Hace muchos años, cuando yo
estudiaba (es un decir) en la
Escuela de Arquitectura, teníamos unos cuantos profesores
peculiares, entre ellos, don Antonio Camuñas, padre de futuros políticos y
cabeza de una Fundación en la que, paradojas de la vida, me tocó tiempo después
dar un par de clases anuales en su máster de planeamiento, durante los años en que el Plan General de Madrid de 1997 se consideraba todavía novedoso, algo
que poco a poco se fue extinguiendo, a medida que el Plan se iba haciendo viejo,
hasta que un año ya no me llamaron más y perdí toda relación con ellos.
Don Antonio Camuñas era el catedrático
de la asignatura Materiales de Construcción
y, cuando yo lo tuve de profesor a primeros de los 70, asistía a las clases
impecablemente trajeado y bastante estupefacto ante los atuendos de los alumnos,
por entonces bastante uniformados en el desaliño, con jerseys llenos de
agujeros, tejanos raídos de verdad, greñas sobreabundantes, barbas que subían
casi hasta las cejas, olor a sobaco y aire general insolente y faltón. Pero él era inasequible
al desaliento y seguía proclamando sus máximas arquitectónicas y vitales, sin
importarle que el personal se choteara de ellas de forma más o menos explícita
y ruidosa. Una de estas máximas era: el buen arquitecto ha de salir cada mañana
de su casa correctamente vestido con traje y corbata, por si a lo largo del día
surge la ocasión de que se le haga objeto de un homenaje.
Se pueden imaginar las carcajadas
de los ácratas y similares que dominaban por entonces el alumnado. Entre varios
amigos le dimos la vuelta al consejo y nos dedicamos a organizarnos homenajes
entre nosotros, por los motivos más surrealistas que se nos ocurrían. Por ejemplo,
Fulanito rompía con su novia: pues le hacíamos un homenaje. O a menganito le
salía una verruga en una mano: pues organizábamos el Día de la Verruga. Estos homenajes
consistían, como se pueden imaginar, en cenar todos juntos, convidar a escote al
homenajeado y seguir luego bebiendo como cosacos hasta altas horas de la
madrugada, en que nos retirábamos a nuestros cubiles borrachos, felices y exhaustos, a
descansar hasta la siguiente ocurrencia. Como pueden ver, el alcohol era un
elemento consustancial de esta deriva en la que recaíamos los estudiantes de
provincias, que nos llevaba a prolongar los años de carrera hasta el límite del
aguante de nuestros padres, que no sabían qué hacer para reconducirnos a la
buena senda.
El Coronel Groucho, seguidor a
rachas de este blog, lideraba por entonces un grupo rockero al que inicialmente
bautizó como Ganglio y luego cambió a
Water de Caballeros. Por ese grupete íbamos
rotando algunos aficionados efímeros como yo, hasta que el invento se disolvió
en el tiempo, con la diáspora de todos a distintos lugares de la piel de toro. Pues
bien, aprovechando que el Coronel ha reanudado hace poco su contacto con el
blog, le escribo este texto a modo de homenaje, que ya completaremos en su día
con el alcohol que ahora no podemos compartir por la lejanía. En el Post #253,
terminaba yo el texto con un vídeo reciente del grupo de punk Rancid, que me
recordó vagamente al Coronel y así quedó trascrito. El vídeo correspondía a la
canción Time Bomb, interpretada en
directo en Ámsterdam.
Pues bien, el cantante del grupo,
que se llama Tim Armstrong, ha decidido diversificar sus actividades creativas.
Ahora no sólo lidera el grupo Rancid, sino que además se reúne con amiguetes y
graba canciones de borrachos y vagabundos. Los tipos van correctamente vestidos
con traje y corbata, como pedía don Antonio Camuñas, y tocan en escenarios que
parecen pisos de protección oficial, con paredes forradas de empapelados
baratos y viejos cuadros descoloridos. El nombre del grupo: Tim Timebomb and friends. Ahora sí que
creo que he encontrado la reencarnación de Water de Caballeros, allí a la
orilla del Océano Pacífico, y van a poder juzgar por ustedes mismos. El primer
tema que les traigo tiene una letra demoledora: mi cubo tiene un agujero, mi
cubo tiene un agujero, mi cubo tiene un agujero y no puedo comprar cerveza. Disfruten
de él.
Otro tema más. Los amigos
cambian, pero el rollo permanece (y el escenario). La canción se llama She’s drunk all the time y les pongo abajo la letra en inglés, para
que practiquen un poco.
My girl likes to
drink whiskey
My girl likes to drink wine
My girl likes to drink beer and scotch, bourbon and moonshine
Yes, I love my baby, but she's drunk all the time
When the night is early, she's drinking out of her glass
As the night progresses, she's drinking out of her flask
My friend says I'm crazy, they says that this won't last
My girl likes to drink whiskey
My girl likes to drink wine
My girl likes to drink beer and scotch, bourbon and moonshine
Yes, I love my baby, but she's drunk all the time
When she's high, she's high, when she's low, she's low
Ain't got no middle ground til she's passed out on the floor
When she wakes in the morning, all she wants is more
My girl likes to drink whiskey
My girl likes to drink wine
My girl likes to drink beer and scotch, bourbon and moonshine
Yes, I love my baby, but she's drunk all the time
My girl likes to drink wine
My girl likes to drink beer and scotch, bourbon and moonshine
Yes, I love my baby, but she's drunk all the time
When the night is early, she's drinking out of her glass
As the night progresses, she's drinking out of her flask
My friend says I'm crazy, they says that this won't last
My girl likes to drink whiskey
My girl likes to drink wine
My girl likes to drink beer and scotch, bourbon and moonshine
Yes, I love my baby, but she's drunk all the time
When she's high, she's high, when she's low, she's low
Ain't got no middle ground til she's passed out on the floor
When she wakes in the morning, all she wants is more
My girl likes to drink whiskey
My girl likes to drink wine
My girl likes to drink beer and scotch, bourbon and moonshine
Yes, I love my baby, but she's drunk all the time
Como ven, el alcohol es un
elemento central en la cultura del rock. Durante un tiempo convivió con otra
serie de drogas más peligrosas, que más o menos han ido saliendo del primer
plano, pero el alcohol permanece. Janis Joplin se ponía hasta las cejas de Southern
Comfort, un licor de whisky que está buenísimo, parecido al Bayleis y al Monn
Shine del que habla la canción anterior. Janis Joplin murió a los 27 años por
una sobredosis de heroína. Fue la primera mujer que llegó a ser una verdadera estrella del rock. Aquí una de sus canciones más conocidas, con la letra sobreimpresa, para que sigan practicando.
Es curioso que un buen número de
músicos de primera línea del rock fallecieron por distintas causas a la misma
edad fatídica de 27 años: Jimmy Hendricks, Janis Joplin, Jim Morrison (de los
Doors), Brian Jones (de los Stones) y Kurt Cobain (de Nirvana, sobre cuya vida
se proyecta actualmente en los cines de Madrid un documental bastante
interesante). Todos murieron a los 27. A estos se les ha unido recientemente Amy Winehouse, que se hizo
famosa con la canción que les pongo abajo, cuyo estribillo rezaba: “Intentan
hacerme ir a rehabilitación y yo digo: nooo, nooo, no”. Estaba a punto de cumplir
los 28 y librarse de la maldición, pero no llegó por poco. La autopsia certificó
que la causa de la muerte fue la ingesta
masiva de alcohol, vodka en concreto.
Mucho más tiempo aguantó Rory
Gallagher, el gran bluesman irlandés de los setenta, de quien les puse una
canción en el post anterior. Este buen hombre alcanzó a cumplir los 47 con el hígado
hecho polvo. Murió mientras esperaba un transplante que nunca llegó. Abajo tienen
su testamento musical. Se llama, lógicamente Too much alcohol. Así es como la tocaba en directo, sin más acompañamiento que su guitarra. Esto está grabado en Montreux en 1975.
El alcohol es algo consustancial
con nuestra cultura que, como todo, hay que usar con moderación y descansarlo
adecuadamente. Yo sobrevivo a base de escribir, correr y beber cerveza. Mientras
el cuerpo me aguante. Ya han visto que hasta el Papa emérito ha alcanzado los 86 años por
el sistema de beberse de vez en cuando una pinta de Paulaner. Y la reina madre
de Inglaterra superó los 100 a base de beberse un gin-tonic todas las
noches de su larga vida. En fin, yo intentaba escribir un homenaje al Coronel y se
me ha ido el hilo hacia el tema del alcohol. Me pasa esto mucho últimamente, que empiezo por Cádiz y acabo por Barcelona.
¿Será de beber tanto? No lo sé. En cualquier caso, querido Coronel, antes que después quedaremos
un día y nos beberemos esas cervezas que nos debemos desde hace mucho. Entre tanto: ¡¡¡¡¡WATER
DE CABALLEROS FOREVER!!!!!
Para ti y los demás seguidores del blog: feliz resto de año y rock % drink para todos. Les dejo de propina una última canción de borrachos: You gotta move,
de los Stones.
Me llena de orgullo y satisfacción que me haya mencionado en su "blog" recordando aquellos tiempos de color gris marengo (aunque felices) en los que, entre otras actividades surrealistas, nos dedicábamos a trasegar vino tinto marca "VINE" en botella de a litro cinco estrellas y componer canciones que obtuvieron gran éxito como Marsella '74 Suite.
ResponderEliminarEs menester aclarar que el supergrupo Water de Caballeros (antes Ganglio) era mas que un grupo una "intención" si bien tuvo una memorable actuación en el C.M.S Juan Evangelista de Madrid en la que salió indemne por mor de la suerte y de una guarnición de grises que allí se encontraba. Éxito rotundo. Visión cubista del Circo Harris.
Bueno mi querido amigo, sepa usted que pronto nos veremos y daremos la consabida cuenta de unas cervezas que tanto adoramos y que constituyen, al menos para mí, gran parte de la dieta diaria. Le tendré al corriente de próximos eventos.
Un gran abrazo.
Estaremos en contacto, amigo. Yo también ando en torno al litro diario de cerveza y estoy convencido de que es bueno para la mala salud de hierro esa que vamos cultivando. Un fuerte abrazo.
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