Decían algunos estúpidos que si
se acababa el mundo el otro día. Bueno, estúpidos los que se lo creyeron en
serio, no me parece mal como juego y tema de conversación un poco más lúdico
que todos estos de la crisis que nos han agobiado este año. Como siempre,
algunos chistes realmente ingeniosos, por ejemplo, el siguiente. Sobre una
imagen institucional, típica de los anuncios del Gobierno, se escucha una voz en
off que, con toda seriedad, dice: “Se comunica a toda la población que el día
del fin del mundo queda aplazado sine die en nuestro país, hasta que los
españoles paguen las tasas establecidas para el Juicio Final. Ministerio de
Justicia. Gobierno de España”.
Pues el mundo no se ha acabado
pero, como cada año, todas las rutinas se interrumpen durante tres semanas.
Pongo algunos ejemplos. El otro día bajé a cortarme el pelo al local de mi amigo
Jurgen y, como siempre, hablamos de lo divino y lo humano. Observé que tenía
una de las tres sillas de peluquero de que dispone arrumbada en un rincón y
tapada con una toalla. Parece que alguien se sentó en ella con brusquedad y le
quebró una de las patas con rueda. Jurgen pidió el recambio a la empresa que
las fabrica, y le contestaron que no se lo podían mandar hasta enero, porque la
empresa de suministros cerraba por Navidad.
Otro ejemplo. Hace unos años me
diagnosticaron rotura de menisco con derrame en la rodilla izquierda a primeros
de diciembre. Tenían que operarme ya, pero me dijeron que eso no era una
urgencia y, con los turnos de vacaciones, etcétera, me dieron una fecha de
finales de enero. Los que presentan un proyecto para licencia urbanística en
los primeros días de diciembre, ya saben lo que les espera. No hablemos de los
juicios, las sesiones parlamentarias del Congreso y todo lo demás. Jurgen dice
que en Alemania no es así, pero yo me sospecho que no será muy diferente.
Excepto que no celebran la fiesta de Reyes y tal vez paran dos semanas en vez
de tres.
Estos días, periódicos y televisiones
también se dan un descanso. Por ejemplo, en el día de ayer uno podía poner
cualquier emisora de radio o televisión y encontrarse las mismas noticias del
año pasado: el Gordo ha estado “mu repartío”, para variar, y nos asaltan las
imágenes de tipos alelados de felicidad porque les ha tocado un premio grande.
Ya les dije que este año no jugaba ni un céntimo, en respuesta a la supresión
de la paga de Navidad, pero los anteriores, en los que jugaba dos o tres
décimos y unas diez o doce participaciones, mi sensación era la misma. Vale, es
la noticia del día, pero no hace falta que le dediquen medio telediario.
Además, conociendo cómo funciona
la televisión, yo no me creo que los premiados salgan a la calle y se pongan a
hacer el mono de forma espontánea y que, casualmente, aparezca por allí la
televisión a filmarles. La cosa es justo al revés. Los de la tele buscan en
dónde ha tocado algo, encuentran a unos tipos sin duda felices, preparan el aparataje y les dicen: hala,
salid ahí fuera, descorchad una botella y decir alguna gilipollez. Y los tipos
obedecen. Sólo así se explica la falta de naturalidad y la homegeneidad de las
escenas con que cada año nos acribillan por estas fechas.
Teniendo en cuenta que el mundo
no se acaba, pero se paraliza tres semanas, yo también tendré que reducir mis
entradas en el Blog, porque el descenso de audiencia que ya noto normalmente en
los fines de semana, se va a agudizar en estos próximos días (ya lo estoy
notando). Comprendo que todos ustedes están muy ocupados con la organización de
cenas, compra de regalos, elaboración del arbolito de Navidad y el Belén,
consumo de cava, digestiones pesadas y todo lo demás. En el fondo, el hecho de
que podamos celebrar estas fiestas y parar el mundo tres semanas es un
indicativo de que el desmantelamiento del Estado de Bienestar que hemos sufrido
sistemáticamente este año, no ha acabado con todo.
Hemos llegado hasta aquí sin
pedir el rescate, a pesar de que hasta El País lo reclamó en un editorial, y a
mí me parece muy bien, porque, como dije en la entrada 55, entiendo que los países
rescatados están bien jodidos y el rescatado dos veces (Grecia) está jodido al
cuadrado. Por cierto, qué ironía la de las agencias de calificación que han
decidido subir la nota de Grecia de “mierda menos” a “mierda más”. No sé cómo
no les da vergüenza.
El pobre Obama está en las mismas
que en la legislatura anterior. Los republicanos continúan “dando musho por
culo” y lo están empujando hacia el “abismo fiscal” que no sé lo que es, pero
suena fatal y me temo que los que lo sufriremos seremos los europeos. El señor
Berlusconi amagó con presentarse, subió la prima de riesgo y enseguida se
apresuró a decir que no lo tenía tan claro y la prima se relajó otra vez. Ya saben:
el bailecito del reggaetón que les explicaba en las entradas 2 y 5, y unos
cuantos brokers que se forran con la subida y luego con la bajada, entre ellos
quizá el propio Berlusconi, que no creo que esté por la labor de volver a ser
presidente, cuando va a casarse con una de 27 y puede seguir divirtiéndose en
la sombra y dando sustos de vez en cuando: ¡Ojo que vuelvo! Cómo se lo pasa. Y
mientras, mi admirado Monti deshoja la margarita y se hace querer. Hace bien.
Si quieren que siga, que le garanticen que Berlusconi no va a andar todo el
rato amagando con salir de la nevera.
Pero todo esto pasa a segundo
plano durante tres semanas en las que vamos a aparcar los problemas, vamos a
agarrar una zambomba y ¡hala! a cantar villancicos, empancinarnos de turrón y
polvorones, gastar más de lo debido, hacer regalos, mandar mensajitos de
felicitación y christmas protocolarios y celebrar que el Gordo ha vuelto a
estar mu repartío. Como no quiero hacer de cenizo, rebajaré el ritmo de mis
entradas y les daré un poquito de cuartel. Por cierto, ya me han avisado de que,
si quiero ser lo suficientemente cool para
que mi Blog salga en la portada del Huffington Post , tengo que dejar de hablar
de “entradas” y decir “posts”. Casi que voy a seguir como estaba.
Sean felices, quieran a los que
les quieren y disfruten del lapsus de tres semanas. Confiemos en que estas
fiestas preludien un año no tan malo. Por lo menos, no perdamos el sentido del
humor. Yo voy a descansar un poco, pero seguiré aportando mi granito de arena
para que la gente se tome la crisis con menos dramatismo. Ya saben que nunca ha
sucedido que después de llover no escampe (lo dije en mi post, perdón entrada, número 1, la que inauguraba el Blog). Hay que
seguir peleando. Hay muchos frentes abiertos y la lucha es lo que le da sentido
a la vida. Felices fiestas.
Menos mal que esta entrada (o este "post") tiene un talante más festivo. Incluso has caído en el topicazo de desear Felices Fiestas a tus lectores. Por cierto, lo de "empancinarnos" me ha encantado. Y oportunidades de colocarlo en las conversaciones de estos días no van a faltar. Superado el primer asalto (Nochebuena), afrontamos con resignación los tres que quedan: Navidad, Nochevieja y Año Nuevo, magníficas ocasiones de empancinarse a placer. El roscón de Reyes es más ligerito y además lleva agua de azahar: una mariconada.
ResponderEliminarEmpancinarse es palabra utilizada en La Mancha, en la zona por donde se mueve Don Quijote, y también donde nació mi padre, de quien la heredé. Es un derivado de panza, obviamente, y me gusta porque expresa con mucha claridad lo que quiere decir.
EliminarMi padre requería a veces los servicios de un hipnotizador para dormir pacientes alérgicos a los anestésicos comunes. Este hombre, en las fiestas solía hacer el numerito de dormir a uno de los loros que tenía. Se lo ponía en el antebrazo, lo miraba fijamente y lo dejaba frito. En una ocasión tuvo que salir pitando porque el loro (según sus palabras) se le había escagarrizado. También es palabra que expresa lo que quiere decir (en este caso gallega).
Besitos.
Muy cultas las referencias lexicales; son estas fechas no solo de empancinarse, sino también de escagarrizarse, a cuenta de los atracones... la gente se cree que se acaba el mundo y lo único que se acaba es el año. Pero no hay miedo, tenemos otro nuevecito, para empezarlo otra vez por enero.
EliminarA ver si lo mejoramos. Una vez sobrevividos a lo más gordo de las fiestas, nos queda el día de Reyes. Te envío mis mejores deseos para este año nuevecito que hemos empezado hoy a gastar.
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