Bueeeeeeeeeno, no se alarmen, ya
les voy a seguir contando cosas de mi brazo y su evolución. Mi texto sobre
Hitler y el libro de Timur Vermes ha desconcertado a algunos de mis seguidores,
que esperaban la continuación de la novela por entregas de mis penalidades
médicas. Ya saben que uno de los valores que mantiene este blog desde hace ya
tres años y medio es la variedad de temas, incluso en el interior de los propios posts, que saltan de acá para allá sin mucho control. Nunca he pretendido
caer en el mundo de los egoblogs, ya saben, esos foros en los que una
quinceañera escribe cada día dos renglones, del estilo ”me ha salido un grano
nuevo en la cara –foto del grano”. Lo que pasa es que he de reconocer que la
imagen de la radiografía de mi brazo fracturado es impactante y ha
generado una expectación lógica, por lo que he de seguir hablando del tema. Así que
iremos salteando el guiso, porque, además de mi fractura, el mundo sigue su
deriva.
Hoy, por ejemplo, parece que en
Las Cortes están escenificando el segundo acto del sainete impresentable que
están interpretando nuestros políticos, demostrando que son unos novatos en su
oficio, que sólo saben gobernar por mayoría absoluta. Todo el pueblo quiere que
lleguen a algún acuerdo, el que sea, pero que dejen de dar el coñazo y se
pongan a trabajar para el país. Pues nada, ellos a insultarse, a no ceder un
milímetro, a plantear exigencias a los demás a sabiendas de que son
inaceptables y a perder meses bailando el corro de la patata, prolongando este
sinsentido que nos lleva de cabeza a nuevas elecciones ¡en junio! donde los
resultados serán exactamente los mismos, lo que permitirá seguir con el
vodevil hasta Navidad. Estos líderes que tenemos son incapaces hasta de
tirarse un pedo al unísono. Y eso que lo han intentado, como se ve en la foto
de abajo.
Hay una inadecuación absoluta de
nuestros políticos a la gravedad de la situación del país, que no puede estar
indefinidamente sin gobierno. Ninguno está dando la talla para mí, hasta el
punto de que, como he escrito en la respuesta a algún comentarista reciente, el
discurso de Rajoy del otro día me resultó el menos lamentable de los que
escuché. Hasta los catalanes están descolocados, porque se han quedado sin
enemigo reconocible y ahora no saben a quién faltar o en la mare de quién se han de cagar. Y ese no
saber estar generalizado, esa falta de tablas, les muestra como un colectivo
aislado de la población, que salen a la tribuna ufanos y cargados de razón, que
no son conscientes de la imagen lamentable que dan hacia afuera. Hablo de las
cuestiones de fondo o ideológicas, pero también de las formales. ¿Dónde se
quedó el comportamiento deportivo? ¿A qué sacar ahora el GAL y las fosas de cal
viva? Lo que estos señores entienden como comportamiento deportivo debe de ser
algo parecido a lo que se refleja en la siguiente imagen.
En fin, ya que vamos de fútbol,
hablemos un poco de mi querido Depor. En el momento en que fui a verles al
campo del Getafe, el 30 de diciembre, eran el equipo de España que menos disparos a
puerta recibía, y uno de los primeros de Europa. Pues bien: desde ese día no
han ganado un solo partido, han perdido los tres últimos y son el peor equipo
de la Liga en 2016. Nadie sabe qué es lo que pasa, yo creo que es cousa das meigas. Lo cierto es que, con
el dinero de que dispone el club, no fue posible enhebrar un equipo más competitivo, así que lo sorprendente fue lo bien que jugaban al principio,
mérito del entrenador, a quien en diciembre eligieron entre todos los de
Primera como el mejor de la primera vuelta (ahora seguro que ya no ganaba). En
estos momentos, los jugadores parece que están cascados, consecuencia de que
entre ellos hay unos cuantos que son auténticos abuelos: Manuel Pablo, 40 años,
o Lopo, poco menos. De hecho, se ficharon algunos jugadores que ya estaban
retirados, como el argentino Jonás, a quien se rescató directamente del vientre
de la ballena y que no puede casi ni con los borceguíes. Caso aparte, es el del único fichaje de este invierno, el que fuera durante años portero de la
selección croata Stipe Pletikosa, un armario de casi dos metros que llevaba un
año retirado. Nada más llegar a La Coruña, le hicieron esta foto.
El comentario de los seareiros no se hizo esperar. UNO:
resultaba difícil creer que este señor tuviera 37 años, como sostienen las
enciclopedias del fútbol. DOS: su aspecto, más que de futbolista, era de
prejubilado de la refinería. En el partido penúltimo, contra el Granada, se
produjo el esperpento, para no ser menos respecto a lo que se estaba preparando en
Las Cortes. En el tiempo de descuento, con todo el equipo volcado en la
portería contraria a ver si marcaban un gol y al menos empataban, uno del
Granada salió al contraataque como una flecha. El portero del Depor salió del
área y le arreó una patada en las costillas. Tarjeta roja y a la calle. El
equipo ya había hecho todos los cambios reglamentarios, así que se tuvo que
poner de portero Jonás. Menos mal que no tuvo que hacer ninguna parada. Y este
miércoles debutó el prejubilado de la refinería y se llevó cuatro goles, aunque
hay que decir que en todos lo dejaron vendido esos defensas que, hasta Navidad,
no concedían casi disparos a puerta.
Esperemos que la racha cambie
este próximo domingo. El partido del miércoles no lo vi, porque tenía sesión de
mi taller de conversación inglesa, lo mismo que el martes tuve club de lectura,
en donde, por cierto, analizamos un libro de un autor croata, del que ya les
hablaré. Como ven, intento seguir haciendo mi vida, a pesar de mi brazo roto,
aunque me he perdido varias cosas. La primera, el reconocimiento médico para mi
proceso de reenganche, que de momento queda interrumpido hasta que me den el
alta. La segunda, la fiesta del año nuevo chino a la que me había invitado la Delegación
de Hong Kong en Europa, como todos los
años. Era este miércoles a las 13.00 y yo tenía una nueva consulta en la
clínica de Asepeyo de Legazpi a las 12.30. Por cierto, me dijeron que todo va
bien y me quitaron la mitad de los puntos de las dos heridas que tengo.
Los demás puntos espero que me
los quiten en el hospital de Coslada, adonde he de volver el día 8 para un examen a fondo con nuevas radiografías y consulta
con el Dr. Gárate. Ahí será donde me digan qué es lo que viene después. En
Legazpi me contaron que la calificación de lo sucedido es exactamente “accidente
laboral in itínere, con resultado de lesiones de pronóstico leve”. Se pueden
ustedes imaginar lo que ha de ser un pronóstico reservado o grave. Me contaron
también que el 75% de los accidentes in itínere que ellos atienden se deben a lo mismo que el mío:
a que la gente echa a correr porque pierde el bus, o el Metro o se le pone el
semáforo en naranja. El resto se deben a irregularidades del suelo, baldosas
levantadas, etc. Les dije que yo no volvería a correr para pillar el Metro.
Respuesta: eso es lo que todos dicen, y algunos incluso hacen durante un tiempo. Luego
todos vuelven a correr.
Por lo demás, tengo las lógicas
molestias (no quiero llamarlas dolores), especialmente debidas a que me han
dado un calmante que se llama Enantyum, del que está terminantemente prohibido
tomar más de tres al día. Eso me lleva a tomar uno cada 8 horas, después de las
comidas principales. Teniendo en cuenta que sus efectos no van más allá de seis
horas y media, pues el momento de las comidas me pilla bastante incómodo.
Duermo regular, me tiran diferentes músculos y contracturas, pero espero que
vaya mejorando la cosa (hoy hace dos semanas de mi caída). Y más adelante me
espera la rehabilitación. Espero no tener que hacer ejercicios como el de la
foto que les dejo de despedida. Buen finde.
Ya ve usted querido amigo pero creo que unas nuevas "erecciones" van a cambiar el panorama presente. El gallego va a recuperar muchísimos votos de C's que se le escaparon por lacio y que a toque de un "zafarrancho" derechil volverán como conejos. C's va a quedar como lo que es, un equipo de segunda como el que tiene un tío en Graná... La PSOE va a sufrir una implosión sub-atómica entre progres, pijiprogres, súbditos de El País, socioslistos, béticos unidos, socialdemócratas, marxistas y demás familia, que va a mandar carallo. Y nos queda el Coletas; éste pollo, a lo tonto (o más bien a lo listo), va a pegar un subidón de collons, robándole votos a espuertas a su amigo Pedro I "El Engolao". Se producirá eso que dicen "Il Sorpasso" (como aquel film de Dino Risi donde Gassman y Trintignant nos produjeron primero carcajadas y luego lágrimas).
ResponderEliminarHago esta reflexiones y me autoconvenzo debido al siguiente signo: La PSOE y C's no quieren "erecciones" ni de coña. La PP y Podemos sí.
En cuanto a nuestro amado Dépor, vemos que está empeñado en demostrar científicamente lo que ya estaba demostrado: que existen las meigas.
Veo que va usted por buen camino en su recuperación, lo que me produce satisfacción. Hay que tener cuidado con los "itíneres" pues te juegan malas pasadas de vez en cuando. Por cierto, cuando vuelva a ver a Gárate le pregunte usted de mi parte qué es lo que hacía su padre tratando de retener un balón en la esquina del campo contrario cuando faltaba un minuto para terminar la nefanda final'74 contra el Bayer. Nunca lo entendí.
Bueno querido amigo. Siga su recuperación tan bien y aproveche para actividades lúdicas y tranquilas. Un abrazaco fuerte.
Veremos qué pasa con las "erecciones". A mí ya me carga que no sean capaces de empezar siquiera a hablar. Podemos puede salir trasquilado. Yo les voté y ahora desde luego que no repetiría: 1, por cerriles y cabezotas, 2, por la cosa del referendum catalán. Y no creo que sea el único. El PP sí que seguramente aumentará sus escaños, porque la gente quiere un poco de orden y tranquilidad y menos despelote, y los demás partidos no parece que garanticen esto.
EliminarEl Depor yo espero que se salve, pero podría haber tenido un final de temporada mucho más tranquilo, si no fuera por la mala suerte y su incapacidad de cerrar los partidos en los que se puso en ventaja. Tal vez deberían aprender a hacer lo que dices que hacía Gárate, aunque yo no me acuerdo de eso. De ese partido yo sólo me acuerdo del maravilloso gol de falta de Zapatones y lo contento que se puso, y de como les jodió en el último minuto un tal Swarzeneger o algo así, al que le salió un churro histórico. Eran cuando al Atleti le llamaban El Pupas. Ahora, El Pupas somos nosotros.
Abrazos y besos.
Estupendas fotos. Confiemos en que no tenga que hacer ejercicios de recuperación consistentes en hacerse un nudo gordiano, como el de la imagen última que nos muestra.
ResponderEliminarUn abrazo y a seguir con los ánimos en alto.
Gracias, amigo, y usted que lo vea.
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