Algunos amigos y hasta un comentarista de mi post anterior me dicen que cómo es que me pongo a defender a alguien que no tiene defensa posible. Bueno, ya saben que me gusta ir a contracorriente y que odio dar por bueno lo que opina la masa, a menudo resultado de la manipulación de los medios de comunicación. Para leer lo que opina todo el mundo pueden bajar al kiosco y comprarse cualquier periódico. Yo no tengo ninguna afinidad con esta señora, especialmente en el aspecto ideológico, pero no puedo evitar una cierta inclinación por los perdedores y la gente a la que todo le sale mal. Así que continuaré con el repaso de los lastres que ha tenido que
arrastrar la señora alcaldesa cesante. En el post anterior hablamos de los, digamos,
innatos o propios de la persona. Analizaremos ahora los de tipo más
circunstancial o externo.
4.- El hecho de no haber sido
elegida. Este es sin duda un handicap circunstancial, pero que era reversible.
Quiero decir que ella podría haberse presentado a estas últimas elecciones y
haberlas ganado. Creo que esa era su ilusión secreta. Su sueño más íntimo. Lo
que pasa es que no la dejaron. No la dejó su partido, en base a las encuestas
de voto que manejaban personajes como Arriola. Según esos sondeos, era imposible que ganase. Ella creía lo contrario, pero obedeció, bien mandada
como es. No se le ha escuchado un solo reparo a esta decisión. Si se ha metido
con Esperanza después de los resultados, es porque la otra se pasó con ella
todo lo que quiso en la campaña.
5.- Su marido. No voy a hacer
mucha sangre con esto, pero me parece indudable que es algo que los madrileños
le han hecho pagar. A mí me parece que Aznar fue un buen presidente durante
cuatro años. Y, como había sido un buen presidente, ganó la siguiente contienda por
goleada. Entonces se le fue la olla y se creyó un enviado de Dios, o algo por el estilo. En la cima de su enloquecimiento nos metió en la guerra de Irak, por razones que nunca nos ha explicado.
Cuando fue a votar en las elecciones inmediatamente siguientes, las que ganó Zapatero,
los presentes en el colegio electoral le gritaron asesino y Botella lloró desconsolada, como captaron las cámaras de todas las televisiones. Luego, como ex-presidente, se ha convertido en la
caricatura de sí mismo (como Felipe). En este blog no encontrarán muchos
ataques a Aznar (sólo algunas bromas sobre la desaparición gradual de su bigote). En cuanto a este lastre, también era circunstancial y no personal, pero
como si lo fuera: en la mente de esta señora no cabe la idea de separarse de su
marido, al que supongo quiere.
6.- Un equipo penoso. Esta señora
salió elegida en la lista de Gallardón. Cuando el primer espada dio la espantá, rumbo al Ministerio de Justicia, los
pesos pesados de la lista (Cobo, Juan Bravo) se fueron con él. A raíz de la tragedia del
Madrid Arena, salieron los del segundo nivel. Y luego una sentencia judicial la
obligó a prescindir de los delegados que no habían sido elegidos. Apenas le
quedó Dancausa, como figura de un cierto peso (y a ella le confió la economía
local). Los demás eran esa ganga con la que se rellenan los últimos puestos de
las listas electorales, los nombres que nunca van a llegar a tocar pelo. De milagro no estaba el pequeño Nicolás. El
resultado de que esta gente llegue a mandar es variable; puede ser que aparezca
alguien razonable (como Pedro Corral, que ha hecho una labor aceptable en Cultura,
o David Erguido, en la Junta
de Centro). Pero la mayoría eran muy flojos.
7.- La situación económica. El
lastre más pesado. Gallardón dejó las arcas municipales exhaustas. Esta señora
ha tenido que cumplir el plan de saneamiento que le ha impuesto el Estado, para
poder reflotar la nave. Eso la ha llevado a descuidar el mantenimiento de
calles y parques, la limpieza, los servicios sociales y otros aspectos básicos.
Además de vender el patrimonio municipal. Incluyendo viviendas de alquiler, con sus inquilinos dentro. No seré yo quien defienda tales políticas, obviamente, aunque me
consta que hay parte de leyenda en esa historia. Supongo que no le ha quedado otro
remedio. Con esas medidas, lo cierto es que la economía municipal ha mejorado.
Estoy tratando de informarme al respecto para escribir un texto bien
fundamentado.
En fin, digamos que, con esos
siete lastres, era difícil salir bien parada del envite. A pesar de ello, esta
señora ha tenido algunos aciertos, además de sus logros económicos. Como por
ejemplo, el sistema de bicicletas públicas de usar y dejar, que ninguno de sus
antecesores varones tuvo el valor de lanzar. Un tema del que la prensa
generalista se ocupó mientras funcionó mal. En cuanto las bicis empezaron a ir
de maravilla, la cosa dejó de ser noticia. Todo valía en la estrategia de acoso
y derribo. Tengo que decir que, a partir del momento en que dijo que no se
presentaría a la reelección, pareció relajarse. En las posteriores apariciones públicas se la
vio tranquila y con tablas. Esa fue mi impresión en un acto sobre urbanismo, en
que la escuché desde la primera fila y así lo reseñé en el blog. Lo mismo observé
cuando le dio algunas réplicas educadas pero firmes a la Esperanza desencadenada
de los últimos días.
Y desde luego, me encantó su
última frase en este asunto: Digan lo que digan, lo cierto es que el sábado nos
acostamos con 30 concejales y este lunes tenemos 21; algo ha tenido que pasar.
Parece claro que esta señora se va a retirar y se va a dedicar a cuidar a sus
nietos y a su marido. No es de extrañar que esté harta de la política. Su
experiencia ha sido, en conjunto, amarga. Desde esa serenidad sobrevenida tras
el anuncio de su renuncia, tuvo el valor hasta de concederle una entrevista a
Bruno García Gallo, el tipo que peor la ha tratado en estos tres años, desde
las páginas de El País. Y salió airosa del trance, a pesar de la sucesión de
preguntas-trampa a que la sometió el sujeto. Fue una forma de decirle: mira, sé
que me vas a poner todas las zancadillas que puedas, pero quiero que sepas que
he aprendido a saltar sobre ellas. Botella es un personaje al que se ha
insultado de todas las maneras posibles. Pero yo creo que no es tonta, es
voluntariosa, es currante y es valiente. Cualidades que no le han alcanzado
para ser una buena alcaldesa. Ahora le toca liberarse y descansar de tanto
trajín.
Dicho esto, creo que ha quedado
claro que, a nivel personal, no tengo mucho que reprocharle. Para ser exactos:
casi nada. Sólo una cosa y ya es hora de que la diga. Es esta: haber dejado el
urbanismo madrileño en manos de una persona incompetente, inepta, negada,
torpe, inútil, de perfil nulo, encefalograma plano y encima con miedo escénico.
No sé si le dedicaré pronto un post a esta doña. Tal vez deba dejar pasar un
tiempo, para no escribirlo en caliente. Esta nulidad, encima, le ha salido rana
a su jefa en el asunto de la Operación Chamartín , y esto sí merece la pena
contarlo.
Y los grandes inmobiliarios se han apresurado a mover sus operaciones antes de que llegue el diluvio. En el último Pleno ordinario del Ayuntamiento se llevaron a aprobación un buen puñado de estas operaciones, de tamaño medio. Y se llevó también una nueva versión, inflada, de Chamartín. Había que aprovechar la última ocasión de aplicar el rodillo de la mayoría absoluta del PP, algo que nunca volverá. Pero, en el Pleno, la señora Botella sorprendió a todo el mundo diciendo que esa operación era muy grande y trascendente para Madrid y que ella sólo la aprobaría si había consenso de todos los grupos. La oposición votó en contra y la operación fue retirada del Pleno. Entonces empezó lo peor: una presión asfixiante sobre la alcaldesa para que convocara un Pleno extraordinario (llegó a tener fecha: el día 21 de mayo). Las presiones venían del BBVA y los grandes poderes inmobiliarios, con la ministra Pastor como ariete y la ayuda de la impresentable concejala de Urbanismo, haciendo la pinza desde abajo. No me extrañaría que la alcaldesa haya recibido presiones hasta por vía conyugal; el poder económico no se detiene ante nada.
Hubiera sido un escándalo
descomunal, un final desastroso de esta malhadada legislatura. Los Plenos
extraordinarios no son apropiados para ese tipo de asuntos. Esta figura está prevista para cosas como un terremoto, un atentado o una gran catástrofe. No para aprobar una
operación privada. Lo estuvieron intentando sin embargo hasta la noche
anterior. Y Botella resistió. Su argumento era intachable: qué saco yo con
esto. Por qué me tengo que echar a mis espaldas semejante marrón, después de
todos los que me he tenido que tragar. Si es tan importante para la ciudad, que
lo aprueben los que vengan detrás. A mí dejadme en paz.
Pues eso mismo les digo yo. Sean
felices y pasen un buen fin de semana, si es que no están ya de puente.
Después de este doble post, me dejas bastante descolocada, querido. Puedo entender que quieras ir a contracorriente, y que es poco elegante hacer leña del árbol caído (aunque haya caído en la cabeza de dos ciudadanos). Pero tu acercamiento al personaje Botella muestra casi una especie de cariño. Y además, tu justificación inicial se desmorona al ver con que saña atacas a otros árboles caídos, como esa Concejala a la que crucificas o la propia Esperanza desencadenada (me encanta el apodo). Desde la ciudadanía hacemos de esta señora una valoración mucho más negativa, que cruje con esa visión tan caritativa de tu parte. Joder, tío, eres un buenazo.
ResponderEliminarLo de ir a contracorriente no es por capricho. Es que la prensa y los medios de este país son muy malos (doble sentido aquí también: deficientes en calidad y además perversos). Y la opinión pública, manipulada por estos medios ha decidido que esta señora es un horror. Y se ha montado un aquelarre que incluye a tipos que se ríen de su acento inglés, cuando no saben decir ni yes, y toda clase de ignorantes que no creo que mejorasen su rendimiento si llegasen a alcaldes. Son como los que pitan a Casillas cada domingo.
EliminarMi experiencia me dice que detrás de cada político o personaje público hay un ser humano, que ama, que ríe, que sufre y que piensa. Yo lo que he hecho es intentar acercarme a ese ser humano, procurando evitar la interferencia de prejuicios y cosas oídas por ahí. Además me he informado, porque tengo amigos en todas partes del Ayuntamiento (hablo de ordenanzas, conductores, secretarias y similares). Y me voy quedando con lo que me comentan aquí y allá y eso me ayuda a elaborar el personaje. El mío es un trabajo literario modesto, sin pretensiones y de pequeña escala, pero conceptualmente similar a lo que nos explicó Padura en cuanto a su forma de elaborar sus monumentales novelas basadas en personajes reales.
De todas formas, a lo mejor también (en este caso) pretendía generar un poco de polémica y provocar el debate. Esa también es tarea de un bloguero. Y gracias por tu elogio final. Tal vez sea un buenazo, pero sobre todo soy muy desconfiado y no me creo nada de lo que me cuenta la prensa.
Parece claro que te gusta provocar al personal. Por mi parte, creo que esta vez te has pasado: por mucho que nos cuentes, esta señora es repulsiva y su marido también. Que haya estado tres años y medio en la alcaldía de Madrid es un insulto a la inteligencia de los sufridos ciudadanos.
ResponderEliminarVale, tienes razón. Lo que yo cuento es verdad, pero no toda la verdad. A las cosas que he revelado en estos dos posts, habría que añadir un matiz: esta señora es una pija de libro. Es una dama que tiene muy hondo imbuidos los principios de la Sección Femenina, agravados por la influencia de Legionarios de Cristo, Kikos y similares. Eso se le nota y es lo que la hace repulsiva para personas como tú. Lo que pasa es que ese matiz no es incompatible con un cierto "corazoncito", unas buenas intenciones cargadas de ingenuidad (tal vez ella es la única persona que llegó a creerse que estaba preparada para el cargo) y una mala suerte innegable. También creo que, cuando decidió que no se presentaba, se relajó y se le notó. Pero ya era demasiado tarde. Y, créeme: le debemos al menos el que no haya salido adelante la última versión de la Operación Chamartín, y eso es bueno para la ciudad y los que en ella vivimos.
EliminarQuizá sea porque la genética nos ha dotado de tendencias similares (me refiero a la ir a la contra) pero a mi me ha encantado leer una opinión diferente a la tópica, manida por todos (detractores y supuestamente afines). Y si algo hizo por frenar el Chamartinazo, entonces me alegro de esta pequeña rosa junto a su epitafio...
ResponderEliminarCreo saber qué Pablo eres, por aquello de la genética, y me hace ilusión que entres de vez en cuando a echar un vistazo a este foro de producción desaforada y desmesurada. Yo creía que se me iba a pasar la tontería antes y que poco a poco iría cargando menos entradas, pero ya ves que no es así. Es más, me he tenido que limitar y no escribir más de tres por semana para no aburrir al personal. Lo del Chamartinazo es una ruina y sólo puede acabar mal: Si se hace porque destrozará definitivamente la ciudad. Y si no se hace, porque destrozará nuestras finanzas.
EliminarUn abrazo.