No me creían ustedes cuando les anticipé hace meses que Bernie Sanders
es un crack. En este blog se han podido escuchar las canciones que le han
dedicado desde los músicos más jóvenes de Vermont (el pequeño estado en donde
ha desarrollado su carrera política), hasta el corrido que le compuso el grupo
de chicanos La Meta. Bernie ha peleado como un jabato hasta el final. Ha
encabezado una verdadera revolución en América. Y ha negociado con Hillary
Clinton para condicionar su apoyo a que el programa de la ex Secretaria de Estado
incorporase muchas de sus propuestas más progresistas. Me dicen mis amigos
norteamericanos que han seguido su campaña, que en muchos estados ha habido
irregularidades en el recuento de votos. Que el poder no se corta a la hora de hacer
las trampas que hagan falta para decantar el resultado hacia donde más
conviene. Algunos de estos seguidores de Sanders estaban indignados y
pronosticaban revueltas en la Convención Demócrata, a celebrar a final de mes
en Philadelphia.
Bueno, pues para Bernie ha llegado el momento de reconocer la victoria
de Clinton. Y ha escenificado ese reconocimiento en un mitin en New Hampshire
(anteayer mismo), en el que ambos han aparecido juntos bajo el lema Stronger Togheter (más
fuertes unidos). En el acto intervienen primero cuatro oradores. Les voy a
poner el vídeo completo, para que escuchen a Bernie, cuya intervención empieza
más o menos en el minuto 38 del vídeo (supongo que saben cómo saltarse lo
anterior). Les recomiendo que lo escuchen y me he tomado el trabajo de
traducírselo abajo. Es un discurso vibrante, extraordinario, que toca todos los
temas que ha de tocar. Bernie ha iniciado un movimiento que tiene vocación de
seguir creciendo y madurando después de las elecciones de noviembre. Y yo tengo
mucha esperanza en este movimiento, porque los Estados Unidos son el lugar
donde se cuece el bacalao y es
su propio pueblo el que debe iniciar la solución de la crisis económica y
social de occidente (igual que fueron ellos los que consiguieron parar la
guerra de Vietnam).
No puedo evitar un comentario. ¡Qué envidia de políticos! Bernie ha
luchado hasta el final, ha logrado cosechar un apoyo masivo y ha traducido ese
apoyo en propuestas concretas recogidas en el programa de Hillary. Y ahora
escenifica la unión. Él sabe que le han rebañado delegados con toda clase de
trampas, pero de ninguna manera quiere que se produzcan disturbios en
Philadelphia. Ya sabemos lo que producen otro tipo de discursos en un país en
el que todo el mundo está armado hasta los dientes. Hace falta mucha talla
política y mucha visión a largo plazo para esto. Pero es que así se actúa en
casi todos los países civilizados.
Hace poco hubo elecciones presidenciales en Perú. En la primera vuelta
la candidatura más votada fue la de Keiko Fujimori (como si en España se
presentara Carmencita Franco). Había una candidatura de izquierda moderada,
encabezada por Verónika Mendoza. Con las mismas trampas de siempre,
consiguieron que quedara la tercera, por un estrecho margen por detrás de Pepe
K, que no es el mote del protagonista de El Proceso de Kafka, sino la forma en
que se conoce a Pedro Pablo Kucinsky (PPK). El bueno de PPK presentaba una
propuesta neoliberal de crecimiento del país. La cosa se arregló, por tanto,
para que los peruanos eligieran en segunda vuelta entre dos propuestas de
derechas. Qué creen que fue lo primero que hizo Verónika Mendoza. Pues dar una
rueda de prensa, reconocer la derrota y pedir el voto en segunda vuelta para
Pepe K. Cualquier cosa antes de dar el poder a alguien apellidado Fujimori.
Ese tipo de comportamientos son los que yo esperaba de Pablo Iglesias.
Generosidad y visión de futuro. Sin líneas rojas. Sólo tenía que haberse abstenido para dejar
gobernar a Sánchez y Rivera en minoría. Y hubiera dispuesto de cuatro años para
hacer una oposición fuerte, aprendiendo y formando cuadros. Pero este señor
tenía prisa. Quería asaltar los cielos y asaltarlos ya. Había visto demasiados
episodios de Juego de Tronos. Resultado: no va a haber forma de echar a Rajoy
de la Moncloa. Yo creía que los resultados de junio iban a ser idénticos a los
de diciembre. Hasta tenía pensado el título de mi post: Y to pa na. Pero los resultados son
los que han sido. Y, como no espabilen, iremos a unas terceras elecciones,
haciendo un ridículo internacional, y entonces Rajoy ganará ya por mayoría
absoluta.
Bien les dejo ya con el discurso de Sanders. A mí me parece cojonudo.
Un tipo de 74 años con una energía envidiable y una cabeza excepcional. Se
necesita alguien a la altura de Roosevelt para sacarnos de esta crisis
interminable. Y además, el inglés de Sanders se entiende de puta madre.
Bill McKibben, Jim Dean, gobernadora Hassan, senadora Shaheen, muchas gracias por vuestros amables comentarios. Y
quisiera comenzar dando también las gracias a los 13 millones de americanos que
votaron por mí durante las primarias demócratas. Y gracias New Hampshire, por
darnos nuestra primera gran victoria. Y muy especial gracias a la gente del estado
de Vermont que me apoyó durante tantos años como alcalde, como miembro del
Congreso, como senador, como candidato presidencial, a mí, a Jane y a toda
nuestra familia. ¡Vermont gracias! Permítanme también agradecer a los cientos
de miles de voluntarios en todo el país, en todos los estados de la Unión que
han trabajado muy duro en nuestra campaña y los millones de nuestros
colaboradores que mostraron al mundo que podríamos ejecutar una campaña
nacional exitosa basada en pequeñas contribuciones individuales –dos millones y medio de
ellos.
Juntos, hemos comenzado una revolución política para transformar
América y esa revolución continúa. Juntos, vamos a continuar la lucha para
crear un gobierno que nos represente a todos, y no sólo al uno por ciento –un gobierno basado en los principios de la justicia
económica, social, racial y ambiental. Estoy orgulloso de la campaña que hemos
desarrollado aquí en New Hampshire y en todo el país. Nuestra campaña ganó las
primarias y caucus en 22 estados, y cuando se contabilicen los datos en la
Convención Nacional Democrática, se mostrará que ganamos casi 1.900 delegados.
Mucho más de lo que casi todo el mundo pensó que podíamos ganar.
Pero esto no es
suficiente para ganar la nominación. La secretaria Clinton entra en la
convención con 389 delegados asegurados más de los que nosotros tenemos y muchos
más superdelegados. La secretaria Clinton ha ganado el proceso de nominación para
la Candidatura Demócrata, y yo la felicito por ello. Ella va a ser la candidata
demócrata a la presidencia, y tengo la intención de hacer todo lo posible para
asegurar que será la próxima presidente de los Estados Unidos.
Hoy he venido aquí no para hablar del pasado sino para centrarme en
el futuro. Ese futuro estará determinado más por lo que ocurra el 8 de
noviembre en las urnas de votación a lo largo de nuestra nación, que por
cualquier otro evento en el mundo. He venido aquí para explicar de la manera
más clara posible por qué estoy apoyando a Hillary Clinton y por qué debe ser
nuestra próxima presidente.
Durante el último año he tenido una oportunidad extraordinaria, la
extraordinaria oportunidad de hablar con más de 1,4 millones de estadounidenses
en mítines en casi todos los estados de nuestro país. También tuve la
oportunidad de reunirme con muchos otros miles de personas en reuniones más
pequeñas. Y la profunda lección que he aprendido, es que esta campaña no es
realmente sobre Hillary Clinton, o Donald Trump o Bernie Sanders, o cualquier
otro candidato que busque la presidencia. Esta campaña es sobre las necesidades
del pueblo estadounidense que está peleando contra la muy grave crisis que
enfrentamos. Y no hay duda de que, a medida que nos acercamos a noviembre, Hillary Clinton es de lejos la mejor candidata para hacer eso.
Es muy fácil de olvidar, y los republicanos quieren que nos
olvidemos de donde estábamos hace siete años y medio, cuando el presidente
Obama asumió el cargo. Como resultado de la avaricia, la imprudencia y las
conductas ilegales en Wall Street, nuestra economía estaba en la peor crisis
económica desde la Gran Depresión. Cerca de 800.000 personas al mes estaban
perdiendo sus puestos de trabajo, estábamos alcanzando un déficit récord y el
sistema financiero del mundo estaba al borde del colapso. Hemos recorrido un
largo camino en los últimos siete años y medio y yo agradezco al Presidente
Obama y al vicepresidente Biden por su liderazgo para sacarnos de esa terrible
recesión. Sin embargo, y creo que todos estamos de acuerdo, mucho, mucho más
queda todavía por hacer. Demasiados americanos están aun siendo dejados de
lado, dejados atrás, ignorados. En el país más rico de la historia del mundo,
hay demasiada pobreza, demasiada desesperación.
Esta elección es sobre la madre soltera que vi en Nevada, que,
con lágrimas en los ojos, me dijo que estaba muerta de miedo por el futuro,
porque ella y su hija no podían vivir con los 10 dólares y 45 centavos por hora
que ella estaba ganando. Esta elección es sobre esa mujer, y los millones de otros
trabajadores de este país que se están quedando cada vez más atrás, mientras
tratan de sobrevivir con salarios totalmente inadecuadas.
Hillary Clinton entiende que debemos establecer una economía en
Estados Unidos que ahora está amañada y que envía casi la totalidad de la nueva
riqueza y el ingreso al uno por ciento más rico. Hillary Clinton entiende que
si alguien en América trabaja 40 horas a la semana, esa persona no debería
estar viviendo en la pobreza. Ella cree, todos nosotros creemos, que hay que
aumentar el salario mínimo hasta un nivel digno. Y para eso hay que crear
millones de nuevos puestos de trabajo, para la reconstrucción de nuestras
infraestructuras que se están desmoronando –nuestras
carreteras, nuestros puentes, nuestros sistemas de agua, nuestras plantas depuradoras
de aguas residuales.
Pero su oponente –Donald
Trump –bueno, él tiene una visión muy
diferente. Él cree que los estados deberían tener el derecho de bajar el
salario mínimo o incluso suprimir el concepto de salario mínimo. Si es elegido
Donald Trump, no vamos a ver ningún incremento en el salario mínimo federal de 7.25
dólares por hora –un salario de hambre. Esta elección es sobre cuál de
los candidatos designará a los jueces del Tribunal Supremo que estén dispuestos
a revocar la desastrosa decisión de Ciudadanos Unidos, una decisión que está
permitiendo a los multimillonarios comprar las elecciones y está socavando
nuestra democracia. Esta elección es sobre quién va a nombrar a los nuevos
jueces de la Corte Suprema que defiendan el derecho de la mujer a elegir, que defiendan
los derechos de la comunidad LGBT, que defiendan los derechos de los
trabajadores, las necesidades de las minorías y los inmigrantes, y la capacidad
del gobierno para proteger nuestro medio ambiente. Si alguien por ahí piensa
que esta elección no es importante, que se tome un momento para pensar sobre
los jueces del Tribunal Supremo que Donald Trump nombraría, y lo que eso significaría
para las libertades civiles, la igualdad de derechos y el futuro de nuestro
país.
Esta campaña es también para llevar a los Estados Unidos hacia
la atención médica universal y reducir el número de personas en nuestro país
que no están aseguradas o están infraaseguradas. Hillary Clinton quiere ver que
todos los estadounidenses tengan el derecho a elegir una opción pública para el
cuidado de su salud, lo que reducirá los costes del cuidado de la salud en
millones. Ella también cree que cualquier persona de 55 años o más debe tener la
posibilidad de optar al Medicare y quiere ver a millones de estadounidenses más
accediendo a la atención primaria de salud, al cuidado dental, al asesoramiento
en salud mental y a los medicamentos recetados a bajo costo, a través de una
gran extensión y formación de centros de salud comunitarios en todo el país.
Hillary se ha comprometido a ver a miles de jóvenes doctores, enfermeras, psicólogos,
dentistas y otros profesionales de la medicina, ejerciendo en las zonas ahora desatendidas,
mientras mantenemos la idea del presidente Obama de triplicar los fondos para
el Servicio Nacional de Salud.
En Nueva Hampshire, en
Vermont y en todo este país sufrimos una gran epidemia de adicción a los
opiáceos y a la heroína. Todos los días muere gente por sobredosis. Hillary
Clinton entiende que, si queremos enfrentar seriamente esta crisis, necesitamos
cambios importantes en la manera en que prestamos tratamientos de salud mental
a lo largo de este país. Y eso es lo que la expansión de los centros de salud comunitarios
va a hacer y eso supone conseguir personal médico formado para las zonas que más
los necesitan. Y ¿cuál es la posición de Donald Trump en el asunto del cuidado
de la salud? No hay sorpresa. El mismo y viejo menosprecio republicano hacia
las familias trabajadoras. Él quiere abolir la Ley de Cuidado de Salud
Asequible, expulsar a 20 millones de personas del seguro de salud que tienen actualmente
y eliminar el Medicaid para los estadounidenses de bajos ingresos. La última
cosa que necesitamos hoy en Estados Unidos es un presidente al que no le importe
que millones de estadounidenses pierdan el acceso a la cobertura de atención
médica que necesitan desesperadamente. Necesitamos más personas con acceso a una
atención médica de calidad, no menos.
Hillary Clinton también entiende que millones de personas
mayores, discapacitados veteranos y otros están luchando con el
escandalosamente alto costo de los medicamentos que les recetan. Ella y yo
estamos de acuerdo en que el Medicare debe negociar los precios de los
medicamentos con la industria farmacéutica y que hay que ampliar el uso de
medicamentos genéricos. Las compañías farmacéuticas no deberían estar haciendo
miles de millones en ganancias, cuando uno de cada cinco estadounidenses es
incapaz de pagar los medicamentos que necesita. La avaricia de las compañías
farmacéuticas debe terminar.
Esta elección es también
sobre la grotesca desigualdad de ingresos y riqueza que existe en la
actualidad, la peor que ha habido en nuestro país desde 1928. Hillary Clinton
sabe que algo está fundamentalmente mal cuando los muy ricos se hacen aun más
ricos, mientras que mucha otra gente están trabajando cada vez más horas por
menores salarios. Ella sabe que es absurdo que la clase media estadounidenses
esté pagando una tasa efectiva de impuestos más alta que los fondos buitre millonarios,
y que hay corporaciones en este país que hacen miles de millones de dólares al
año en ganancias, debido a los trucos que sus grupos de presión crean
en un año dado para no pagar un centavo en impuestos federales. Eso está mal.
Mientras que Hillary Clinton apoya que nuestro código fiscal sea más justo y
progresivo, Donald Trump quiere recortar impuestos en cientos de miles de
millones de dólares para las personas muy ricas de este país. Sus políticas
económicas imprudentes no sólo van a exacerbar la desigualdad de ingresos y
riqueza, sino que además aumentarían nuestra deuda nacional en miles de
millones de dólares.
Esta elección es sobre los miles de jóvenes que he conocido a lo
largo de este país que han terminado su carrera universitaria profundamente endeudados,
y esos muchos otros que no pueden permitirse el lujo de ir a la universidad,
cuando este país necesita tener la fuerza de trabajo mejor preparada en la
altamente competitiva economía global. Hillary Clinton cree que hay que reducir
sustancialmente la deuda de los estudiantes, y que tenemos que crear
universidades públicas de matrícula libre para la clase media y las familias
trabajadoras de este país. Esta es una importante iniciativa que va a
revolucionar la educación superior en este país y mejorar las vidas de tantas
personas de nuestro pueblo. Piensen en lo que significará, piensen en esto,
cuando todos los niños de este país, independientemente de los ingresos de su
familia, sepan que si estudian duro y les va bien seriamente en la escuela –sí,
tendrán la posibilidad de acceder a una educación universitaria y completarla
sin deudas.
Esta elección es también sobre el cambio climático, la mayor
crisis ambiental que enfrenta nuestro planeta, y la necesidad de dejar este
mundo de forma saludable y habitable para nuestros hijos y las generaciones
futuras. Hillary Clinton está escuchando a los científicos que nos dicen que,
si no actuamos con valentía, en un futuro muy próximo habrá más sequías, más
inundaciones, más acidificación de los océanos, mayor aumento del nivel del mar.
Ella entiende que hay que trabajar con los países de todo el mundo en la
transformación de nuestro sistema de energía basado en los combustibles fósiles,
para buscar la eficiencia energética y la energía sostenible –y que con esto podemos crear una gran cantidad de
empleos bien remunerados. Bueno, Donald Trump, como la mayoría de los
republicanos, de forma triste y trágica ha decidido rechazar la ciencia –algo que ningún candidato presidencial debería hacer
nunca. Él cree que el cambio climático es un engaño. De hecho, él quiere
ampliar el uso de los combustibles fósiles. Eso sería un desastre para nuestro país
y para todo el planeta.
Esta elección es sobre el liderazgo que necesitamos para aprobar
una reforma migratoria integral y reparar un sistema de justicia criminal que
está en quiebra. Se trata de asegurarse de que los jóvenes de este país estén
en buenas escuelas o en buenos puestos de trabajo, no en celdas de la cárcel.
La secretaria Clinton entiende que no necesitamos tener más gente en la cárcel
que cualquier otro país del mundo, con un gasto de 80 mil millones de dólares
anuales.
En estos momentos convulsos en nuestro país, esta elección debe buscar
unir a nuestro pueblo, no dividirlo. Mientras que Donald Trump está ocupado insultando
a mexicanos, musulmanes, mujeres, afroamericanos y veteranos, Hillary Clinton
entiende que nuestra diversidad es una de nuestras mayores fortalezas. Sí. Conseguiremos
ser más fuertes cuando blancos y negros, latinos, asiático-americanos, nativos
americanos, todos nosotros vayamos juntos. Sí. Conseguiremos ser más fuertes
cuando los hombres y mujeres, jóvenes y viejos, homosexuales y heterosexuales,
nativos e inmigrantes luchemos juntos para librar a este país de todas las
formas de intolerancia.
No es ningún secreto que Hillary Clinton y yo estamos en desacuerdo
sobre una serie de cuestiones. En torno a eso ha girado esta campaña. Y en eso
consiste la democracia. Pero estoy feliz de poder decir que en el Comité para
una Plataforma Demócrata, que terminó la noche del domingo en Orlando, se
produjo un importante acercamiento entre las dos campañas y como resultado de
ello, ahora presentamos, con mucho, la propuesta más progresista de la historia
del Partido Demócrata. Nuestro trabajo ahora es conseguir que esa propuesta sea
implementada por un Senado bajo control Demócrata, por un Congreso bajo control
Demócrata y con la presidencia de Hillary Clinton –y ya les digo que tengo la intención de recorrer
todos los rincones de este país al servicio de que esto ocurra.
Conozco a Hillary Clinton desde hace 25 años. Éramos un poquito
más jóvenes entonces. La recuerdo como una gran primera dama que rompió
precedentes en cuanto al rol que una primera dama tiene que jugar. Y recuerdo
cómo ella ayudó a dirigir la lucha por la atención de salud universal. Serví
con ella en el Senado de Estados Unidos y la conozco como una firme defensora
de los derechos de nuestros niños. Y la conozco, y todos ustedes la conocen,
como una de las personas más inteligentes que jamás nos hemos encontrado.
Hillary Clinton será una presidente excepcional. Y yo me siento
orgulloso de estar junto a ella hoy aquí. Muchas gracias a todos.
Bueno, tú lo has dicho desde el principio; Sanders tiene 74 años, Pablo Iglesias, 37. Habrá que darle tiempo. El gesto de Verónika Mendoza ya lo hizo el candidato socialista francés cuando quedó tercero y tuvo que pedir a los suyos que votaran por Sarkozy aunque tuvieran que taparse la nariz; la alternativa, entonces, era Jean Marie Le Pen. Déjate de excusas, a mí no me pone "pene", será porque soy chica.
ResponderEliminarTodavía tendrían una oportunidad de arreglar el entuerto, si Rajoy no consigue los apoyos suficientes. Veremos. Yo creo que la sociedad ya ha hablado y dice que hay cuatro grades grupos. Lo que queda es trabajo de los líderes y, de momento, no lo están haciendo.
Eliminar¿Y por qué será que a mí me sale siempre lo de la señora Le Pene?
Un beso, querida amiga.