más fáciles de corromper (no imagino a un Roldán en el PP). Además, tienen un líder que parece el hombre de Cromañón, y su último presidente mantuvo hasta el infinito la burbuja de Aznar, pudiendo haberla corregido a tiempo y, para rematar, apoyó el cambio en la Constitución que le dictaron los banqueros, sin preguntar a la gente su parecer al respecto. Y su cúpula no se da por enterada de que se tiene que quitar del medio y dejar paso a los jóvenes del partido (si es que los hay).

3.- No puedo votar a Izquierda Unida, porque hasta hace poco han seguido manteniendo ese nombre a pesar de que de unidos tienen poco, son una jaula de grillos devorándose, como se ha visto en Rivas, y esa lucha interna ha echado del partido a personas válidas como Inés Sabanés, o el propio Llamazares, que me parecía más creíble que el señor Cayo.

4.- No puedo votar a los Upeydeiros, porque son un partido surgido del despecho de una señora que se sintió maltratada en el PSOE y dijo: “ahora veréis, hago otro partido y os vais a enterar”. Además, no soporto el rostro y la manera de hablar de esta señora; es una cuestión instintiva e irracional que viene de los tiempos en que estaba en el PSOE.

5.- No puedo votar a Podemos, a pesar de que tengo bastantes amigos entusiastas del invento, porque su discurso apoya al chavismo (de hecho su ideólogo el señor Monedero fue asesor personal de Chaves) y, en mi opinión, no se han desmarcado lo suficiente de esa característica. No quiero un Chaves ni un Fidel Castro en mi país, no me gusta el señor Willy Toledo y, entre otras cosas, no he dicho en este blog una sola palabra de la muerte de García Marquez, aun siendo fanático de sus libros, porque nunca oí de su boca una sola crítica a ese tipo de sistemas. Si se desmarcan del chavismo, pueden contar con mi voto en próximas elecciones. En caso contrario, el personal les verá pronto la patita, que la gente no es tonta, y nunca saldrán de un papel minoritario. Tampoco me gusta el exceso de presencia del señor Iglesias, que sale hasta en las papeletas y acerca su movimiento al de los telepredicadores americanos. Y, desde luego, no me gusta el nombre de su partido. ¿Qué es eso de Podemos? ¿Podemos qué? Por supuesto que pueden aportar aire fresco al panorama, pero también pueden traernos otras cosas. 
  
6.- Obviamente no puedo votar a los nacionalistas de derechas, valga la redundancia, de CiU y PNV, aunque se camuflen como CEU, y tampoco a los nacionalistas de izquierdas, valga la paradoja o más bien la impostura, de ERC y Bildu, ahora travestidos en EPDD y LPD, por los motivos que pueden encontrar ampliamente desarrollados pinchando en la etiqueta Nacionalismo de este Blog. Por cierto, esas D que aparecen en sus siglas aluden al famoso derecho a decidir, que estos elementos reverencian a niveles de dogma de fe.

7.- No veo la utilidad de votar a Ciudadanos, aunque no me importaría, porque se trata de un movimiento que ha surgido a la contra en Cataluña y no ha sabido ampliar sus horizontes para proponer un discurso positivo que atraiga fuera de su tierra de origen. Algo así me pasa con EQUO, cuyos planteamientos generales me parecen bien pero, aparte de sacar a un tipo en bicicleta a dar vueltas por la ciudad con una banderita verde, no les he visto esforzarse mucho por trascender de su talla actual de movimiento marginal minoritario.

8.- Con estas premisas, lo que me pedía el cuerpo era abstenerme, o votar en blanco ya que estaba en el Colegio que me correspondía. Esas posibilidades me permitían también mandarle un mensaje a la clase política: que me tienen hasta los huevos, que no los soporto más, que quiero que se vayan todos y vengan otros. No les diré lo que decidí finalmente, que ya saben que esto no es un confesionario. Veamos qué fue lo que hicieron los españolitos.

Los periódicos ponen el acento en la debacle de PSOE y PP, resaltando sus malos porcentajes del 26 y 23%, al respective inverso. Como siempre, se hacen proyecciones y porcentajes sobre los votos computados, pero, para tener una radiografía precisa de lo que piensa nuestro país, hay que hacer otros números. El censo de votantes se compone de 34.731.569 ciudadanos. La abstención oficial totaliza 18.810.754 señores y señoras que no se han dignado ni acercarse al punto de votación, que han preferido tomarse un vermú seco con aceituna gordal de la casa.

Pero hay otra serie de personas que han votado en blanco (357.339), o cuyo voto es nulo (290.189). Y luego están los votantes de opciones estrambóticas, de esas que ya se sabe que no van a alcanzar ni un escaño, como el Partido Humanista, nombre que camufla una especie de secta antes llamada La Comunidad, o Falange Española y de las JONS, no menos delirante que la anterior. De estos partidos extraños, hay uno que ha estado cerca de conseguir un escaño, VOX, pero sus 240.000 votos los voy a incluir también en este paquete. Este es mi blog y aquí yo sesgo los cuadros como me parezca, faltaría más. Los votantes de todas estas opciones, digamos raras, que no han obtenido representación, totalizan 1.178.798 papeletas.

Para mí, alguien que vota a Falange o al PH, está expresando lo mismo que quien vota nulo o en blanco, o aprovecha la jornada para irse de picnic. Está haciéndole un corte de mangas al sistema. Sumando pues esos cuatro conceptos llegamos a la cifra que les quería mostrar: 20.637.080. Sobre un censo de 34 millones de gentes, 20 millones, el 59,4%, se han abstenido, han votado en blanco, han metido en el sobre un trozo de papel higiénico o un pliego de insultos, o bien han apoyado de forma testimonial a un partido sin posibilidad de obtener escaños.

Esa es la verdadera dimensión de la debacle. El 59,4 por ciento del personal está hasta la coroneta, por decirlo en catalán, de la situación. Sobre el total del censo, los porcentajes de infelices que han votado al PP y al PSOE son respectivamente del 11,7 y el 10,4. De cada diez españoles, uno ha votado al PP, otro al PSOE, dos a otros partidos con escaño, y seis han pasado del tema ¿Se darán los partidos principales por enterados? Parece que Rubalcaba mueve ficha. El PSOE nunca había tenido tan fácil la tarea de hacer oposición. Rajoy se lo estaba poniendo a huevo. Si, en esas condiciones, no paran de perder apoyos, es que algo les falla. A ver cómo lo arreglan.

En fin, a mí lo que de verdad me preocupa es que suba el Deportivo a Primera. Sus rivales se lo están poniendo tan a huevo como Rajoy a Rubalcaba, pero no acaba de atinar con el descabello. A lo mejor pretende entrar en el Guiness, como el primer equipo que asciende sin ganar ninguno de sus últimos siete partidos.

4 comentarios:

  1. Coincido contigo, de hecho voté en blanco. aunque siempre hay matices. De todas maneras te agradezco que proporciones la cifra de votos en blanco.Supongo que la habrás obtenido de alguna fuente oficial tipo ministerio o i.n.e. Yo la busqué con esfuerzo en dos periódicos (mundo y país), y no la encontré.Una vez más no estaba. Esto es algo que lleva ocurriendo un tiempo y que me indigna y me deprime un poco. Tenemos unos periódicos pésimos. El voto en blanco tiene un significado político y esta vez más que nunca. Lo voy a escribir para que no se me olvide; 357.339

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    1. Querido amigo, no has encontrado lo que buscabas porque no has buscado bien. En la dirección que te pongo a continuación tienes toda la información: http://resultados.elpais.com/elecciones/2014/europeas/ Has de copiar y pegar, que ya sabes que los comentarios no admiten links. En el lado de la derecha tienes las cifras que yo he usado. Con eso y una calculadora he sacado esa cifra sorprendente: 20 millones de españoles que no apoyan a ninguno de los partidos conocidos. Si surgiera algún político nuevo con capacidad de liderazgo, arrasaba. Un abrazo.

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  2. ¡Hay que ver, el Depor, qué pocas alegrías da a sus seguidores! En cuanto a PODEMOS, no creo que esté haciendo un guiño al lema de "Yes, we can", ni al "Sí se puede" de las mareas. Al menos yo, los he apoyado basándome en un análisis morfológico muy concreto: primera persona del plural del presente de subjuntivo del verbo podar. O sea, que lo que yo he entendido es que pretenden podar todas las ramas podridas del árbol de la política. Por eso molesta tanto a los pepesoes y a tus entrañables amigos de la formación magenta (¿elegirían su color por el nombre de su despechada fundadora? Ayer mismo los equiparó con el FN de Marine Le Pen.)

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    1. Querida amiga, perdona que revele que te he identificado. En realidad eres, de todas las que conozco, la persona que más sabe de gramática y el análisis morfológico es una parte fundamental de la gramática. El segundo que más sabe soy yo, pero en mi caso se trata de la llamada "gramática parda".
      No había caído yo en que Podemos venía de podar y no de poder. De haberlo sabido, a lo mejor les había votado. En mi grupo de senderistas hay varios que llevaban sus pegatinas y pines hace mucho tiempo. Te diré que tengo también por lo menos dos amigos abiertamente chavistas, lo que no me hace quererlos menos.
      Lo de nuestra querida señora Díez clama al cielo. ¿De verdad los ha comparado con Le Pene? No acabo de entender por qué vota la gente a la formación magenta. No sé qué le verán. Ya que hay un partido Podemos (de poder) y otros que se llaman cosas tan bucólicas como Primavera Europea o Los Pueblos Deciden, yo creo que esta señora debía llamar a su partido "Ahora Veréis", o bien "Sus Vais a Enterar"

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