Dentro de pocos días empezará en Brasil
la Copa de
Confederaciones de Fútbol, un invento de la FIFA para que sus directivos se pasen unos días
entre caipirinhas y visitas a la playa de Copacabana. Es increíble que una cosa
como esta sea negocio, pero ha de serlo cuando la organizan, en medio de la crisis
que nos afecta. España debería pedir la organización de la próxima, a ver si
nos reactivamos un poco. Participan en el torneo los representantes de las seis
confederaciones que forman la FIFA ,
más el campeón mundial (España) y el país organizador (Brasil). Como España es también la campeona de Europa, su plaza la ocupa Italia, el subcampeón. Los otros son México
(América del Norte), Uruguay (América del Sur), Nigeria (África), Japón (Asia)
y Tahití (Oceanía), el patito feo de la competición.
Tahití es una isla volcánica en
el centro del Pacífico, que tiene consideración de región autónoma de Francia,
a la que pertenece. O sea, que sus habitantes son ciudadanos franceses a todos
los efectos. Su idioma oficial es el francés (aunque sus habitantes hablan
también el tahitiano). Es un resto absurdo de los tiempos del colonialismo,
como las islas de Saint Pierre y Michelon, situadas junto a la costa de Canadá,
que también forman parte de Francia. O como Gibraltar o las Islas Falkland, en
el caso inglés.
Estas situaciones post-coloniales
se sostienen porque la mayoría de la población quiere seguir perteneciendo a la
antigua metrópoli, aunque esté a miles de kilómetros. En Tahití, como en
cualquiera parte, hay políticos nacionalistas partidarios de la independencia
(mejor habría que decir secesión), de
esos a los que les preguntas algo en francés y te contestan en tahitiano. Pero
parece que los ciudadanos de este enclave paradisíaco son lo suficientemente
listos como para no estar por la labor de cambiar su estatus político. Según las
encuestas, los partidarios de la secesión, no pasarían en estos momentos del
20%. Por eso los nacionalistas no hablan todavía de consulta o referéndum. Estas
cosas sólo se montan para ganarlas.
La superficie de esta colonia es
de poco más de 1000 kilómetros
cuadrados, es decir, menos de la octava parte de la Comunidad de Madrid. La
isla principal es en realidad una pareja de islas unidas por un estrecho istmo
natural: Tahití Iti y Tahití Nui, o sea, el Pequeño y el Gran Tahití. En este último
está la capital, Papeete, en donde se concentra la mayor parte de la población,
que asciende a un total de 180.000 habitantes, menos que algunos distritos de
Madrid. La colonia incluye otra isla mediana, Moorea, un círculo de playa alrededor
de un antiguo cráter volcánico que se llama Mou’a Puta (no es coña, así se dice en tahitiano
montaña agujereada).
La isla de Tahití fue descubierta
por Occidente en 1600, y estuvo mucho tiempo en disputa entre españoles,
ingleses y franceses, que se quedaron con ella a mediados del XIX. Hace cuatro
días, como quien dice. Algunos de sus residentes temporales más ilustres, como Robert Louis
Stevenson y Paul Gaughin, contribuyeron a su leyenda. Actualmente, la población
vive mayoritariamente del turismo, si bien cuenta también con la Universidad de la Polinesia Francesa, subvencionada desde París.
La selección de fútbol está
formada por amateurs, con dos o tres excepciones de jugadores que militan en
equipos de segunda o tercera división de Europa. Creo que anda por el puesto 150 del ranking ¿Cómo es que una selección de
estas características es invitada a competir con países como España o Brasil,
frente a los que con toda seguridad va hacer el ridículo más estruendoso? Bueno,
pues la selección de Tahití se ha ganado el derecho de participar, como
ganadora de la Copa
de Oceanía 2012. Para entender este disparate, hay que bucear un poco en la
historia.
Por qué se consiente una aberración
geográfica como esta, es algo que habrá que preguntar a los
capitostes de la FIFA ,
aunque la decisión de los australianos es comprensible: estaban deseando
librarse del coñazo de tener que enfrentarse cada cuatro años a Vanuatu o Fiji,
entre otros equipos portentosos. El caso es que la OFC tiene actualmente una
estructura de gallinero: un gallo (Nueva Zelanda), y hasta diez gallinas, a
saber: Samoa Americana, Islas Cook, Fiji, Nueva Caledonia, Papúa-Nueva Guinea,
Samoa, Islas Salomon, Tahití, Tonga y Vanuatu. Otros tres países de cuento, Niue,
Tuvalu y Kiribati, forman parte como observadores sin derecho a participar en la Copa , por no ser miembros de la FIFA.
Y aquí tenemos a Tahití dispuesta
a pelear en Brasil con las grandes selecciones del mundo. Ellos también tienen
un mote: los Toa Aito, es decir, los Guerreros
de Hierro. El núcleo del equipo lo forma la familia Teahu, formada por los
hermanos Alvin, Lorenzo y Jonathan Teahu, y su primo Teaonui Teahu, que juega de
delantero. Su futbolista más afamado juega en la segunda división griega. El
entrenador se llama Eddy Etaeta.
Para preparar la Copa , el bueno de Eddy ha
decidido llevar al equipo a Chile que, total, les queda a medio camino. Allí ha
jugado algunos amistosos con equipos locales. El último, anteayer miércoles,
frente a la selección sub-20 de Chile. Resultado: 7-0 para los chavales
chilenos. Una paliza que ha cabreado al entrenador, quien ha declarado: “Estamos
aquí para representar dignamente a nuestro país y nuestra bandera. Hemos
decidido jugar entre los grandes y tendremos que comportarnos como grandes. Así
que: a ver si nos dejamos de hacer fotos y nos centramos en entrenar”.
España, por su parte, también está
preparando su trascendental partido con Tahití. Para ello, este sábado jugará en Miami un amistoso con
Haití. Luego bastará ponerle una T delante y bailar la H.
Señor, por mucho que se empeñe, el fútbol es un asunto que interesa nada a muchos de los que seguimos su blog. Algunos, en cuanto vemos que el post va de ese bluff planetario, dejamos de leer, en favor de otros asuntos más sustanciosos.
ResponderEliminarEs usted muy libre de no tener el fútbol entre sus preferencias. Para aficiones, como para gustos, no hay nada escrito. A mí me gusta moderadamente (cada vez me aburre más), pero no por eso me siento superior ni inferior a usted. En cualquier caso, creo que este post no habla sólo de fútbol. Habla de geografía, de países y de gentes. De tierras lejanas. Ninguno de mis textos se circunscribe a un solo tema. Al menos eso es lo que yo intento. Gracias por su aportación.
EliminarEsta columna no va exactamente de fútbol; es casi tan surrealista como si hablara de un partido entre marcianos y selenitas... ¿Seguro que no te has inventado todo esto? Ahí tenía que ir el señor Mou a entrenar a los hermanos Teahu y a su primo, a ver si se le bajan los humos...
ResponderEliminarTodo es auténtico. Este post surge de que en algún rincón de la prensa digital de Sudamérica encontré la referencia de que la selección Sub-20 de Chile les había metido siete a estos pobres y la petición desesperada del señor Etaeta de que se dejen de hacer fotos, como cualquier paleto que sale por primera vez de su tierra. Me pareció que todo tenía un punto surrealista muy gracioso. Y me sorprendió que ningún periódico español dijera nada al respecto (ni siquiera el Marca). Si esto se supiera, el partido España-Tahití no lo vería nadie y eso es malo para el negocio. También me pareció curiosa la "espantá" de los australianos, tan hartos de de desenvolverse entre paises enanitos, que piden asilo futbolístico en Asia y se lo dan. A partir de ahí sale lo demás.
EliminarPor cierto, señor anónimo: eso de "El señor Mou" no es una especie de oxímoron?