Después de más de
cien posts insistiendo en la idea de
que en todas partes cuecen habas, que no debemos caer en la idea derrotista de
que somos los más chorizos, los más informales y los menos de fiar de Europa
(después de los griegos, claro), que nuestros políticos no son más
impresentables que Berlusconi y otros, ahora estoy cayendo en la cuenta de que
la cosa es así, pero al revés. Me explico. No es que nosotros seamos tan buenos
y exquisitos como los europeos presumen de ser. Es que ellos son tan mantas
como nosotros.
He llegado a esa
conclusión después del fiasco del rescate de Chipre, como ya dejé claro en los
párrafos finales de mi post 103 “Pozos de nieve y comportamientos endorreicos”.
Zapatero y Rajoy (dos caras de la misma moneda) son unos incompetentes
manifiestos. Pero la señora Merkel y sus corifeos no van mucho más allá. Qué
espectáculo el de la
Comisión Europea decidiendo que a los pequeños ahorradores de
Chipre se les aplicara una quita del 10%. Y con qué seguridad y convencimiento
se expresaban los comisarios cuando les ponían un micrófono delante y todos
decían lo mismo: que no había otra solución. (Por cierto, ¿se han dado cuenta
de la precisión del lenguaje? ¿Serán conscientes estos impresentables del
significado gramatical estricto de palabras como quita y comisario?).
Y con qué
desfachatez rajoyana pasaron a
desdecirse cuando se dieron cuenta de la que estaban liando. Ahora la quita
será sólo para los depósitos superiores a 100.000 €, pero cercana al 40%, si no
más. Supongo que ese 40% se aplicará sólo a lo que exceda de esos 100.000 € garantizados.
Es decir, que a quien tenga 110.000, le quitarán el 40% de los 10.000
sobrantes. Parece de Perogrullo, pero yo no lo he visto aclarado con esta
precisión en ningún periódico, y con esta gente no se puede uno fiar. Tampoco
sé cómo se resuelve el caso del que tiene los huevos en varias cestas, como
suele decirse. Si uno ha tenido la precaución de tener, por ejemplo, 270.000 €
en tres fondos de 90.000, ¿cómo se come eso?
Los lumbreras de
Europa han demostrado tener un nivel mental y político merecedor de la
calificación de bono basura intelectual. En esa idea insiste mi amigo Emilio de
la Peña en su
artículo “El trágala chipriota”, del
que les pongo el link y les recomiendo su lectura: http://emiliodelape.blogspot.com.es/2013/03/el-tragala-chipriota.html
Cuando desarrolla
el segundo de los cuatro tabúes que, según él, se han roto en el fiasco
chipriota, escribe este párrafo demoledor:
Es verdad.
¿Ustedes recuerdan las elecciones europeas que se han ido celebrando? ¿Y
quiénes eran los candidatos? Pues así nos va. Antiguamente, al tipo que la
cagaba y caía en desgracia lo mandaban de Delegado del Gobierno en Ceuta o
Melilla. Ahora hay un retiro dorado para estos tipos grises: se les envía a la Comisión Europea
y ¡hala! a vivir. Con sueldos duplicados, facilidades para viajar a España
todos los fines de semana y complementos varios. Ni siquiera necesitan saber
idiomas. Tienen intérpretes a porrillo y, los que quieren, pueden tomar clases
de inglés y francés.
Si la Comisión Europea tiene
esa catadura, ¿qué decir del Comité de las Regiones? Seguro que ni siquiera
sabían que existía semejante engendro. El Comité de las Regiones es un órgano
consultivo, con sede en Bruselas, que tiene por objeto calmar los afanes de
autoafirmación de las sensibilidades nacionales (o nacionalistas, si lo
prefieren). Es decir, que allí acuden los catalanes, vascos, bretones,
flamencos, etcétera, y pueden desarrollar, en su idioma, las peticiones y
reivindicaciones que les obsesionan, para que el Comité las haga suyas, siempre
como recomendaciones no vinculantes, que otra competencia no tienen.
En principio,
existen 23 idiomas oficiales en la Unión Europea , a saber: alemán, búlgaro, checo,
danés, eslovaco, esloveno, español, estonio, finés, francés, griego, holandés, húngaro,
inglés, gaélico irlandés, italiano, letón, lituano, maltés, polaco, portugués,
rumano y sueco. Pero es que, como se trata de un foro para las regiones, el
Comité ha alcanzado acuerdos con otras comunidades lingüísticas para que sus
representantes puedan dirigirse al plenario del Comité en su propio idioma. Es
decir, que allí se escuchan discursos en catalán, euskera, gallego, bretón,
flamenco o gaélico escocés.
Supongo que no
les sorprenderá saber que el 75% del presupuesto anual del Comité de las
Regiones se destina a traductores simultáneos que, como se pueden imaginar,
cobran sueldos estratosféricos, porque encontrar, por ejemplo, un traductor del
euskera al estonio, o del maltés al gaélico escocés, es como hallar una aguja
en un pajar. El caso del maltés es especialmente sangrante. Es el idioma
oficial, junto con el inglés, de la República de Malta, en la que viven más o menos
400.000 habitantes. Tantos como en Vallecas. Parece que, cuando se integraron
en Europa, se les ofreció bastante dinero a cambio de que renunciaran a que su lengua
local se convirtiera en oficial europea, pero lo rechazaron, igual que los
irlandeses.
Se cuenta que los
escoceses, haciendo honor a su fama de roñas, prefirieron aceptar la pasta,
pero no lo he podio confirmar, no sé si es una leyenda. (Por favor, leyenda es una palabra suficiente para
denotar su significado, no hace falta que le añadan urbana, como ha dado en hacer todo el mundo, de un tiempo a esta
parte. Lo mismo pasa con aviso. No
hace falta añadir para navegantes. Ya
sé que se sienten muy modernos diciendo leyenda
urbana y aviso para navegantes,
pero déjenlo ya. Es cansino).
Tal vez no se lo
crean pero, si sé todo esto, es porque en una ocasión tuve que hablar en el
Comité de las Regiones. Con ocasión de una sesión plenaria del Comité, el
Ayuntamiento de Madrid mandó a una delegación a que expusiera los proyectos de
cooperación internacional en los que estaba involucrado. A mí me tocó contar el
proyecto LASDO, de ayuda al consistorio de Colombo (Sri Lanka). Mi intervención
formaba parte de un workshop
complementario, pero nos cedieron la sala del Plenario. Hablé en español, por
supuesto, faltaría más, hostia. Era una sala circular, rodeada por multitud de
cabinas para los traductores. Quiero creer que mi conferencia se tradujo sólo
al inglés y francés, pero no pondría la mano en el fuego.
Así que, cuando
reciban correos hablándoles del Senado español, de que no sirve para nada y
encima tiene en plantilla traductores del catalán y el euskera, para que los
representantes de esas comunidades no sufran la ofensa de hablar en español
(que todos ellos dominan y usan en su vida cotidiana), pues sepan que yo
también he firmado a favor de la desaparición del Senado, pero que en la
sacrosanta Bruselas existe una institución aún más absurda e innecesaria, cuyos
miembros cobran elevados sueldos que pagamos entre todos.
Cuando el anterior gobierno, el de Zapatero, garantizó los 100.000 euros dijo que eran por entidad y persona, o sea que sí se podían repartir los huevos en distintas cestas, según yo al menos entendí y así interpreté, pero tambien es verdad que actualmente con motivo del robo a los chipriotas, no he vuelto a ver escrito u oido en radio o Tv lo de "por entidad y persona".
ResponderEliminarMe gustan mucho tus blogs, los busco a diario y me divierten. ¡Aúpa el Depor Milu!
Cuando las barbas de tu vecino chipriota veas pelar, pon las tuyas a remojar y reparte los huevos en todas las cestas que puedas. Yo desconfío bastante de los impresentables que se están llevando por delante nuestro ya añorado estado de bienestar. No sé quién eres, pero ¡Aupa el Depor! Uno de los dichos más populares en La Coruña en estos días es "Non estaba morto, que andaba de carallada". A ver si confirmamos la resurrección este sábado. Un abrazo.
Eliminar¡Menuda "modernez" lo del aviso para navegantes! La expresión original no sé de dónde vendrá, pero sí sé que "Aviso a navegantes" fue el título de un artículo publicado por el diario "Arriba" en los años treinta. Lo firmaba nada menos que el marqués de Estella y fundador de la Falange, o sea, José Antonio Primo de Rivera.¡Toma ya modernez!
ResponderEliminarDesconocía este dato. Yo creo que las dos expresiones a que me refiero se han popularizado en la radio y en los programas de telebasura de Telecinco y otras cadenas. Me gustaría que la gente volviera a decir "leyenda" o "aviso" a secas, sin añadirles los complementos de moda, que nunca han tenido demasiada gracia y ahora menos. Hace unos años todo el mundo decía eso de "ni frío ni calor, cero grados", que era más gracioso y duró lo justo para no resultar cansino.
EliminarMe parece que te sobra la "hostia". Las palabras malsonantes fuera de contexto afean un buen párrafo. Puesto que nadie te impedía hablar español, no es necesario que remaches tu reivindicación del uso de tu lengua con un taco. Deja las interjecciones viscerales o eclesiales para los catalanes, ¡collons!
ResponderEliminarQuizá tengas razón y esté fuera de contexto. Yo no tengo mucho problema en incorporar a mis textos expresiones malsonantes. Es una forma de aproximar el lenguaje escrito al coloquial, en donde se usan todo el rato. La expresión conjunta "faltaría más, hostia" la utilizan continuamente los vascos. Yo la tomé prestada en el post sobre Patxi Andión y se conoce que se me ha pegado. Podría corregirla pero, siguiendo las rígidas instrucciones de Lisardo, me parece mejor dejarla y que conste aquí tu comentario crítico y mi respuesta admitiendo que (quizá) estés en lo cierto. Gracias por tus comentarios.
EliminarAmigo, (sin acritud), su antinacionalismo es tan furibundo que pierde usted la proverbial imparcialidad con que aborda el resto de los temas. Sólo así se explica que diga que entre todos estamos pagando a traductores del euskera al estonio o del maltés al gaélico escocés. Tal vez a usted le parezca gracioso llevar este tema a la caricatura, pero se aleja totalmente de la verdad. En el Comité de Regiones sólo hay traductores simultáneos de los idiomas más minoritarios al inglés, francés y alemán, nunca entre ellos. A mí me parece hermoso que la gente pueda expresarse en su propia lengua. No le hacen ningún daño a usted. Ni a nadie.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con usted en cuanto a que he llevado el tema a una cierta caricatura. Si los traductores simultáneos del Comité de las Regiones son los que usted dice, no tengo inconveniente en rectificar y pedir disculpas, por mor de la verdad. Sin embargo, en su versión del asunto, seguiría habiendo por lo menos 24x3, o sea 72 traductores simultáneos para las combinaciones necesarias para que se entiendan entre sí las 27 comunidades lingüisticas de Europa, más los catalanes, gallegos, etcétera. Lo siento pero me sigue pareciendo un despelote. Cuando además, todos saben o deberían saber inglés.
EliminarTampoco comparto sus últimas afirmaciones. A mí me hubiera encantado hacer mi presentación en inglés o en frances. Creo que hubiera sido lo apropiado. Yo hubiera preferido eso, a que se me dé la opción de hacerla en español y que con el dinero de todos se pague a tres señores (en plantilla) para que traduzcan mis palabras en tiempo real al inglés, al francés y al alemán.
En mi opinión, las lenguas son para entenderse entre las personas. No para hacer ostentación de señas de identidad.
Me temo que tenemos pocos puntos de acuerdo, usted y yo. No obstante, le animo a seguir entrando en mi Blog y expresando sus opiniones. Siempre que lo haga con educación, yo las respetaré aunque no las comparta y ya sabe que Lisardo me ha prohibido borrar comentarios. Que tenga usted una buena noche.