Viernes 14. Tarde noche. Asisto a
la representación de Autorretrato de un
joven capitalista español, el impactante monólogo de Alberto Sanjuán, que
no les puedo recomendar porque he comprobado que ya no quedan entradas para
ninguno de los días previstos en el Teatro Alfil. Supongo que lo repondrán más
adelante, porque es extraordinario. Entre el público, muchos de sus compañeros
de la farándula; reconozco a David Trueba, Malena Alterio y a un Antonio de la Torre cuyas carcajadas
resuenan en el teatro, haciéndole reír al propio Sanjuán, que se ve forzado a
improvisar una protesta: “joder, que esto es muy serio”.
La obra comienza con la
presentación del personaje: se trata de un tipo con éxito profesional y vital,
al que adoran las mujeres, la vida le sonríe y gana mucho dinero. Y, de pronto,
se queda sin trabajo y se lo replantea todo. Para encontrar una explicación sobre
el origen de lo que le está sucediendo, tira de una serie de libros y descubre
la superchería que le han vendido hasta entonces, en forma de Estado del
Bienestar. Los libros que va consultando, se quedan al final en el escenario a
disposición del público, que puede ojearlos o anotar sus títulos, para comprarlos
en alguna librería.
Vamos con algunas de las cosas
que dicen esos libros. Franco lo dejó todo atado y bien atado, con
instrucciones precisas al Príncipe, actual Rey. El advenimiento de la Democracia fue algo
perfectamente controlado y previsto hasta sus más mínimos detalles en la mente
del dictador. Un ejemplo: el congreso nº 13 del PSOE celebrado en Suresnes, en
el que fue elegido un desconocido que se llamaba Felipe González, fue algo
también promovido desde el régimen franquista, que quería revivir el, por entonces,
inexistente Partido Socialista, para evitar el peligro que representaba el
mayoritario Partido Comunista. La prueba de ello es que Felipe fue escoltado
hasta Suresnes por un general franquista, al que años más tarde nombraría Jefe
del Estado Mayor, o algo así.
Y digo yo: ¿pero no habíamos
quedado en que Franco era un tipo astuto y taimado, pero no demasiado listo,
que además por esas fechas estaba senil y tenían que ayudarle hasta para subir
al poyete desde el que lanzaba sus delirantes proclamas con voz atiplada? Entonces,
¿quién estaba detrás de esas conspiraciones tan elaboradas y clarividentes? ¿Arias
Navarro, entre llorera y llorera? ¿O, por ventura, el señor Fraga? En fin, que
yo no me lo creo. Imagino que Alberto Sanjuán tampoco; él interpreta a un
personaje que encuentra estas teorías en libros reales, que existen y se venden
en las librerías, y que mucha gente devora porque se cree estas
interpretaciones a pies juntillas. Discúlpenme, pero yo no soy de esos.
Más conspiraciones. El realizador
de TVE que acudió a la Zarzuela
a grabar el mensaje del Rey el 23-F con el Congreso secuestrado, salió de allí
con dos cintas grabadas, una, la que finalmente se emitió, y otra de signo
opuesto por si el golpe triunfaba. Otro libro lo dice. Raro es que no salga por
detrás la CIA :
cuando no es bastante alguna de estas explicaciones delirantes, se tira de la CIA manejándolo todo, ya se
sabe lo que hicieron en Chile, etcétera. Por supuesto, en el monólogo se hace
referencia a que fueron los propios americanos los que organizaron el 11-S y se
tiraron ellos mismos las torres gemelas. Y el atentado del Maratón de Boston.
El 11-M no sale, supongo que por no herir la sensibilidad de víctimas más
cercanas, pero ¿quién duda que fue el propio Aznar el que estaba detrás, para que
Rajoy perdiera las elecciones y así tener un agravio del que quejarse por los
siglos de los siglos?
Bien, reitero que la obra de
teatro es excelente, puesto que habla de un tipo que se hace preguntas y
encuentra esas respuestas en libros publicados. Y admito que es posible que alguna de
estas teorías sea cierta. Pero que no cuenten conmigo para creerme que todo lo
que sucede está manipulado y predeterminado por Franco, la CIA o la madre que los parió. Los
que en estos días protestan en Estambul y Río de Janeiro, tampoco lo creen. Si no,
para qué salir a la calle. Pero hay gente a la que le encanta interpretar la
actualidad en clave conspiratoria. Es algo muy efectivo en conversaciones de
café. Tú sueltas una de esas y dejas al interlocutor apabullado.
Estos días hemos oído teorías similares
en la prensa y los corrillos patrios. Por ejemplo, el triunfo del moderado
Rohani en Irán es algo perfectamente orquestado por el régimen de los ayatollah.
Lo dice hasta un editorial de El País. El hasta ahora presidente había llevado
la situación económica y social a un punto crispado y sin futuro. Tocaba abrir
ya la mano. Pruebas: desde el poder se ha fomentado la participación (que
facilitaba la victoria del candidato moderado). Y se han apresurado a reconocer
el resultado, aunque apenas superaba por unas décimas el 50% que excluye la
segunda vuelta. También la elección del Papa Francisco es algo programado por
el poder vaticano: tocaba abrir la mano, porque la Iglesia se estaba alejando
de la gente y, para evitarlo, nada mejor que elegir a un porteño pelotudo, hincha del San
Lorenzo, por más señas. Y no duden ustedes de que los brasileños han salido a
la calle manipulados por la propia Dilma, para vaya usted a saber qué oscuros
propósitos.
A la gente le encanta imaginar
que hay alguien detrás, organizando todo lo que les pasa a ustedes y a mí. Antes
era Dios. Ahora, supongo que será una especie de Gran Hermano que todo lo controla
(por cierto, las ventas del 1984 de Orwell suben como la espuma). Cierto que la
prensa nos cuenta cada día historias que alimentan esta tendencia, como la de
que los británicos espiaron a los presidentes de la reunión del G-20 en 2009 (y
Zapatero sin enterarse). O las revelaciones del informático Snowden, escondido
en Hong Kong. La historia de este señor recuerda la que se contaba en la
excelente película Enemigo público,
que les recomiendo vivamente, si es que no la han visto. Un amigo informático
me confirmó en su día que todo lo que se cuenta en ese film de 1998, era
técnicamente posible entonces, no digamos ahora.
Desde luego que los gobiernos del
mundo se gastan un dineral en “inteligencia” y se dedican a espiar a diestro y
siniestro. Pero no por eso tenemos que creernos que todo lo que pasa está
previsto de antemano por alguna mente calenturienta. El pensar que todo está
manipulado y sucede porque alguien lo ha decidido previamente, es un síndrome perfectamente
descrito y con nombre: paranoia. Yo tengo un amigo que está convencido de que
detrás de todo lo que nos pasa está la masonería internacional. Fueron los
masones los culpables de que mi estupenda botella de whisky escocés decidiera
suicidarse contra el granito de la calle Arenal (#131). Y supongo que han oído la declaración
ante el juez del nigeriano al que detuvieron en Madrid después de apuñalar a
tres policías que le habían pedido los papeles: lo hizo porque se siente sistemáticamente
perseguido por una banda que encabezan José María Aznar e Isabel Pantoja.
Lo que quería exponer en este post esta ya bastante claro. Así que, por seguir en esa onda, voy a
rematar con un hecho
decisivo que nadie conoce todavía. Así que apuren su café y agárrense firmemente
a la barra, que vienen curvas. ¿Saben quién está detrás de que el Deportivo de la Coruña haya bajado a
segunda? Pues nada menos que Osama Bin Laden. Lo tenía previsto desde hace
años. Los administradores concursales son simples testaferros de este señor,
interesado en que el equipo se descapitalice para comprarlo y tener así una
forma de infiltrarse en el mundo occidental, una cabeza de puente desde la que
urdir nuevas tropelías contra el capitalismo impío y sedicente. ¿Y saben cómo es que conozco esa
información? Muy sencillo: Osama Bin Laden soy yo.
Hace poco aprendí algo que, al parecer, decía Chumy Chumez: "hasta aquí no creía en nada, ahora ni eso". Lamento, por tí, lo del Depor. Un abrazo.
ResponderEliminarComo gallego, soy desconfiado. Pero hay que tener cuidado con determinados bulos. De creerse que los americanos se tiraron ellos mismos las torres gemelas, a caer en el delirio del nigeriano detenido, hay un trecho más corto de lo que parece. En cuanto al Depor, parece claro que era como la burbuja inmobiliaria. Así que quizá sea bueno que se pinche, para empezar a construir algo más sólido.
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