Si una cosa he comprobado en mi
reciente viaje es que no tenemos nada que envidiar a ningún país de nuestro entorno,
en aspectos fundamentales. Leo hoy en Cinco Días que España tiene dos grandes
hándicaps para salir de esta crisis. Uno la elevada tasa de paro. Cierto. La
otra, la mala imagen exterior que tenemos. Muy bien, pues esa mala imagen es un
invento de los usureros que nos están esquilmando, después de arruinar a Grecia
y otros países de la Unión Europea, en donde aterrizaron tras hacer lo mismo con
Lehman Brothers y otras grandes empresas norteamericanas.
Mi impresión es que no somos muy
diferentes de los demás países del mundo occidental. París está entera
levantada en obras, Rotterdam está construyendo una estación de ferrocarril
faraónica cuyas obras ya estaban empezadas hace casi cuatro años la última vez que estuve
allí. Ya han visto el dato de la deuda de Berlín (ver entrada nº 36). Así que
déjense de complejos. No somos peores que nadie, el sistema es el mismo en todo
el mundo occidental, inversiones monstruosas en obra pública, deudas que no se
pagan y todo lo demás. Cierto que tenemos una tasa de paro históricamente más
alta que otros, que la construcción tiene un peso excesivo en la economía y que
hasta ahora no había otras alternativas de inversión para el ciudadano que
reúne cuatro duros. Pero las burbujas existen en todas partes como ya les he
dicho en anteriores entradas. Y se pincharán. Si no, al tiempo.
Hoy quiero desmontarles otro mito
y otro complejo patrio. Ese de que somos unos horteras, que estamos todo el rato
bailando HEY MACARENA (AAAAAOM), mientras que en los países de Centroeuropa se pasan
el día escuchando a Chopin y leyendo a Goethe, mientras toman el té levantando el dedo meñique en
jardines llenos de flores. Cierto que aquí teníamos a Georgie Dann que cada año
ganaba el premio de la canción del verano con temas como El Casatchock, El
Bimbó, La Barbacoa, Máma qué será lo que tiene el negro y otras de similar
corte. Pero hace tiempo que este hombre se retiró. De hecho tiene hasta unos
hijos mayores que también viven de la música. Tienen un grupo llamado Café París,
que hace un pop blandito mucho más digno que los temas con que nos castigaba su
señor padre.
Sin embargo, aquí les traigo
algunos ejemplos de lo que gusta en la civilizada Europa. En 2010, la canción
del verano en Bélgica, Holanda y buena parte de Alemania, fue esta que tienen
en el siguiente link. Se llama “Dos cervezas, por favor”, así en español, y se
la traigo por un doble motivo, por revelar el grado de horterismo de la
civilizada Europa, y por su contribución a la mala imagen de España, de la que
antes les hablaba. Pocos en España han oído esta mierda. Ya se encargaron
los belgas de focalizar su venta hacia el norte. https://www.youtube.com/watch?v=Y5NOw2l-zVo
Increíble, ¿verdad? Bueno, pues la
de este año es todavía peor. Les hablo del boom musical de este verano: la
coreana Gangnam Style, que les pongo a continuación. No se había visto una cosa
igual desde nuestra Macarena. Gangnam es el barrio pijo de Seúl, y el cantante
local PSY (es un tío, no una empresa de trabajo temporal) ha querido reírse del
pijerío de los adinerados habitantes del lugar que, entre otras cosas, se deben
de pasar el día montando a caballo. Hay que reconocer que el vídeo que aquí les
traigo, está bien producido y es impactante, pero la música es malísima, la letra debe de ser como se la imaginan, el bailecito es horroroso, y
yo no veo justificado el éxito de esta horterada. La canción se publicó a
mediados de julio y ya es el vídeo musical más visto de todos los tiempos.
Juzguen ustedes por sí mismos.
Bueno, pues el tal PSY se está
haciendo de oro, a base de ir por el mundo grabando versiones acompañado de
famosos. En la red están sus bailecitos en compañía de Madonna, Britney Spears,
y hasta de Ban-Ki-Moon, secretario general de la OTAN. Uno de los vídeos más
vistos es el que grabó en el patio del penal filipino de Cebú, en compañía de
más de mil presos vestidos de rojo, lo que le permitió batir un record Guiness.
De todas las versiones que se han hecho, me quedo con la que han perpetrado dos
chavales de Vimianzo (La Coruña), vestidos de Doña Rogelia y en escenarios de
su pueblo. Se llama Gañán Style y aquí la tienen.
Como ven, en el mundo globalizado, los
fenómenos mediáticos llegan a todas partes, incluso a los rincones más
recónditos de mi querida Galicia, y esto me recuerda la historia del loro de
Boiro, que supongo tampoco conocen y que les cuento a continuación. La cosa sucedió
el pasado mes de marzo y tuvo bastante repercusión a nivel local, aunque apenas
se conoció fuera de Galicia. Resulta que una familia de Boiro tenía un loro de
diez años, llamado Yako, que cantaba y bailaba todo tipo de temas para
deleite de visitantes y amigos de la familia. Estaba al tanto de los últimos éxitos
a nivel mundial, aunque también conocía los temas tradicionales, como la Rianxeira, que bailaba con especial donaire.
Lo solían sacar a la calle
colgando la jaula en un clavo junto a la puerta del garaje, para que tomara el
sol, algo que le gustaba mucho, porque no hay que olvidar que se trata de
Galicia y no de Andalucía, en donde se hubiera achicharrado. El animal
saludaba a los viandantes y se enrrollaba mucho con los que le silbaban alguna
canción de moda. Hasta que un día, cuando fueron a meterlo para dentro, no
estaba. Unos ladrones lo habían robado con jaula y todo. Lo buscaron por todo
el pueblo, pero no apareció.
Se organizó una campaña en el
pueblo, editaron unos carteles con los que empapelaron todos los muros, lo buscaron
por los demás pueblos de la comarca, el asunto trascendió y, durante unos días, fue
el primer tema de conversación en toda Galicia. Vinieron las radios y las
televisiones, y el Alcalde, entrevistado
por una emisora local, declarou que
había que ser muy mal nacido para cometer la fechoría de robar un animal tan simpático y tan familiar; que no pararía hasta detener a esos cabrones, algo que antes o después sucedería, porque un loro no es fácil de ocultar, y que, como se los
pusieran delante, les arreaba semejante galoucazo que los mandaba pallá pal
Cabo da Cruz ¡¡Arre carallo!!
Atemorizados quizá por la presión
mediática, los ladrones se decidieron a devolver el loro cuatro días más tarde.
Lo dejaron de madrugada con su jaula en una caja a las puertas del bar Fornos.
Cuando el propietario del local empezó a sacar las sillas para disponer la
terraza, lo encontró y avisó a los dueños, que viven cerca. Lo que pasa es que
el pobre loro estaba muy triste, se arrimaba todo el tiempo a un costado de la
jaula, no quería comer y no respondía a
los silbidos de la gente. Todavía estaba acojonado después del mal trago pasado. No
sabían qué hacer con él y llegaron a temer que se muriera de pena.
Hasta que la hija adolescente de
la familia encontró la solución al problema. Trajo un tocadiscos y le puso el disco de Ay, si eu chi pego, otra canción de
inexplicable éxito universal. En cuanto le pusieron esa canción, el loro empezó a
bailar, primero tímidamente, y muy pronto dando los saltos y medias vueltas
que sabe. Todo el pueblo pudo ver el prodigio.
No tengo ninguna duda de que el
loro Yako ha aprendido ya a bailar el Gagnam Style.
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