Hoy
hace un año que se abrió este blog. No recuerdo muy bien cómo fue que empezó la
cosa, ni por qué me dio por meterme en semejante lío. Como ya les he contado,
es posible que todo partiera de cuando empecé a tomar diariamente Artilane, un producto
de parafarmacia que evita el deterioro de los cartílagos rotulianos, que yo ya
tengo bastante agujereados y llenos de goteras. Es el mismo producto que toma
el rey Juan Carlos, según me dicen, así que es factible que tenga efectos
secundarios imprevisibles, mayormente para la pelota, que lleven a unos a cazar
elefantes y a otros a escribir posts como locos. No sé.
Lo
que puedo asegurarles es que, hace un año, no tenía ni idea de dónde me estaba
metiendo. No me corresponde a mí hacer valoraciones sobre la calidad del
producto, lo que puedo decirles es que a mí me sigue divirtiendo el tema y por
eso sigo. Y sí se pueden hacer algunas consideraciones numéricas. Por ejemplo,
este es el post #176. Si multiplicamos esta cifra por 2, obtenemos 352.
Un número bastante cercano a los 365 días del año transcurrido. Es decir, que
he mantenido un ritmo cercano a un día sí, otro no. Si tenemos en cuenta que la
primera quincena de agosto me la tomé de vacaciones de blog, pues puede decirse
que, en la práctica, he mantenido una media de un post cada dos días.
Es
algo sin duda meritorio. Revela una tenacidad quizá relacionada con la
experiencia de haber corrido maratones, algo para lo que se necesita un tipo
concreto de resistencia anímica, o de cabezonería, que no todo el mundo tiene
(de hecho, sé de algún seguidor que tuvo que dejar de entrar en el Blog, porque
era incapaz de leer a la velocidad que yo escribo). Desde el primer día
proclamé mi intención de primar la cantidad sobre la calidad. Algunos colegas
blogueros a los que sigo, se rigen por el modelo contrario. Escriben un post cada tres meses. No se deciden a
colgarlo hasta que está perfecto. Niquelao. Yo busco algo más ágil.
Textos que no pasarán a la historia, que a los pocos días se han quedado
viejos. Literatura de usar y tirar. Cercana al proyecto de Dieguito,
chupatintas del Ministerio, para cuando se jubile (hablo de Luces de bohemia):
“una hoja volandera, un periódico ligero, festivo, espuma de champaña, fuego de
virutas”.
Yo
busco en mi cabeza o en la prensa una idea sobre la que se me ocurra algún
comentario, me informo, busco en Internet, leo lo que puedo. Y cuando estoy
listo, escribo de un tirón. El Word me corrige la ortografía y procuro parar en
torno a los dos folios. Cuando termino, le doy una o dos relecturas con
mentalidad de lector anónimo, detecto las cosas que suenan mal, afino la
sintaxis y ¡hala!, a colgarlo. Si sale con alguna errata y alguien me lo dice,
la corrijo sin ningún problema. Y si alguien me advierte de un error de fondo,
como ya ha sucedido varias veces, pues no lo corrijo: dejo allí el comentario y
mi contestación admitiendo que tiene razón.
Empecé
arropado por una serie de colaboradores que, por distintas circunstancias, han
ido desapareciendo de este foro. El entrañable Lisardo, el ordenanza de planta
con aires de banderillero, que me regañaba a voz en grito, ya no está en el
mismo edificio que yo. Lisardo pertenece al gremio de Funcionarios de Ceremonial y Asistencia Interna (antiguo de Maceros,
Porteros y Ordenanzas), un colectivo
que está sujeto al albur de que los trasladen de acá para allá. De todas
formas, antes del traslado nuestra relación ya se había distendu, incluso degradé (je suis desolé),
porque yo me negué en redondo a hacerme una cuenta de Twitter, algo, según parece,
imprescindible para que el Blog adquiera la categoría de viral, condición sine
qua non para cumplir mi sueño inicial de aparecer en el Huffington Post.
El problema es que yo ya no
quiero salir en el Huffington Post, y que eso de los fenómenos virales me da
mucho miedo. Volvamos a los números. El post que ha registrado más visitas en
este año, es el #64, “De escoceses y otros estereotipos”, 215 hasta ahora, y
creciendo todavía. No tengo ni idea de a qué se debe este éxito. Esta semana he
batido algunos records. El post #173 ha recibido hasta 8 comentarios, 16 si se
cuentan mis respuestas. Y el día 17 de los corrientes alcancé mi mejor
cifra de visitas en un solo día, en concreto 108, debido al éxito fulgurante
de mi último post “El abuelo del Planetario”, colgado el día antes, y que en
apenas tres días lleva ya cosechadas más de 90 visitas. Tampoco sé la causa de
estos éxitos puntuales, supongo que, de vez en cuando, un post concreto le
gusta tanto a alguien, que se lo pasa a todos sus amigos.
Cosas como estas me han sucedido
varias veces, pero las dimensiones del fenómeno han sido siempre discretas. Si
yo me hiciera una cuenta de Twitter,
cada vez que escribiera un post, podría anunciarlo en dicha cuenta.
Inmediatamente entrarían 2000 o 3000 tipos a leerla. Eso es lo que me da miedo.
Dudo que pudiera escribir con la misma libertad, sabiendo que lo que escribo lo
van a leer al instante 3000 personas. Entre otras cosas, ¿quién me
garantiza que entre esa legión de cotillas no hay alguno que le va con el soplo
a la cúpula municipal de la que depende mi sueldo a fin de mes? No creo, por
ejemplo, haberme cebado más de la cuenta con el discurso olímpico perpetrado
por quien ustedes saben, pero no quiero líos. Quita, quita. Ya sé que es
muy cool eso de tener una cuenta de Twitter,
oyes, pero yo ya tengo bastante con mi modesto rango de audiencia. Si no
llego a viral, me quedaré en bacteriano.
En cuanto al resto de mis
colaboradores, se han evaporado también. Sagrario Pérez, mi asesora económica,
ha visto cómo reducen la plantilla del periódico para el que trabaja.
Estuvieron a punto de incluirla en el ERE y se salvó por los pelos. Ahora hace
el doble de trabajo, cobra menos y llega a su casa cada día a las 10 de la
noche, exhausta. Y encima, agradecida de conservar el curre. Javier Viñales,
experto en historia, se ha jubilado y no sé nada de él. La única
persona que sigue conmigo es África, mi agregada cultural, que me sopla cosas
como lo de la triscaidecafobia, pero prefiere no salir demasiado en el
Blog, porque es tímida. De todas formas, después de un año de bloguero, ya me
las voy arreglando solo.
Echo de menos a Lisardo, no
obstante, y no sólo por el lado humano, sino porque ya no tengo a nadie que me
optimice técnicamente la página. A mí me gustaría, por ejemplo, incluir los
llamados hipervínculos, de forma que
un post pudiera relacionarse con todos los de su misma temática, con un simple
click. Me sería útil, sin ir más lejos, relacionar entre ellos los textos sobre
el nacionalismo, tema sobre el que no les sorprenderá saber que estoy
preparando una nueva entrada. No sé cómo hacerlo, pero espero averiguarlo.
Algunos de mis seguidores
habituales, calculo que tienen algún sistema que les avisa cada vez que cuelgo
un nuevo post. A veces subo un texto, le doy un último repaso en busca de
erratas y, cuando termino ya hay uno de Estados Unidos que lo está leyendo.
Esto de mis seguidores en el extranjero todavía me asombra. Supongo que se trata
de emigrantes españoles. Personas que hablan castellano, en todo caso. No
consigo que me manden un comentario anónimo, haciéndome saber por qué me siguen
(¡Venga, hombre, anímense!). Los más numerosos son los de USA, Rusia y
Alemania. A continuación mexicanos, franceses, argentinos, holandeses (estos me
sorprenden menos). ¡Y bastantes ucranianos! (tal vez es uno solo que entra
muchas veces). Ya sé que esto no es una página de contactos, pero un comentario
oportuno podría ser el inicio de una gran amistad, como la que se pronostica en
la última frase de Casablanca.
En fin, reflexiones ligeras
para conmemorar el primer aniversario. Disculpen este inciso un poco
nostálgico y autocomplaciente. Ya volveremos a dar caña a partir del siguiente
texto. Seguiremos mientras el cuerpo aguante, no sé si al mismo ritmo o doucement, que dicen los franceses (a modiño, que decimos en mi tierra).
Disfruten de este tiempo otoñal tan agradable.
Antes que nada quiero felicitarte por haber llegado hasta aquí, colgando un post tras otro y llegar a 175. A mí me parece que sí consiguen lo que persigues que es divertir y divertirte. Estoy siempre pendiente de un nuevo post porque, efectivamente, me divierten (uno de los que más el del pinturero del Brillante por poner un ejemplo) y siempre me parecen interesantes tus comentarios. En cuanto a la calidad literaria, pues ¿qué decir?. Que a mí me gustan, que se notan cuidados y no escritos a la ligera, se aprecia que repasas el texto antes de colgarlo, que te sigo con ganas de leer el siguiente, que tienen mucho mérito,¡coño!. Yo sería incapaz de esa tenacidad y entusiasmo que demuestras y como soy muy vago, pues no entiendo bien porqué realizas ese esfuerzo, pero yo te lo agradezco Por otro lado no hace falta la perfección, eso es horrible y además no existe. Para mí sólo está en el Quijote y eso es mucho pedir.
ResponderEliminarNo me extrañan tantos comentarios o entradas al post del Abuelo en el Planetario, pero tengo la impresión de que eso puede ser engañoso. Hace tiempo que pienso que ese contador que observo falsea los hechos, pues si entro en busca de un último post el contador suma esa entrada, sin embargo ha sido inútil, yo no he hecho ningún comentario ni he leído, de nuevo, ninguno de tus post y por supuesto, aunque seguidor habitual, no dispongo de ningún mecanismo que me avise de algún nuevo cuelgue, o lo que es peor no sé cómo disponer de ello. Tampoco me hace falta, yo entro y si hay algo nuevo lo leo y si no,no, pero el contador cuenta.
Creo que me he extendido demasiado. Mis disculpas. Te animo a que sigas y a que escribas algo más en forma de libro. Un saludo afectuoso.
Muchas gracias por tus elogios. En cuanto al recuento de entradas, hay que distinguir el recuento general, donde se computan todas las veces que alguien entra a ver si tengo algo nuevo (y, por tanto, es engañoso), de las cifras por post, que reflejan cada vez que alguien pincha en el link concreto. Éstas son algo menos falsas. Con esas salvedades, los números dan una idea de cuáles son los textos que más gustan y cuáles interesan menos, pero no es un tema que me preocupe especialmente. Ayer, con la cosa del aniversario, me permití un texto hablando del propio Blog. A veces hay que hacer un alto en el camino y mirar atrás. Pero luego el camino sigue. Un abrazo.
EliminarQuerido amigo, cierto es que has escrito mucho y que ha habido fases amplias,incluso algún mes entero que no te he seguido;pero, como siempre está la oportunidad de volver a donde lo dejaste,asunto arreglado. Enfin, que sigas, persiste en tu tenacidad,porque yo disfruto mucho de tus posts; creo que tiene mucho mérito la variedad de temas que abordas.
ResponderEliminarMil gracias por tus buenas palabras, me alegro de que te guste lo que escribo. Espero mantener el tono.
EliminarFelicidades por el feliz aniversario de tu postulación. Estoy de acuerdo con tu opinión sobre los "twitter" esos. Echo de menos un post sobre el problema catalán (sé que te gustan esos embrollos).
ResponderEliminarUn abrazo estimat amic.
Está en la cocina, me falta el último hervor, y va a ser demoledor.
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