Discurre la Eurocopa de Fútbol y
no le estoy prestando casi atención. Primero por la eliminación de España (yo,
por ejemplo, después de que Induráin perdiera su primer Tour, me desinteresé
del ciclismo por completo). Segundo, porque la mayoría de los partidos son
soporíferos, acaban en cero-cero, prórroga y penaltis. Y tercero porque la
actualidad política de los últimos días, con el Brexit y las Elecciones Generales
ha dado mucho más juego que esto del fútbol. Realmente, lo único jugoso de este
campeonato lo ha aportado la sorpresa de las selecciones de Islandia y Gales,
que han ejercido de matagigantes. La segunda era más previsible, al contar al
menos con dos estrellas de talla mundial, como Bale y Ramsey. Más raro e impensable
es lo de Islandia, un convidado de última hora, con quien nadie contaba.
Los islandeses se han hecho
querer, al ser un país pequeño, con pocos habitantes y resultado de una
anomalía geográfica, como las Canarias, las Azores y otras islas surgidas en medio del océano por un fenómeno volcánico, a miles de kilómetros de otras
tierras habitadas. Allí llegaron los vikingos en el siglo IX (antes hay
constancia de la existencia de algunos anacoretas irlandeses) y se
organizaron sobre la base de un parlamento predemocrático, de funcionamiento
asambleario, que decidía sobre los temas de interés comunitario. Es un misterio
el motivo por el que los vikingos se lanzaron con sus ágiles barcos a surcar
los mares atacando pueblos por todas partes, saqueando y arrasando todo con
saña. Tal vez ustedes lo desconozcan, pero los vikingos llegaron a
Norteamérica, conquistaron las islas británicas y toda la costa francesa y
hasta entraron por el Mediterráneo y llegaron al Mar Negro con sus incursiones.
Crearon un reino vikingo en Sicilia y llegaron a subir por el Guadalquivir,
arrasando la Sevilla musulmana. Hasta que Abderramán II se puso las pilas y los sacó a
bofetadas de la península Ibérica.
La aldea vikinga que se ha
encontrado más intacta, se sitúa en el extremo norte de la península canadiense
de Terranova. Se llama L’Anse aux Meadows
y está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Islandia es hoy un
país pacífico, donde el pelo rubio y las barbas de sus habitantes delatan la
ascendencia vikinga de la población. Desde el siglo X, los vikingos tuvieron un Parlamento
asambleario, parecido al que gobernaba la Liga Hanseática, que se llamaba el
Alpingi y que siguió funcionando incluso durante los años de dominación noruega. Alpingi es como se llama actualmente el
Parlamento islandés, en el que hay tres representantes del Partido Pirata,
encabezados por la señora Birgitta Jónsdóttir, además de otros seis del partido Futuro Brillante. Por muy poco se
quedaron fuera Amanecer y Arco Iris, otras dos peculiares formaciones
políticas.
Este curioso país se encontró al
principio de la actual crisis económica con una deuda descomunal. ¿Cómo lo
resolvieron? Pues a la manera vikinga. Primero: los principales banqueros, a la
cárcel. Segundo: consulta al pueblo sobre si se pagaba o no la deuda contraída.
El pueblo, como es natural, decidió que no. Todo esto se cuenta con detalle en
la primera parte del documental Inside
Job, que supongo han visto. Y ahí siguen tan contentos. Y encima llegan
lejos en la Eurocopa, por encima de Inglaterra y otras potencias futbolísticas.
Aunque ya han sido derrotados, el comportamiento de jugadores y seguidores ha
sido modélico y son los que le han puesto un poquito de pimienta a esta insulsa
Eurocopa. Estos días ha circulado por Internet un chiste sobre Islandia y la forma de
confeccionar su selección de fútbol, que se ha convertido en viral. Como este
blog lo sigue mucha gente analógica, es posible que alguno de mis visitantes
habituales no se haya enterado, así que se lo pongo aquí abajo.
La
traducción es sencilla. Sobre el número total de habitantes censados, se
detraen primero las mujeres, los menores de 18 años, los mayores de 35 y los
gordos y personas con sobrepeso. Después se van descontando los que ejercen
profesiones que les impiden acudir a la Eurocopa: los que observan a las
ballenas, los que vigilan la actividad sísmica y volcánica, los 1.934 pastores
y 1.464 esquiladores, los 23 banqueros que siguen en la cárcel, los ciegos, los
enfermos y los sanitarios, policías y bomberos. Eso deja la cifra en 8.815.
Pero aquí hay que restar a los hinchas que han viajado a Francia a animar a su
selección, que son, según las agencias de viaje, 8.781. Quedan ya sólo 34
posibles futbolistas. Si descontamos los dos médicos y fisios, el masajista, el
utilero y los siete directivos de la federación islandesa de fútbol, pues el
resto son los 23 jugadores convocados (se termina aclarando que el entrenador
es sueco). Realmente maravilloso.
En
realidad, esto no es más que una muestra de lo que les vengo advirtiendo post
tras post: el poder económico es cada vez más transnacional y potente, mientras
que el poder político está cada vez más fragmentado. Con el ruido mediático de
la Eurocopa, casi nadie se ha enterado de que la Champion’s League de clubes de
fútbol europeos 2016-2017 ya ha empezado. Sí, señor. La UEFA tiene un ranking de
federaciones en el que se valora su potencial, que por cierto encabeza España.
Hay nada menos que 54 federaciones diferentes y los campeones de las ocho
últimas ya han empezado a jugar las rondas previas para ir abriendo boca. Estas
ocho federaciones son, de menos a más: Gibraltar, San Marino, Andorra, Armenia,
Gales, Islas Feroe, Estonia y Malta. Desde finales de junio están ya jugando entre ellos sus campeones respectivos: Lincoln Red Imps, Tre Penne, Santa Coloma F.C, Alashkert F.C, The New Saints, B-36, Flora de Tallin y La Valletta F.C.
De este
ranking hay que deducir a Liechtenstein (recuerden pronunciarlo correctamente:
Lij-Tens-Tain) que, con buen criterio germánico, han decidido no jugar liga alguna, sólo un torneo de copa, cuyo campeón no tiene derecho a entrar en
la Champion’s. Y queda el Vaticano, en donde no debe de haber ni sitio para
instalar un campo de fútbol y además los curas, con la sotana, no podrían jugar
cómodamente. Bueno, les he dicho una pequeña mentira. Porque, en realidad, hay
un país número 55, el último en apuntarse: el Kosovo. Lo que pasa es que los
directivos de la UEFA han inspeccionado sus campos y han dictaminado que
ninguno de ellos reúne las condiciones necesarias para albergar partidos
internacionales. Se pueden imaginar qué tipo de patatales serán. Y, ahora la
pregunta del millón: ¿Cómo se arreglan en Gibraltar? Pues se lo explico.
Gibraltar es otra anomalía, en este caso no geográfica, sino histórica y política. En
Gibraltar hay un solo campo, el Victoria Stadium, con capacidad para 5.000
espectadores, cuya imagen tienen arriba. Es de césped artificial (otra cosa sería impensable en esa latitud)
y está situado al lado del aeropuerto, en la Avenida Winston Churchill. Lo
cojonudo es que tienen Primera, Segunda y Tercera División. En Primera hay diez
equipos que, para poder desarrollar su campeonato, no juegan sólo dos vueltas,
como en los países grandes, sino cuatro vueltas. Lo mismo sucede con la Segunda
y la Tercera. Por cuestiones climatológicas, se juega únicamente desde el 1 de
octubre hasta el 31 de mayo. Eso quiere decir que, en ese período, hay varios partidos TODOS los
días en el único estadio. En fin, no sé qué piensan ustedes, pero yo creo que estamos todos un poco locos. No me extraña que los fanáticos del ISIS prohíban el fútbol en las tierras que conquistan.
Los islandeses
son los representantes y los héroes imprevistos de toda esa serie de países o
colonias que casi nunca llegan a los grandes torneos. Ahora, han perdido con
Francia, pero yo espero que los franchutes pierdan con Alemania. Excepto por la
parte de Antoine Griezmann, que es del Atleti, me parece una selección bastante
mala. Dado que los alemanes tienen algo de ascendencia vikinga, eso podría considerarse una victoria de los vikingos, después de derrotados. Supongo que ustedes
conocerán la historia del Cid, que siguió ganando batallas después de muerto. Pero me juego el brazo derecho (el que
tengo sano) a que nunca habían oído hablar de la leyenda de Sigurd el Poderoso.
¡Por favor! ¡Sigurd the Mighty! Cualquier islandés la conoce. Y yo se la voy a
dejar de propina.
Sigurd
the Mighty era un caudillo vikingo de finales del siglo IX que iba arrasando
las tierras allá por donde desembarcaba, una especie de Atila en versión vikinga.
Asentado en las islas Órcadas y Shetland, al norte de Escocia, en donde se
autoproclamó gobernador, encontró gran resistencia entre los seguidores del
caudillo local Máel Brigte, un escocés de armas tomar, y nunca mejor dicho. Para
resolver el problema, acordaron batirse entre ellos en campo abierto, con una tropa de 40 hombres
cada uno. Pero Sigurd hizo trampa, trajo a 80 guerreros en vez de los pactados
y venció la batalla con facilidad. Para subrayar su victoria, le cortó la
cabeza a Brigte, la ató al costado de su caballo y cabalgó con ella toda la
noche, para llegar de madrugada a la capital de su reino y ponerla sobre una pica. Así sabrían todos
quién mandaba allí.
Pero
cuenta la leyenda que la cabeza iba bamboleándose con el galope del caballo y
que los dientes del decapitado fueron arañando la pierna de Sigurd, que llegó a
su ciudad con una herida que se infectó y le provocó la muerte en pocos días.
Fue así como Máel Brigte derrotó después de muerto a su tramposo enemigo. Es
una leyenda, pero a mí me resulta totalmente creíble. Tengan en cuenta que estos
ancestros nuestros eran unos guarros, que no se lavaban los dientes y que por
entonces no había dentistas, ni antisépticos, ni penicilina ni nada parecido. Pues
eso es lo que espero yo, que la selección francesa se vea afectada por una
maldición similar, por haber derrotado a los islandeses, y pierda con Alemania. Aunque esto de que gane Alemania es un aburrimiento. Ya dijo el futbolista inglés Gary Lineker que el fútbol es un deporte
que se juega con una pelota, once contra once y, al final, siempre gana
Alemania. Les dejo con el vídeo del recibimiento que les han dispensado 15.000
islandeses a sus héroes, al llegar al aeropuerto.
Pues yo creo que va a ganar Portugal, que está tan sólo a dos partidos de conseguirlo sin tan siquiera haber vencido una vez en los 90 minutos reglamentarios o incluso en los 120, contando la prórroga. Dos partidos restan en los que puede lograr otro tanto de lo mismo y alcanzar los laureles del triunfo europeo. Quién se atreve a apostar????
ResponderEliminarNo es por el futbol, sino por las risas.
Pues, a hora y media de que se juegue la final, puede que aciertes. Yo creo que voy a ir con Portugal, a pesar del Cretino Ronaldo y de que en Francia juega Griezmann que es del Aleti. Creo que a los franceses les han favorecido los arbitrajes de forma bastante descarada (penalty no pitado en el descuento contra Suiza; penalty, este sí, pitado fuera de hora contra Alemania). Veremos.
EliminarMe encanta apostar ¿tengo que apostar que Gana Portugal o que pierde?
ResponderEliminarApuesto a que conserves el brazo bueno y nos des información sobre el malo. Y apuesto a que no solo no conocíamos a Sirgud el Poderoso y lo que haga falta a que tus lectores también desconocen la relación entre los caballeros de la estepa póntica y El Quijote...
https://www.youtube.com/watch?v=BIo1qP7lVt8
Querida, esto de la estepa póntica lo tengo a medio escuchar y me parece bastante curioso e interesante. ¿Estuviste tú en la conferencia?
EliminarYa daré cuenta de la evolución humeral en próximos textos.
Besos.