Bien, después de pasar una semana
en San Petersburgo, creo que se pueden hacer unas consideraciones sobre lo que
he visto (llamarle reflexiones a lo que sigue sería un ejercicio de
petulancia). Hace 25 años la Unión Soviética se vino abajo de forma
estrepitosa. El país hubo de reconstruirse sobre las bases de un sistema
capitalista para el que los rusos no estaban preparados ni formados. El
derrumbe del anterior sistema supuso un trauma colectivo del que poco a poco
van saliendo. El nuevo sistema conlleva una diferencia de clases que antes no
había. Ahora hay una clase alta que está literalmente forrada, y también gente
muy pobre, que antes no existía. En el sistema soviético, la gente estaba
igualada a la baja, en un nivel de pobreza digno, que te garantizaba trabajo,
vivienda, salud y educación. Ahora todo esto hay que peleárselo, como en
cualquier otro sitio del mundo.
La desigualdad es también
geográfica. En Moscú y en Piter se
vive bastante bien, pero el resto de Rusia está bastante depauperada, tal como
me contó mi amigo Alexander, el ruso de Sigüenza. Colectivamente, el país
progresa, pero hay gente joven de provincias, como este Alexander, que quieren
vivir bien ya, no pueden esperar. Por eso emigran a las dos grandes ciudades y,
el que puede, se va fuera, algo que no es nada fácil. Y, dentro de las dos
grandes ciudades, me comentaron que Moscú es un lugar mucho más duro, donde hay
muchos más mendigos y te roban o te atacan con más facilidad. En Piter, te puede pillar algún mangushev que te robe la cartera sin que
te enteres. Pero no es un lugar violento. Así que, realmente yo he estado en un
lugar que es la crême de la crême. Del resto del país no puedo opinar, porque
no lo conozco.
En Piter, la gente joven trabaja y está contenta. Las mujeres rusas
gustan de casarse jóvenes, antes de volverse feas (luego profundizaremos en
esto) y tienen niños en cuanto pueden. Se ven muchas parejas vestidas de boda
haciéndose fotos junto a los monumentos. Esta gente casi no conoció la situación anterior y están
libres de traumas. Entre los jóvenes con los que pude hablar (Svetlana, Natasha
y algunos otros), se capta un sentimiento de admiración y orgullo por la vieja
Rusia imperial, por el esplendor de los zares. Y se habla del período soviético
con mucha naturalidad, como algo que sucedió y hay que asumirlo. Nada que ver
con nuestra relación con el franquismo, que nadie quiere mirar de frente,
parece que nunca sucedió y se echa en falta un acercamiento riguroso, que analice
de forma desideologizada un período que tuvo sus cosas buenas y malas. Los
rusos hablan con la misma naturalidad de los actuales oligarcas, mafiosos y gangsters,
como algo que está sucediendo y hay que admitirlo.
Y, sin excepción, la gente adora
a Putin. Es la persona que ha restaurado el orgullo patrio. Este señor, incluso
ha conectado con la heredera de los zares, la gran duquesa María Vladimirovna
Romanova, que vive en Madrid donde nació, y a la que Putin invita a los actos
protocolarios de mayor alcurnia y tronío. No sólo eso, sino que a su hijo Jorge
le ha buscado una colocación como representante ruso en Bruselas. AQUÍ
pueden consultar una entrevista con esta señora, que ya anticipaba su
acercamiento al gobierno ruso, acercamiento que, me consta, se ha producido ya.
Algo parecido ha sucedido en Rumanía, con el heredero del trono, un anciano que
vive en su país desde hace bastante tiempo. El sueño de Putin es devolver a
Rusia a su posición dominante en el mundo.
La gente joven de Piter es activa, trabaja, vive la vida,
se divierte. La ciudad está en los circuitos. Hay buenos clubes de jazz, como
el Jimmy Hendrix Club, y lugares míticos del rock, como el Money Honey, que se
abrió en 1994, por lo que presume de ser el club de rockabilly más antiguo de
Rusia. Lo vi una de las tardes en que anduve rondando la plaza Senaya y era muy
bonito, pero los conciertos empezaban muy tarde para mi horario de turista
solitario. Y luego está la gran discoteca A2 Club, en donde se celebran los
mejores conciertos de rock con artistas internacionales (la ciudad estaba llena
de carteles anunciando al grupo americano Garbage para el 15 de noviembre). Esa
misma gente joven, alternativa y animosa son los que han rebautizado la ciudad,
con ese nombre abreviado que algunos de mis lectores más desconfiados piensan
que me lo he inventado. Les diré que la emisora que escuchan todos los
conductores de bus y taxi se llama Piter FM. Y aquí tienen la imagen sobre la
sudadera que le compré a uno de mis hijos. Está en ruso, pero se lee
perfectamente: I love Piter.
En cuanto a los rusos, pues ya
quedó dicho que son algo secos, que no tienen por costumbre sonreír a un
desconocido y uno puede pensar que están siempre enfadados. Pero, una vez rota
la coraza de las convenciones, pueden resultar entrañables, dentro de su estilo
rudo y bárbaro. Y nos queda hablar de las rusas. Aquí tengo que reseñar una
discrepancia doctrinal entre mis dos gurús. Parece claro que las rusas, hasta
los 30 son una preciosidad, de las mujeres más bellas del mundo. Y luego se
estropean. Según mi amigo Juanmi el Guitarrero, esto se debe a dos causas: el
frío y la mala vida que les dan sus hombres, que son unos brutos. Es decir,
que, si yo me trajera a una rusa aquí al calorcito del sur y la tratara con
amabilidad, seguiría siendo guapa para siempre.
Mi amigo X niega la mayor. Dice
que las rusas después de los 30 se afean, cierto, pero no porque se agosten,
sino porque engordan y se ponen como botillos. Así que, si te traes una a
España y se forra a paellas, pues igual se pondrá cual foca. El Guitarrero no
está de acuerdo. Dice que, efectivamenmte, las rusas se estropean después de
los 30 porque engordan. Pero eso se debe también al frío. Para contrarrestar
temperaturas de veinte bajo cero, han de hacer una comida muy grasa y
abundante. Así que, si te traes una a España, le vigilas que haga una dieta
mediterránea y se guarde del caldo-puchero, pues puede que la cosa resulte,
joder, que el que algo quiere algo le cuesta. ¿Cómo? ¿Que no saben lo que es el
caldo-puchero? ¿O sea, que no se enteraron del atentado que se preparaba en
Sevilla durante la fallida visita de Obama? ¡Cómo se nota que no leen El Mundo Today!
Abajo tienen la reseña del suceso en esa divertida Web que subvierte la
realidad sin ataduras.
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