Qué coñazo más insoportable la
campaña que ha montado El País. Todos los putos días con la decadencia de
Madrid, la falta de relato de la ciudad, la suciedad por todos lados, los mendigos, las ratas
y las cucarachas. ¡Qué cansinos! ¡Cómo se tergiversa la realidad! ¿Será que
quieren vender más periódicos en Cataluña? ¿O tal vez son los periodistas de El
País los que se han quedado sin relato, desde que se fue Mourinho? Menos mal que
Elvira Lindo les ha dado una adecuada réplica, proclamando que el relato de
esta ciudad es interminable, que ella sale a la calle y encuentra cada día
material para sus libros. Yo también, salvando las distancias. Este Blog se nutre
en buena medida de la vida en las calles de esta ciudad extraordinaria, aun en
su declive.
Desde luego que la ciudad está
mal, como corresponde al calvario de ser la capital de un Estado intervenido de facto en el actual escenario de
crisis. La última vez que visité Lisboa me dio auténtica pena. Y no he ido
últimamente a Atenas, pero me la puedo imaginar. En Madrid arrastramos una
deuda descomunal, resultado de la prodigalidad de determinados regidores de
cuyo nombre sí quiero acordarme, pero no puedo todavía, mientras no me jubile,
o desista de forma definitiva de pelear por volver a tener un papel en el
organigrama municipal, mejor que el que ahora desempeño. Tampoco me parece ético
largar a cuenta del organismo que me da de comer. Así que, queridos lectores,
los cotillas tendrán que seguir esperando.
La señora Alcaldesa lleva menos
de dos años en el puesto y todo este tiempo se ha dedicado a dos cosas: ganar
la Olimpiada y cuadrar cuentas. También ha tenido que dedicar muchas horas al
triste caso del Madrid Arena, que no estaba en el programa. Una vez descartado
el sueño olímpico, sólo le queda el asunto de las cuentas. Aquí no le va tan
mal. Este año, próximo a acabar, va a ser el segundo consecutivo en que el Ayuntamiento
tendrá superávit. Natural, porque aquí se ha recortado en casi todo, incluyendo
servicios, iluminación, limpieza y mantenimiento del pavimento de las calles.
Pues claro que todo eso se nota. Lo que pasa es que, si todos colaboráramos en
el tema de la limpieza, por ejemplo, a lo mejor se notaba menos. Pero es más cómodo proclamar “todo está fatal”
y luego volvernos a nuestro castillo y abrir una cerveza. Mejor tirando un
papel al suelo, de camino. Ya desarrollé bastante este tema en el post “Filípica”.
Lo de terminar en superávit no es
un capricho, ni un objetivo marcado sólo para presumir de ello. Es que, si el
Ayuntamiento no cumple ese objetivo, el Estado no le da la ayuda económica que
necesita casi para respirar. El deterioro de la ciudad es progresivo. No
estamos esta semana mucho peor que hace dos meses. Pero ahora El País ha dado
la salida: a por ellos oé, oé, oé. Y
todo vale para el objetivo fijado. Hasta sacar una foto de la T-4 totalmente
vacía. El otro día fui allí a llevar a mi hijo que se iba a Nancy, y estaba
llena, a pesar de que eran las cuatro de la mañana. ¿Cómo habrán conseguido
hacer la foto de marras? ¿Tal vez pidiendo al personal que se apartara? ¿O
recurriendo al photoshop? Por cierto,
el aeropuerto del Prat superó a Barajas en agosto (gran titular), pero en
septiembre volvió a quedar por detrás (casi ni mención). Lo cierto es que los
dos van fatal, resultado de una política estatal nefasta.
En mi barrio hay una nutrida
población estable de mendigos que duermen en la calle (honradamente, yo no he
notado que hayan aumentado). Desde aquí me ofrezco a El País para hacerles unas
fotos y pasárselas (siempre que me las paguen, claro). Les serán de mucha
utilidad para reforzar su mensaje. Aunque calculo que ya tendrán un archivo nutrido,
ordenado por categorías: barbudos, mujeres tristes, tipos durmiendo bajo
cartones. La prensa siempre tiene imágenes preparadas, por si sucede algo. Por
ejemplo, pajarracos empapados en chapapote, para los desastres tipo Prestige, o niños famélicos llorando con
mocos y asediados por enjambres de moscas, para las hambrunas africanas.
Ya dije lo que pensaba de El País
en el post #35, allá por el mes de noviembre de 2012, hace casi un año, y no
voy a repetirlo. Si quieren búsquenlo. Me gustaría poner un hipervínculo, de
esos que dicen “vean el post #35 pinchando aquí” y el “aquí” sale subrayado y
en azulito, pero no sé cómo se hace y, desde que me he enfadado con Lisardo, o
él conmigo, que ya ni me acuerdo de lo que pasó entre nosotros, pues no tengo a
nadie que me ayude a incorporar novedades técnicas. Ese periódico que ya no
informa, sino que jalea, tiene a un tal Bruno para tergiversar y sesgar las
informaciones de Madrid. Es un especialista. En su informe sobre una encuesta
de percepción de la calidad urbana que ha hecho la Unión Europea (y que yo no
veo tan grave; algunos indicadores han empeorado, ¿y qué?), el tipo recurre a
trucos que mueven a risa. Por ejemplo, en no-se-qué indicador, proclama con
gran escándalo que Madrid es la décima por la cola de toda Europa. Pero resulta
que las ciudades analizadas son 28. Podría haber dicho “Madrid es la
decimoctava”, pero suena mucho peor “décima por la cola”.
Y, para completar la andanada, se
la da espacio al señor Vidal i Foch, don Xavier, para que perpetre un suelto
rebosante de bilis de la negra. Con todos los respetos, un señor llamado Vidal
i Foch, en estos momentos no está autorizado a hablar sobre Madrid. Porque alguien
que firma con ese nombre, demuestra estar afectado por el virus del nacionalismo y ya
sabemos lo que va a decir. No les voy a poner los links, son fáciles de encontrar si no los han leido. No sé cuál es el objetivo de esta campaña, justo en estos
momentos, salvo el evidente de hacer leña del árbol olímpico caído, pero me
temo que la cosa tiene más trasfondo. Y, desde luego, sería impensable que en
un periódico catalán se hable algún día de la decadencia de Barcelona, si es que
la hay. Y si se habla será para echarnos la culpa a nosotros.
El otro día, escuché en streaming una conferencia para toda
Latinoamérica del gran Jordi Borja (pronuncien Bor-ya, escolti nen), el tipo que organizó urbanísticamente el área metropolitana
de Barcelona. El streaming permitía
enviarle preguntas por mail. Cuando apareció en pantalla, estuve tentado de
mandarle un correo recomendándole mi champú. Se le han quedado unos pelillos
anémicos bastante ridículos (es consciente de ello, porque se los toca todo el
rato con mucho cuidado, mientras habla). Su discurso estaba tan envejecido como
su calva; por un momento pensé que iba a decir que la solución de las ciudades
pasaba por ”llibertat, amnistía i estatut
d’autonomía”, tan antiguas resultaban sus recomendaciones.
Bueno, pues el tipo sacaba todo
el tiempo imágenes con ejemplos que apoyaban su discurso. Las de Madrid, todas
negativas: las calles desmesuradas de los PAUs, la contaminación y todo lo que
se imaginen. Pero en cierto momento, pasó a hablar de los parques fluviales de
las ciudades y yo pensé: a ver qué imagen saca. ¿Saben cuál fue? Pues ¡¡el
Parque del Segre!! un tratamiento forestal de ribera con cuatro árboles al tres
bolillo. Se lo juro. Aquí todo el mundo empuja en la misma dirección. El señor
Artur Menos a mí me cae muy mal, pero sería injusto pensar que es un loco que
está arrastrando a su pueblo a donde no quiere ir. El odio a Madrid y el
complejo de inferioridad (no es otra cosa) ya existían antes del señor Menos,
igual que los alemanes ya eran antisemitas antes de Hitler.
Deberíamos aprender de los
catalanes y defender Madrid, como ellos defienden Barcelona. Pero no. Aquí el señor
Cebrián da la salida y todos nos tragamos el sapo. Siento ser hoy tan agrio,
pero es que ya me han pisado el callo, hombre. Vale, Madrid está muy mal, ya lo
vemos nosotros, no hace falta que venga ningún catalán, ni ningún Bruno a decírnoslo.
Pero sobrevivirá. Si sobrevivimos a reyes tan nefastos como Felipe III, o alcaldes
tan cutres como García Lomas o Arespacochaga, también saldremos de esta. Ya lo
verán.
Se te ha olvidado mencionar a Javier Marías. A este buen escritor, que lo es, le está pasando lo mismo que le pasó a su padre, don Julián, cuando escribía la tercera de ABC; les invade la melancolía y todo lo ven feo, cutre y mal. Y "se han perdido las formas" y "dónde vamos a parar" y "en los hoteles no hay bañeras ni bidé" y "Madrid es un asco" y "menuda juventud". En fin, un lloriqueo muy poco madrileño diría yo.
ResponderEliminarNo se me ha olvidado, es que lo he ignorado deliberadamente, porque siempre se está quejando. No sé por qué no se va a vivir a Boadilla del Monte, por decir algo. Allí no tendría que soportar botellones, ruidos, procesiones y manifestaciones. Uno de los principales problemas de esta ciudad es que tiene demasiada población. Si se marcharan fuera todos los quejicas, protestones, agoreros, amargados, siemprenegatifos, cenizos y maleducados, los verdaderos enamorados de Madrid, que somos muchos, viviríamos fenomenal (en agosto hay una aproximación a ese escenario idílico imposible).
EliminarEstá usted tan obsesionado con el nacionalismo, que todo lo interpreta en la misma clave. No acabo de entender por qué nos niega a los catalanes el derecho a decidir, cuando se lo reconoce a los escoceses. Lo raro es que no haya sacado a colación el desplante del inefable Albert Pla, diciendo que los españoles le dan asco desde siempre. Hace tiempo que ese tipo ha demostrado ser un simple payaso, un gamberro que no representa al pueblo catalán. Se lo pone a huevo a los centralistas imperiales como usted.
ResponderEliminarAmigo: estoy en absoluto desacuerdo con todos y cada uno de los párrafos de su comentario. ¿Como lo ha hecho? ¿Acaso pretendía batir algún record? le contesto punto por punto. No estoy obsesionado con el nacionalismo, la mayoría de mis posts lo ignoran. Si sabe que admito la consulta escocesa y no la catalana es porque ha leído mis posts anteriores al respecto. No sé para qué quiere que se lo repita, ya lo he explicado unas diez veces, pero lo diré una más: el gobierno de Escocia se ajusta a la Clarity Act del Tribunal Supremo del Canada, y el catalán, no. Y esa es la única norma admitida internacionalmente como jurisprudencia en casos de propuesta de secesión de una región como la suya. Sigamos: Albert Pla me cae de puta madre, está loco pero es súper inteligente. Su declaración a un periódico de Gijón hay que leerla entera. Dice algo así: "siempre me ha dado asco ser español, yo creo que Cataluña debería independizarse, y luego anexionarse el resto de España. Así, en Gijón se obligaría a los niños a aprender catalán". Obviamente, es una provocación, coherente con su discurso habitual y muy ingeniosa. Lo que pasa es que un concejal del PP la ha entendido al revés, se ha ofendido y ha forzado que suspendan su concierto. Una muestra de paletismo rancio, indigna de Asturias. Para mí Albert Pla representa al arte catalán más vanguardista y el pepero paleto es uno más de los políticos alejados de su pueblo, y encima tonto. Finalmente, llamándome centralista imperial, se define usted como analista.
EliminarMuchas gracias por su comentario y reciba un fuerte abrazo. Me ha costado 187 posts encontrar un comentarista como usted. Rebatir sus argumentos, o lo que sean, ha sido un verdadero placer.
Aquí la anónima chirripitifláutica. Bien poco le ha durado su promesa de hacer respuestas cortas. Como hombre, hace usted honor al proverbio tradicional: "prometer hasta meter y, una vez metido, olvidar lo prometido". Besitos.
EliminarQuerida desconocida, sus aportaciones son siempre refrescantes. El proverbio es cojonudo, no lo conocía. Intento ser breve, pero a veces me pisan un determinado callo y no puedo evitar el aullido. Besos sin diminutivo.
EliminarVeo que el "catetismo (nacionalismo) ilustrado" resurge fuerte en sus trincheras.
ResponderEliminarAh...!!! y del País no se fíe usted ni del número de página...
Madrid si no fuera por el Atleti...
Y usted que lo diga.
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