Mi post sobre Tahití y el fútbol
suscita opiniones encontradas (ya les he dicho que muchos de mis seguidores se
abstienen de hacer comentarios escritos –qué pereza, oyes– y prefieren decirme
lo que piensan cuando me cruzo con ellos en los pasillos o me los encuentro por
la calle –te estás poniendo pesadito con tanto fútbol). Como le he aclarado
al único que me lo dijo por escrito, ese texto no iba sólo de fútbol, que
también. Iba de geografía, de gentes, de países lejanos, de viejas hazañas en
latitudes remotas. A mí lo que me gusta es el punto surrealista y los nombres
de los lugares y personas: que el entrenador de Tahití se llame Eddy Etaeta, su
capital Papeete, o su volcán Mou’a Puta.
Uno de los lugares en donde los nombres
me resultaron más curiosos es Lituania, un país que ya saben que he visitado (ver
#137), en donde la gente se llama Alfredas, Konstantinas, Alfonsas, Vitautas o
Arturas. Los nombres lituanos me hicieron tanta gracia que tomé algunas fotos
de placas conmemorativas, anuncios y letreros. A continuación se los muestro.
Sobran los comentarios.
Vilnius, la capital de Lituania,
es una ciudad con diferentes partes, todas de interés. Hay en primer lugar un
centro histórico de callejas tortuosas, cuajado de iglesias católicas de
decoración barroca muy recargada. Lituania abrazó el catolicismo apostólico-romano
en el siglo XIV. Hasta entonces, sus habitantes eran directamente paganos y
practicaban todo tipo de ritos de adoración del sol, la luna y otros iconos
primitivos. El rey de turno impuso el catolicismo para poderse casar con una
princesa polaca y se cuenta que numerosos lituanos continuaron durante mucho
tiempo practicando sus ritos, que finalmente se perdieron. Aquí tienen una
imagen de la mastodóntica catedral.
Más abajo hay una zona moderna
con estructura de cuadrícula y edificios nuevos de acero y cristal, en donde están
todos los organismos administrativos del Estado lituano. Y luego está el barrio
de Uzupis, el lugar donde viven los bohemios y los artistas. Si por casualidad
viajan ustedes a la capital de Lituania, no deben dejar de visitar este lugar
tan curioso. El río Vilnius, que da nombre a la ciudad, rodea el casco antiguo en
una curva amplia. Al otro lado queda el barrio de Uzupis, nombre que en lituano
significa precisamente “allende el río”.
Tradicionalmente, Uzupis fue el ghetto
judío de Vilnius. Pero en la Segunda Guerra Mundial, sus habitantes fueron
enviados a campos de concentración y exterminados en su mayoría. Luego llegaron los soviéticos que destruyeron
el cementerio judío, uno de los pocos elementos que sobrevivían. Los pocos ciudadanos del barrio que sobrevivieron al Holocausto se fueron a Israel, USA o a otras zonas de Lituania. El barrio se
quedó completamente deshabitado. El régimen soviético no tenía un gran interés
en estas tierras tan alejadas de sus centros de poder, y el caserío fue
poco a poco ocupado por prostitutas, borrachos, vagabundos y colgados.
En 1990, Lituania alcanza la
ansiada independencia. Entonces los artistas locales, que esperaban la llegada
de la libertad, buscan un lugar barato donde trabajar y vivir, y empiezan a establecerse
en las viviendas abandonadas, adaptándolas a sus necesidades. Aparecen los estudios de escultores, músicos y
pintores. Tras ellos, las viviendas. Y después los bares, las bibliotecas y los
teatros. En paralelo, el Ayuntamiento de Vilnius repara las calles, el alumbrado público y las instalaciones. El Uzupis que yo visité era una mezcla entre el Malasaña madrileño y
el Plaka de Atenas.
En 1996, los habitantes de Uzupis
se declaran República independiente. No son el primer barrio europeo que lo
hace. Se les adelantaron Montmâtre en París y Christianía en Copenhague. Este
tipo de historias denotan un sentido del humor sano e irreverente. Pero los de Uzupis son tan
cachondos que han profundizado en el tema y se han dotado de una bandera que nadie
reconoce, una moneda que nadie usa, un ejército, formado por 17 personas en estado
de sobriedad etílica no siempre garantizada, un Presidente que se nombra de forma rotatoria
(el actual es un poeta, músico y cineasta) y lo más grande de todo: han redactado una Constitución
con 38 artículos que recogen derechos delirantes y otros tres adicionales con
recomendaciones obligatorias no menos estrambóticas.
Se entra en Uzupis a pie,
cruzando un pequeño puente sobre el río Vilnius, con barandillas de hierro
medio oxidado. Y muy cerca de la entrada, hay una serie de paneles de
metacrilato, fijados en un muro de piedra, en los que se reproduce la
Constitución de Uzupis en doce idiomas diferentes, entre los que no está el
español. Pueden encontrar en Internet imágenes de estos paneles. Yo me he
tomado la molestia de traducirles esta original Constitución al español. Disfruten
con ella. Y sigan siendo buenos.
La
Constitución de Uzupis
1.- Todo el mundo tiene derecho a vivir
junto al río Vilnius y el río Vilnius tiene derecho a fluir junto a cada uno.
2.- Todo el mundo tiene derecho a tener agua
caliente, calefacción en invierno y un techo bien tejado.
3.- Todo el
mundo tiene derecho a morir, pero no es una obligación.
4.- Todo el
mundo tiene derecho a cometer errores.
5.- Todo el
mundo tiene derecho a ser único.
6.- Todo el
mundo tiene derecho a amar.
7.- Todo el
mundo tiene derecho a ser amado, pero no necesariamente.
8.- Todo el
mundo tiene derecho a no ser distinguido ni famoso.
9.- Todo el
mundo tiene derecho a hacer el vago.
10.- Todo el
mundo tiene derecho a amar y cuidar a un gato.
11.- Todo el
mundo tiene derecho a cuidar un perro hasta que la muerte los separe.
12.- Un perro
tiene derecho a ser un perro.
13.- Un gato no está obligado a amar a su
amo, pero debe ayudar en los momentos difíciles.
14.- De vez
en cuando, todo el mundo tiene derecho a descuidar sus obligaciones.
15.- Todo el
mundo tiene derecho a la duda, pero no es una obligación.
16.- Todo el
mundo tiene derecho a ser feliz.
17.- Todo el
mundo tiene derecho a ser infeliz.
18.- Todo el
mundo tiene derecho a estar en silencio.
19.- Todo el
mundo tiene derecho a tener fe.
20.- Nadie
tiene derecho a la violencia.
21.- Todo el
mundo tiene derecho a darse cuenta de su insignificancia.
22.- Nadie
tiene derecho a tener un designio eternamente.
23.- Todo el
mundo tiene derecho a comprender.
24.- Todo el
mundo tiene derecho a no entender nada.
25.- Todo el
mundo tiene derecho a tener una nacionalidad.
26.- Todo el
mundo tiene derecho a celebrar o no celebrar su cumpleaños.
27.- Todo el
mundo recordará su nombre.
28.- Todo el
mundo puede compartir lo que posea.
29.- Nadie
puede compartir lo que no posee.
30.- Todo el
mundo tiene derecho a tener hermanos, hermanas y padres.
31.- Todo el
mundo puede ser independiente.
32.- Todo el
mundo es responsable de su libertad.
33.- Todo el
mundo tiene derecho a llorar.
34.- Todo el
mundo tiene derecho a ser incomprendido
35.- Nadie
tiene el derecho de hacer que otro se sienta culpable.
36.- Todo el
mundo tiene derecho a ser individual.
37.- Todo el
mundo tiene derecho a no tener derechos.
38.- Todo el
mundo tiene derecho a que no le asusten.
39.- No
machaques a nadie.
40.- No tomes
venganza.
41.- No te
rindas.
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