No da uno abasto, con tantos
sobresaltos. El desenlace de las elecciones locales del domingo en Madrid, fue
tan reñido, emocionante e incierto hasta el final, como el de la liga del
Dépor. En los primeros recuentos, Carmena y Aguirre iban empatadas a 20
concejales, con el PSOE y Ciudadanos bastante lejos. Pero Esperanza empezó a
remontar, llegó a los 21 y siguió aumentando la diferencia. Al final, le
faltaron 10.000 votos para sacar el concejal decisivo. Una miseria. Por eso está tan rabiosa. Yo, hasta que no
vea a la señora Carmena con el cetro de mando municipal, no respiraré tranquilo,
que las huestes de Aguirre (La cólera de Dios) deben estar echando humo,
urdiendo algún posible tamayazo o similar para revertir la situación. Como ya he dicho,
Carmena y Carmona harán bien en atar corto a sus huestes, que incluso a Cristo
le salió un Judas y aquí basta con un solo concejal que flojee en sus
convicciones para que se vaya todo a la mierda. Luego no digan que no les
avisé.
Hace más de dos años, casi con el blog recién inaugurado,
me vi sorprendido por el anuncio de la dimisión de Esperanza como presidenta de
Madrid y le dediqué un texto no demasiado crítico, en el que hasta deslizaba un
cierto componente admirativo hacia la potencia del personaje. Era yo tan ingenuo
que me creí que la despedida era real y definitiva, y ya saben que en el fondo
soy un sentimental (en estos momentos estoy cocinando algo similar sobre
Botella, de quien creo que sí que se va de verdad). Lo cierto es que todo lo
que dije entonces, me parece que puede sostenerse sin demasiado bochorno. Les
pido que lo relean, porque allí mantenía yo la teoría de que a esta señora la
bronca le pone, que la gresca es lo que la revitaliza. Que su puesto de
presidenta era un aburrimiento desde que se había ido Gallardón de la alcaldía
y ya no podía dar patadas en la espinilla a contrincantes de su talla. AQUÍ
tienen el texto citado.
Pero resultó que esta señora no
estaba muerta (políticamente). Lo que estaba es mal enterrada. Esperanza representa
una ideología política que casi no tiene cabida ni en el PP, y por eso Rajoy la
quiere mandar a su casa, pero no lo acaba de conseguir. Una ideología que yo he
llamado el liberal-esperancismo. Eso no es liberalismo. Yo, por ejemplo, me
considero bastante liberal. Creo en el libre mercado. Pero el libre mercado,
tal como dijo hace mucho Karl Popper, ha de estar regulado. Por unas normas
justas que garanticen la libre competencia. Lo que quiere esta señora no es
eso. Esta señora quiere la desregulación, es decir, la ausencia de normas. El
río revuelto, que valga todo. Eso sin duda favorece a los poderosos, a los
amigos del que está en el poder y a los enchufados. Los carromeros y pequeñonicolases.
Por supuesto, la ausencia de unas
normas que regulen la competencia justa e igual para todos, favorece a los más
grandes. En la jungla, el pez grande se come al chico. En un contexto
desregulado pululan a sus anchas tipos como Florentino o Villar Mir. Este
último se ha apresurado a declarar que está muy preocupado por la nueva
situación. No me extraña. Con la señora Carmena en la alcaldía no va a poder
seguir haciendo operaciones Canalejas impunemente. Por cierto, ¿saben ustedes
que aspecto tiene este Villar Mir? No se deja ver demasiado. Tampoco es de
extrañar. Abajo tienen su foto. Comprobarán que está echando una pinta cada vez
más próxima a la del abuelo de la Familia Monster.
Pero la campaña nos ha dejado
cosas muy interesantes. Si leen mis opiniones en su arranque, yo estaba
convencido de que ganaría holgadamente Aguirre. Luego empecé a dudarlo, porque
la vi muy nerviosa y desquiciada. En su debate con Carmena todo el mundo pudo
contemplar a una señora maleducada, crispada, agresiva e insultona, enfrentada
a una mujer calmada, serena, que no se inmutaba con los ataques, que respondía con tranquilidad,
cultura y saber estar. Al final, le han faltado 10.000 votos. Cifuentes ha
sacado 5.000 votos más que ella, en la ciudad de Madrid. Y los otros 5.000 que
le faltan a lo mejor son votantes del PP que han optado por la abstención.
Esperanza los ha asustado a todos. Mi impresión es que el tema lo ha cagado
ella, que partía de unas condiciones perfectas para haber sacado un mejor
resultado, pero que su campaña ha sido casposa, franquista y basta. Y este país
ha cambiado. Eso ya no gusta. Cifuentes es más educada y encima tiene el cuajo
de hacer campaña por el PP enseñando un tatuaje que tiene en el culo.
Esperanza ha perdido las
elecciones ella sola, por muy poco, porque encima le ha hecho a Carmena la
mejor campaña. Y gratis. Cuanto más la insultaba, más gente la conocía y la
escuchaba. Yo hace un par de meses, hombre, no puedo decir que no me sonara la
juez Carmena, pero no le ponía cara. Ahora todo el mundo la conoce, gracias a
Esperanza. Y para colmo de males, unos días antes de las votaciones salió a la
luz la declaración de la renta de Aguirre. Y más de uno de los que votan al PP
desde las clases humildes se ha sentido estafado y escandalizado. Este es un
asunto muy raro. Yo pensé que la filtración venía de Montoro, es decir, de
Rajoy. O sea: fuego amigo, que es el más peligroso. Pero conocidos que tengo en
la Agencia Tributaria me dicen que es imposible, que no hay rastro de ello y
que con los sistemas actuales es imposible entrar en los datos de un
contribuyente sin dejar rastro.
Desde el entorno del Gobierno de Rajoy se
dice que ha sido la propia Esperanza o alguien de su círculo más íntimo, quien
ha filtrado la declaración. Yo no me lo creo. ¿Qué objeto podría tener? ¿Qué se
hable de ella aunque sea mal? ¿Mostrarse como víctima de una persecución? Me
parece demasiado maquiavélico. Pero no puede descartarse, con este personaje.
Las reacciones posteriores lo que vienen a demostrar es que esta señora se ha
vuelto loca. Primero ha intentado acercarse a Carmona para hacer un frente
antiCarmena. Luego ha ofrecido asociarse a Carmena, siempre que se garantice
que no va a haber propuestas soviéticas en los barrios (sic). Por si le quedaba
alguna mala cualidad por mostrar, ahora está demostrando que tiene muy mal
perder. Debería cuidarse un poco, no sea que le vaya a dar un ictus. Que la
cólera es muy mala para la salud.
Lejos quedan los tiempos en que
controlaba el cotarro con solvencia, desde su puesto de presidenta regional.
Abajo les pongo una foto histórica. La señora Aguirre retoca su maquillaje,
rodeada de sus más fieles. De izquierda a derecha: Granados (actual inquilino de la
cárcel que él mismo inauguró), Prada, que por entonces ignoraba que los otros
lo espiaban usando a las fuerzas del orden público, López Viejo, multi-imputado
y reconocido por todos como el más chorizo, y por último, Güemes, yerno del
corrupto Fabra y marido de la ínclita Andreita, que tras impulsar la
privatización sanitaria apareció en la nómina de las empresas concesionarias de
dicha privatización, igual que su predecesor Lamela. Menuda banda. Da gloria
verlos.
En fin, como funcionario
municipal, es posible que los nuevos me jodan. En el mejor de los casos, puede
que tarden tanto en enterarse de por dónde van los tiros que, para cuando se empiecen a
aclarar, yo ya esté a las puertas del retiro. Pero, como ciudadano de Madrid,
siento un alivio infinito (aun no definitivo, porque la señora Aguirre es como
esos bichos que pisas y nunca se mueren del todo). Esta ciudad ya ha sufrido
bastante durante 26 años de gobierno de la derecha. Ya tocaba cambiar. Y, sin dudarlo: Madrid
no se merece una alcaldesa como Esperanza. Ella lo lleva muy mal pero, parafraseando a la señora Güemes, pues eso: ya saben cual fue la frase que la hizo famosa. Sean Buenos. La publicación de este post se me ha ido de fecha por 5 minutos. Es que he parado de escribir para ver la Final de la Europa Ligue, que estaba muy emocionante. Una vez más han ganado los buenos. Seguimos en racha.
Para mí el hecho decisivo son los 5.000 votos de más que ha sacado Cifuentes. Con un discurso moderado, tranquilo y (importantísimo) excluyendo la corrupción, el PP tiene aún mucho que decir. Comparativamente es el partido en el que más se puede confiar todavía y ya lo veremos rehacerse en las generales de noviembre. Si limpia la corrupción y elimina de sus filas a personajes como Esperanza, seguramente ganará. Los demás son muy poco fiables por ahora.
ResponderEliminarBueno, digamos que discrepo amablemente de su comentario. Yo creo que el PP tiene que refundarse, rejuvenecerse y soltar mucho lastre. Ahora mismo, me temo que su corrupción es estructural y casi consustancial. Estos también han de quedarse con lo válido y eliminar la purrela. Y una persona que declara a los medios cosas como "al que le pique, que se rasque", pues está claro que forma parte de esa purrela a sanear. Estoy convencido de que la campaña la ha perdido esta señora, por su continua exhibición de chulería, mala educación, agresividad, falacia, prepotencia, facundia lamentable. Ese perfil de mujer malhablada y chabacana ya no gusta a la sociedad española. Por fortuna nos hemos vuelto más finos y apreciamos más la discreción y la tranquilidad de la señora Cifuentes, por no buscar ejemplos fuera del partido.
EliminarEn cuanto a las formaciones emergentes, son tan fiables como lo podía ser el PSOE en 1982. Habrá que darles margen y observar cómo lo hacen. Y si no nos gusta, ya se lo haremos pagar en noviembre.
Haces bien de prevenirnos. Esperanza anda maniobrando en la sombra y hará todo lo que pueda para conseguir la alcaldía. Pero lo mismo están haciendo todos los demás: Trías en Barcelona, Gabilondo en la Comunidad de Madrid y tantos otros. Es pronto para celebrar nada. Sólo nos queda esperar y ver.
ResponderEliminarLo de Esperanza es patético. Sería para morirse de risa, si no nos jugáramos tanto. Es cojonudo que proponga hacer un frente anti Carmena y luego invite a Carmena a participar en el frente anti Carmena. Al final, confesó que se estaba liando y pidió disculpas.
ResponderEliminarEl problema es que, detrás de ella están Villar Mir y los demás, con un cerro de millones dispuestos para comprar a quien sea. Yo creo que los de Ahora Madrid no bajarán la guardia. Y, en cuanto al PSOE, teniendo en cuenta que el que controla el cotarro es Simancas, sería increíble que se lo hicieran otra vez. Además, la situación de la calle no es la de hace doce años y el personal está muy harto del PP, de la corrupción y de la sinvergonzonería. Si se diera un nuevo tamayazo, el personal tomaría las anchas alamedas y marcharía a tomar el Palacio de Invierno. Lo mejor que pueden hacer es dejar que las nuevas formaciones gobiernen en donde puedan. Ya se cuidarán de hacerlo bien. Y, en caso contrario, a la próxima se les echa.
Entre tanto, menudean los retratos demoledores. Ya saben que aquí es imposible incorporar links, pero igual se lo pongo. Tienen que copiar y pegar. Es extraordinario: http://www.eldiario.es/zonacritica/final-personaje_6_392720745.html