A mí, de pequeño, me enseñaron
que la PRISA era mala consejera. No me lo creía hasta que lo he visto. El señor
Cebrián declaró hace unos días: “Es una pena, pero no podemos seguir viviendo
por encima de nuestras posibilidades”. Los ingenuos, como yo, pensamos que iba
a predicar con el ejemplo, reduciendo un poco su sueldo, que asciende a 13
millones de euros anuales. Pues no. Se refería a echar a la calle a 129
trabajadores, muchos de ellos excelentes profesionales que se han dejado media
vida en el periódico.
Estos señores, van a tener un año
de paro y, luego, a vivir de la beneficencia, en base a la nueva legislación
laboral, que tanto se ha criticado desde El País, y que con tanto desahogo
aplican ahora. En la lista de los despedidos, nombres ilustres: Ramón Lobo,
Javier Valenzuela, Enric González, José Yoldi. Y el pobre Forges
que, según me cuentan los que han liderado la lucha contra el ERE, no se sumó
demasiado a las movilizaciones, supongo que un poco por edad (tiene 70, según
la Wikipedia) y tal vez con la secreta esperanza de que su buen comportamiento
en estos días le eximiera de aparecer en la lista de los defenestrados.
Su esperanza se ha convertido en
Aguirre, por seguir con los juegos de palabras, que hoy estoy yo en esa vena,
después de ver como doña Botella y su yerno el señor Agag firman a favor de los
encerrados en el hospital de La Princesa. Esto es para los que creen que esta
señora no se entera. Lo de este país (con minúscula) es “pa cAGAGse". Aquí
tienen el link del diario fantasma Público, en donde se detallan las
declaraciones de Cebrián el día que anunció el ERE y dijo la frase que se cita
en el primer párrafo de esta entrada.
Se lo traigo para que Lisardo no
me siga regañando por no haber puesto muchos links en los últimos días y
también para que se fijen en una cifra: los 88.000 euros anuales que, según
Cebrián, gana de media cada uno de los expulsados por viejos, analógicos y
sobrepagados. Mis amigos defenestrados me dicen que es falso, que ellos no
ganaban tanto, pero voy a creérmelo, sólo provisionalmente para hacer unos
cálculos, que para eso soy de ciencias.
Bueeeeeeeeeeno, vaaaaaaaaale:
tengo una calculadora, lo admito, y cualquiera de letras la podría manejar
igual de bien que yo. 88.000 euros anuales, por 129 que los cobraban, sale a
11.352.000 euros, es decir, más de un millón y medio menos de lo que cobra
Cebrián. Y digo yo: ¿podría seguir saliendo el periódico si el ERE se lo
hicieran sólo a Cebrián? Pienso que sí. Desde luego yo lo seguiría leyendo,
cosa que posiblemente deje de hacer, en cuanto compruebe que ya no sale el
chiste de Forges, ni los reportajes de Enric González desde Israel.
Si el ERE se le aplicase sólo a Cebrián, la empresa se ahorraría un millón
seiscientos cuarenta y ocho mil euros, además del lucro cesante (preciosa
expresión) derivado de los lectores que, como yo, les van a mandar a paseo.
Pero podemos hacer más
cálculos. 13 millones entre 12 meses
sale a 1.083.333,33 euros al mes. Es decir, entre 30 días, 36.111,11 euros
diarios que se lleva de bóbilis nuestro querido amigo de la barba entrerrubia.
Es un dinero proporcional a un trabajo tan agotador como el suyo. No habrá
sido fácil empeño el proceso de arrinconar poco a poco a los herederos de la
familia Polanco, dejando el pastel precocinado en el punto justo para que lo
comprase el grupo Liberty, una compañía norteamericana con ánimo de lucro,
especializada en hedge funds, que no sé lo que es, pero suena bastante
mal. Esa venta tuvo lugar hace unos dos años, creo, y este ERE es uno de
sus efectos. Pero, tranquilos. A Cebrián también le llegará su ERE, y si no al
tiempo. Estos de los hedge funds no creo que se anden con tonterías.
Si piensan que bromeo con eso de
las cosas que suenan mal, se equivocan. Es algo científicamente demostrado. Por
ejemplo: ¿saben ustedes por qué el conocido banco HSBC Bank utiliza siglas y no
pone nunca su nombre completo? Si entran en Internet y lo buscan, verán lo
difícil que resulta averiguar qué significan esas siglas. Aquí les pongo el
significado: nada menos que Hong Kong & Shanghay Banking Corporation. No sé
a ustedes, pero a mí ese nombre me da mucho miedo. Por eso utilizan las siglas.
Si le dieran más publicidad al nombre completo, captarían muchos menos clientes
en el mundo occidental.
Mal día éste en el que se han
terminado de cargar El País. Desde que salió en 1974, ha sido una referencia
para todo un sector de la sociedad, aunque últimamente andaba bastante revirado
y había entrado a la pugna con El Mundo a base de igualarse con ellos a la
baja. En el fondo y en la forma. Unos y otros se están suicidando ellos
solitos, en un mundo en el que la información fluye ya por otros canales.
Habrá que seguir adelante. La
verdad es que desconozco si en la lista negra están El Roto, Peridis, Carlos
Boyero, John Carlin y tantos otros que cada día nos acercan una visión de la
realidad siempre interesante. Yo seguiré leyendo sus artículos y sus viñetas. Y
no dudo de que Forges conseguirá otra tribuna, desde la que seguirá publicando
sus maravillosas ideas, siempre llenas de ternura. Un colega bloguero (Javier
Sanchez, a quien no tengo el gusto de conocer) ha recopilado algunas de las
mejores viñetas de este buen hombre sobre la crisis que finalmente se lo ha
llevado por delante. Les dejo el link de propina.
El pollo Juanli creo que fue jefe de informativos de TVE con Farias Navarro al final del frankismo. Y del Pais...no te puedes fiar ni de la numeración de las páginas...(Paco Méndez).
ResponderEliminarDe acuerdo, Paco, pero para mí es todavía peor El Mundo, que miente desde la propia cabecera (El nombre real es El Inmundo)
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