En medio del drama de una Unión Europea que está dilapidando su prestigio moral construido durante décadas, a base de dejar a los sirios abandonados a su suerte, por el sistema de pagar cifras estratosféricas a Turquía, además de hacer la vista gorda sobre su poco respeto a los derechos humanos, todo a cambio de que retengan allí a los desplazados de la guerra; mientras Draghi gasta la última bala de su revolver (si las nuevas medidas no funcionan, ya sólo le quedará tirarse al suelo y patalear como un niño desesperado), mientras la guerra en Siria sigue generando refugiados, a sumar a los 60 millones de desplazados que malviven a lo largo y ancho del mundo (Congo, Burundi, Yemen, Sudán del Sur, y Ucrania aquí mismo en el centro de Europa, datos de ACNUR, a quienes esta mañana he llamado para multiplicar por 2,5 mi aportación mensual): pues en ese contexto internacional tan dramático que presagia un futuro bastante negro, los españoles seguimos con nuestro particular sainete.
Aquí no pasa nada. Los ciudadanos hemos votado hace casi tres meses y el resultado de esas elecciones era un mandato a unos señores dirigentes para que hablaran, buscaran puntos en común y formaran un gobierno de coalición, el que fuera. Pues nada de eso han hecho. Por el contrario, se han dedicado a insultarse, a retarse, a dibujar líneas rojas tan infranqueables como inaceptables por el contrario, a ponerse zancadillas, a darse golpes bajos y a pegarse patadas en la espinilla por debajo de la mesa de negociación, dando la verdadera medida de la clase política de este país. Encima lo han escenificado en unas sesiones de embestidura (así las califica certeramente mi amigo Gonzalo Hidalgo Bayal), sesiones en las que se les ha visto ufanos, dicharacheros, chistosos, encantados de estar en el centro del objetivo y hasta felices de haber sido paridos así de ocurrentes y de majos. Esta es la casta señores, y no otra. Como los cuatro dirigentes más votados han perdido todo mi respeto, me creo en el derecho de dedicarles unas coplillas por sevillanas, a la manera de las que perpetró el gran Pepe da Rosa, nada menos que en 1976.
Como la mayoría de mis lectores quizá fueran por entonces lactantes, si es que habían nacido, es normal que no recuerden esto. Por aquellos tiempos había cuatro series televisivas protagonizadas por detectives e investigadores privados, que tenían un gran seguimiento popular, porque lo cierto es que eran muy buenas para la época. Hablo de Kojak, Colombo, McCloud y Banacek. Pepe da Rosa era un humorista sarasa, que, por cierto, ya falleció hace mucho, a quien se le ocurrió hacer una letra satírica sobre estas series, que llamó Los cuatro detectives. Se la pongo, antes que nada, para que la escuchen y la disfruten.
Pues bien, yo he compuesto una letra dedicada a los políticos, para que ustedes le pongan la música de las sevillanas de Pepe da Rosa. Es ésta (la de enhebrador de ripios) una habilidad que hasta ahora no había desarrollado en el blog. Espero que les guste. Y que pasen un buen finde.
Los cuatro dirigentes
Han
secuestrado un Boeing en Indonesia
Que venga
Pablo Iglesias
Que venga
Pablo aquí de mil amores
Que venga y
hable a los secuestradores
Te juro que no
son de Ciudadanos
Que con ellos
no te manchas las manos
Queremos
mediadores
Yo voy con la
coleta bien peinada
Me pongo a negociar como si nada
Les monto un referéndum
sin problema
Pero si Albert
está detrás del tema
Me voy de
retirada
Soy un
negociador extraordinario
No sé por qué
me dicen lo contrario
Me entiendo
incluso con el Errejón
Si cuadra
hasta le pego un achuchón
Al tipo más
sectario
Al PSOE le ha
entrado la flojera
Que avisen a
Rivera
Que llamen al
Albert en un momento
Que el Sánchez
se retira del invento
Que ahora va y
bascula pa’ su izquierda
Que está aburrido
ya de tanta mierda
Y tanto
experimento
Yo soy un
chico guapo y agradable
Yo soy un
catalán presidenciable
Aquí con mi
corbata y mi terno
Presido el
partido más moderno
La cosa es
innegable
Lo único que no puedo aguantar
Es lo de la
consulta popular
Si ya los
catalanes han votado
Del independentismo
han abjurado
Y ya no hay
más que hablar
Los votantes
empiezan ya a hartarse
¡Cuidado Pedro
Sánchez!
Cuidado Pedro
con los de Podemos
Que son
cualquier cosa menos memos
Pablo quiere
ser tu lugarteniente
Para ponerse
del Gobierno al frente
En cuanto lo
dejemos
A mí me
molaría un gran pacto
Con un PP que
no esté putrefacto
En donde no
estuviera el Rajoy
Si es así
podemos firmar hoy
Y acaba este
entreacto
Yo quiero ser
el nuevo presidente
Me considero
el mejor pretendiente
Sólo faltaría
que Pablo cediera
Pero en cuanto
le mientan a Rivera
Se pone intransigente
Está a punto
de llegar el verano
¡Despierten a
Mariano!
Despierten a
Rajoy que está hibernado
Que no se
mueve para ningún lado
Que ya no hay
más propuestas en la mesa
Que ya la
investidura no progresa
Y usted está
alelado
Yo soy de Pontevedra,
señorías
Yo leo Marca y
As todos los días
No puedo hacer
ya más de lo que hago
Aunque puedan
pensar que soy un vago
Yo no hago
tonterías
Esto ya está
pasando de la raya
Todo el mundo me dice que me
vaya
Si piensan que
esa es la solución
Agarro y me
largo de sopetón
Y les dejo a
Soraya
Cojonudas las coplillas. Debería usted dedicarse al rap; seguro que se sacaba un sobresueldo. Enhorabuena. Lo único es que, como ya sabrá, no debe dar palmas mientras el hueso se le consolida. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por los elogios, pero soy un simple aficionado. Tiene más guasa lo del camión de chirimoyas que todos mis ripios juntos. De todas formas, estos políticos que tenemos se merecen que nos los tomemos a chacota. Por no llorar.
EliminarSin quitarle mérito a su parida, hay que ver el margen que le da a uno una situación de baja laboral. Disfrute de ella mientras pueda. Ya vemos que no se aburre y que más pronto que tarde será usted un jubilado activo pasándoselo por todo lo alto. Eso sí: procure no romperse más huesos. La radiografía duele verla.
ResponderEliminarSí, esto de estar de baja y no tener que perder nueve horas diarias en ir a trabajar (incluyendo desplazamientos) es un lujazo. Qué quiere que le diga. Cuando tenga que reincorporarme, me va a dar una pereza de la hostia. Pero tengo que reavivar mi proceso de reenganche, para poder seguir después del 19 de junio y luego irme cuando me pete.
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