lunes, 30 de marzo de 2015

361. Right to be wrong

I got a right to be wrong. O sea, tengo derecho a equivocarme. Es una hermosa canción de Joss Stone. La verdad es que no sé cómo he podido llegar al post 361 sin haber hablado de Joss Stone. Joder, qué pedazo de voz, qué pedazo de tía. Y sólo tiene 27 años, es un poco mayor que mis hijos y podría ser casi mi nieta. Más abajo les hablo de ese portento de mujer. 27 son también los años que tenía el copiloto Andreas Lubitz. Estaba escribiendo mi último post, cuando me asaltó la sorprendente explicación del accidente del avión alemán. Es difícil ser positivo después de una tragedia colectiva de la magnitud de la ocurrida en los Alpes. Pero, aunque resulte monstruoso, yo estoy más tranquilo después de saber la verdad. Porque esa verdad no pone en cuestión lo que yo ya sabía. Que los aviones funcionan de puta madre. Que, con los modernos sistemas de control de vuelo, es prácticamente imposible que un avión se estrelle. Por eso circulan cada día miles de aviones sin riesgo.

La humanidad ha avanzado muchísimo en los últimos cien años. Yo he visto ese avance en los 64 que me ha tocado vivir hasta ahora. Yo tardaba en venir de La Coruña a Madrid dos días, porque era imposible hacerlo en uno, con el seiscientos de mi padre. Y luego nos íbamos a ver a mis primos de La Mancha y salíamos a cagar al corral, cuidando que las gallinas no nos picaran en el culo. Y nos limpiábamos con una hoja de col o con una piedra. Y hace cuatro días de eso. Y sigue siendo así en la India profunda, allí donde reside Ruskin Bond, que tiene varios cubos de plástico en su dormitorio para combatir las goteras. Pero ahora hay maravillosos sistemas digitales que controlan el vuelo de los aviones, esos artefactos que contradicen el sentido común elevándose en el aire como pájaros, a pesar de su peso de varios cientos de toneladas. Sólo hay una cosa que el humano no controla: los cerebros.

La actividad cerebral es pura química. Las conexiones neuronales dependen de reacciones químicas y por eso se han descubierto, así como por casualidad, medicamentos que operan sobre esas conexiones y que no se sabe cómo funcionan (me lo ha dicho a mí un psiquiatra de peso), pero que, de alguna manera, borran las conexiones anteriores, digamos que las resetean y a veces inducen en el enfermo psiquiátrico una especie de estado neutro que le impide sufrir y desviarse aun más de la normalidad. Estoy hablando del litio y otros compuestos químicos que actúan sobre este tipo de conexiones. Pero el tema es muy delicado, porque el psicótico puede ser lo suficientemente listo como para ocultar su psicosis y simular una normalidad que hace que nadie repare en él y le dejen tranquilo. Es el caso de Andreas Lubitz.

El tipo era un psicópata de libro, pero nadie lo advirtió y ninguno de los médicos que le trataron supo anticipar hasta dónde podía llegar este joven bien parecido, que tenía toda la energía de sus 27 años. Porque la frontera entre la psicosis y una simple neurosis, como las que sufrimos todos, no es una línea limpia y bien trazada, sino un contorno nebuloso. Misty (nebuloso) es el título del hermoso tema de Errol Garner, muy conocido en la versión de la simpar Ella Fitzgerald, que les pongo aquí abajo y que seguramente reconocerán. Y también era el tema que daba título a la primera película que dirigió el gran Clint Eastwood en 1971, hace más de 40 años, que se llamaba precisamente Play Misty for me y contaba la historia de un locutor de radio en directo, interpretado por el propio Eastwood, que todo el rato recibía llamadas de una oyente que siempre le pedía que pusiera el Misty. La mujer era una auténtica psicópata y la película un curioso thriller psicológico, que anticipaba otras películas del estilo Atracción Fatal y similares.


Uno de los indicativos de que estamos ante un psicópata de libro es la falta de empatía con los 150 pasajeros del vuelo, por no hablar de su propia familia, ese padre que está sufriendo la mayor pena que puede sufrir una persona, la de ver que tu niño querido, ese chaval que se reía a carcajadas cuando le hacías cosquillas, se ha convertido en el monstruo despiadado capaz de hacer lo que ha hecho Lubitz. Es que yo me creo capaz de estrellarme adrede pilotando un avión, si estuviera muy deprimido y tan solo en el mundo que nadie pudiera sufrir por ello, pero desde luego con la condición de que no hubiera una sola persona más en el avión. Es que la compasión y la piedad son algo innato del ser humano. Joder, tú vas andando por la calle y una señora se tropieza y automáticamente vas a ayudarla a levantarse. Y, si se le cae un pañuelo, lo recoges del suelo y corres a dárselo. Eso, antes de pensar ni nada; es algo innato. Es algo innato en alguien normal. No en un psicópata. Las personas normales tenemos el derecho de equivocarnos, desde luego, pero solemos cuidar de que esa equivocación no implique un perjuicio para nadie. Algo que se la sopla a un verdadero psicópata.

He dicho que estoy más tranquilo después de saber la explicación. Está muy claro. Esa explicación no pone en cuestión los fundamentos básicos de mi optimismo inveterado. Sigo confiando en que los aviones funcionan y es difícil que se estrellen. También sé que hay psicópatas en el mundo (muchos), pero con eso ya contaba. Yo camino por las calles de Madrid consciente de que un loco me puede tirar un televisor en la cabeza, o sacar un cuchillo y rajarme de arriba abajo, sólo porque lo he mirado mal, o él ha entendido que así ha sido. A pesar de los adelantos técnicos, las conexiones químicas del cerebro siguen siendo una completa incógnita para los científicos. Y, además, todo el mundo intenta sacar tajada de esa indefinición.

Vean si no el tema del accidente de Fernando Alonso. Los que querían evitarle culpas al coche, se inventaron que Alonso había vuelto de su inconsciencia hablando en italiano y, más tarde, creyendo que era un niño de diez años (versiones contradictorias entre sí, pero a nadie le importó una mierda). Ahora, el tipo ha hablado por primera vez y ha dicho que recuerda todo perfectamente, que lo que pasó es que se le bloqueó la dirección. Que intentó frenar pero no pudo evitar el golpe de costado, precisamente el que no mitiga el casco de los corredores y por eso se quedó un rato inconsciente. O sea, que el coche es una mierda. Pero las versiones que difundieron los de la marca, para echar balones fuera, no eran ningún absurdo: el año pasado, un chaval australiano que se dio un golpe con un coche, regresó del coma hablando correctamente en chino, un idioma que había estudiado de niño. La conexión cerebral en la que tenía su aprendizaje de chino se reactivó la primera. AQUÍ tienen la noticia, para que vean que no me lo he inventado. Y, además, ya ven que los chinos le han dado un trabajo como guía turístico.

Bueno, pues ya les voy a dejar con unos vídeos de Joss Stone. Esta chica tiene 27 años, es de Dover (Gran Bretaña), lleva componiendo y grabando discos desde los 16 y creo que, desde Dusty Springfield, no había escuchado cantar soul a una blanca con tanta intensidad. Y además está como un yogur griego con miel de la Alcarria. Les pongo unos cuantos vídeos, para que vean que no exagero. En fin, como no soy el Papa, yo también tengo derecho a equivocarme. I got the right to be wrong. Pónganselos en pantalla grande, que la chica merece la pena, háganme caso. El último de los vídeos muestra cómo se las gasta esta belleza en directo, siempre acompañada por su guitarrista, ese tipo extrañamente parecido al humorista Eugenio. Buenas noches, amigos.
  

  


           

6 comentarios:

  1. Joss Stone es muy guapa y canta fenomenal. Gracias por descubrírmela. Aunque, como Ella Fitzgerald, ninguna.

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    1. Estoy de acuerdo: nadie igualará nunca a Ella Fitzgerald

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  2. El primero de los vídeos de Joss Stone que nos pones, es un homenaje al sistema clásico de montaje de películas de celuloide. Realmente se hacía así, como se ve en las escenas. Se cortaban los trozos de película y se pegaban con un cello. Y más o menos se calculaba : 10 metros, un minuto. Después llegó el vídeo y las cosas cambiaron. Ahora, el montador dispone de modernos sistemas digitales para hacer su trabajo. En esto, como en todo, se ha avanzado muchísimo.

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    1. Te agradezco el dato. No tenía ni idea de que el proceso de montaje fuera de esa manera en los años heroicos. En ese tiempo yo fui director del Cine Club de un Colegio Mayor, lo que implicaba seleccionar las películas, llamar a la distribuidora a ver si tenía copia disponible, ir a recogerla en taxi a la Gran Vía, donde estaban todas y traerse los tres rollos de celuloide que componían cada película y que pesaban una tonelada. Luego teníamos un solo proyector, por lo que la sesión tenía dos interrupciones para cambiar de rollo. Además, solía escribir una presentación de la que se ponían fotocopias grapadas a la pared en puntos estratégicos. Solía incluir fotos de las actrices, más o menos ligeras de ropa, porque los textos no se los leía nadie. En fin, qué tiempos aquellos.

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  3. ¡Qué pasada lo de la Joss Stone! Es buenísima. Apenas salen datos sobre ella en la red, o al menos en las páginas que yo suelo consultar. ¿Ha cantado en España? ¿O piensa hacerlo en el futuro?

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    1. No sé en qué páginas mira usted, en Wikipedia vienen como dos folios contando toda su vida y trayectoria profesional. Admito que descubrí a esta joya no hace mucho. Por lo que he podido averiguar, en 2004, con 16 añitos, grabó su primer disco en Inglaterra, fue a presentarlo a New York y ya se quedó por allí un tiempo. El concierto de presentación en NY está colgado entero en el Youtube y allí podemos ver prácticamente a una niña, tirando a gordita y pepona, con un torrente de voz impresionante, pero un poco superada por la situación. En los años siguientes se ha vuelto vegetariana, ha afinado su silueta y está en plena madurez vital y profesional. Suele cantar descalza y, como se ve en el primero de los vídeos que les pongo, hasta la ropa parece sobrarle a veces. Vino de gira a España en 2010 y tocó en Barcelona y en Madrid (en el Arena). En 2014 repitió, pero solo en Barna (ya ven como están las cosas con Mrs. Bottle). Según lo que cuenta su propia Web, en 2015 no tiene pensado venir por estas tierras.
      Lo que no cabe duda es que esta chica es un diamante en bruto, con unas facultades vocales fuera de lo corriente, y con la energía y pasión que se requiere para cantar soul. Y parece feliz haciendo lo que hace.

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