Un infarto ha fulminado a mi admirado J.J.Cale y bien que lo siento.
Era uno de los músicos que más me gustaba, tengo una antología suya en el coche,
que pongo todo el rato mientras conduzco. En el post #129 ya le rendí un buen
homenaje y también me ayudé de su música en el #150. Vivía en la zona de San
Diego y tenía 74 años. Su muerte ha pasado tan discretamente como toda su vida,
siempre modesto, siempre en segundo plano. Alguien que también amaba su música,
Diego A. Manrique, ha escrito una necrológica sentida, que rápidamente ha
desaparecido de la portada de El País digital. Aquí les pongo el link, porque
no se me ocurre nada que añadir.
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/07/27/actualidad/1374952565_225592.html
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/07/27/actualidad/1374952565_225592.html
La vida ha de seguir después de
catástrofes como la del tren de Compostela y noticias tristes como la del
fallecimiento de J.J.Cale. Este es un Blog que no está diseñado para hablar de
desgracias, sino para alegrar al lector con pequeñas minucias que le susciten
una sonrisa. Así que hoy intentaremos recuperar el hilo con un texto cortito, para
abrir boca, que estamos de vacaciones y no quiero cansarles con proclamas más
largas.
Mi reciente visita a Muros tenía
por objeto participar en un evento familiar, que reunió a un buen número de
cuñados y primos transnacionales. Acabamos mezclando el castellano con el
gallego, el alemán, el inglés, el francés y el italiano. Mi familia tiene una
facilidad innata para los idiomas y, con la ayuda del albariño, no tuvimos
mayores problemas para entendernos en semejante Babilonia. El mundo en que
vivimos es también una gran Babilonia interconectada, en la que debemos
valernos en distintos idiomas, si no queremos quedarnos al margen. En tales
foros, sucede a veces que uno cree que ha entendido una cosa, cuando le estaban
diciendo la contraria. Como ejemplo de ello, una anécdota de hace unas pocas semanas.
Mi amiga R. es holandesa,
periodista, escritora y corredora. Pasó por Madrid hace años, para hacer un
máster, y fuimos vecinos. Nos entendíamos en inglés y, cada vez más, en
español. Luego volvió a Holanda, donde trabaja para un periódico. A veces
chateamos, aunque poco a poco va perdiendo el español que aprendió. Eso explica
el chat que les transcribo. Lo inicia ella.
-Hola
-Hola. ¿Cómo
estás?
-Bien
-¿Estás en
Ámsterdam?
-No, en
Ginebra haciendo una crónica para el periódico. Y tengo una novela.
-¡¡Genial!! ¿Es
en inglés?
-En holandés
-Tendrás que preparar
una traducción, si no quieres limitarte al mercado local
-No entiendo. Mi
periódico sólo publica artículos en holandés
-Yo me refiero a
la novela
-Ah!!! Me parece
que novela no era la palabra adecuada
-¿Entonces qué es
lo que tienes?
-Espera. Miro el
diccionario.
-Me tienes en
ascuas
-Noticia!!! Eso
es
-¿Y cuál es la
noticia?
-Estoy
embarazada!!!
-¡Enhorabuena!
El resto es privado. Sean buenos
y no se quejen del bochorno veraniego. Están vivos que no es poco. Les dejo una canción más de J.J.Cale, un pequeño homenaje al genio discreto que nos ha dejado. Su música quedará para
siempre con nosotros. La canción pertenece al disco To Tulsa and back y se llama The problem. El vídeo contiene muchas imágenes entrañables de un tipo que no se dejaba fotografiar más de los necesario. Tengo problemas para cargar The problem de la manera habitual, así que les escribo aquí abajo el link y espero que funcione. Si quieren sumarse a mi homenaje, les aconsejo que se la pongan en pantalla grande y suban el volumen lo que puedan. http://youtu.be/RC9feonEx5A
Sí señor, gran pesar por el fallecimiento de nuestro admirado J.J. Cale. Todavía recuerdo los buenos ratos guitarreros que pasamos intentando interpretarlo...(Hey Baby, Cajun Moon...). Efectivamente la necrológica de Manrique es excelente, corta, concisa y entendida.
ResponderEliminarUn abrazo amigo. Toda la gente buena se nos está yendo a una velocidad terrible...
Es lo que hay. Empezamos a acercarnos a la primera línea del frente. Primero se nos van las referencias. Después los amigos. Y después a pelear en soledad. Lo malo es que la guerra acaba siempre igual (mal). Disculpa el tono fúnebre. Hay que pensar que, para tener más de sesenta, estamos cojonudos.
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