Eso dicen los periódicos. Que, estadísticamente, hoy
es el día más triste del año: el Blue Monday. Por si no lo han
leído, parece que se trata del resultado de una fórmula ideada por unos matemáticos
de Cardiff, que combina diversas variables: que ahora es cuando nos cobran lo
que hemos despilfarrado en Navidad con la Visa , que aun no nos han pagado este mes, que hace
un frío que pela, que hay muy pocas horas de luz y que nos falta una eternidad
para llegar al verano y tumbarnos panza arriba en la playa. En mi caso, habría que añadir que ayer el Dépor perdió 0-4. Un desastre. Sin leen ustedes algo sobre
el Blue Monday, comprobarán que los propios autores de la fórmula admiten que
es una gilipollez, un simple divertimento sin ninguna base científica.
Hace años que se escucha hablar
de la famosa cuesta de enero, algo que a mí no me suele afectar, porque no acostumbro
a pasarme de manirroto en navidades. Y menos aun este año, en que me han
pagado, además de la extra, el premio por 30 años de trabajo municipal que me
tenían retenido desde octubre de 2012, y por el que llevé a juicio al
Ayuntamiento, juicio del que di referencia en el blog, Post #240,
y que, por supuesto, perdí. Ahora, por aquello del tiempo preelectoral, la señá
Botella ha decidido devolvernos algunas de las cosas que nos quitó siguiendo
las instrucciones de Rajoy. Y yo he cobrado mi premio.
Así que: ¿por qué habría de estar
triste? Las perspectivas del año que empezamos son muy interesantes y hay que
estar atentos porque, después de unos años de vivir en una situación estancada,
por fin las cosas se van a mover, no sabemos si para bien o para mal, pero eso
es lo que le da la emoción a la cosa. Las fechas no dan tregua: el día 22,
reunión del BCE para, según todos los indicios, poner en marcha un programa europeo
de QE, Quantitative Easing, o, dicho en manchego, empezar a darle al maquinillo
de imprimir euros. El 25, elecciones generales en Grecia, con Syriza apuntando
a la mayoría absoluta. El 31, manifestación monstruo de Podemos que convergerá
en la Puerta
del Sol. Y luego las elecciones locales y el largo camino hacia las generales
de final de año. ¿Qué más podemos pedir?
Vayamos por partes. Lo del día
22. Estados Unidos dice haber salido de la crisis, porque su economía está
creciendo, aunque todavía es pronto para valorar si ese crecimiento se mantiene
o es flor de un día. Todavía es pronto, porque, allí en los USA, se han tirado
seis años inyectando dinero en la economía y esa inyección se terminó al final
del pasado octubre. Los resultados, dos meses y medio después, son buenos, pero
es poco tiempo para una valoración ponderada. Aquí a la derecha, pinchando en
la etiqueta Economía, pueden revisar todo lo que se ha venido hablando de este
asunto en el Blog. Si quieren algo más fundamentado (aunque escrito de forma menos
amena y desternillante que mis textos), AQUÍ
tienen un artículo al respecto, escrito el día que se cerró la QE.3 .
Les recuerdo que, en virtud de dicha QE.3 , desde enero de 2013
hasta octubre de 2014, la FED
estuvo imprimiendo 85.000 millones de dólares CADA MES, para recomprar hipotecas
basura y sus propios bonos a partes iguales. En eso consistía el programa yanqui,
sucesor de otros dos QE anteriores menos agresivos, que no obtuvieron el
resultado que se buscaba. Con eso han conseguido el efecto tapering, término sacado del mundo de la carrera de fondo: entrenas a lo bestia durante una temporada y, una semana antes del maratón, bajas el volumen de entrenamiento. El día de la carrera vuelas. La economía
estadounidense está volando ahora fruto de la desactivación de los incentivos, tras seis años de sobreinyección mensual de fondos. Y los genios de la economía
yanqui, que no tienen ninguna receta mágica, cruzan los dedos a ver si la cosa coge carrerilla y mantiene la velocidad
de crucero.
El que es un genio, como ha quedado acreditado en este blog, es el bueno de Draghi, que ha logrado mantener la economía de la Eurozona en un ten con ten, a base de amagar con
hacer una QE, sin hacerla. Pero este 22 de enero parece que ya no le va a
quedar más remedio que ponerla en marcha, algo que la Merkel ha admitido por fin
a regañadientes. Veremos hasta dónde llega la cosa. Los agoreros ya dicen que
no va a servir para nada, porque todo el mundo lo da por hecho y los mercados
ya han descontado los efectos inmediatos de la medida. Lo veremos, pero no
olviden que, en los USA, la primera y la segunda QE tampoco sirvieron de mucho
y hubo que aumentar la dosis hasta esa barbaridad de 85.000 millones mensuales
de nuevos dólares.
Las elecciones griegas parece que
van a tener un resultado claro a favor de Syriza y ya está todo el mundo
metiendo miedo. Y digo yo: ¿no decían esos mismos medios que los griegos eran
unos impresentables, que su sistema político-económico es tercermundista, que
no recaudan impuestos, porque no tienen ni IBI, ni siquiera catastro, que son
unos tramposos que falsearon sus datos para ser admitidos en Europa, etcétera,
etcétera? Pues, me parece a mí que se le podía dar una oportunidad a estos
otros griegos, que se proponen precisamente barrer con toda la panda de mangantes
que tenían al país en esa situación, esa casta
a la que el pueblo ya no quiere ver ni en pintura. En ese sentido se pronuncia
Paul Krugman, que dice que el verdadero peligro es la señora Le Pen y los
movimientos xenófobos similares.
A nosotros nos vienen muy bien
estas elecciones porque, para nuestras municipales, los de Syriza ya llevarán casi cuatro meses gobernado y podremos votar en consecuencia. Si por entonces los índices
económicos griegos se han desplomado y la gente está pasando aun más hambre y dándose
de bofetadas con la policía en la plaza del Sintagma, pues entonces tendremos
que cuidarnos de votar a Podemos. Pero yo más bien creo que no va a pasar nada
de eso. Que los nuevos gobernantes helenos van a negociar una quita razonable
de la deuda nacional, que seguirán en la Eurozona y que la situación se empezará a
reconducir.
Si eso pasa y no hay tampoco
grandes cambios en la oferta de los diferentes partidos para las próximas municipales,
yo ya adelanto que voy a votar a Podemos.
Es más, estoy considerando seriamente la idea de dejarme coleta. Lo último
que me ha reforzado en mis intenciones de voto es el artículo de esta mañana de
Esperanza Aguirre en El inMundo. Desde los tiempos de Machín sabemos que Esperanza
sólo sabe bailar chachachá: Ay qué pena me das, Esperanza por Dios, tan
graciosa, pero no eres buena. Esta señora es la castosa por antonomasia; recuerden lo ufana que se mostraba cuando presumía
de haberle dado un puesto en el consejo de Bankia a uno de Izquierda Unida,
quitándoselo al hijoputa.
A esta gente hay que barrerla del
mapa político: PP, PSOE, Izquierda Unida y también a los de la UPyD , que no han pillado como los otros tres, pero porque
no han podido. No digamos ya los impulsores de la locura catalonia. Ahí fue
cuando me empezó a ganar el de la coleta, cuando fue a Barcelona a decirles lo
que pensaba de ellos. Es curioso que Esperanza les critique ahora por
desdecirse de sus anteriores propuestas maximalistas y sus referencias al
chavismo. Precisamente a mí no me convencían por ese tufillo Evo Morales que
desprendían y que poco a poco van perdiendo. Tengo que estudiarme su programa y
el de Ciudadanos para ver quiénes me
dan más confianza pero, aquí lo prioritario es echar a la casta. Que se vayan.
Como proclamaba Husillos, el inefable albañil de El milagro de P.Tinto: AQUÍ HAY QUE SANEAR.
Esperemos que los de la yihad no
se interfieran, porque la cosa se presenta apasionante. Hablando de la yihad,
al Papa Curro lo han puesto a caldo por decir algo muy similar, en el fondo, a
lo que yo defendí en mis dos posts
recientes respecto a Charlie Hebdo. Es
curioso que los mismos que defienden las caricaturas de Mahoma en base a la
libertad universal de expresión, le nieguen esa misma libertad de expresión al
Papa. Si alguien lo entiende, que me lo explique. A lo mejor prefieren un Papa
neutro como los anteriores. Contra Ratzinger vivíamos mejor. Otra nostalgia más.
Pero la nostalgia no sirve para nada. Ya lo decía mi amigo el poeta Sigifredo Martín, al final de su poema Posiblemente:
Posiblemente
la nostalgia sea el camino,
para ir a ningún sitio, más idóneo.
Y yo lo he
hallado hoy
porque es enero y lunes y estoy solo.
Lo que nos lleva de vuelta al Blue
Monday. Sean felices.
Prueba superada, por fin ya es martes y día de San Sebastián. Aunque el martes es día nefasto y qué decir de los miércoles, alguno es de ceniza.
ResponderEliminarCómo que por fin ya es martes, si tu comentario está subido a las 22.36 de la noche. Por un poco no te has pasado al miércoles. Anda, querida, que, en este Blog, el algodón no engaña. Besos.
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