Bueeeeeeeeeeeeeno, no se me
molesten, ya sé que no están todo el día tocando la zambomba y escuchando
villancicos con cara de arrobo. Ha sido automático: les he pinchado un poquito,
a cuenta de su absentismo bloguero navideño, y han vuelto a dispararse las
visitas. Ya veo que, como el bebé de la historia que les contaba en mi última
entrada, no habían abandonado la buena costumbre de entrar en mi Blog, sólo
estaban descansando. Como premio, voy a dejar a un lado mi propósito de esperar
a que pasen las fiestas, y vamos a empezar ya a dar caña. ¿Por qué no? Y, para
dar caña, nada mejor que Cañete.
El actual ministro de Agricultura,
Miguel Arias Cañete, ya visitó esté Blog en la entrada nº 2, a cuenta de sus viejas
declaraciones explicando que un camarero marroquí nunca tendría el mismo salero
que uno nacional, a la hora de servir un desayuno como Dios manda, porque no
lograría entender si el desayunando quiere la tostada con crema, con manteca
colorá, con boquerones en vinagre o con tomate.
Bien, pues este orondo señor
ha vuelto a abandonar el anonimato de la segunda línea del Rajoy team, para felicitarse públicamente por la reciente sentencia
de la Audiencia
Nacional que anula las sanciones impuestas por la Comisión Nacional
de la Competencia
(CNC) entre 2009 y 2011 al Consejo Regulador del Vino de Jerez, por sus
presuntas prácticas monopolísticas. Aquí tienen el link al Diario de Jerez, en
donde se da cuenta de las declaraciones del señor Cañete.
Muy bien. Algunas reflexiones al
respecto. Las prácticas monopolísticas tienen una amplia tradición en España,
en donde mucha gente se proclama liberal (como Esperanza Aguirre), pero luego
arrima el ascua a su sardina, familiar o gremial. Ser liberal está muy bien, yo
me proclamo liberal, estoy convencido de que la competencia es buena dentro del
sistema de libre mercado en el que nos movemos, y para el que ya no parece
haber alternativa desde el derrumbe del mundo soviético. Pero yo no soy un liberal-esperancista, uno de esos que
dicen que mucha libertad, pero para que yo, desde el poder, favorezca a mis
amigos o mi familia.
La libre competencia se basa en
la existencia de unas normas que regulan el funcionamiento de los mercados,
mientras que el liberal-esperancismo
se basa precisamente en la eliminación de esas normas, en lo que se ha dado en
denominar con el palabro “desregulación”. En esta sociedad tan hipócrita en la
que vivimos, se desarrolla una lucha continua entre los que vigilan el
cumplimiento de unas mínimas normas de libre concurrencia en los mercados, y
los que tratan de burlarlas. Es como la carrera permanente entre el doping y el
anti-doping.
En ese marco, es donde hay que
situar la sanción al que también podríamos llamar “cártel del vino de Jerez”.
Su verdadero nombre es: “Consejo Regulador de las denominaciones de origen
Jerez-Xérès-Sherry, Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda y Vinagre de Jerez”.
Parece ser que la CNC
investigó durante años las prácticas que este organismo desarrollaba desde 1991
(y se supone que desde antes), y decidió imponerle unas multas superiores al
medio millón de euros, que ahora ha anulado la Audiencia Nacional.
Las prácticas del Consejo suponen
un sofisticado sistema de fijar los precios del mercado de la uva, y manejar a su antojo la oferta
de mostos y caldos de la región que controlan. La Audiencia basa su
decisión en dos argumentos: que la
Junta de Andalucía estaba de acuerdo con el sistema y que se
le había dado publicidad suficiente. Es como si un proyecto urbanístico
contrario al planeamiento vigente se convirtiera en legal sólo porque lo
respalde un organismo oficial y se publicite a los cuatro vientos.
Bien, hasta aquí, nada demasiado
escandaloso. El vino de Jerez es un patrimonio nacional que se debe proteger,
cuyos orígenes se remontan a los tiempos antes de Cristo, cuando los fenicios
plantaron las primeras viñas. Su historia la encuentran ampliamente relatada en
la Wikipedia
y no hace falta que se la reproduzca aquí. En Inglaterra ya apreciaban el jerez
en el siglo XII. El auge definitivo de esta industria viene del siglo XIX y se
debe a una serie de cultivadores ingleses: Sandeman, Terry, Domecq, Osborne,
Garvey, Duff-Gordon y tantos otros que les sonarán de las estanterías de los
bares. Y González-Byass (o González by
ass, versión chusca que no hace
falta que les traduzca, que todos ustedes entienden el inglés elemental).
La legislación en que se basa la
creación de la CNC ,
intenta proteger al consumidor de las prácticas monopolísticas, y podríamos
llegar a entender que el Gobierno quiera, en estos tiempos de crisis, proteger
más al productor que al consumidor y, por tanto, subvencionar esa industria,
relajar los controles anti-monopolio y salvar un sector productivo del que
viven tantas familias y que además es patrimonio nacional, etcétera. Tengamos
en cuenta también que el vino de Jerez no es un artículo de primera necesidad,
no es como si la Audiencia
adoptara una resolución similar con el trigo, por ejemplo. Incluso podríamos
entender que el señor Cañete, como Ministro de Agricultura, quiera velar por la
pujanza de un importante sector productivo, por encima del cumplimiento
estricto de las leyes de la libre competencia.
Pero la clave del asunto la
encontramos en la propia Wikipedia, sólo buscando la referencia personal de don
Miguel Arias Cañete. Transcribo directamente: Arias
Cañete está vinculado a Jerez de la Frontera por
su matrimonio con Micaela Domecq y Solís-Beaumont, novena hija de Juan Pedro
Domecq Díez y de Matilde de Solís-Beaumont y Atienza (hija de los
marqueses de Valencina), con
la que tiene tres hijos. Ha sido, por tanto, cuñado del ganadero Juan Pedro Domecq. Este hermano
de su esposa, hasta su fallecimiento en 2011, estaba casado con la condesa
del Asalto, María Teresa Morenés y Urquijo, a su vez prima de otro ministro del
gobierno de Mariano Rajoy, Pedro
Morenés. Fin de la
cita.
Pues, como suele decirse, sobran los comentarios.
En fin, algún jerez tendrá que beberse este señor, a ver si olvida su contrariedad por no hallar en sus presupuestos una partidita para los trasvases que en los tiempos de Ánsar iba a hacer por c... (criadillas) y se quedó con las ganas.
ResponderEliminarLo de los trasvases ya lo incluí como uno de los grandes horrores del segundo mandato de Ansar, en la entrada 48, que, por cierto es de las que menos ha visitado la gente, vaya usted a saber por qué. En febrero de este año, ya de nuevo ministro, volvió al ataque con el asunto, a pesar de lo que dijo al respecto el CSIC (ver www.publico.es/420707)
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