Aaaaaay qué pena más grande que
tengo, que s’acabao el confinamiento
y ahora hay que salir otra vez a la calle, con todos esos virus por ahí
pululando por las esquinas, qué susto, mi arma, qué susto. Con lo bien que me lo estaba yo pasando con el
confineo, la cocina, las telellamadas y la limpieza de la encimera. Me he esmerao yo con la
encimera como nadie, que la tengo como los chorros del oro, para que ahora me digan que eso
no vale de na’, que vuelta a salir a la interperie
otra vez. Ay, Señor, qué tormento de vida ¿verdá usté? Le dicen a una que se
ponga mascarilla y se la pone, aunque vaya hecha un adefesio. Le dicen que no puede ir a la pelu y se tiene que aguantar con el pelo como el cabezal de la fregona. Le dicen a una que no salga de casa y se tira 50
días encerrá como una monja carmenita, sin salir
na-más que pa la compra. Y ahora, que ya nos hemos hecho a la situación, ¡hala! otra vez
a la calle. Y digo yo: ¿y si yo no quiero salir, qué pasa? A ver.
Bien, tras este prólogo
costumbrista, les aclaro que la serie Cuadernos de la Cuarentena la doy por finiquitada con el Post CC#18. Y hoy inauguramos una nueva colección, que he dado en
llamar Memorias del Desconfinamiento, MD, tal como ya habrán observado ustedes,
queridos lectores, con su proverbial sagacidad y habitual perspicacia, inmune a
toda clase de distracción o veleidad. He de confesarles que me siento bastante en
sintonía con la señora que se queja en el prólogo, yo tenía mi vida
perfectamente organizada y no me lo estaba pasando mal, la verdad. Pero a uno,
que es bien mandado, le dicen que salga y sale. Aunque sólo sea para apoyar a
Sánchez. Me imagino a Casado enfurruñado en su casa sin salir, urdiendo infames estrategias para ponerle nuevos palos en las ruedas al gobierno, asesorado por
la pérfida Cayetana, la bruja Ayuso y el espectro de El Del Bigote. Muriéndose de ganas por salir a la calle y comiéndose la corbata negra de impotencia, reedición viviente del chiste clásico: que se joda mi coronel, que yo no me como el rancho.
El sábado salí a caminar, aunque no me apeteciera demasiado, y otro día les iré contando mis impresiones de las sucesivas caminatas por un irreal Madrid lleno de gente circulando todavía atónita, porque hoy nos vamos a centrar en los tres conceptos del título, que parecen el mismo pero son tres diferentes. Antes les obsequio con un vídeo de mi admirada Sheryl Crow publicado estos días, desde su confinamiento. Para grabarlo, ha juntado a todos sus músicos habituales, mediante una reunión Zoom o similar, para tocar, cada uno desde su casa, uno de sus primeros éxitos que siempre le reclaman en todos los conciertos. La novedad es que Sheryl está recluida en su casa con sus dos hijos, que participan en la grabación ocultos tras unas caretas zoomorfas o zoonóticas. Al mayor, que tiene 13 años, se le empiezan a ver ya hechuras de hombretón detrás de esa careta gallinácea tan graciosa. Su hermano, de 10, nos va mostrando en sucesión todas las demás caretas de la colección. Disfrútenlo.
El sábado salí a caminar, aunque no me apeteciera demasiado, y otro día les iré contando mis impresiones de las sucesivas caminatas por un irreal Madrid lleno de gente circulando todavía atónita, porque hoy nos vamos a centrar en los tres conceptos del título, que parecen el mismo pero son tres diferentes. Antes les obsequio con un vídeo de mi admirada Sheryl Crow publicado estos días, desde su confinamiento. Para grabarlo, ha juntado a todos sus músicos habituales, mediante una reunión Zoom o similar, para tocar, cada uno desde su casa, uno de sus primeros éxitos que siempre le reclaman en todos los conciertos. La novedad es que Sheryl está recluida en su casa con sus dos hijos, que participan en la grabación ocultos tras unas caretas zoomorfas o zoonóticas. Al mayor, que tiene 13 años, se le empiezan a ver ya hechuras de hombretón detrás de esa careta gallinácea tan graciosa. Su hermano, de 10, nos va mostrando en sucesión todas las demás caretas de la colección. Disfrútenlo.
Conspiraciones. Una circunstancia
como esta, con un virus desconocido y peligroso, es el caldo de cultivo
perfecto para mentalidades conspiranoicas. Ya saben que Donald Trump, ese
payaso trágico que gobierna los USA, está convencido de que el virus se creó en
un laboratorio de Wuhan en el que se estaría experimentando con monos para
buscar una vacuna para el SARS. La comunidad científica ha certificado que
el coronavirus (de los cojones) tiene un origen natural, pero este señor ya se mostró
escéptico con lo del cambio climático y no sería de extrañar que sea
terraplanista aunque no lo diga abiertamente. Trump además es el prototipo del
sociópata, que de manera automática culpa a los demás de todo lo que sucede en el mundo a su alrededor.
Igual que Tony Soprano, con la diferencia de que este es simpático y Trump no
tiene puta gracia.
Pero, sin irnos tan lejos, Jurgen
mi peluquero que, como les conté, me cortó el pelo el viernes 13 de marzo antes de cerrar su chiringuito de forma permanente, se pasó toda la sesión tratando de convencerme
(él estaba seguro) de que el virus lo había creado Kim Jong-un en Corea del
Norte, para provocar un desastre mundial del que (no se sabe cómo) saldría
beneficiado. Yo le argumentaba que, de ser cierto, antes lo habría esparcido
por Japón, pero me contestaba que lo había mandado a China para disimular y que
nadie sospechara que venía de donde venía. Que si lo llega a echar en Japón o Corea del Sur, todo el mundo sabría enseguida que había sido él y lo arrasarían a bombazos. Era imposible sacar a Jurgen de su empecinamiento.
Las teorías de la conspiración
son variopintas y a cual más descabellada. El periodista Íñigo Dominguez, de
quien hace unos posts les resumí su texto sobre el extraño caso del señor
resucitado, publicó un artículo sobre esto el 9 de abril en El País, que me
parece muy divertido. Como todos los periódicos están ahora con la mierda de forzar a que
te suscribas y cada vez tienen menos contenidos en abierto, y además ya sé que
más de uno de mis seguidores se niega a registrarse en ningún medio, pues me
he tomado el trabajo de copiarlo y pegarlo, que ya sé que les gusta más esto
que lo de los links. Aquí lo tienen.
Elige tu propia conspiración
Es difícil levantarse cada día buscándole tres pies al gato, desconfiar de cada estadística, tragar telebasura esperando la revelación definitiva. Por eso, en su vocación de servicio a los lectores, este periódico ha reunido todas las teorías de la conspiración, y alguna más que se nos ha ocurrido, para que usted pueda elegir cómodamente la que le convenga sin comerse más la cabeza. Desconfíe de cualquier otra, puede ser una falsa, pensada para desmontar las reales. Sobre todo no se fíe de la que no ponga: “Léelo antes de que lo borren”. Es fácil comprobarlo: si luego no la borran es que era falsa. Y si la borran, pues un problema menos. Para hacer todo más ameno en la cuarentena, les proponemos un juego: solo una de estas teorías no es de verdad, a ver si adivinan cuál.
Iñigo Domínguez. El País 9.04.2020
Es difícil levantarse cada día buscándole tres pies al gato, desconfiar de cada estadística, tragar telebasura esperando la revelación definitiva. Por eso, en su vocación de servicio a los lectores, este periódico ha reunido todas las teorías de la conspiración, y alguna más que se nos ha ocurrido, para que usted pueda elegir cómodamente la que le convenga sin comerse más la cabeza. Desconfíe de cualquier otra, puede ser una falsa, pensada para desmontar las reales. Sobre todo no se fíe de la que no ponga: “Léelo antes de que lo borren”. Es fácil comprobarlo: si luego no la borran es que era falsa. Y si la borran, pues un problema menos. Para hacer todo más ameno en la cuarentena, les proponemos un juego: solo una de estas teorías no es de verdad, a ver si adivinan cuál.
1. Los advenedizos se
conformarán con la más fácil: el Gobierno lo sabía hace meses, pero le convenía
no hacer nada, no se sabe bien por qué (para consagrarse como supervillanos,
seguramente) y, comunistas e inútiles como son, siguen retrasando la llegada de
mascarillas y respiradores para tenernos a todos encerrados en casa y,
mientras, hacerse con el país y construirse todos los ministros un chalé en
Galapagar, una urbanización que será una comuna libre donde todos sus hijos
irán desnudos por la calle, incluso en invierno. En ese ambiente disoluto, por
las tardes reescribirán la Constitución. Bien, si se ha contentado con esto es
usted un aficionado, se quedará confinado hasta septiembre. Las teorías ya van
mucho más allá.
2. Es todo una operación de
Bill Gates y Bin Laden (claro que está vivo, ¿se creyó lo de su muerte? Cuidado
con esas cosas). Han invertido una fortuna en informática y sanidad de modo que
ahora se forrarán vendiendo ordenadores, equipos de teletrabajo y material
médico. Al crearse un clima apocalíptico, una ola de fanatismo impondrá en el
mundo las corrientes más alocadas del islam, que predican un ramadán de 12
meses, encerrados en casa todo el día, y así Bin Laden podrá salir de su
escondrijo, pasear por Central Park sin miedo a ser visto y hasta tomarse
una coca cola.
3. Es una clarísima operación
china para apoderarse del mundo en dos fases, la primera ha sido un éxito, con
la difusión del virus, creado en un laboratorio donde se hizo aparearse a un
pangolín, un murciélago y un futbolista de la tercera división china sobrante
del mercado de fichajes. En la fase dos nos venderán una vacuna que en realidad
tendrá un chip incorporado con el que nos controlarán a todos en cosa de año y
medio, dos como mucho. Cuando la población ya lo tenga puesto, apretarán un
botón e iremos todos en fila bailando la conga a tirarnos por un acantilado.
Después invadirán tranquilamente Europa. Por eso hay que oponerse a cualquier
vacuna, no sea usted ingenuo. El tofu y la quinoa inmunizan contra el chip.
4. Es un plan de Soros, aliado
con fondos de inversión y compañías de seguros de coches, para hacerse
millonarios. Como no hay tráfico ni accidentes, los seguros este año tendrán
beneficios estratosféricos, que invertirán en planes de pensiones ideados por
el magnate húngaro. La muerte de miles de ancianos solucionará el problema de
las pensiones para dos décadas, no serán ni una prioridad pública, habrá solo
privadas, y con el remanente los países invertirán en vacunas, fabricadas por
empresas de los fondos de inversión. La única manera de boicotear la operación
es salir todos de casa ahora mismo y estrellar nuestro coche en postes de
comunicaciones de la red 5G, que forma parte del plan porque sus radiaciones
anulan nuestros anticuerpos. De paso, intente atropellar a Ábalos o a un
vicepresidente.
5. Otra tesis es que la
comunidad científica estaba a punto de demostrar que la tierra es plana. En ese
momento intervino la Casa Blanca, porque Trump está convencido de que es un
secreto que solo sabe él. Un agente de la CIA llevó el virus en una tartera a
China y lo soltó en un Todo a cien. Esto ha distraído a la opinión pública y,
como plan B, ya han descongelado a Elvis Presley para hacerlo reaparecer en streaming desde
Las Vegas, donde Trump tiene acciones en hoteles. También posee sociedades en
paraísos fiscales que controlan las multinacionales del papel higiénico.
Solución al acertijo (lo pondría con las letras al revés, como en los
crucigramas, pero no sé cómo se hace): todas las tesis tienen un fondo de
verdad. Ahí lo dejamos, más no podemos decir. Si ha acertado, es usted más
listo que nadie, puede estar tranquilo, no se la van a dar con queso. Pase esto
y difúndalo antes de que lo borren.
Hagamos otro hueco a la música. Aquí tienen el tema que ha compuesto Alicia Keys durante su encierro para dar gracias a todos los médicos, enfermeros, dependientes de supermercado, limpiadores municipales, camioneros, policías, distribuidores de alimentación, etc. Toda esa gente que hace posible que el mundo siga girando en estos meses terribles. La canción se llama Good job, buen trabajo, y tiene un estribillo muy oportuno: buen trabajo, no desfallezcas, eres nuestro héroe, que sepas que nos importas. Alicia está muy implicada en la lucha contra el virus y este tema expresa todos sus sentimientos en un crescendo realmente emotivo. Merece la pena escucharlo.
Pero la situación favorece también la aparición de bulos, generalmente malintencionados, que alguien crea y difunde y se convierten enseguida en virales (con perdón). Ya trajimos al blog el vídeo de cientos de jabalíes por una carretera. Era una escena filmada en una granja de Centroeuropa, pero lo circularon como que era la carretera de El Escorial a Abantos (se lo juro), tomada por los jabalíes de la sierra al no haber ningún tipo de tráfico rodado. Hace poco, los de Vox publicaron un mensaje en Whatsapp en el que animaban a boicotear una entrevista que le harían esa noche a Pedro Sánchez en TVE-1, a la que llamaban su tele. El mensaje generó a su vez un contrabulo: teníamos que poner todos la tele después del telediario, para que los índices de audiencia reflejaran exactamente lo contrario de lo que pretendía Vox. Yo piqué como un pánfilo, lo difundí e hice el ridículo: TVE-1 no tenía la menor intención de entrevistar al presidente esa noche, ni la había tenido nunca.
Pero la situación favorece también la aparición de bulos, generalmente malintencionados, que alguien crea y difunde y se convierten enseguida en virales (con perdón). Ya trajimos al blog el vídeo de cientos de jabalíes por una carretera. Era una escena filmada en una granja de Centroeuropa, pero lo circularon como que era la carretera de El Escorial a Abantos (se lo juro), tomada por los jabalíes de la sierra al no haber ningún tipo de tráfico rodado. Hace poco, los de Vox publicaron un mensaje en Whatsapp en el que animaban a boicotear una entrevista que le harían esa noche a Pedro Sánchez en TVE-1, a la que llamaban su tele. El mensaje generó a su vez un contrabulo: teníamos que poner todos la tele después del telediario, para que los índices de audiencia reflejaran exactamente lo contrario de lo que pretendía Vox. Yo piqué como un pánfilo, lo difundí e hice el ridículo: TVE-1 no tenía la menor intención de entrevistar al presidente esa noche, ni la había tenido nunca.
La cosa ha adquirido tal envergadura,
que han salido varias páginas exclusivamente dedicadas a rastrear y desmentir
bulos. La más conocida es maldita.es que pueden consultar AQUÍ. La verdad es que algunos
bulos son muy graciosos, como ese que recomendaba pegar un salva-slip en el
interior de las mascarillas quirúrgicas para reforzar su poder aislante. Lo recomendaba no sé qué científico de una universidad inexistente. La
proliferación de bulos ha generado a su vez una cierta paranoia sobre los
mensajes que circulan por ahí. Por ejemplo, en relación con el vídeo sobre el alta de la
última paciente del Pabellón 7 del IFEMA, que yo traje al blog porque me parece
muy bonito y emocionante, algún seguidor me dijo que cómo le daba difusión a
ese film de propaganda descarada de Ayuso. A mí ese vídeo me parece precioso,
muy bien filmado y con una música maravillosa, lo que compone un producto
resultante que me emociona y mucho, háyalo promovido Ayuso o su porquero.
Pero todavía ahora redoblan sus
ataques y me dicen que cómo es que esa era la última enferma del IFEMA, cuando quince
días más tarde han montado el circo del cierre del hospital provisional, que
tanto ha criticado todo el mundo (y con razón). Por favor, qué cansinos que son
algunos. El vídeo del 17 de abril corresponde al cierre del Pabellón 7, que no
fue el único que se habilitó para hospital. Y la señora que sale es
efectivamente la última enferma dada de alta en ese pabellón, no una actriz, ni una militante
del PP de Valdemorillo, como quieren creer algunos. Yo ese vídeo se lo he
mandado a todos mis contactos en el extranjero, para que vean cómo hacemos aquí
las cosas. Porque Pedro Sánchez habrá cometido muchas torpezas, pero tenemos
menos muertos que Italia, menos que Gran Bretaña y más o menos los mismos
que Francia, con cifras de contagiados muy superiores a las de esos tres
países. Y esto, digámoslo de una vez, lo han logrado los médicos, la comunidad sanitaria, a pesar de la inutilidad de los
políticos que no saben hacer otra cosa que pelearse entre ellos.
Pero todavía hay un tercer concepto en
este entorno tóxico que estamos describiendo, que es la manipulación pura y dura de la
información. Y ahí, el campeón indiscutible es El inMundo. Este libelo
amarillista no informa, sino que jalea. Me pasa con él como con Pablo Ca, que
no lo soporto, que me pone enfermo leerlo. Encima, con la blitzkrieg que han desplegado en
estos días todos los medios para conseguir que nos registremos o nos hagamos
suscriptores, casi no se puede leer ninguno de los llamados artículos de fondo.
Van dados si creen que voy a pagar yo un solo euro por disponer de la oportunidad de revolcarme en la inMundicia
que propagan estos señores. La manipulación de la información que perpetra El inMundo
empieza por los propios titulares, y se la voy a explicar con un ejemplo
sencillo.
Vamos a suponer (es sólo un
supuesto teórico) que Pedro Sánchez haga una cosa bien. Una sola cosa. Ya sé que no es fácil de
imaginar para algunos, pero estamos como digo en un ejemplo teórico hipotético.
Me refiero a que este señor tome una decisión correcta, en la que todo el mundo
esté de acuerdo y piense para sus adentros: ahí has estado muy bien, Pedro, perdona que te diga. Por ejemplo: que se dé la orden de que todos usemos mascarilla y no nos la quitemos ni para cagar. ¿Cuál sería el titular de El País en
este caso? Pues ese periódico titularía la notícia así: Pedro Sánchez ordena que
todos llevemos mascarillas. Es un titular ajustado a la
información que quiere difundir. Se limita a informar, no introduce ninguna valoración, no dice que esté
bien o que esté mal. ¿Y cuál sería el titular de El inMundo? Pues uno de los
cuatro siguientes:
1.- Pedro Sánchez ordena que todos llevemos
mascarillas, pero no dice nada de los guantes.
2.- Pedro Sánchez ordena que todos llevemos
mascarillas, sin consultarlo con los demás partidos.
3.- Pedro Sánchez ordena que todos llevemos
mascarillas, a pesar de que en Pernambuco han desaconsejado su uso.
Lo van pillando, supongo. Pero aún
nos queda la versión más malévola y sutil. Lo que yo llamo el adverbio asesino:
4.- Pedro Sánchez ordena ahora que todos
llevemos mascarillas.
Ese ahora viene a indicar que no lo ha hecho antes, en el momento oportuno, cuando tendría que
haber dado la orden, con lo cual es una decisión tomada a destiempo, que
seguramente llega tarde. Mediante un adverbio asesino se le da la vuelta al mensaje, se invierte su significado y se convierte una decisión
buena en mala. Las cuatro versiones buscan el mismo efecto, porque para
estos señores es imposible que Pedro Sánchez decida nada bien decidido, por definición. Ya antes
de que adopte cualquier decisión, está mal adoptada.
Nos acercamos al momento en que
se votará la prolongación del estado de alarma. Pablo Ca está valorando si vota
a favor o en contra. Dice el presidente que no hay plan B, aunque yo espero que tenga alguno. Dice Teodoro García Egea, el campeón mundial de lanzamiento de güitos de aceituna, que España sí que tiene un plan B y que este plan B se llama Pablo Casado. ¡Que nos pillen confesados! Si este señor se hace cargo del Estado, ya tenemos garantizada una solución neoliberal y despiadada como la que nos recetó Rajoy en 2008, un señor que, al lado de Pablo Ca, era un moderado. Virgencita, virgencita, que nos dejen con el plan A, que ese plan B no lo quiero ni imaginar.
Yo sinceramente no creo que haya alternativa a lo que hemos tenido que sufrir estos días, porque esto del confinamiento es lo mismo que han hecho todos los países del mundo, salvo Corea del Norte, Turkmenistan y Bielorrusia. El virus es universal y no parece haber otras recetas. La problemática es la misma en todas partes. Pero nosotros tenemos un problema añadido, en relación con lo que sucede en los demás países (hasta podríamos reivindicar el copyright): una oposición política lamentable, perversa y cerril. Pablo Ca está exhibiendo una deslealtad ciertamente catalana, y no se me ocurre un adjetivo que la caracterice mejor. ¡Y estos son los salvadores de la patria! Unos sujetos que quieren a España tanto como el zorro a la gallina.
Yo sinceramente no creo que haya alternativa a lo que hemos tenido que sufrir estos días, porque esto del confinamiento es lo mismo que han hecho todos los países del mundo, salvo Corea del Norte, Turkmenistan y Bielorrusia. El virus es universal y no parece haber otras recetas. La problemática es la misma en todas partes. Pero nosotros tenemos un problema añadido, en relación con lo que sucede en los demás países (hasta podríamos reivindicar el copyright): una oposición política lamentable, perversa y cerril. Pablo Ca está exhibiendo una deslealtad ciertamente catalana, y no se me ocurre un adjetivo que la caracterice mejor. ¡Y estos son los salvadores de la patria! Unos sujetos que quieren a España tanto como el zorro a la gallina.
Para el cierre tengo otro video que Sheryl Crow publicó en redes ayer mismo, 3 de mayo. Vale que se divierta un poco con sus hijos, pero el cuerpo le pide rock del bueno y esta vez ha reunido a su grupo para hacer una nueva versión del There goes the neighborhood, la canción que la hizo merecedora de uno de los nueve Grammys que atesora y a la que dediqué íntegramente una entrada en el blog que se llamó Ahí va el vecindario (Una lección de rock) Post #766. Para ello se ha enfundado el bajo y se ha colocado a la puerta de la cuadra donde guarda su caballo. Disfrútenla. Y no dejen de fijarse en el guiño inicial a los Stones, mientras le da de comer al caballo una pajita de su propia boca. Ya me despido. Hagan lo posible por guardarse de conspiraciones, bulos y manipulaciones.
Salgan a la calle con cautela. Y síganse cuidando, por Dios, que esta fase es todavía muy
peligrosa. ROCK NEVER DIE!!!
Me ha encantado el repertorio de conspiraciones. Gracias. Como yo no me he suscrito al País, no tengo forma de acceder a esos artículos. De todas formas, tenga cuidado a ver si se va a buscar un lío reproduciendo contenidos de pago. Y lo de los titulares del inMundo muy didáctico, pero lo hacen igual los demás periódicos, hasta El País. El ABC, de manera sistemática.
ResponderEliminarUn abrazo y siga contándonos lo que pasa desde esa óptica suya tan personal.
Gracias a usted por sus elogios y también por la advertencia. Espero no buscarme líos: este artículo estaba en abierto, creo, pero procuraré tener cuidado en adelante.
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